Job 36:2 todavía tengo r en defensa de Dios
Dan 4:36 el mismo tiempo mi r me fue devuelta
Act 25:27 parece fuera de r enviar en preso, y no
1Pe 3:15 os demande r de la esperanza que hay en
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Facultad humana de relacionar y coordinar las relaciones de manera sucesiva (discurrir) y de forma reiterativa y persistente (reflexionar). La razón es facultad o capacidad, pero también es ejercicio y acto, al que se llama razonamiento.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa
(v. ciencia y fe, conciencia, formación intelectual, hombre, libertad, persona-personalidad, verdad)
(ESQUERDA BIFET, Juan, Diccionario de la Evangelización, BAC, Madrid, 1998)
Fuente: Diccionario de Evangelización
De este término tenemos casi tantos significados como perspectivas filosóficas ha producido la historia del pensamiento. En el intento de dar una definición genérica y sumaria, podemos decir que esta palabra significa aquella facultad constitutiva del ser humano, por la que éste conoce y juzga de lo real de manera discursiva Y gradual.
Entendido de este modo, él conocimiento racional o el razonamiento se distingue del conocimiento intuitivo o inmediato y toma el carácter de mediación.
Se comprende bastante fácilmente que la antigUedad griega identificara los términos razón y discurso, expresándolos tanto al uno como a la otra con la palabra logos, que en el cristianismo recibirá una connotación absolutamente original y, desde luego, ajena a la perspectiva inmanentista y neopagana, propia por ejemplo de los ambientes estoicos.
Si la época de la cristiandad subrayó con energía el carácter creatural de la razón humana, como huella de Dios en el hombre o del Logos divino en la mente humana, la modernidad filosófica ha ido afirmando gradualmente la separación entre la razón y la fe y la autonomía absoluta de la razón, significativamente expresada en la fórmula kantiana de la «razón pura», señora absoluta dentro de cuyos límites es preciso investigar sobre la misma autenticidad de la religión. La Ilustración se convertirá entonces en el siglo de la razón, que celebrará su apoteosis victoriosa en el famoso episodio de la entronización de la diosa Razón en el altar de Notre Dame (lO de noviembre de 1793).
La idea de una razón separada parece haber entrado hoy fuertemente en crisis, dado el terror producido por el ejercicio de la sola razón; sin embargo, la fórmula de la razón creyente o de la razón redimida, propia de la filosofía cristiana, sigue encontrando notables dificultades y no sólo entre la filosofía laica. Para el teólogo sigue siendo imprescindible el papel de Cristo respecto a la razón humana. De este modo, si por un lado la razón humana se presenta -bajo el signo del pecado- como débil y enferma en su búsqueda de la verdad, una vez que se ha realizado la redención, Cristo libera a la filosofía dotándola de una razón restaurada Y consolidada en todas sus potencialidades.
Desde el punto de vista del método teológico, se utiliza el término «razón teológica » en el momento especulativo de la teología, es decir, cuando el teólogo, una vez escuchado y penetrado lo más profundamente posible el misterio (momento positivo), trabaja por la conexión, sistematización, organización y reproposición del dato de fe, formulando debidamente su expresión. También en este momento -como en el anterior pero desde otra perspectiva- el teólogo necesita acudir a una sana y profunda filosofía, para que su trabajo no se reduzca a una recopilación erudita de los elementos sacados del estudio de las fuentes.
N Ciola
Bibl.: M. Blondel, Exigencias filosóficas dei cristianismo, Herder, Barcelona 1966; M Nédoncelle, ¿Existe una fiiosofía cristiana. Andorra 1958; M, A. Quintanilla, A favor de la razón, Madrid 1981; Instituto Fe y Secularidad, Convicción de fe y critica racional, Sígueme, Salamanca 1973.
PACOMIO, Luciano [et al.], Diccionario Teológico Enciclopédico, Verbo Divino, Navarra, 1995
Fuente: Diccionario Teológico Enciclopédico
A. NOMBRES 1. logos (lovgo», 3056), palabra, etc., tiene también el significado del mismo pensamiento interno, cuenta, consideración, razón. Se traduce «razón» en Act 19:40, de una reunión del pueblo; 1Pe 3:15, de la razón de la esperanza que tiene el cristiano. En VM se traduce «razón» en Act 18:14, en la frase «sería de razón», kata logon, lit. «según razón yo os toleraría», como lo traduce Besson; en RV, RVR, RVR77: «conforme a derecho yo os toleraría». Cf. Mc 5.36 (VM). En Phi 4:15 (RV, RVR), se traduce «razón» en el sentido de «asunto» (VM: «materia»). Véanse ASUNTO, CAUSA, COSA, CUENTA, DECIR, DERECHO, DICHO, DISCURSO, FAMA, HABLAR, HECHO, MANDAMIENTO, MENSAJE, NOTICIA, PALABRA, PLEITO, PREDICAR, PREGUNTA, PROPUESTA, RUDIMENTO, SENTENCIA, TRATADO, VERBO. 2. alogos (a[logo», 249), traducido «irracionales» en 2Pe 2:12; Jud_10 (RV: «brutas»), significa «carentes de razón». La traducción «irracionales» da el sentido más directo, aunque «brutas» no es un término inapropiado, como señala J. Hastings, por cuanto «brutas» procede del latín brutus, que significa torpe, irracional. En Act 25:27 se traduce «fuera de razón» (RV, RVR, RVR77, VM, Besson), esto es, «irrazonable». Véase IRRACIONAL. 3. apologia (ajpologiva, 627), véase DEFENSA bajo DEFENDER, B. Se traduce «razón» en Act 22:1 (RVR: «defensa»); véanse también RESPONDER, RESPUESTA. B. Verbos 1. perpereuomai (perpereuvomai, 4068), jactarse, ser jactancioso [véase JACTANCIOSO (SER) bajo JACTANCIA, B, Nº 4]. Se traduce en la RV «no hace sinrazón» (RVR: «no es jactancioso»).¶ 2. apologeomai (ajpologevomai, 626), hacer una defensa, hablar en defensa. Se traduce «dar razón» en Act 19:33 (RV; RVR: «hablar en su defensa»). Véase DEFENDER, A, Nº 2, y también ALEGAR, DISCULPAR, HABLAR EN DEFENSA, RESPONDER.
Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento
La psicología del NT (1) enfatiza la unidad de la persona psicofísica, y (2) emplea una terminología uniformemente popular y no técnica. De acuerdo con esto, las palabras griegas que se pueden traducir «razón», «razonable», cubren un amplio espectro. Así arestos que en Hch. 6:2 se traduce «justo» (RV60), significa primariamente «agradable», «aceptable». Las palabras que se acercan más a nuestro concepto de razón son logos («palabra, razón, ciencia»), nous (mente, entendimiento), frēn («entendimiento»), y sus derivados. Sunesis, de suniēmi (sun y hiēmi, «enviar junto»), también se traduce «entendimiento».
Este fenómeno sugiere (y la historia del pensamiento occidental lo confirma) que la palabra razón se emplea con matices de significado muy variados. Común a todos ellos, quizás, sean los conceptos de organización sistemática en términos, no de detalles, sino de conceptos universales y un valor o confiabilidad consecuente. La palabra puede pretender tales características para cualquier punto de vista de la realidad o de alguna porción de ella, o para una actividad del ser por la cual es conocida la realidad.
Así, cuando se define al hombre como un animal racional», se está señalando la razón como la característica o competencia del hombre que lo distingue de todos los animales—característica o competencia que consiste en la habilidad del hombre para conocer la realidad, no solamente en función de los detalles sensoriales, como los demás animales, sino en función de proposiciones generales lógicamente organizadas. Aun entonces podría haber grandes diferencias en lo que se piensa qué es la razón. Podría ser considerada como una pura «máquina lógica»: una especie de idea individual en su forma más elevada, muy apreciada por los pensadores del siglo dieciocho (cf. Thomas Paine, The Age of Reason. Nótese que Arnold Lunn, en un completo rechazo de esta concepción, critica todo este movimiento como una huida de la razón; cf. su libro Flight from Reason). Pero, cuando se concibe de este modo, la razón podría ser considerada como creadora de verdad, como es el caso de los racionalistas continentales (desde Descartes hasta Wolff), o como un simple coordinador de impresiones sensoriales dispersas en las cuales se piensa que radica la verdad, como es el caso de los sensacionalistas ingleses (Locke, pasando por Hume y los pensadores ingleses posteriores). Por otra parte, la razón como característica distintiva del hombre puede ser concebida en forma más amplia. Puede ser identificada con la conciencia o estado consciente en su totalidad, como «órgano» de la verdad, que involucra el «sentimiento» (como es el caso de Hermann Lotze) y/o la «volición» (cf. William James, The Will to Believe). O, podría ser considerada en forma más amplia aun, como el yo total, incluyendo el «subconsciente», en una de sus actividades características.
La razón, así entendida, se atribuye primariamente a individuos; pero los románticos y otros en el siglo diecinueve, especialmente cuando estaban preocupados de desarrollar una filosofía de la historia, o de ciertos énfasis sociológicos, representaban la razón como residente en la humanidad, o en un grupo humano menor, considerado como una unidad orgánica, y que solamente se reflejaba en los individuos o se les participaba parcialmente a ellos. El romántico racionalista, como Hegel, iba más allá, como anteriormente lo habían hecho los estoicos, y como la ciencia lo hace en forma implícita, identificando la razón con la realidad. Hegel pensaba en la realidad como razón, que evoluciona según su lógica dialéctica inherente de tesis—antítesis—síntesis. Esta razón evoluciona hacia la autoconsciencia en la filosofía, la cual recibió expresión simbólica en la religión y realización concreta en el estado. Marx «sostuvo esta concepción hegeliana cabeza abajo», aplicando el proceso dialéctico a un desarrollo económico materialista a través de la lucha de clases.
En Kant, la razón (Vernunft) es el poder por el cual se captan a priori los primeros principios, en contraste con el entendimiento (Verstand) en el cual el proceso intuitivo, estimativo tiene su parte. Pero esta distinción fue invertida completamente por Jacobi cuando identificó Vernunft con Glaube, la fe—actividad intuitiva por la cual se captan las verdades «espirituales». En esto fue seguido por Schleiermacher, Coleridge, Emerson y otros.
Razón puede referirse a un proceso: razonar, raciocinio, si se la concibe en forma más o menos amplia. Según Pringle-Pattison (The Idea of God, p. 62) así es como empleaba la palabra J. Balfour. Y, además, una razón es una declaración de hecho por la cual se trata de vindicar una creencia o una acción; por ejemplo, dar «razón de la fe que hay en vosotros».
BIBLIOGRAFÍA
- Brunner, Revelation and Reason; L.H. DeWolf, The Religious Revolt Against Reason; N.F.S. Ferré, Faith and Reason; K. Jaspers, Reason and Anti-Reason in Our Time; H.R. Niebuhr, Resurrection and Historical Reason.
Andrew Kerr Rule
RV60 Reina-Valera, Revisión 1960
Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (508). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.
Fuente: Diccionario de Teología