Introducción
Estas cartas breves, los dos libros más breves del NT(NT Nuevo Testamento), se citaron poco en los primeros tiempos lo cual dificulta la solución de algunos problemas tales como la fecha, autoría y otros similares. Ambas afirman haber sido escritas por †œel Anciano†, pero sin dar mayores detalles. A veces se argumenta que hubo un †œAnciano Juan† en la antigüedad, distinto del Apóstol, y que él escribió estas dos epístolas. Pero jamás se ha podido demostrar que ese †œAnciano Juan† existió. Además, en la antigüedad, hasta donde sepamos, ninguna de estas cartas tuvo la afirmación de algún otro autor que no fuera el apóstol Juan. El lenguaje de ambas se parece al de 1 Jn. y al cuarto Evangelio. En el estado actual de nuestro conocimiento parece mejor aceptar el enfoque tradicional y ver al apóstol Juan como el autor.Se plantea un problema en cuanto al destinatario de 2 Jn. Está dirigida a la †œseñora elegida y a sus hijos†, pero la discusión gira en cuanto a si se trata de una señora en particular o es una forma simbólica de referirse a la iglesia. En este caso los †œhijos† serían los miembros de la congregación. El principal argumento en favor de la primera alternativa es que parece ser la forma más natural de interpretar esas palabras, que su contenido tiene poco que ver con una congregación y que †œen casa† (10) parece referirse al hogar de una familia individual. En apoyo de la posición de que fue enviada a una iglesia se indica que le faltan características personales (en contraste con 3 Juan). Muchos eruditos modernos consideran que se escribió a una iglesia. Con la información de que disponemos el problema pa rece insoluble, aunque nos inclinamos ligeramente en favor de que está dirigida a individuos; parece más bien breve para una iglesia.Segunda Juan parece reflejar algo de las mismas falsas enseñanzas que subyacen en 1 Jn. La carta habría sido escrita para poner a sus lectores en guardia contra las mismas. Se percibe con claridad que estaba latente el peligro de que los falsos maestros fueran recibidos en la congregación y de que sus doctrinas se esparcieran. El Anciano escribe para prevenir de ese peligro. Algunos escritores vin culan a 3 Jn. con la misma situación. Trata de la hospitalidad hacia los predicadores itinerantes. Un cierto Diótrefes se negaba a recibir a quienes encomendaba el Anciano, y pudiera ser que pertene ciera a los falsos maestros reflejados en 2 Jn. Pero esto es altamente especulativo y debemos tener en cuenta que, a pesar de la opinión de algunos eruditos, no hay indicación de que Diótrefes tuviera otra doctrina que no fuera ortodoxa. ¡Se ha llegado a sugerir que Diótrefes era ortodoxo y el autor de esta epístola no lo era! Esta opinión sostiene que esa era la razón pa ra que los dos estuvieran distanciados. Tales afirmaciones no parecen tener buena base. No podemos estar seguros de algo más que el hecho de que se está afirmando a Gayo al enfrentar los chismes negativos y las acciones poco amistosas de Diótrefes. A su tiempo el Anciano actuará contra Diótrefes. Tenemos pocos datos para calcular las fechas de estos escritos (ver discusión de la fecha de 1 Jn.). La mayoría concuerda en que se escribieron alrededor del mismo período, aprox. cuando se escribió 1 Jn., es decir al final del primer siglo. Ver también el artículo †œLeyendo las epístolas†.
2 JUAN
Comentario
1-3 SALUDOS
Esta es la forma en que normalmente se iniciaba una carta en el primer siglo. 1, 2 El escritor se llama a sí mismo el anciano, que puede indicar su edad o, posiblemente, el cargo oficial en la iglesia. La carta se dirige a la señora elegida. Como alternativa uno o los dos términos gr. se puede tomar como un nombre propio: †œla señora Electa†, †œla electa Kuria† o †œelecta Kuria†. Pero la señora elegida es probablemente correcto. Está sujeto a discusión si se trata de un individuo o de una iglesia (ver Introducción). El anciano sostiene que él (yo es enfático) ama a la señora y a sus hijos en verdad. Amor y verdad ocupan un lugar prominente en esta epístola; amor, como verbo o sustantivo, aparece cuatro veces en los primeros seis versículos; verdad se repite cinco veces en los primeros cuatro versículos. Obsérvese la secuencia a quienes yo amo †¦ a causa de la verdad. La verdad tal cual la ve Juan lleva al amor. La verdad puede ser conocida; permanece en los creyentes y estará con ellos para siempre. Es difícil imaginar que la verdad así descripta pueda estar totalmente separada de nuestro Señor Jesucristo quien dijo: †œYo soy †¦ la verdad† (Juan 14:6). No debemos pasar por alto la conexión entre el amor cristiano y la verdad cristiana. Alguien ha dicho que la comunidad de amor es tan amplia como la de la verdad, lo cual es un comentario significativo. 3 La añadidura de misericordia a gracia y paz no es usual en un saludo del NTNT Nuevo Testamento; además de en esta carta figura únicamente en 1 y 2 Tim. Refuerza la idea de gracia que señala a la liberalidad del don de Dios en Cristo. Tampoco es usual decir que estas cosas estarán con nosotros. En un saludo cabría esperar †œcon vosotros†. Pareciera ser la única vez en el NTNT Nuevo Testamento que un saludo se dirige de esa manera. Es una expresión de solidaridad que vincula al escritor con sus lectores. Todos a una necesitan la gracia, la misericordia y la paz. Habla de Jesús como Hijo del Padre (expresión sólo encontrada aquí en todo el NTNT Nuevo Testamento). No debe pensarse en él como alguien separado del Padre.
4-6 EL MANDAMIENTO DE AMAR
4 El escritor afirma me alegré mucho al comprobar que algunos de los hijos de la señora elegida andaban en la verdad, una expresión que es casi equiva lente a †œvivir la vida cristiana†. El hecho de expresarlo de esta manera indica el énfasis que el escritor pone en la verdad. El andar en la verdad no es una alternativa opcional seleccionada por algunos como deseable, sino que es una respuesta conforme al mandamiento que hemos recibido del Padre. Seguir la verdad es ciertamente atractivo, pero Juan no llama la atención a lo que sea atractivo. En estos tres versículos la palabra mandamiento figura en el gr. cuatro veces como verbo o como sustantivo. Es la clásica repetición, para indicar un énfasis, que ya vimos en 1 Jn. y en esta carta. 5 El Anciano no ordena, sino que dice te ruego, que es el lenguaje con que se pide cortésmente algo. No escribe un nuevo mandamiento, sino el mismo que teníamos desde el principio (cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Jn. 2:7). La orden de amar, que nuestro escritor explica de inmediato, es un mandamiento antiguo. Desde el comienzo mismo del camino cristiano sus seguidores estaban unidos por el lazo del amor. No habla de él como que también es nuevo, tal como lo hizo en 1 Jn. Se contenta con hacer hincapié en la obligación que les cabe a los cristianos, es decir, que nos amemos unos a otros. Esto es lo central, y se subraya en todos los escritos juaninos. Tendemos a usar †œamor† para una emoción y eso no se puede mandar. Pero para Juan, aunque el amor es ciertamente una cálida emoción, es básicamente una respuesta al gran amor de Dios para con nosotros. El amor se manifiesta en acción, en interés y en servicio desinteresado. 6 Este es el amor introduce algo que es como una definición: que andemos según sus mandamientos. En los tiempos modernos más bien se establece un contraste entre el amor y la obediencia, porque a la obediencia se la relaciona con un espíritu legalista, lo opuesto a lo que vemos como amor. Pero tal contraste es falso. El verdadero amor se complace en obedecer (cf.cf. Confer (lat.), compare Juan 15:10; 1 Jn. 5:3). Los que saben qué significa realmente el amor, en el sentido cristiano, están siempre ansiosos de obedecer los mandamientos de Dios. Juan repite que no enuncia una novedad, sino un mandamiento que ha sido oído desde el principio. No debemos pasar por alto la idea de progresión continua que se implica en este doble aspecto del andar.
7-11 SANA DOCTRINA
7 Porque da la razón por lo antedicho. Muchos engañadores (gente que deliberadamente ha enseñado puntos de vista erróneos sobre el estilo de vida cristiano) han salido. Esto hace suponer que en un tiempo fueron miembros de la iglesia (cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Jn. 2:19). En esencia su error consistió en negar que Jesucristo ha venido en la carne (cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Jn. 4:2, 3). Al igual que en 1 Jn. el punto en cuestión es la importancia de la encarnación. Jesús fue, en verdad, el mismísimo Hijo de Dios que vino en la carne. El no enseñar esto es caer en el más tremendo error, y Juan llama a cualquiera que haga esto el engañador y el anticristo. Ya denunció como anticristo a cualquiera que enseñe este error (1 Jn. 4:3), pero el epíteto engañador es nuevo. Tal hombre no solamente está en el error sino que extravía a otros.
8 Los mss.mss. Manuscritos están divididos en cuanto a leer †œvosotros† o †œnosotros† antes de trabajado (ver nota de la RVARVA Reina-Valera Actualizada). Aquellos que aceptan †œnosotros† (co mo la RVARVA Reina-Valera Actualizada) ven al escritor advirtiéndoles que los buenos maestros han trabajado para algo que se perderá si los creyentes se extravían. Para los que aceptan †œvosotros† (como RVR-1960) ven al ancia no advirtiendo que si sigue a los falsos maestros se perderá la recompensa celestial que espera a los siervos fieles de Dios. Esto, por supuesto, no es salvación, que es un don gratuito de Dios. Es la recompensa para el obrero que ha trabajado fielmen te, y Juan piensa que podría perderse si sigue a los falsos maestros. Por eso advierte a los lectores.
9 Los falsos maestros evidentemente se consideraban a sí mismos como pensadores †œavanzados†. Juan piensa de †œtodo aquel que pasa adelante† (VM) en esta manera ¡avanza tanto como para salir completamente fuera del cristianismo! Nuestra me ta no es ser †œavanzados†, sino perseverar en la verdad que ha sido revelada, en la doctrina de Cristo (esto podría referirse a †œdoctrina acerca de Cristo†, pero es más lógico entenderlo como †œdoctrina que Cristo enseñó; ver nota de la RVARVA Reina-Valera Actualizada). Obsérvese que es preciso estar en lo correcto referente al Hijo si queremos estar en lo correcto referente al Padre (cf.cf. Confer (lat.), compare 1 Jn. 2:23). 10 No debemos apoyar ninguna otra doctrina. Juan no quiere significar con ello que debemos ser descorteses con nuestros opositores doctrinales. Pero en aquella época el hecho de recibir a un hombre en su hogar significaba aceptar su mensaje. Y como el ejercicio de la hospitalidad era lo que permitía a los predicadores trasladarse de un punto a otro con su mensaje, también le ayudaría a difundir sus enseñanzas. De modo que si cualquiera no lleva esta doctrina, es decir, la doc trina de que Cristo es Dios encarnado, no hay que recibirlo. 11 Juan aclara el motivo de lo anterior. El saludar a tal hombre es participar de sus malas obras. El cristiano debe evitar todo mal.
12, 13 CONCLUSION
12 El Anciano explica que la razón que lo mueve al concluir su carta en este punto no es por falta de tema. Todo lo contrario, dice, tengo muchas cosas que escribiros. Pero antes que escribir prefiere ha blar. De modo que habiendo dicho lo que revestía máxima importancia, abandona la pluma y deja el resto de las noticias hasta que se encuentre personalmente con sus amigos. No he querido comunicarlas por medio de papel y tinta es una expresión extraña, pero no hay dudas sobre su significado. Cara a cara es, lit.(lit. Literalmente), †œboca a boca†. El idioma gr. es vívido. Nuestro gozo vincula los intereses del escritor con los de sus lectores. 13 La carta termina con los saludos en manera normal. La referencia a hijos es apropiada en una carta a un iglesia; significaría †œmiembros de la iglesia†. Pero no es imposible que signifique †œmiembros de una familia†; además, es la manera normal de usar la palabra.
3 JUAN
Comentario
1 SALUDOS
Al igual que en 2 Jn., el escritor se denomina a sí mismo simplemente el anciano. El destinatario es el muy amado Gayo. El nombre era común y aparece algunas veces en el NTNT Nuevo Testamento (p. ej.p. ej. Por ejemplo Hech. 19:29; Rom. 16:23). No se sabe nada más en cuanto a este Gayo, pero por esta carta sabemos que tenía una posición de liderazgo en la iglesia local. Cuatro veces se refiere a Gayo como amado y también dice de él a quien amo en verdad. Sin duda sentía un profundo afecto por ese hombre. Otra nota importante es que la palabra verdad figura seis veces en esta epístola. Como en las otras epístolas, probablemente se relaciona con la verdad del evangelio, la verdad que vemos en Cristo (cf.cf. Confer (lat.), compare v. 8).
2-4 ANDAR EN LA VERDAD
2 Era costumbre en las cartas del primer siglo iniciarlas con una breve oración. Juan ora para que la salud y los asuntos de Gayo prosperen de la misma manera en que lo hace su alma. 3 La información de cómo andaba Gayo la recibió por la visita de algunos hermanos, que daban testimonio de tu verdad. Más lit.lit. Literalmente †œtestificaron de la verdad† de Gayo, lo cual probablemente signifique que él conocía y se aferraba a la verdad. Que Gayo estuviera andando en la verdad (cf.cf. Confer (lat.), compare 2 Jn. 4) significa que estaba progresando y esto le daba gran gozo al anciano. 4 En realidad, no tiene mayor gozo que el de oír que sus hijos andan en la verdad. Mis hijos significa †œmis hijos en la fe†, †œlos convertidos a través de mi ministerio†. Puede significar la congregación sobre la cual el que usa esta expresión es pastor, pero como está escribiendo a Gayo que está lejos, ese no parece ser el significado aquí. No hay mayor gozo para el anciano que el saber que sus convertidos progresan.
5-8 HOSPITALIDAD
5 Comienza aquí a desarrollarse el tema principal de la carta. Refleja la costumbre de las iglesias primitivas, según la cual un cristiano que viajara ocupado en asuntos que tenían que ver con el evangelio, buscaba la hospitalidad de los cristianos locales. Probablemente eran pocos los predicadores suficientemente ricos que podrían afrontar los gastos que demandarían las casas de hospedaje, además de la mala reputación de tales sitios. Seguramente representó una gran facilidad para la difusión de la fe el que los predicadores pudieran recibir alojamiento fácil. Juan felicita a Gayo por su hospitalidad. Fielmente procedes concuerda con la fe por la cual es felicitado. En todo lo que haces a favor de los hermanos, no es específico, pero el versículo siguiente aclara que se trata de la hospitalidad. Más aún cuando son forasteros implica que Gayo ayudó a conocidos y a desconocidos. Aquí tenemos una pequeña †œventana† a la acción de la iglesia primitiva.
6 Esta gente habló de lo que Gayo hizo en pre-sencia de la iglesia, de modo que sus obras eran ampliamente conocidas. Juan alaba su práctica, y le anima a continuarla: Si los encaminas como es digno de Dios, harás bien. Esto parece indicar que la hospitalidad incluía hacer alguna provisión para la continuación del viaje. La Didache, un manual temprano de la iglesia, indicaba que se debía dar co mida al predicador para ayudarle a llegar a su alojamiento la noche siguiente (y agrega que si él pide dinero es un falso profeta, Didache, 11:3). Aquí se considera una práctica semejante. Como es digno de Dios establece el modelo más elevado delante de Gayo; la norma es Dios, no sus siervos (cf.cf. Confer (lat.), compare Juan 13:20). 7 Era por amor del Nombre que salían los predicadores itinerantes. No hay necesidad de indicar quién es; claramente se refiere al nombre que es sobre todo nombre (Fil. 2:9). Los predicadores itinerantes no aceptaron nada de los gentiles. De haberlo aceptado comprometerían su mensaje y por ello se negaron a hacerlo. Los hacía depender más de hombres como Gayo. Esto no significa que un cristiano nunca deba recibir ayuda de un incrédulo dispuesto a ayudar. Jesús mismo en cierta ocasión cenó con los fariseos que no creían en él (p. ej.p. ej. Por ejemplo Luc. 7:36). Quiere decir que no debemos confiar en ello. El trabajo cristiano debe ser financiado por los cristianos. 8 Los creyentes tienen la obligación (debemos debe ser †œestamos obligados a†) de sos tener a los tales. Para (gr. hina) denota propósito. El deber en cuestión no es un mero ejercicio en hospitalidad, sino para facilitar la viabilidad de los designios divinos al ser colaboradores en la verdad.
9-12 DIOTREFES Y DEMETRIO
9 Sin duda Diótrefes era un hombre que gozaba de autoridad, y aparentemente tenía ambición de más, aunque no se aclara cual era su posición. Hizo lo contrario de lo que hacía Gayo, y obstaculizó la obra tanto del Anciano como de los predicadores. Juan había escrito a la iglesia, pero aparentemente Diótrefes impidió que la iglesia recibiera la carta. Lamentablemente no conocemos el contenido de la misma. Además, es evidente que él tenía enemistad hacia el Anciano (no nos admite). 10 Diótrefes había calumniado al anciano, nos denigra con palabras maliciosas. Y no se limitó a palabra sino que recurrió a la vía de los hechos: no admite (el tiempo de verbo denota una práctica continuada) a los hermanos. Pero fue más lejos aun: A los que los quieren recibir †¦ los expulsa de la iglesia. Para poder hacer esto ocupaba, sin duda, una posición respetable, y además, en su oposición a los predicadores era implacable. Es posible que, como un líder local de la iglesia, él resistía a los predicadores itinerantes que no debían lealtad a la iglesia local en la cual oficiaba Diótrefes.
11 Juan utiliza este mal ejemplo para impresionar a Gayo, a quien llama amado por cuarta vez en esta breve carta. Exhorta a Gayo a no imitar lo que es ma lo, sino lo que es bueno. La imitación es una parte natural de la vida y todos lo hacemos, pero es imposible elegir bien los modelos. Juan insiste en que su amigo debe imitar lo que es bueno. El hombre que hace lo bueno procede de Dios, del cual todo el bien se origina. Cuando un hombre comete lo malo (¿Diótrefes?), es clara evidencia de que no ha visto a Dios. 12 Demetrio entra en escena sin prolegómenos, como uno que es bien conocido. Se ha conjeturado que era uno de los misioneros itinerantes y que era el portador de esta carta. Ambas son posibilidades, pero por supuesto no lo sabemos con certeza. Se habla bien de él en la iglesia. Ade más cuenta con el testimonio de la misma verdad. Esta expresión complicada tal vez signifique que la conducta de Demetrio se adecua con el evangelio, de modo que en su vida se declara la verdad del evangelio. El plural de nosotros damos testimonio puede ser un estilo epistolar y se refiere solamente a Juan. Pero también es posible que incluya a otros con él. Sea como fuere no deja lugar a dudas de que Demetrio cuenta con su más cálido apoyo.
13-15 CONCLUSION
13 Juan termina su tercera epístola como lo hizo con la segunda, afirmando que tiene muchas cosas que escribir pero que prefiere esperar hasta ver personalmente a su amigo. Escribe en tiempo pretérito, tenía muchas cosas que escribirte, mientras lo hace en tiempo presente en 2 Jn. 12 y cambia el †œpapel y tinta† de la carta anterior por tinta y pluma. Al parecer no hay diferencia alguna en su significado. 14 De manera similar, y al igual que en la epístola anterior, expresa su esperanza de ver y hablar con su amigo. 15 Paz era el saludo habitual tanto al recibir como al despedir amigos. Es particularmente apropiado en una situación en la que Diótrefes estaba produciendo disputas. Es una brevísima oración para que la paz de Dios lo proteja. La paz no era entonces, como lo es con nosotros ahora, un término negativo que significa ausencia de guerra, sino más bien la presencia posible de bendiciones. Juan transmite los saludos de los amigos que estaban con él y pide a Gayo que salude a los amigos, descripción suficientemente precisa para que Gayo supiera de quienes se trataba: A ca da uno por nombre. Si bien el Anciano no menciona los nombres de todos los que estaban con Gayo, quiere que cada uno de ellos sepa que el saludo es personal. Cada uno ha de ser señalado por nombre.
Leon Morris
Fuente: Introducción a los Libros de la Biblia