FANTASIA

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Cualidad o facultad humana que nos permite combinar las imágenes que recibimos por los sentidos y producen en nuestra mente otras imágenes nuevas.

La imaginación es facultad para elaborar y actuar con imágenes. Si las imágenes se retienen y se evocan cuando conviene se habla de memoria. Pero si hablamos de combinación de imágenes, se alude a la fantasí­a.

Las imágenes de los sentidos depositadas en la mente (en la memoria) pueden ser objeto de varias acciones: incremento en tamaño o forma, disminución, suma o fusión, resta o supresión. Y se pueden poner en funcionamiento en estado de sueño (y se producen sueños o ensueños) o en estado de vigilia (y se producen fantasmas) que continuamente fluyen en la mente.

La fantasí­a es la base de la acción mental, pero pueden producirse desajustes, como la alucinación (producción de imágenes sin estí­mulos externos) o la ilusión (falsa interpretación de sensaciones que la fantasí­a mal interpreta)

Y es facultad imprescindible para la presentación del mensaje cristiano, como lo es para cualquier otro terreno del saber. La fantasí­a debe ser usada con moderación y correcta orientación, siempre en forma positiva y rechazando las formas negativas, punitivas o represivas. Los miedos religiosos (fantasí­as del infierno, de los castigos, de la muerte, etc.) son contraproducentes para educar bien a la persona. Pero sensorializar excesivamente la figuras positivas: cielo, premios, santos, etc. tampoco es conveniente para una buena educación de la fe, que es siempre un don espiritual y trascendente.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa