ATRIO

Exo 27:9 asimismo harás el a del tabernáculo
Exo 38:9 hizo asimismo el a .. de lino torcido
Psa 65:4 atrajeres a ti, para que habite en tus a
Psa 84:2 anhela mi alma .. desea los a de Jehová
Psa 92:13 en los a de nuestro Dios florecerán
Psa 100:4 entrad por .. por sus a con alabanza
Psa 116:19 los a de la casa de Jehová, en medio
Isa 62:9 lo beberán en los a de mi santuario
Jer 19:14 se paró en el a de la casa de Jehová
Mar 15:16 los soldados le llevaron dentro del a


Atrio (heb. jâtsêr, jâtsîr, ‘azârâh). Espacio amurallado, sin techo, conectado con una vivienda (2Sa 17:18), un palacio (1Ki 7:8), el tabernáculo (Exo 40:8) o el templo (1Ki 6:36; figs 116, 498, 499, 525). Los atrios de algunos palacios eran tan grandes que tení­an un jardí­n (Est 1:5). Como el área cerrada que rodeaba el templo de Salomón estaba dividida en sectores por muros o edificios, se usa la expresión «atrios» (2Ki 21:5; Psa 65:4; 84:2). En tiempos de Jesús tení­a 4 atrios: (1) «el atrio de los gentiles» -o atrio exterior)-, accesible a todos los adoradores no importando su raza o afiliación religiosa; (2 y 3) el atrio interior, que se dividí­a en (a) «atrio de las mujeres», accesible a todos los judí­os, sin interesar su edad o sexo; y (b) «el atrio de Israel», al cual sólo podí­an entrar los judí­os varones; y (4) «el 117 atrio de los sacerdotes», donde sólo actuaban el personal eclesiástico. Véase Patio.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

Es un patio cercado, en el interior de alguna edificación. En la Biblia se utiliza la palabra refiriéndose mayormente al a. del †¢tabernáculo (Exo 27:9-13). También a los a. del †¢templo de Salomón (1Re 6:36; 1Re 7:12; 2Cr 4:9). Por eso, entrar en los a. de Dios significa penetrar en el templo. Los a. de Dios son lugar de bienaventuranza (Sal 65:4). Es †œmejor un dí­a en† esos a. †œque mil fuera de ellos† (Sal 84:10). En la visión del templo que recibió Ezequiel hay numerosas referencias al a. (Eze 40:14-47). En el templo construido por †¢Herodes se añadió un a. más, de manera que habí­a tres, uno para los gentiles, otro para los israelitas y otro para los sacerdotes.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, CONS ARQU

vet, Patio rodeado de columnas que habí­a en los templos y edificios antiguos. En el templo de Salomón habí­a dos patios llamados atrios: (a) el interior, donde se encontraba una gran piscina llamada «mar de bronce», y que serví­a para las purificaciones rituales (1 R. 6:36), (b) y el grande, o sea aquel en el cual se encontraba el Tabernáculo y la casa de Salomón (1 R. 7:12). El Templo conocido en la época de Jesús, o sea el herodiano, edificado por Herodes el Grande, conservó la estructura salomónica, pero tuvo una altura mayor y unas adiciones considerables. Se amplió al doble la explanada que lo rodeaba, para que tuviese tres atrios nuevos. El del exterior era accesible a todos, por lo cual era llamado «atrio de los gentiles», y estaba construido en piedra, y contaba con inscripciones en griego y latí­n, amenazando con la pena capital a quien traspasase los lí­mites reservados a los paganos. Dos de estas inscripciones han sido recuperadas. Sus lados oriental y meridional estaban cubiertos por suntuosos pórticos, a los que se daba el nombre de «Pórtico de Salomón» y «Pórtico Real» (Jn. 10:23; Hch. 3:11; 5:12). El atrio interior, rodeado de fuertes muros, estaba reservado a los judí­os. Se dividí­a en «atrio de mujeres» y «atrio de los israelitas». Más allá se encontraba «el atrio de los sacerdotes» y en él el altar de los holocaustos.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

El templo de Jerusalén, reconstruido por Herodes, tení­a varios atrios: el de los sacerdotes, el de los hombres, el de las mujeres. Todos ellos perfectamente separados. Las escenas que nos narran los evangelistas sobre las limosnas que se echaban en el tesoro del templo, la presentación del Niño Jesús y el episodio de la mujer adúltera (Mc 12,41-44; Lc 2,28-38; Jn 8,2-11), hay que situarlas necesariamente en el atrio destinado a las mujeres. Este atrio femenino estaba circundado de fuertes murallas y contaba con varias puertas, entre las que merece descollar «la puerta dorada». Existí­a, ya en el exterior del templo, el llamado «atrio de los gentiles», sin accesos ulteriores, destinado a los visitantes, adornado con pórticos y columnatas, entre los que merece descollar el pórtico de Salomón (Jn 10,23). En este atrio hay que situar las escenas sobre la expulsión de los mercaderes y cambistas y sobre el Niño Jesús entre los doctores (Mc 11,15-17; Lc 2,46). ->.

E. M. N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

Un lugar abierto o patio frente a una iglesia. Consistía en un cuadrado grande rodeado por paseos ente columnatas en sus cuatro lados que formaban un pórtico o claustro. Estaba situado entre el porche o vestíbulo y el cuerpo de la iglesia. En el centro del atrio había una fuente o pozo, donde los fieles se lavaban las manos antes de entrar en la iglesia. Un remanente de esta costumbre aún sobrevive en el uso de la fuente de agua bendita, o de la jofaina, a menudo colocada cerca de la entrada interior de la iglesia. A los que no se les permitió avanzar más, y más concretamente la primera clase de penitentes, se paraban en el atrio para pedir las oraciones que entraban a la iglesia. También fue utilizado como cementerio, al principio sólo para las personas distinguidas, pero después para todos los creyentes.

La parte cubierta a la entrada de la iglesia se llamaba el nártex y era el lugar de los penitentes. Las basílicas de Rávena por lo general parecen haber tenido un nártex cerrado, mientras que los de Roma estaban abiertos a Occidente. Un mosaico de San Apolinar Nuovo, Ravena, muestra un nártex abierto cerrado por cortinas. El atrio existió en algunas de las más grandes de las primeras iglesias cristianas, como la antigua Basílica de San Pedro en Roma en el siglo IV, y Santa Sofía en Constantinopla, en el VI. En las residencias (palatia, domus) de la aristocracia romana, donde al principio los cristianos romanos rendían el culto cristiano, había una división en tres partes: en primer lugar, al entrar, un patio llamado atrium; y luego, más adentro, otra patio entre columnas llamado el perystile, y luego el tablinum, donde probablemente se colocaba el altar, y donde se realizaban los servicios. (vea basílica). Un área tan grande para un ante patio requería un solar de terreno costoso y difícil de obtener en una gran ciudad. Por esta razón el antiguo atrio romanos sobrevivió sólo en ocasiones, en las Iglesias Orientales y occidentales. Los ejemplos típicos se pueden ver en las iglesias de San Clemente, en Roma, y San Ambrosio, en Milán; también en las iglesias del siglo VII de Novara y Parenzo.

II. En la arquitectura civil el atrio era la sala de entrada principal y apartamento en una casa romana, y formaba el recibidor. Estaba iluminado por una abertura en el techo, llamada el compluvium, el techo inclinado a fin de arrojar el agua de lluvia en una cisterna en el piso llamada impluvium. En las casas grandes estaba rodeado por una columnata.

Fuente: Poole, Thomas. «Atrium.» The Catholic Encyclopedia. Vol. 2. New York: Robert Appleton Company, 1907.
http://www.newadvent.org/cathen/02059b.htm

Traducido por L H M.

Fuente: Enciclopedia Católica