JUDAS MACABEO

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Fue el heredero de la rebelión del sacerdote Matatí­as contra los reyes del imperio de los Seléucidas. Matatí­as se alzó contra Antí­oco IV Epifanes el 160. Murió el 166 y dejó a su hijo la consigna de seguir luchando por el pueblo.

Los cinco años de lucha de Judas fueron duros y crueles. Se le llamó martillo (macabeo) por su audacia y eficacia. Con unos miles de seguidores derrotó a enemigos numéricamente superiores y mejor armados. Liberó Jerusalén, purificó el Templo profanado y logró del rey seléucida un reconocimiento de libertad religiosa. En la última batalla en Bet-Jorón (al noroeste de Jerusalén) triunfó, pero fue rodeado por otro ejército y murió en la refriegas cerca de Elsa el 161 a.C.

Su recuerdo quedó como el de un gran liberador de Israel. Sus hermanos Jonatán de 161 a 142) y Simón (de 142 a 134) siguieron la lucha durante 30 año como sacerdotes y como gobernantes. El hijo de Simón heredó el reino fundado y el nieto Aristóbulo I tomo el titulo de rey, en medio de las disensiones entre los diversos grupos que se fueron formando en el Pueblo.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Tercer hijo del sacerdote Mataías, que con su familia, fue el centro y alma de la revuelta patriótica y religiosa de los judíos contra el Rey de Siria (I Mach., ii, 4). Se han hecho varias conjeturas acerca del origen de su apellido. El nombre parece ser derivado de la voz siria maqqaba (martillo o maza) y se dió con referencia a la proeza aplastante desplegada por Judas contra los enemigos de la nación, es equivalente al nombre Martel dado a Charles Martel. Judas fue designado, por su agonizante padre, como el nuevo líder de la banda de soldados guerrilleros en el año 167 a. C., y permaneció en mandato hasta el 161. Estaba animado con gran fe en el apoyo del Señor, por la bondad de la causa. Comenzó sus operaciones militares sorprendiendo y quemando muchos pueblos que se habían manifestado en favor de los enemigos de Israel, y cuando fuerzas armadas regulares fueron enviadas para poner fin a su acoso, no dudó en enfrentarlas en el campo (II Mach. , viii, 1-7). Demostró que fue un táctico excelente y un guerrero intrépido. Entre sus hazañas militares se menciona la derrota y muerte de Apolonio, saqueador reciente de Jerusalén, y la completa derrota de las fuerzas sirias, conducidas por el delegado gobernador Seron, en un encuentro en Bethoron (I Mach., iii 10-24). Otros líderes sirios también fueron vencidos por Judas, los visires, Gorgias y Nicanor, Timoteo, Bachides, y Lysias (I Mach., iii, 10-iv, 35).

Estas victorias permitieron una tregua durante la que Judas prestó atención a las condiciones ruinosas en que había quedado la ciudad de Jerusalén y cómo había sido ignominiosamente profanado el Templo. Destinando un cuerpo de hombres armados para mantener en jaque la guarnición siria, que todavía ocupaba la ciudadela, el líder judío comenzó a renovar y purificar el santuario, siendo ayudado en el trabajo por los sacerdotes. Cuando la renovación estuvo completada el nuevo servicio del Templo fue inaugurado por una fiesta de rededicación que duró ocho días, siendo decretado que de aquí en adelante en memoria de este suceso, una fiesta anual, también de ocho días debía celebrarse. (I Mach., iv, 36-59,; II Mach., x, 1-8; John, x, 22). Algunas de las tribus vecinas, alarmadas por el progreso de los judíos, se levantaron en armas contra ellos, pero fueron vencidos fácilmente por Judas que entonces redobló todas sus energías para llevar una expedición exitosa a la guerra de independencia contra Siria. Durante tres años mantuvo esta tarea ardua e implacable con energía, paciencia y éxitos variables. Mientras tanto, envió mensajeros a Roma para afianzar la protección del Gobierno contra la opresión de los sirios. La misión fue diplomáticamente exitosa, pero antes que las negociaciones fueran conocidas en Oriente, Judas fue vencido y muerto en el campo de batalla, en Laisa (161 a.C.) (I Mach., iv, 60-ix, 18; II Mach., x-xv).

BEURLIER en VIGOUROUX, Dict. de la Bible, s.v. Judas Machabée; GIGOT, Outlines of Jewish History, xxviii,§2,1.

JAMES F. DRISCOLL
Transcripto por Listya Sari Diyah
Traducido por José Luis Anastasio

Fuente: Enciclopedia Católica