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Nombre (eidillion, en griego) que puso Teócrito a los poemas pastoriles, escritos con dulzura, nostalgia, emoción y sentido bucólico y con temática amorosa. Luego se aplicó a los lances amorosos, que hicieron el término extensivo a los estados emotivos incluso místicos de amor divino
Por eso aparece la expresión con frecuencia en la literatura mística del siglo XVI y en diversos poemas o páginas teñidas de ternura espiritual.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa