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Situación mental de debilidad e insuficiencia que reclama una atención educativa y un apoyo social y familiar fuerte, por la incapacidad de desenvolverse con autonomía.
Normalmente en término de coeficientes mentales pertenece a esta categoría el disminuido que e mueve en torno al coeficiente de 0,50. En la realidad operativa, el nivel mental de imbecilidad se atribuye a quien puede adquirir algunos conocimientos escolares, algún lenguaje sobre todo oral y aprender elementos de convivencia, aunque insuficientes para ser autónomo, así como lograr algunos hábitos de higiene para no ser carga familiar.
La OMS prefiere identificarlo con el escolar que a los 20 años adquiere un nivel académico de los primeros cursos de Educación Primaria (2º o 3º).
Religiosamente estas personas pueden tener unas primeras ideas religiosas, no abstractas, sino concretas. Su afectividad les permiten fácil adhesión a las figuras religiosas: Jesús, María, algunos santos. Están capacitadas en lo fundamental, y con apoyo familiar y catequístico, para la recepción de la primera comunión y para el aprendizaje de algunas plegarias muy sencillas. Reclaman un trato adecuado, oportuno, amoroso, que sólo pueden dar catequistas especializados y generosos.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa