Significado de Desierto
Ver Concordancia
Traducción del: 1. Heb. midbâr, «lugar», «silvestre», «pastura», «desierto» (1
S. 17:28; Sal 65:13 etc.); en síntesis, una región amplia y llana, adecuada
para el pastoreo del ganado. El desierto de Judea (fig 161) es una región
árida, montañosa, entre el cordón central de montañas y el Mar Muerto y el
Jordán inferior 314 (Jue. 1:16). 2. Heb. arâbâh, «región árida», «desierto»
(Am. 6:14; Is. 33:9; Jer. 2:6; etc.). Con el artículo identifica el Arabá* y
el valle del Cedrón* (najal hâ-Arâbâh), una planicie que se extiende por
muchos kilómetros al sur del Mar Muerto. 3. Gr. érmos, «desierto», «pastura»,
«región silvestre». Ninguna de estas palabras se refiere exclusivamente a una
extensión de arena sin vida, sino en general a una región deshabitado y no
cultivada, donde viven animales silvestres. También tienen un sentido
figurado: indican privación, esterilidad, desolación (ls. 14:17; Os. 2:3;
etc.). Vocablos sinónimos para «desierto» son: heb. tôhû, «vacío»; heb.
tsîyyâh, «tierra árida»; heb. jorbâh, «desolación», «ruina»; gr. ermía.
En el AT también se emplea el término heb. yeshimôn, «desierto árido», que
algunos eruditos tradujeron como Jesimón. A. De acuerdo con Nm. 21:20 y 23:28
sería un desierto ubicado en el extremo nordeste del Mar Muerto. B. Pero 1 S.
23:19, 24 y 26:1, 3 se refiere al desierto que estaba cerca de Zif y Maón, en
el cual David se escondió de Saúl. Se lo podría ubicar al sudeste de Hebrón
como yendo hacia el Mar Muerto. Otros eruditos piensan que Jesimón es
simplemente otro nombre para el desierto de Judá.
En la Biblia y en este Diccionario se mencionan los siguientes desiertos (véase
bajo los nombres las explicaciones; agréguese «Desierto de/del»): Beerseba,
Bet-avén, Cademot, Damasco, En-gadi, Etam, Gabaón, Judá (Judea), Maón, Moab,
Parán, Shur, Sin, Sinaí, Tecoa, Zif y Zin.
Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: DESIERTO
DESIERTO según la Biblia: El desierto es frecuentemente una soledad que llena de pavor, la verdadera imagen de la desolación (Dt. 32:10; Is. 21:1)
(a) Heb. «midbar» y gr. «Eremos»: llanura abierta, no cultivada, donde los animales salvajes vagan en libertad (Jb. 24:5). El desierto es frecuentemente una soledad que llena de pavor, la verdadera imagen de la desolación (Dt. 32:10; Is. 21:1); sin embargo, el desierto también era usado como tierra de pastos (Éx. 3:1).
Las alusiones al desierto son numerosas (p. ej., Gn. 16:7; 21:20; 1 S. 17:28; 25:21; Mt. 3:1; Mr. 1:12; Lc. 15:4).
(b) Heb. «’rabah», llanura o región árida (Is. 35:1, 6; 51:3). Acompañado del artículo determinado, este nombre significa la llanura o depresión del Jordán y del mar Muerto (Ez. 47:8; 2 S. 2:29); en este caso se transcribe con el nombre propio geográfico Arabá.
(c) Heb. «Y’shimon», país incultivado y desolado (Sal. 78:40; 106:14; Is. 43:19, 20). Si el artículo definido se une como prefijo al nombre, este último se debería traducir por el nombre propio de Jesimón («desierto» en las revisiones 1960 y 1977 de Reina-Valera; Jesimón en la revisión antigua de 1909).
(d) Heb. «H’raboth», regiones sin cultivar, lugares desolados (Is. 48:21; Sal. 102:7; Ez. 13:4).
En tipología el desierto se halla fuera de Canaán y está en contraste con él. El desierto fue el lugar de prueba para los israelitas, y así sucede con el cristiano, para humillarlo, y para mostrar lo que hay en su corazón (Dt. 8:2).
Tiene que aprender lo que es en sí mismo, y conocer al Dios de toda gracia con quien tiene que ver. Hay una necesidad de una dependencia constante o hay fracaso, en tanto que la experiencia se consigue de conocer a Aquel que nunca deja de socorrer.
Canaán es, de manera figurada, una posición celestial y de conflicto, que se corresponde con la necesidad de la armadura dada en Ef. 6:11, para mantenerse firmes frente a las asechanzas del diablo.
Para esto se tiene que estar consciente de estar muerto y resucitado con Cristo. Es asociación en espíritu con Cristo en el cielo.