MARCOS. SAN

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Evangelista, identificado según la tradición con el Juan Marcos que acompañó a Pablo en el segundo viaje (Hech. 15,39; Col. 4.10 2 Tim. 4.11).

La tradición le identificó con poca garantí­a con uno de los 72 discí­pulos que seguí­an de cerca a Jesús. Y le relacionó también con S. Pedro. Es posible que su casa en Jerusalén fuera el Cenáculo donde Cristo realizó la Ultima Cena e instituyó la Eucaristí­a y donde los Apóstoles recibieron al Espí­ritu Santo en Pentecostés.

Pablo no quiso llevarle en el siguiente viaje por haberse marchado en Chipe. Luego parece que predicó con Bernabé en el mismo Chipre y en otros lugares, probablemente en Alejandrí­a., Es muy probable que acompañó durante algún tiempo a Pedro, incluso en su viaje a Roma, en donde le sirvió de intérprete y le ayudo en su labor. Pedro, en su carta le llama «hijo querido» (1 Pedr 5.13). Es probable que escribiera su texto evangelio en esta ciudad, pues refleja cierta orientación hacia los gentiles y, a pesar de ser el más breve, habla mucho de Pedro y de sus cosas. Es casi seguro que fue el primer Evangelio escrito y que la fecha no puede ser antes del 50, pero tampoco posterior al 60.

Su Evangelio empieza por la misión de Juan Bautista, cuya «voz clama en el desierto». De ahí­ que se simbolice a Marcos por medio de un león a sus pies, porque el león, animal de la visión del profeta Ezequiel, hace estremecer el desierto con sus rugidos.

La tradición indica que el cuerpo de Marcos fue trasladado a Venecia, ciudad que lo tiene como patrono en el siglo IX.

(Ver Evangélicas. catequesis 3)

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa