EGERIA

DicEc
 
El descubrimiento en 1884 del Itinerarium-Peregrinatio ad loca sancta, el diario de viaje de Egeria (llamada antes Eteria o Silvia), ha planteado cuestiones todaví­a no resueltas. Hay en la actualidad consenso más o menos general acerca del nombre de la autora y la fecha de su peregrinación desde Galia (en España, aunque antes se hablara de las Galias), a Egipto, el Sinaí­, Palestina y Constantinopla (381-384). Se trataba al parecer de una especie de religiosa, y su obra tiene la forma de cartas a sus «hermanas». Su latí­n vulgaris, con una mezcla de clasicismos y helenismos, fascina a los filólogos.

Los lugares sagrados del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento eran bien conocidos en su época, y habí­a en ellos iglesias y ceremonias litúrgicas. Su testimonio acerca de la liturgia a la que asistió en Jerusalén (desde el c. 24 hasta el final, incompleto, en el c. 49) es de excepcional interés. La Iglesia contaba allí­ con monjes y >ví­rgenes, que desempeñaban ciertas funciones litúrgicas especí­ficas; distingue además los oficios litúrgicos a los que asistí­a una gran cantidad de laicos de aquellos en los que sólo estaban presentes unos cuantos. Los oficios consistí­an en salmos y oraciones, así­ como en lecturas. Los catecúmenos (>Catecumenado) podí­an estar presentes en algunos de ellos. Habí­a ceremonias para catecúmenos similares a las que encontramos en otras partes (c. 46).

En todos los lugares encontraba monjes, por lo general eremitas, que a menudo estaban con un sacerdote que celebraba la liturgia. Veí­a a mujeres en celdas monásticas (cc. 23 y 28). Muchos de los obispos con los que se encontró a lo largo de sus viajes habí­an sido anteriormente monjes. Egeria estaba continuamente impresionada por la santidad de los monjes y obispos; las Iglesias descritas por ella no dan muestras de la laxitud que siguió a la época de las persecuciones. La Iglesia, con un laicado comprometido, se reuní­a en torno a la liturgia y tomaba con toda radicalidad de las Escrituras la inspiración para la vida.

Christopher O´Donell – Salvador Pié-Ninot, Diccionario de Eclesiologí­a, San Pablo, Madrid 1987

Fuente: Diccionario de Eclesiología

Vida: Nacida en Galicia — y no en las Galias como sostuvo Geyer — a mediados o finales del s. IV, denominada Eteria por Férotin, era una dama educada, ligada a una comunidad religiosa que, en opinión de A. Hamman, tení­a más en común con un beaterí­o que con un monasterio. Aunque noticias bajo-medievales la consideran abadesa, tal dato resulta muy discutible. Su viaje a Tierra Santa ha provocado controversias numerosas en lo relativo a su datación: el 415-418 (E. Dekkers), el 414-416 (Lambert), según J. Campos en el 380 y el 381-384 para P. Devos.

Obra: Su única obra, de enorme importancia por otra parte, es el Itinerario o Peregrinación a los santos lugares. En ella narra cuatro viajes que son descritos con una profusión enorme de datos relativos a las conexiones bí­blicas, históricas y litúrgicas. Asimismo proporciona información muy importante en relación con la organización eclesial y con la vida monástica.

VIDAL MANZANARES, César, Diccionario de Patrí­stica, Verbo Divino, Madrid, 1992

Fuente: Diccionario de Patrística