v. Diablo, Satanás
Mat 10:25 si al padre de familia llamaron B
Mat 12:24; Luk 11:15 echa .. demonios sino por B
Beelzebú (gr. Beelzebóul y Beezebóul, «Señor de las moradas infernales»). Nombre del jefe del mundo demoníaco, Satanás; príncipe supremo de los demonios (Mat 10:25; 12:24-29; Mar 3:22-27; Luk 11:15-22). En la literatura cananea de Ugarit la palabra zbl significa «príncipe», y la forma zbl B’l, «Príncipe Baal» (así aparece en algunos textos, con los componentes de Beelzebú invertidos); por ello, el nombre se referiría al antiguo dios cananeo Baal. Otra explicación dice que Beelzebú quiere decir «Señor del estiércol [estercolero]», puesto que en hebreo tardío zebel significa «estiércol». Los Rollos del Mar Muerto y la literatura rabínica antigua usan zbl para nombrar uno de los 7 cielos de la tradición judía: la morada del maligno; de modo que Beelzebú significaría «Señor de la morada del maligno». Véase Baal-zebub.
Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico
†¢Baal-zebub. †¢Satanás.
Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano
tip, DIAB
ver, BAAL
vet, Nombre que se da en varios pasajes del Nuevo Testamento al «príncipe de los demonios» (Mr. 3:22; Mt. 10:25; 12:26). (Véase BAAL).
Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado
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En la tradición farisea, parece ser el príncipe de los malos espíritus. Es, pues, sinónimo del jefe de los demonios. A él le atribuían el poder taumatúrgico de Jesús (Mt. 10.25) El Señor los rebatía indicando que «todo reino dividido termina por destruirse».
Probablemente el nombre es repetición y recuerdo del Baal-zebub, que venía a significar despectivamente «señor de la moscas o del estiércol» (zabâl en hebreo es estercolar).
También hay quien relaciona el nombre y el personaje con el Baal arcaico de las divinidades fenicias y arameas (Juec. 6.25; 1 Reg. 16.31).
(Ver Baal)
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa
En el AT el nombre Beelzebú, «Señor de las moscas» (2 R. 1:2ss.) se usa para referirse a un dios de los filisteos. En el NT los judíos lo usaron como epíteto del príncipe de los demonios (Mt. 12:24). «Es un fenómeno muy conocido de la historia de las religiones que los dioses de una nación llegan a ser los diablos de sus vecinos o enemigos» (T. Rees en ISBE). Algunos de los contemporáneos de Jesús lo ofendieron alegando de que él estaba poseído por Beelzebú, y que por él hacia milagros (Mr. 3:22). Jesús era capaz de sacar a la luz lo infundado de la acusación, y al hacerlo afirmó fuertemente que sus obras eran una verdadera prueba que el Reino de Dios había llegado (Lc. 11:14–20).
Everett F. Harrison
ISBE International Standard Bible Encyclopaedia
Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (84). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.
Fuente: Diccionario de Teología