Significado Bíblico de REDIL

Significado de Redil

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Traducción de varias palabras hebreas que señalan un lugar para encerrar y
guardar los animales, y donde éstos puedan acostarse (Gn. 49:14; 2 Cr. 32:28;
Sal. 50:9; Ez. 34:14; etc.). En la RVR es traducción del: 1. Heb. nâweh,
«lugar de pastoreo» (2 S. 7:8; 1 Cr. 17:7). 2. Heb. gidrôth hatstsôn, «redil
cercado con piedras» (1 S. 24:3). 3. Heb. awêrôth, «refugio», «establo».
Aparece en 2 Cr. 32:28, en la expresión «apriscos para los ganados».

El «redil» o «aprisco» era un lugar cercado que servía para proteger a las
ovejas y las cabras de las inclemencias del tiempo, de los merodeadores y de
animales salvajes, como los chacales y las hienas. Para los pastores* nómades,
el redil era -y lo sigue siendo- un lugar cercado erigido apresuradamente,
hecho con arbustos espinosos y ramas. Pero los pastores sedentarios construían
rediles de mejor calidad (Nm. 32:16): sus muros eran de piedra, a menudo
cubiertos con ramas espinosas, y en su interior había refugios para protejer a
los animales del frío y de la lluvia del invierno. El muro que circundaba el
redil tenía sólo una puerta (Jn. 10:1), junto a la cual montaban guardia los
pastores. Cuando uno salía del redil en la mañana, las ovejas lo seguían
espontáneamente (vs. 2-5). Varios pastores podían asociarse para usar un
redil, y Lc. 2:8, 15 y 20 parecería indicar que tal era el caso de aquellos a
quienes los ángeles les anunciaron el nacimiento del Mesías. En las zonas
montañosas de Palestina abundan las cavernas, que se usan como rediles desde
tiempos inmemoriales (cf 1 S. 24:3). Para ello, todo lo que se necesita es que
la entrada sea más o menos pequeña, fácil de cerrar; de allí su popularidad
entre los pastores.

Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: REDIL

REDIL según la Biblia: Lugar cerrado donde se guarda el ganado menor durante la noche (Jer. 50:6; Ez. 34:14). Había numerosos rediles fijos, rodeados de un muro de piedra (cfr. Nm. 32:16), a los que se entraba por una puerta (Jn. 10:1).

Lugar cerrado donde se guarda el ganado menor durante la noche (Jer. 50:6; Ez. 34:14). Había numerosos rediles fijos, rodeados de un muro de piedra (cfr. Nm. 32:16), a los que se entraba por una puerta (Jn. 10:1).

A menudo se protegía la parte alta del muro con ramas de arbustos espinosos. Los rebaños descansaban en el interior del recinto, al aire libre, pero indudablemente había también en la antigüedad, como en nuestros días, unas construcciones bajas situadas en una zona abrigada del lugar, y destinadas a resguardar a los rebaños del frío de la noche.

Ciertos rebaños se pasaban las noches en una dehesa, bajo la vigilancia de un pastor subalterno, que guardaba la entrada. Al llegar la mañana, los pastores volvían al recinto, abriéndoles la puerta el portero.

Cada pastor llamaba a sus ovejas, que reconocían su voz (Jn. 10:2-5). Se preparaban también rediles provisionales, en los pastos alejados, hechos con ramas espinosas entrelazadas.

Las cuevas y otros abrigos naturales servían también de protección a los animales durante la noche. Los pastores acampaban con sus rebaños.

Sobre los pastos altos, expuestos a incursiones de ladrones o de clanes enemigos, se erigían torres, en cuya proximidad pastaban los animales. Los ganados mayores y menores pasaban las noches dentro de estas torres (2 Cr. 26:10; Mi. 4:8).

Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: REDIL