METODISMO

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Secta o movimiento relacionado con el anglicanismo. Fue organiza por los hermanos John y Charles Wesley a finales del siglo XVIII, para superar las tensiones que habí­a en la Iglesia anglicana. Ambos hermanos eran hijos de un ministro anglicano y se mantuvieron en lo esencial adictos a la religión familiar.

Defendieron la doctrina de la perfección cristiana y de la salvación personal por medio de la fe. Se ganaron muchos adeptos en las clases obreras inglesas, que se sentí­an muy poco atraí­das por el formalismo que les exigí­a la Iglesia anglicana y ellos añadieron una dimensión más humana y piadosa, no a sus creencias doctrinales que siguieron siempre anglicanas, sino a sus expresiones de culto, piedad y celebración.

Fue combatido por los clérigos anglicanos. Al prohibirse a ambos hermanos predicar en los templos anglicanos, comenzaron a realizar reuniones al aire libre. El fervor religioso de los primeros adeptos fue importante para su difusión. John Wesley nunca rompió con la Iglesia anglicana. Pero sus adeptos se sintieron en el Reino Unido y América del Norte cada vez más alejados de la formalidad del anglicanismo

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

DicEc
 
John >Wesley (1703-1791) señaló como origen del metodismo el «club santo» de creyentes espiritualmente comprometidos de Oxford, del que él y su hermano Charles eran miembros. Más tarde John se convirtió en su dirigente. «Metodismo» fue originariamente un término peyorativo usado en relación con el club, pero el mismo Wesley lo interpretó como una búsqueda metódica de la santidad bí­blica dentro de la Iglesia de Inglaterra.

John y Charles Wesley fueron como misioneros a Estados Unidos en 1736, y a su regreso, en 1738, ambos recibieron una segunda conversión. Tras esto, John empezó a predicar al aire libre a los que nunca habí­an entrado en una Iglesia, y mucho menos habí­an sido miembros de la Iglesia establecida de su tiempo. Era una predicación acerca de Cristo y la Trinidad, y un mensajegozoso de salvación (en contra de la predestinación calvinista). La necesidad de nombrar ministros llevó a John Wesley, que era sacerdote, a «escoger» u ordenar a Thomas Cole (+ 1814) como superintendente en América, con autoridad para establecer una Iglesia independiente (1784). El término «superintendente» fue sustituido en 1787 en Estados Unidos por el de «obispo», término que sin embargo no fue usado en Inglaterra.

Al principio John Wesley no tuvo en ningún momento intención de fundar una Iglesia, sino que querí­a inspirar y organizar un movimiento de renovación eclesial. Su agrupación se convirtió más tarde en una Iglesia aparte. En el siglo XIX hubo varios cismas tanto en Inglaterra como en Estados Unidos, y durante este mismo siglo la Iglesia metodista perdió el profundo sacramentalismo de los hermanos Wesley, alineándose más en posiciones inconformistas. La Conferencia metodista ecuménica (1881) fue el inicio de la superación de las divisiones. En la VIII Conferencia (1951) se adoptó el nombre de Conferencia Metodista mundial (CMM). La CMM se reúne cada cinco años.

Desde el principio el ethos metodista se encerró en cuatro «nuestros»: «nuestras doctrinas» (la justificación por la fe, seguridad y nuevo nacimiento), «nuestros himnos» (principalmente el inmenso tesoro de los magní­ficos himnos de John Wesley), «nuestra literatura» (los breves tratados y sermones de John Wesley), «nuestra disciplina» (principalmente las estructuras del metodismo). Aunque no se use esta palabra, la estructura del metodismo es generalmente colegial; sin embargo, en Estados Unidos hay obispos. El metodismo está organizado en sociedades, distritos y conferencias anuales. Hay una gran participación de los laicos en el ministerio; el ministerio ordenado está abierto a las mujeres.

En una declaración metodista evangélica se dice que la Iglesia es auténtica «allí­ donde se predica y enseña la pura palabra de Dios, donde en obediencia al mandato de Cristo se celebran los sacramentos del bautismo y de la sagrada comunión, donde los dones del Espí­ritu Santo edifican el cuerpo y lo hacen crecer espiritualmente, donde el Espí­ritu de Dios crea una comunión de amor y atención, y una entrega en el testimonio y el servicio al mundo, y donde se administra la disciplina con amor bajo la guí­a de la palabra de Dios. La Iglesia, como esposa de Cristo, se unirá finalmente a su Señor en el triunfo de la gloria». En la declaración se incluyen temas tí­picamente wesleyanos como el amor a Jesús en el Espí­ritu, la santificación y el compromiso social.

Para su época, John Wesley estaba sorprendentemente libre de prejuicios religiosos. Los metodistas han representado un papel importante en los esfuerzos ecuménicos. Han mantenido una relación única con la comunión anglicana (>Anglicanismo). En las Iglesias del sur (1947) y el norte de la India (1970), los metodistas han logrado unirse. En Inglaterra hubo dos intentos de unir ambas Iglesias (en 1969 y en 1972), fracasados los dos por la cuestión del modo en que los metodistas «asumirí­an el episcopado en su sistema». La Conferencia de Lambeth de 1988 manifestó su deseo de iniciar de nuevo el diálogo con el Consejo Metodista Mundial, el cual mostró su asentimiento en 1989.

En la actualidad están en curso otros muchos diálogos. La Federación Luterana Mundial y el CMM llevaron a cabo conversaciones bilaterales entre 1977 y 1984. Con los luteranos estadounidenses han realizado estudios sobre el episcopado y el bautismo. En 1990 se decidió que habí­a que iniciar encuentros con los ortodoxos, que comenzaron en 1992. El diálogo con las Iglesias reformadas ha revelado un notable grado de coincidencia, que en algunos lugares ha llevado a la unión a nivel local.

Desde 1967 ha habido diálogo entre la CMM y la Iglesia católica. La comisión conjunta informó sobre una amplia serie de temas a los encuentros de la CMM de Denver (1971) y de Dublí­n (1976); en el encuentro de Honolulú (1981) se presentó el documento Hacia una declaración común sobre el Espí­ritu Santo; en el de Nairobi (1986), Hacia una declaración sobre la Iglesia; y en el de Singapur (1991), La tradición apostólica.
Todos estos diálogos se caracterizan por una particular insistencia en la santidad y en la comunión (koinónia), que son un don peculiar de los metodistas dentro del movimiento ecuménico.

Christopher O´Donell – Salvador Pié-Ninot, Diccionario de Eclesiologí­a, San Pablo, Madrid 1987

Fuente: Diccionario de Eclesiología