CEDRO

v. Árbol, Madera
2Sa 5:11; 1Ch 14:1 Hiram .. envió .. madera de c
1Ki 5:6 manda .. que me corten c del Líbano
2Ki 14:9; 2Ch 25:18 el cardo envió a decir al c
1Ch 17:1 habito en casa de c, y el arca del pacto
Psa 104:16 savia .. los c del Líbano que él plantó
Son 1:17 las vigas de nuestra casa son de c, y de
Isa 9:10 cortaron .. pero en su lugar pondremos c
Eze 17:3 una gran águila .. tomó el cogollo del c
Eze 31:3 he aquí era el asirio c en el Líbano, de
Zec 11:2 aúlla, oh ciprés, porque el c cayó


Cedro (heb. ‘erez). Generalmente se refiere al cedro del Lí­bano. En lo pasado estuvo ampliamente difundido en las montañas del Lí­bano, pero ahora existe sólo en unos pocos Lugares. Alcanza más de 24 m de altura. En sus años tempranos adquiere una forma piramidal, pero más tarde se aplana en la copa (fig 120). Sus ramas llegan a ser muy gruesas y torcidas. En los tiempos bí­blicos, el cedro del Lí­bano se usaba en la construcción de templos y otros edificios (2Sa 5:11; 1Ki 5:5,6;7:1-12; Ezr 3:7), y serví­a como sí­mbolo de crecimiento, fortaleza e inmutabilidad (Psa 92:12; etc.). 222 Con su madera se hací­an í­dolos (Isa 44:14,15) y mástiles (Eze 27:5). Sin embargo, se cree que en ciertos pasajes ‘erez no se refiere a cedros sino a abetos; o, en forma más general, a cualquier árbol del que se podí­a extraer madera para mástiles o construcciones. En egipcio hay una palabra similar, sh, que significa primariamente «cedro» pero también designa a cualquier otra madera útil para la construcción. Bib.: PB 66-70. 120. Cedros del Lí­bano.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

latí­n cedrus. írbol coní­fero, cuya altura puede alcanzar hasta cuarenta metros. El c. se daba en abundancia en el monte del Lí­bano, de ahí­ la constante alusión a él en la Biblia. Su madera era muy estimada, Jirán, rey de Tiro le mandó a David madera de c. para levantar el palacio real, 2 S 5, 11; 7, 2; 1 Cro 14, 1; 17, 1; David hizo preparativos para la construcción del Templo, entre ellos, madera de c., 1 Cro 22, 4; Salomón, quien conocí­a bien el c. 1 R 5, 13, también pidió a Jirán madera de c. del Lí­bano para la Casa de Dios y su palacio, 1 R 5, 20-24; 6, 9-10 y 15-22; 7, 1-12; 9, 11; 2 Cro 2,2 2. Tras el cautiverio en Babilonia, se empleó el c. del Lí­bano para la reconstrucción del Templo, Esd 3, 7. Existen referencias literarias al c. del Lí­bano por su majestuosidad y la forma como se empina a las alturas, Sal 37 (36), 35; 92 (91), 13; Si 24, 13; 50, 8; Is 2, 13; Am 2, 9. El esplendor de Egipto es comparado con un c. majestuoso, que será destruido como castigo divino, Ez 31. En rituales de purificación se menciona una leña de c. Lv 14, 4-6, 49-52; Nm 19, 6.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

ver PLANTAS

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

írbol muy alto y frondoso que ofrece una madera apreciadí­sima, tanto por su fortaleza y adaptabilidad al tallado como por su suave olor. Se le utilizaba en la construcción de palacios, templos y viviendas (2Sa 5:11; 1Re 6:9-20; 1Cr 17:1), como mástiles en los barcos (Eze 27:5) y para la confección de muebles, incluyendo í­dolos (Isa 44:14). El c. que crecí­a en grandes cantidades en el Lí­bano es el más mencionado en la Biblia, aunque parece que existí­a otra especie de c. que fue utilizado para utensilios durante el viaje de Israel por el desierto (Lev 14:6).

†¢Balaam comparó las tiendas de Jacob †œcomo c. junto a las aguas† (Num 24:6), es decir, que un c. plantado en esa forma ofrece una vista de hermosura y fortaleza. Como resultado de la alianza de Salomón e †¢Hiram, este último proveyó muchos c. del Lí­bano para la construcción del †¢templo y de la casa del rey israelita. La madera de c. fue cortada en la montaña y traí­da hasta el mar, desde donde la trasladaron en balsas a Israel (1Re 5:9). Cuando se reconstruye el templo en los dí­as de Esdras, †œdieron dinero a los albañiles, y carpinteros; asimismo comida, bebida y aceite a los sidonios y tirios para que trajesen madera de cedro desde el Lí­bano por mar a Jope† (Esd 3:7).
belleza y majestuosidad de éste árbol hace que se le utilice para comparaciones poéticas. El †œbehemot† de Job 40:15-18 †œsu cola mueve como un c.† †œEl justo … crecerá como c. en el Lí­bano† (Sal 92:12). En Cantares se dice del novio: †œSu aspecto como el Lí­bano, escogido como los c.† (Can 5:15). El profeta Zacarí­as dijo: †œOh Lí­bano, abre tus puertas, y consuma el fuego tus c. Aúlla, oh ciprés, porque el c. cayó† (Zac 11:1-2), pero en la gloria mesiánica Dios dará †œen el desierto c., acacias, arrayanes y olivos† (Isa 41:19). Nombre cientí­fico: Cedrus libani. †¢Plantas de la Biblia.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, FLOR LEYE ARBO

vet, Famoso árbol del Lí­bano (1 R. 5:6), grande e impresionante (Is. 2:13; Ez. 17:22; 31:3). Daba una madera muy apreciada para la construcción de palacios y de templos (2 S. 5:11; 1 R. 5:5, 6; 7:1-12; Esd. 3:7); de esta madera se tallaban columnas, vigas, tablones (1 R. 6:9, 10, 18; 7:2, 7); de ella se hací­an í­dolos (Is. 34:14); mástiles para naví­os (Ez. 27:5). El cedro desprende un perfume (Cnt. 4:11; Os. 14:6); se empleaba esta madera en el ceremonial de la purificación (Lv. 14:4; Nm. 19:6). El árbol citado es evidentemente el cedro del Lí­bano, «Abies cedrus» o «Cedrus Iibani». Es un árbol poderoso con unas ramas largas, extendidas y retorcidas, con hojas perennes; sigue creciendo en estado silvestre en el Lí­bano y en los montes Tauro. En el Himalaya crece otra especie de cedro, el «Cedrus Deodara».

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

(heb. ´é·rez).
Los cedros, en particular los del Lí­bano, eran ya famosos en tiempos bí­blicos, y adquieren una importancia especial en el relato de la construcción del templo de Salomón.
El cedro del Lí­bano (Cedrus libani) es un árbol majestuoso, de enormes proporciones, con raí­ces fuertes y profundas. En otro tiempo las montañas del Lí­bano estuvieron cubiertas de grandes bosques de cedros, pero en la actualidad solo quedan unas pequeñas arboledas debido a la tala indiscriminada y a la falta de conservación y replantación. Los estragos de la guerra también deben haber contribuido a la disminución del número de cedros. (Isa 14:5-8.) No obstante, los árboles que quedan todaví­a ofrecen una vista impresionante. (Compárese con Can 5:15.)
Algunos alcanzan una altura próxima a los 40 m., y el tronco puede tener una circunferencia de 12 m. Sus largas ramas salen horizontalmente del tronco y describen una circunferencia total que oscila entre 60 y 90 m. Los árboles tienen una ligera forma piramidal cuando son jóvenes, pero tienden a achatarse en la copa al ir alcanzando la madurez. El follaje crece en distintas filas o capas horizontales (más bien que entrelazadas), y las ramas producen unos ramilletes redondos, parecidos a flores, de unas agujas verde brillante de poco más de un centí­metro de largo, y unos conos de color tostado que rezuman una resina fragante. La corteza es de un color marrón rojizo y bastante áspera, y el tronco se retuerce con la edad.
La madera del cedro, de un tono rojizo más claro que el de la caoba, no tiene nudos, y era muy apreciada para la construcción debido a su belleza, fragancia, durabilidad y resistencia al ataque de los insectos. (Can 1:17; 4:11.) Los fenicios la usaron para hacer los mástiles de sus naves. (Eze 27:5.) El rey Hiram de Tiro suministró hombres y materiales a fin de construir una †œcasa de cedros† para David en Jerusalén. (2Sa 5:11; 7:2; 2Cr 2:3.) Tiempo después, Salomón utilizó madera de cedro en el templo, para las vigas (1Re 6:9), para recubrir el altar del incienso (1Re 6:20) y para revestir el interior del templo en su totalidad, de modo que †œno habí­a piedra que se dejara ver†. (1Re 6:15-18.) Es probable que †œla Casa del Bosque del Lí­bano†, construida más tarde, recibiera ese nombre debido a sus 45 columnas de madera de cedro. (1Re 7:2, 3.) También se usó el cedro en el Pórtico del Trono y en el patio del templo. (1Re 7:7-12.)
Este uso extenso de la madera de cedro requirió la labor de miles de trabajadores para cortar los árboles y transportarlos a Tiro o Sidón por la costa marí­tima del Mediterráneo, formando armadí­as y haciéndolas flotar a lo largo de la costa, probablemente hasta Jope. Desde allí­ los árboles se llevaban por tierra a Jerusalén. Todo esto se hizo según el contrato suscrito entre Salomón e Hiram. (1Re 5:6-18; 2Cr 2:3-10.) La madera siguió llegando a Israel en tanta cantidad que pudo decirse que Salomón hizo durante su reinado †˜la madera de cedro como los sicómoros por su gran cantidad†™. (1Re 10:27; compárese con Isa 9:9, 10.)
Después del exilio se consiguió de nuevo madera de cedro del Lí­bano para la reconstrucción del templo. (Esd 3:7.)

Uso figurado. El majestuoso cedro se usa en las Escrituras en sentido figurado para representar dignidad real, gran altura y fuerza, tanto real como aparente. (Eze 31:2-14; Am 2:9; Zac 11:1, 2.) En este sentido, el rey Jehoás de Israel pretendió que su respuesta al rey Amasí­as de Judá fuese un insulto humillante cuando comparó el reino de Amasí­as a un †œyerbajo espinoso†, mientras asemejaba su propio reino a un enorme cedro del Lí­bano. (2Re 14:9; compárese con Jue 9:15, 20.) El cedro desempeña un papel preponderante en el enigma de Ezequiel (cap. 17), en donde se asemeja al rey y a los prí­ncipes de Judá a la punta de un cedro del Lí­bano llevado a Babilonia. (Eze 17:1-4, 12, 13.) Después se representa al Mesí­as proféticamente como una ramita de la misma punta del cedro, ramita que Jehová planta en una montaña encumbrada. (Eze 17:22-24; compárese con Isa 11:1; Jer 23:5; 33:15; Sl 2:6; Rev 14:1; Da 4:17.)
La madera de cedro que usaron los israelitas en el desierto debió ser de un tipo distinto del que se halla en el Lí­bano. Se han apuntado el cada (Juniperus oxycedrus) y la sabina (Juniperus phoenicia), pues estas dos variedades son bien conocidas en la región del desierto del Sinaí­. En algunos ritos de purificación se requerí­a el uso de madera de cedro, y puede ser que se utilizara para simbolizar la ausencia de corrupción o enfermedad debido a su conocida resistencia a la descomposición. (Le 14:2-7, 49-53; Nú 19:6.)
El cedro se usó de manera figurada tanto en sentido favorable como en sentido negativo. Llegó a ser una muestra de prestigio entre los reyes de Judá infieles y materialistas, simbolizando su vanagloria y falsa seguridad. (Jer 22:13-15, 23; Isa 2:11-13.) Sin embargo, el crecimiento y desarrollo del hombre justo se asemeja al del cedro arraigado con firmeza. (Sl 92:12; compárese Isa 61:3 con Sl 104:16.) Así­, mientras que por un lado Jehová promete manifestar su poder quebrando los poderosos cedros del Lí­bano y haciéndolos †˜brincar por las montañas como becerros†™ (Sl 29:4-6), por otro lado predice el tiempo en el que hará que el cedro crezca hasta en las regiones desérticas (Isa 41:19, 20), y lo distingue entre los demás árboles como una de las muchas creaciones que alabará su encumbrado nombre. (Sl 148:9, 13.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

[ARZ, (éréz), kedros, cedrus].

Árbol conífero mencionado frecuentemente en la Biblia. El hebreo éréz, como el correspondiente arz en arábigo, el griego kedros), el latín cedrus, o el inglés cedar, pueden ser aplicados a varias especies de coníferos, pero usualmente designa el famoso cedro del Líbano (Cedrus Libani). En Lev. 14,4.6.49.52 y Núm. 19,6 parece imposible que se trate del cedro del Líbano, puesto que el árbol debe ser uno cuya madera los israelitas podían obtener fácilmente durante su estancia en él desierto, que evidentemente no es el caso del cedro del Líbano. Es más probable que el árbol mencionado en estos textos sea el Juniperus phoenicea, una especie de enebro que se encuentra en la Arabá, y probablemente también en la adyacente península del Sinaí, y cuya madera, como la del cedro, posee propiedades aromáticas. Núm. 24,6, además, tampoco denota el cedro del Líbano, que se desarrolla mejor en un terreno alto y seco, a menos que, como se ha sugerido, los términos de comparación en los dos últimos miembros hayan sido transpuestos accidentalmente. Todos los otros pasajes se refieren al cedro del Líbano, aunque en algunos casos puede surgir la duda de si se le denota exclusivamente. El cedro es descrito como un árbol «de gran altura» (Ez. 31,3; Is. 2,13; 37,24; 2 Rey. 19.23) cuya «altura fue exaltada por encima de todos los árboles del país» (Ez. 31,5; cf. Jc. 9,15; 1 Rey. 4,33; 2 Rey. 14,9; Amós 2,9). Es «el cedro de Dios» (Sal. 80(79),11), el árbol del Señor que Él ha plantado (Sal. 104(103),16). Es el tipo de la fuerza (Sal. 29(28),5; Job 40,17), el símbolo del orgullo noble (Sal. 37(36),35; Is. 2,13), el emblema de la grandeza y el poder (Jer. 22,7; Zac. 11,2) y de excelencia superior (Eclo. 24,17). Es la «gloria del Líbano» (Is.60,13), “el más hermoso por su grandeza y por la difusión de sus ramas» (Ez. 31,3.6.7).

Todo esto se verifica en el cedro del Líbano, que es el árbol más imponente y majestuoso de Palestina. A menudo llega a una altura de 100 pies y más, y la circunferencia del tronco de los árboles viejos puede superar los 40 pies. Las ramas, con sus numerosas ramificaciones, se extienden horizontalmente y son de tal tamaño que no pocas veces la extensión del árbol supera su altura. Las hojas son de color verde oscuro y crecen en manojos, como las de los alerces, pero a diferencia de éstos persisten durante el invierno. La madera es blanca rojiza, fragante, y de grano fino, al menos en los árboles más viejos. Por otra parte, debido al aceite resinoso con el que está impregnada, es a prueba de pudrición y gusanos, y, en consecuencia, es extremadamente durable. Objetos encontrados por Layard en las ruinas del palacio de Assurnasirpal estaban todavía en buen estado de conservación después de 2,700 años.

Estas cualidades hicieron que fuese muy solicitado para la construcción. Fue ampliamente utilizado en los palacios construidos por David y Salomón, y sobre todo en el primer Templo (2 Sam. 5,11; 7,2; 1 Rey. 5,6 ss.; 6,9 ss.; 7,2 ss.). También fue utilizado en el segundo Templo (Esd. 3,7). Debido a su grano fino y cualidades duraderas, lo usaron para hacer estatuas e imágenes (Is. 44,14.15; cf. Plinio, «Hist Nat..», XIII, II). Los árboles jóvenes se convirtieron en mástiles (Ez. 27,5). La afirmación de que el cedro no es apto para mástiles se basa en observación insuficiente; en crecimientos densos son frecuentes los árboles para mástiles. No hay ninguna razón, entonces, por la cual en el último texto, «cedros del Líbano» deba referirse al pino carrasco, que, además, no es especial del Líbano y los tirios lo podían obtener más cerca de casa.

Los grandes bosques de cedros que alguna vez adornaron el Líbano, y de los que los hebreos obtenían madera, han desaparecido casi totalmente. Los fenicios y hebreos, egipcios y asirios, griegos y romanos, los pusieron bajo contribución, hasta que sólo unos pocos (once) pequeños grupos de árboles permanecen. El más importante y más conocido se encuentra debajo de la cumbre de Dahr el-Qodfb, el pico más alto de la cadena, a cuatro millas de Besherre. Aquí se encuentran alrededor de 400 árboles, entre los que destacan unos diez venerables patriarcas probablemente de alrededor de 2000 años de antigüedad, más notables, sin embargo, por el grosor de su tronco que por su altura. Existen extensos bosques más al norte en el monte Amano y el monte Tauro. Hay otras dos variedades de cedro, considerado por algunos botánicos como especies distintas, a saber, Cedrus deodara, o árbol deodara, nativo del Himalaya y Cedrus Atlantica, que crece en las montañas del Atlas.

El cedro se usa a menudo en la Escritura para figuras y comparaciones. Además de los usos ya indicados, se puede mencionar los siguientes: Debido a su crecimiento exuberante y a la duración de su vida, es un emblema de la prosperidad (Sal. 91,13), y debido a su majestuosidad, es una figura de la belleza y la majestad (Cant. 5,15; Eclo. 1,13). También se utiliza como el símbolo del Mesías y su Reino (Ez. 17,22 ss.).

Vea también el artículo plantas en la Biblia.

Bibliografía: POST, Flora of Syria (Beirut, 1896), 751: IDEM in HASTINGS, Dict. Of the Bib., I, 364; TRISTRAM, Nat. Hist. Of the Bibl. (Londres, 1889), 343 ss.; HOOKER en Nat. Hist. Rev. (1862), 11 – 18; ANDERLIND, en Zeitschr. D. D. Pal. Ver. (1884), 89 ss.; BOISSIER, flora Orient. (Basilea y Ginebra, 1867-88), V, 699; MISLIN, Les lieux saints (París, 1858), I, 337; LEVESQUE en VIG., Dict. De la Bible, II, 374; FONCK en Lexicon Bibl., I, 799.

Fuente: Bechtel, Florentine. «Cedar.» The Catholic Encyclopedia. Vol. 3. New York: Robert Appleton Company, 1908. 26 Jan. 2012
http://www.newadvent.org/cathen/03473a.htm

Traducido por Luz María Hernández Medina.

Fuente: Enciclopedia Católica