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Vasija, estuche o pequeño sarcófago de piedra, cerámica o excepcionalmente de otras materias menos duraderas. Se preparaba para contener los huesos de un difunto significativo. Parece en las culturas del Oriente y de Egipto y también fue usado en el siglo I entre griegos, romanos y judíos. De ellos pasó la costumbre a los cristianos, que frecuentemente los usaron para guardar los huesos de los mártires y convertirlos en relicarios ante los que se formulaban plegarias y ofrendas. Fueron objeto frecuente de expresiones artísticas.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa