Significado Bíblico de SELLO

Significado de Sello

Ver Concordancia

(heb. jôthâm; gr. sfraguís).

Instrumento que se usaba para imprimir una marca distintiva en arcilla, cera,
etc., con el fin de indicar autenticidad, autoridad, seguridad de que algo
estaba completo también inviolabilidad, ratificación, etc. Se los hacía de
metal, piedra, etc., y podía ser un anillo (fig 20) de forma cilíndrica (fig-
454) o cónica. Su dibujo o monograma, que podía incluir el nombre del dueño,
era propiedad indiscutible de dicha persona (Ex. 28:11; Est. 8:8). Ya había
sellos en la era patriarcal, y en Palestina se han encontrado muchos de ellos a
partir de esa época. A menudo formaban parte de un anillo* (Jer. 22:24), o se
los usaba unidos a un cordón que colgaba alrededor del cuello (Gn. 38:18, BJ y
DHH). Se los empleaba para sellar cartas, 1073 documentos oficiales,
contratos, libros en forma de rollos, tumbas, etc. (1 R. 21:8; Est. 8:10; Jer.
32:9-14; Dn. 12:4, 9; Mt. 27:66; Ap. 5:1 ). Cuando se endurecía la arcilla, o
el material sobre el cual se aplicaba el sello (fig 455), una impresión intacta
indicaría que el objeto sellado no había sido violado. Las manijas de 3
jarrones de arcilla excavados en Bet semes y Tell Beit Mirsim (quizá Debir),
llevan la impronta del sello: «Propiedad de Eliacim, mayordomo de Joaquín» (fig
184). Esto indicaría que Nabucodonosor no confiscó todas las pertenencias de
Joaquín cuando lo llevó cautivo a Babilonia. En Laquis se descubrió un sello
que dice: «Pertenece a Gedalías, administrador de la casa» (fig 212; Jer.
40:9). Con respecto a otros sellos e impresiones de sellos, véase las figs 10,
23, 44, 50, 101, 102, 270, 277.

454. Sello de lapislázuli, dado por el rey Kirikiri a su hijo Bilalama,
encontrado en Tell Asmar. A la derecha, la impresión del sello.

A Daniel se le dijo: «Sella el libro hasta el tiempo del fin» (Dn. 12:4);
aparentemente esto significaba que no se lo entendería hasta un tiempo
determinado (cf Ap. 10:4). La circuncisión de Abrahán era un «sello de la
justicia de la fe» (Ro. 4:11). El Espíritu Santo «sella» al creyente como la
posesión adquirida de Dios (Ef. 1:13, 14; cf 2 Ti. 2:19). Cristo se refirió a
sí mismo como señalado, o sea sellado por el Padre (Jn. 6:27). En el
Apocalipsis el sellamiento de los 144.000 «en sus frentes» (7:1-4) significa su
aprobación por el cielo (14:1, 2). En el cp 5 se presenta un libro «sellado con
siete sellos» el cual, una vez abierto, describe gráficamente ciertos
acontecimientos de la lucha entre Cristo y Satanás (cf 6:1-8:1). Para mayor
información acerca del significado de esos sellos, véase CBA 7:786-796.

455. Tableta cuneiforme de Amurru, con un sello hitita grabado con
jeroglíficos, encontrado en Ras Shamra.

Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: SELLO

SELLO según la Biblia: Sortija u objeto cilíndrico que llevaba el nombre de su propietario, o un diseño, y a veces ambos, grabados en el metal o en la piedra preciosa (Éx. 28:11; Est. 8:8).

Sortija u objeto cilíndrico que llevaba el nombre de su propietario, o un diseño, y a veces ambos, grabados en el metal o en la piedra preciosa (Éx. 28:11; Est. 8:8).

Los sellos babilónicos en forma de cilindro se remontan a una gran antigüedad, y los del tercer cuarto del siglo IV a.C. indican un desarrollo artístico destacable. Los sellos rectangulares y ovales desplazaron totalmente a los cilíndricos en Palestina a partir de la edad de hierro.

El anillo de sello se llevaba en la mano derecha, o suspendido del cuello mediante un cordón (Gn. 38:18; Jer. 22:24). Las cartas y otros documentos se formalizaban mediante un sello (1 R. 21:8; Neh. 9:38; Est. 8:8; Jer. 32:10, 44; Jn. 6:27). La huella se marcaba por lo general en arcilla (Jb. 38:14).

En Palestina se ha descubierto una cantidad considerable de sellos y de documentos llevando el nombre de sus propietarios, y datando de un período comprendido entre los siglos VIII y V a.C. Los cofres, jarras, sepulcros y lugares donde no se debía penetrar, recibían el sello de la autoridad correspondiente (Jb. 14:17; 41:6; Dn, 6:17; Mt. 27:66; Ap. 5:1).
Nehemías y los suyos sellaron un pacto (Neh. 10:1).

El creyente, al dar crédito a lo que Dios dice acerca del hombre y de la salvación que Él ha provisto, virtualmente pone su sello (asiente al hecho) de que Dios es veraz (Jn. 3:33). «El fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos (la parte de Dios); y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo (la parte del hombre)» (2 Ti. 2:19). Ésta es una ilustración del doble sello girando sobre un pivote, del que se podían usar ambos lados.

El rollo en Ap. 5 tenía siete sellos, dispuestos de manera que al romper un sello se podía desenrollar una parte del rollo; así, se van abriendo sucesivamente los sellos hasta que todo queda revelado.

El hecho de sellar constituía un proceso legal mediante el que se confirmaba un acto de entrega o prohibición o reserva (cfr. Jer. 32:7-11). También se empleaban con frecuencia como testimonio y prueba de genuinidad. Esto puede ser de ayuda para comprender el concepto de sellamiento cuando se aplica a Cristo y a los cristianos.

(a) El Señor Jesús habló de Sí mismo como habiendo sido sellado por Dios el Padre (Jn. 6:27), refiriéndose indudablemente al descenso del Espíritu Santo sobre Él en Su bautismo. Así, se dio testimonio de que Él era el Hijo de Dios.

(b) Los creyentes son sellados por el Espíritu para el día de la redención, y el Espíritu es también las arras de la herencia (2 Co. 1:22; Ef. 4:30). El don del Espíritu es el sello. Ello no pudo ser así hasta que se llevó a cabo la obra de la redención, consiguiéndose así la justicia para los hombres.

Pero el sello es ahora la marca distintiva de los que son de Dios. El concepto de sellado es distinto del de ser nacidos del Espíritu, así como del de ser conducidos por el Espíritu después de haberlo recibido. Sólo los creyentes reciben el sello, en virtud de su fe en el Salvador, que murió por ellos y que resucitó para su justificación. El sellado, basado en el perdón de los pecados, da la consciencia del beneficio conseguido por la fe.

Hay varios incidentes en el libro de Hechos que arrojan luz sobre esto. En el día de Pentecostés, después que Pedro hubiera proclamado la muerte, resurrección y exaltación de Cristo, los oyentes, compungidos de corazón, dijeron: «¿Qué haremos?» (Hch. 2:37).

Pedro les contestó: «Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo, para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo» (Hch. 2:38). Así, cuando Pedro predicaba a Cornelio y a los que se habían reunido en su casa, mientras él estaba diciendo: «Todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre… el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso» (Hch. 10:43, 44).

En Ef. 1:13 se afirma que los gentiles, al creer en el evangelio de su salvación, fueron sellados con el Espíritu Santo de la promesa. (Véase ESPÍRITU SANTO.)

(c) Los ciento cuarenta y cuatro mil de las doce tribus de Israel mencionados en Ap. 7:3-8 serán sellados en sus frentes. Esta cantidad tipifica la integridad del remanente que quedará preservada para bendición a través de la gran tribulación, y quedan patentes como portadores del testimonio y de la marca del Dios viviente.

Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: SELLO