Significado Bíblico de SAMARIA

Significado de Samaria

Ver Concordancia

(heb. Shômerôn, «vigía [guardia]» o «atalaya [mirador]»; as. Samerina, etc.;
aram. Shamerayin; gr. Samáreia).

En 1 R. 16:24 se dice que el lugar recibió ese nombre de Semer, el que le
vendió a Omri la colina en la cual se edificó la ciudad.

1. Ciudad capital del reino de Israel. Se encontraba a unos 9,5 km al noroeste de
Siquem, y ocupaba una posición destacada en la cima de una colina aislada y
redondeada, a unos 445 m s.n. del Mar Mediterráneo, que es visible desde ese
lugar, y entre 90 y 120 m por encima de la llanura circundante, rica en
olivares y trigales. Su situación estratégica, más la riqueza y la belleza de
sus alrededores, hacían de ella una sabia elección como capital. Fue edificada
por Omri (c 885-c 874 a.C.), quien le compró la colina a Semer por 2 talentos
de plata y trasladó la capital de su reino de Tirsa a ese nuevo lugar (1 R.
16:24). Fue una de las pocas ciudades fundadas por los israelitas, y siguió
siendo la principal de Israel mientras existió el reino (unos 150 años).
También era el sitio donde recibían sepultura los reyes de Israel (1 R. 16:28,
29; 20:43; 22:10, 37, 51; 2 R. 17:1, 6; etc.). Omri, ya sea a la fuerza o como
consecuencia de un pacto, les proporcionó en Samaria posibilidades mercantiles
a los mercaderes sirios (1 R. 20:34). En los días de Acab, las fortificaciones
de la ciudad llegaron a tal grado de perfección que los sirios no la pudieron
tomar (vs 1-21); aun los asirios, maestros en el arte de apoderarse de ciudades
fortificadas, sólo la conquistaron después de un asedio de 3 años (2 R. 18:9,
10). Cuando finalmente cayó (723/722 a.C.), casi 30.000 ciudadanos fueron
llevados cautivos rumbo al exilio. Se los reemplazó por gente de Babilonia y
de Siria (17:24). Mapa IX, D-3

Desde los comienzos de su historia, Samaria fue un centro de culto pagano y de
idolatría, Jezabel, la esposa de Acab, introdujo el culto de Baal en la ciudad,
y luego se levantaron un templo y un altar en honor del dios (1 R. 16:31, 32).
El culto de Asera también encontró apoyo por parte de la casa real (18:18,
19). Una gran corrupción moral fue el resultado de este grosero sistema de
idolatría (Os. 4:1-14). Los profetas denunciaron con denuedo la apostasía (ls.
7:9, 8:4; Ez. 16:46, 47; 23:4-10, 33: Os. 7:17; 8:5, 6; 13:16; Am. 3:9, 10, 12;
Mi. 1:5-9). Elías (1 R. 17 y 18) y su sucesor Eliseo, quienes aparentemente
vivieron en Samaria, trabajaron esforzadamente para contrarrestar la impiedad
(2 R. 2:25; 5:39; 6:24, 25. 32).

En el 722 a.C., después de su caída ante Salmanasar V o Sargón II, Samaria se
convirtió en la cabecera de una provincia asiria. Cuando Alejandro Magno
invadió Siria (333 a.C.), ocupó Samaria y la hizo la sede de una gobernación.
Pero Andrómaco, el gobernador instalado allí, fue asesinado por los samaritanos
entre el 332 y el 331 a.C., cuando aquel se encontraba en Egipto. En
consecuencia, Alejandro castigó severamente a sus habitantes, los trasladó a
Siquem y la repobló con 1043 siro-macedonios. Como resultado, Samaria fue una
de las primeras ciudades helenísticas de Palestina. Alrededor del 108 a.C.,
después de un sitio de un año, Juan Hircano, el rey macabeo de Judá, la
conquistó y, en un intento de hacer desaparecer hasta los vestigios de su
antigua gloria y su poder, se dedicó a demolerla sistemáticamente. Con el
correr de los años fue reconstruida, y cuando Pompeyo llegó a Palestina (63
a.C.) la anexó a la provincia de Siria; luego, Gabino la fortificó. Poco
después de esto, Samaria pasó por su período más glorioso, cuando Herodes el
Grande, que se casó allí con Mariamne, su esposa favorita, y a quien se le dio
en obsequio la ciudad, la reconstruyó, la volvió a fortificar y la embelleció
con edificios magníficos, de los cuales todavía quedan algunas ruinas
impresionantes. También le cambió el nombre por el de Sebaste, el femenino de
Sebastós, «majestuoso», el equivalente griego de Augustus. Ha conservado ese
nombre hasta el día de hoy, puesto que se llama Sebastiyeh. Mapa XI, C-4.

444. Mapa de la antigua ciudad de Samaria.

En la Era Cristiana, Samaria (o Sebaste) fue sobrepasada en tamaño e
importancia por Neápolis (ahora Nâblus), la sucesora de la antigua Siquem,
aunque Sebaste llegó a ser la sede de un obispado. Esta sede episcopal fue
reestablecida por los cruzados, y un obispo griego, que hoy reside en
Jerusalén, sigue derivando su título de Sebaste, aunque ésta no sea más que una
aldea.

Las primeras excavaciones en ese lugar las llevaron a cabo G. Schumacher, G. A.
Reisner, D. G. Lyon y C. S. Fisher, por cuenta de la Universidad de Harvard,
desde 1908 hasta 1910. Esta expedición descubrió los restos del Foro de
Herodes, de una basílica romana y de un hipódromo. También fueron expuestos
los fundamentos del palacio de Omri (1 R. 22:39), y las ampliaciones hechas por
Acab y Jeroboam II, como asimismo la fuente donde los siervos del palacio
lavaron el carro manchado de sangre, en el cual habían traído el cuerpo de Acab
desde Ramot en Galaad. De gran interés son algunas óstracas, probablemente de
los días de Jeroboam II, que contienen notas relativas al pago de aceite y vino
para los depósitos reales, y que posiblemente correspondían a los impuestos.
Bajo la dirección de J. W. Crowfoot se llevaron a cabo más excavaciones entre
1931 y 1933, y en 1044 .

1935, por expediciones combinadas, con las cuales cooperaron varias
instituciones científicas, las que proporcionaron la posibilidad de establecer
con más precisión las fechas de los descubrimientos previos, y aclarar algunos
problemas arqueológicos e históricos. Los descubrimientos más interesantes de
esta última expedición incluyen una gran cantidad de plaquetas de marfil*
tallado, probablemente provenientes de la casa de marfil de Acab (v 39).
También se encontraron otras óstracas hebreas adicionales.

Bib.: G. A. Reisner y otros, Harvard Excavations at Samaria [Excavaciones en
Samaria por cuenta de Harvard], 2 ts (Cambridge, Mass., 1924); J. W. Jack,
Samaria in Ahabs Time, Harvard Excavations and Their Results [Samaria en los
días de Acab. Las excavaciones de Harvard y sus resultados] (Edinburgo, 1929);
J. W. Crowfoot y otros, Samaria-Sebaste. Reports of the Work of the Joint
Expedition in 1931-1933 and of the British Expedition in 1935 [Samaria-Sebaste.
Informe de la tarea de la expedición conjunta realizada entre 1931 y 1933, y
de la expedición británica de 1935] (Londres, 1938, 1942, 1957): t I, The
Building at Samaria [La construcción de Samaria]; t II, Early lvories From
Samaria [Antiguos marfiles de Samaria]; t III, The Objects From Samaria [Los
objetos de Samaria]; ANET 284, 285; FJ-AJ xiii. 10.2, 3; FJ-GJ i.2.7; FJ-AJ
xiv.4.4; 5.3.

445. Restos de un muro de la Samaria antigua de tiempos del rey Omri.

2. Monte o colina donde estaba asentada la ciudad de Samaria (1 R. 16:24). Véase
Samaria 1.

3. Reino de Israel, o el territorio ocupado por las 10 tribus, que con frecuencia
recibía el nombre de Samaria por causa de su ciudad

capital (1 R. 21:1; 2 R. 17:24; Jer. 31:5). Véase Israel 3.

4. Provincia de Samaria. Después de su conquista (723/22 a.C.) por parte de
Salmanasar V o Sargón II, la ciudad de Samaria pasó a ser la sede del
gobernador asirio. A 2 de los gobernadores que desempeñaron sus cargos durante
el s VII a.C. se los conoce, sobre la base de registros cuneiformes, como
Nabû-kêna-utsur (690 a.C.) y Nabû-shar-ahhêshu (646 a.C.). Nada se sabe sobre
la forma de su administración, pero haciendo comparaciones con otras regiones
del imperio es fácil pensar que tenía un solo propósito, a saber, obtener tanto
tributo como fuera posible extraer, en productos de la tierra, de la población
oprimida.

Cuando el territorio de Samaria cayó en manos de los babilonios, y más tarde en
las de los persas, posiblemente la forma de administración haya sido la misma:
con un gobernador que representaba a la corona. Podía ser un extranjero o un
nativo del lugar nombrado por el gobierno central. Un gobernador de Samaria
durante el período persa fue enemigo de Nehemías: Sanbalat,* que es bien
conocido por la Biblia (Neh. 4:1, 2; etc.) y por los papiros de Elefantina.*
Gracias a estos papiros y a otros descubiertos en 1962 en una caverna del Wâd§
Dâliyeh, a unos 16 km al nornoroeste de Jericó, se conocen los nombres de
varios gobernadores del período persa sucesores de Sanbalat.

Durante el período helenístico, Samaria ostentó la categoría de provincia:
primero como parte del imperio de Alejandro, y más tarde bajo el dominio de los
Tolomeos o los Seléucidas, según cuál de esos 2 poderes dominaba Palestina.
Cuando Pompeyo ocupó ese país en nombre de Roma (63 a.C.), la región quedó bajo
el control de la provincia senatorial de Siria, de la cual llegó a formar
parte.

Bib.: R. W. Klein, IDBS 781, 782.

5. Región de Samaria en tiempos del NT. Cuando Cristo nació, Samaria formaba
parte del reino de Herodes. Después de su muerte, su hijo Arquelao la recibió
en herencia (4 a.C.-6 d.C.), junto con Judea e Idumea. Esas 3 regiones
siguieron siendo una unidad política durante todo el tiempo del NT, y fueron
gobernadas por procuradores romanos desde el 6 hasta el 41 d.C., en cuyo tiempo
se llevó a cabo el ministerio de Cristo, y de nuevo desde el 44 hasta el 66.
En el lapso transcurrido entre el 41 y el 44 d.C., Samaria formó parte del
reino de Agripa I, que gobernó sobre una región equivalente a la de su abuelo:
Herodes el Grande (Lc. 17:11; Jn. 4:4; Hch. 9:31; etc.). Mapa XVI, D-3.

Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: SAMARIA

SAMARIA según la Biblia: (a) La capital de las diez tribus durante la mayor parte de la historia del reino del norte; fue edificada por Omri sobre una colina que adquirió por dos talentos de plata de un hombre llamado Semer, que significa «montar guardia».

(lat.: «Samaria»; gr. «Samar[e]ia», del aram. «Shãmerayin»; para el nombre heb.
(a) La capital de las diez tribus durante la mayor parte de la historia del reino del norte; fue edificada por Omri sobre una colina que adquirió por dos talentos de plata de un hombre llamado Semer, que significa «montar guardia».

Omri llamó Shõm’rõn a la ciudad, derivando su nombre del de Semer (1 R. 16:24). Al suroeste de la ciudad se levantaba una torre de vigilancia. La capital, que coronaba una altura llamada en ocasiones monte de Samaria (Am. 4:1; 6:1), dominaba un fértil valle (Is. 28:1).

Esta ciudad fuerte estaba tan bien situada que permaneció como capital del reino del norte hasta el cautiverio de las diez tribus. Allí residieron y fueron sepultados los sucesivos soberanos (1 R. 16:28, 29; 20:43; 22:10, 37, etc.).

Apenas estaba terminada de construir Samaria que se desató la guerra entre Ben-adad I rey de Siria y Omri. Ben-adad, a decir de su hijo, consiguió la victoria. Omri tuvo que abrir ciertas rutas de Samaria a los mercaderes sirios (1 R. 20:34).

Bajo el reinado de Acab, hijo y sucesor de Omri, Ben-adad II se vio detenido por los muros de Samaria (1 R. 20:1-21). Al norte de la ciudad se hallaba un estanque artificial, tallado en la roca y cementado.

Allí los siervos de Acab lavaron su ensangrentado carro, sobre el que el rey había expirado después de la batalla de Ramot de Galaad (1 R. 23:38). Samaria fue asediada por los sirios una segunda vez, y librada milagrosamente (2 R. 6:8-7:20).

Los ancianos de Samaria, temiendo incurrir en el desagrado de Jehú, dieron muerte, por orden suya, a setenta hijos de Acab (2 R. 10:1-10).

Desde el mismo comienzo de su historia, Samaria fue una ciudad llena de idolatría. Acab abrió el camino a los cultos paganos al erigir un templo y un altar a Baal (1 R. 16:32).

Cuatrocientos profetas de Astarté comían a la mesa de Jezabel (1 R. 18:19), y es probable que el monolito sagrado, emblema de esta divinidad, subsistiera hasta el reinado de Jehú (2 R. 13:6).

Los falsos cultos, combatidos por Elías, comportaban embriaguez e inmoralidad (Os. 7:1-8; Am. 4:1; 8:14; cfr. 1 R. 18). Eliseo vivía en Samaria (2 R. 5:3-9), donde vivía asimismo el profeta Oseas.

Fueron numerosos los hombres de Dios que predijeron el castigo del reino del norte y de su capital (Is. 7:9; 8:4; Jer. 31:5; Ez. 16:46, 51, 53, 55; 23:33; Os. 8:5, 6; 13:16; Am. 3:12; Mi. 1:5-9).

La ciudad cayó bajo un juicio catastrófico. Los asirios, bajo el reinado de Salmansar V, asediaron la ciudad el año 724 a.C.; finalmente, el año 722, o a inicios del año 721, cayó en manos del rey de Asiria (2 R. 17:3-6).

Sargón, sucesor de Salmansar V, accedió al trono en el año 721. Él se atribuye la toma de la ciudad (véase SARGÓN). El conquistador deportó a los israelitas de Samaria, y puso en lugar de ellos a babilonios y otros extranjeros (2 R. 17:24). (Véase SAMARITANO.)

En el año 332 o 331 a.C., Alejandro Magno tomó la ciudad, los echó a Siquem, y puso en lugar de ellos a siro-macedonios. Hacia el año 108 a.C., Juan Hircano la asedió y la rodeó de un vallado de 80 estadios (algo más de 14,5 Km.).

La ciudad resistió durante un año, pero finalmente se tuvo que rendir por hambre. El vencedor la arrasó, e intentó suprimir todo vestigio de sus fortificaciones (cfr. Mi. 1:6; Ant. 13:10, 2 y 3; Guerras 1:2, 7 y 8).

En la época de Alejandro Janneo, la ciudad volvió a ser habitada de nuevo. Pompeyo la incluyó en la provincia romana de Siria. Gabinio la volvió a fortificar (Ant. 14:4, 4; 5, 3).

Herodes el Grande la reconstruyó, la fortificó y le dio el nombre de Sebasté (fem. de Sebastos, forma gr. del lat. «Augustus»), en honor del emperador, protector de Herodes (Ant. 15:8, 5). Felipe el Evangelista predicó a Cristo en Samaria, con mucho fruto.

Simón el Mago y muchos otros creyeron y fueron bautizados (Hch. 8:5-13). Pedro y Juan fueron de Jerusalén a Samaria para apoyar a Felipe en la obra (Hch. 8:14-25). Identificación: a más de 8 Km. al noroeste de Siquem, en el emplazamiento del pueblo de Sebastiyeh, sobre una colina de escarpadas laderas, cuya cumbre en meseta mide poco más de 1,5 Km. de este a oeste.
Arqueología.

Samaria ha sido excavada de 1908 a 1910 por una expedición dirigida por la Universidad de Harvard, y en el período 1931-1935 por varios grupos (Harvard Excavations at Samaria 1908-1910, 2 vols., 1924, y Crowfoot, K. Kenyon y E. Sukenik: «The buildings at Samaria», 1942). Estas excavaciones desvelaron tres períodos principales de la vida de la ciudad:
(A) El de Omri-Acab (880-853 a.C.).

(B) El periodo de Jehú (841-840 a.C.).

(C) El siglo VIII a.C., que vio el reinado de Jeroboam II y el apogeo de su esplendor.
En el nivel de la época Omri-Acab se hallan unas murallas de gran grosor.

Con ellas pudo Samaria resistir eficazmente el embate de los sirios (2 R. 6:24-30) y del imperio asirio (2 R. 17:5). El aprovisionamiento de agua se llevaba a cabo mediante un gran número de cisternas.

Samaria carecía de manantiales al estilo de los Gezer, Meguido o Hazor. Véase ÓSTRACA, b, para las cerámicas con inscripciones halladas en Samaria.

El descubrimiento de numerosos fragmentos de marfil e incrustaciones de marfil en fragmentos de mobiliario, con tallas de papiros, lotos, toros, esfinges y dioses egipcios como Isis y Horus, que evidencian un gran esmero en su ejecución, concuerda con la mención bíblica de «la casa de marfil» (1 R. 22:39; cfr. Am. 3:15).

(b) El territorio de las diez tribus, esto es, el reino de Israel (1 R. 21:1; 2 R. 17:24; Is. 7:9; Jer. 31:5; Ez. 16:46). (Véase ISRAEL.)

(c) El distrito de Samaria formado por la Palestina central, entre Galilea al norte y Judea al sur (1 Mac. 10:30). Josefo no da una descripción clara de los límites (Guerras 3:3, 4 y 5), pero sí dice que la frontera septentrional atraviesa un pueblo que se halla en la gran llanura llamada «Ginea», que, evidentemente, es En Gannim (Jos. 19:21; 21:29), en el ángulo meridional de la llanura de Esdraelón. La frontera meridional se hallaba en el distrito de Acrabatena, a poco más de 10 Km. al sur de Siquem.

Samaria se extendía al este del Jordán, pero al oeste no alcanzaba el Mediterráneo. Aco pertenecía a Judea (véase TOLEMAIDA). Según el Talmud, el límite occidental era Antípatris.

El distrito de Samaria comprendía los antiguos territorios de Manasés al oeste del Jordán, y de Efraín, con una parte de Isacar y de Benjamín. En el año 63 a.C., Pompeyo anexionó Samaria a la provincia de Siria (Ant. 14:4, 4).

En el año 6 d.C., Augusto hizo de Judea, Samaria e Idumea una división de la prefectura de Siria, y le dio el nombre de provincia de Judea, designando procuradores para su gobierno (Ant. 17:13, 5; cfr. 11:4); ésta era la división administrativa que regía en la época del Señor Jesucristo.

Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: SAMARIA