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Prenda cuadrada, del vestido exterior griego, que se usaba indistintamente para hombres y mujeres. Se hacia de lana y luego de seda.
Pasó en Oriente a ser prenda de distinción reservada a nobles, reyes y magistrados al igual que en Occidente quedó la toga. Con el tiempo quedó como privativa del Pontífice romano o de príncipes eclesiásticos como son los cardenales o los arzobispos.
La tradición fue variando el uso del palio e incluso las formas, según fuera sus destinatarios o usuarios. El palio de seis cruces bordadas en seda quedó como insignia del Papa. Las otras formas de palio se las envía todavía hoy el Papa a los Arzobispos que no pueden ir a recogerlo personalmente a Roma cuando son designados para esa dignidad.
También se denomina palio, por extensión, al paño de seda sostenido en forma de dosel por cuatro o seis varas largas, con que se cubre al Stmo. Sacramento en las procesiones eucarísticas, a las autoridades religiosas cuando visitan una comunidad o pueblo e incluso a autoridades civiles que visitan una institución o lugar sagrado. Se convierte este emblema religioso en signo de respeto y de comunión.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa
Fuente: Enciclopedia Católica