PABLO. EREMITAS DE SAN

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Solitarios que se divulgaron desde Hungrí­a hacia el 1250 y se extendieron sobre todo por Francia y Portugal, intentando ya en la Edad Media imitar las virtudes y el espí­ritu de los antiguos Padres del desierto. El espí­ritu de San Pablo ermitaño fue uno de los más cautivadores de la Iglesia antigua.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa