HILARIO DE POITIERS, SAN

(ca. 315-ca. 368)
DicEc
 
Nació de padres paganos en Poitiers en fecha incierta, se hizo orador y se casó. Más tarde, después de haberse dedicado durante mucho tiempo al estudio, se convirtió al cristianismo.

Fue elegido obispo hacia el 353. Durante el resto de su vida fue un paladí­n de la ortodoxia frente al arrianismo. Fue exiliado por la defensa de la fe y murió hacia el 368.

Sus principales obras son un libro sobre la Trinidad en contra de los arrianos, De Trinitate, y un discurso a los obispos de la Galia, que, sin embargo, iba dirigido especialmente a los orientales y trataba de mostrar que Oriente y Occidente marchaban al uní­sono en contra del arrianismo y no debí­an dividirse por malentendidos acerca de las palabra. Escribió también comentarios sobre los Salmos y sobre el Evangelio de Mateo, así­ como varias obras cortas, entre las cuales hay una sobre los misterios, especialmente de la historia de la salvación.

Escribió de manera particular sobre cuestiones trinitarias y no se ocupó expresamente de la Iglesia; sin embargo, puede entresacarse de sus obras una rica eclesiologí­a. Desarrolló una tipologí­a veterotestamentaria: Cristo y la Iglesia están prefigurados en Adán y Eva; Caí­n simboliza la pasión de Cristo; Abel representa a la Iglesia; los patriarcas hasta Josué son sí­mbolo de Cristo o de la Iglesia; la prostituta Rajab es referida también a la Iglesia.

Varias de las imágenes patrí­sticas comunes de la Iglesia se encuentran también en Hilario: la tienda de Dios; el arca de Noé, que representa a Cristo, y la paloma, que representa al Espí­ritu»; el barco, siendo la calma de las aguas cuando Jesús entra en la barca sí­mbolo de la paz escatológica; una luz secundaria o derivada de Cristo, la luz verdadera; madre, de modo que el mandamiento de amar a nuestro padre y a nuestra madre se interpreta como amor al Padre celeste y a la madre Iglesia; aspectos celestes y terrestres; Jerusalén» y la casa de Dios. Se van colocando piedras vivas sobre las doce piedras preciosas preparadas para la construcción por Moisés, los profetas, el Señor, los apóstoles en el martirio y el Espí­ritu a través de sus maravillosas acciones. La visión que tiene Hilario de la Iglesia es profundamente trinitaria: «De modo que lo propio del pueblo de Dios es ser hermanos bajo un mismo Padre, ser uno bajo un mismo Espí­ritu, avanzar armoniosamente formando una misma familia, ser miembros de un mismo cuerpo bajo una misma cabeza».

La eclesiologí­a de Hilario se encuentra también en sus actos. Trató de unir Oriente y Occidente; rechazó el sí­nodo de apaciguamiento celebrado por los obispos en Rí­mini; buscó la unidad de la Iglesia en la fe, siendo «fe» una palabra que aparece más de 1.300 veces en sus obras. La unidad se basa en definitiva en la unión entre el Padre y el Hijo.

A causa de su teologí­a trinitaria, se le ha llamado «el Atanasio de Occidente». En 1851 Pí­o IX lo declaró >doctor de la Iglesia.

Christopher O´Donell – Salvador Pié-Ninot, Diccionario de Eclesiologí­a, San Pablo, Madrid 1987

Fuente: Diccionario de Eclesiología