Significado Bíblico de SAL

Significado de Sal

Ver Concordancia

(heb. melaj; gr. hálas, háls).

Cloruro de sodio, o cualquiera de las diversas combinaciones químicas
concomitantes (como ser, cloruro de magnesio, cloruro de calcio, etc.). La sal
común (cloruro de sodio) se encuentra en el agua de mar o en los
yacimientos subterráneos o superficiales, y se usa para conservar diversas
sustancias y para dar sabor. En la antigüedad, cuando la refrigeración y
muchos otros métodos modernos que se usan ahora para conservar alimentos no se
conocían, la sal era de muchísimo más valor que en la actualidad, y su
estima aumentaba por sazonar los sacrificios (Lv. 2:13; Ez. 43:24); también se
refregaba con sal a los recién nacidos, por la creencia de que de ese modo la
piel quedaba más seca, firme y limpia (Ez. 16:4). Palestina dispone de una
gran fuente natural de esa sustancia en el Mar Muerto; pero sus playas y sus
colinas adyacentes están cubiertas de sal de mala calidad. Ella le dio su
nombre al mar en el cual desemboca el Jordán (Gn. 14:3; Jos. 3:16; etc.), y
al valle de la Sal, posiblemente ubicado en la extremidad meridional del Mar
Muerto o Mar Salado (2 S. 8:13), como también a la Ciudad de la Sal (Jos.
15:62). A veces se cubría de sal las tierras capturadas como señal de
maldición (Jue. 9:45). Pero cuando se la usa en los lugares correctos y en las
cantidades adecuadas, esta sustancia es de gran valor. Por causa de su obra y
su influencia, Cristo comparó a sus discípulos con la sal (Mt. 5:13; cf Mr.
9:50; Le. 14:34). Los que no alcanzaban las normas del evangelio eran como la
que había perdido su sabor (Mt. 5:13; Le. 14:34, 35). Véase Sal, Mina de.

Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: SAL

SAL según la Biblia: En las costas del mar Muerto se conseguía una sal de una calidad mediocre, después de la evaporación del agua salada.

En las costas del mar Muerto se conseguía una sal de una calidad mediocre, después de la evaporación del agua salada.

También se conseguía sal de la que se adhería a los acantilados. Los moradores de Canaán y de las regiones circundantes se servían de la sal para sazonar sus alimentos y para conservarlos (Jb. 6:6; Eclo. 39:26).

La Ley ordenaba poner sal en todas las ofrendas (Lv. 2:13; Ez. 43:24; Ant. 3:9, 1). Las tierras impregnadas de sal quedan estériles (Jb. 39:9).

Las ciudades condenadas a la total destrucción eran sembradas con sal. Abimelec devastó Siquem y la cubrió de sal (Jue. 9:45).

Durante el cataclismo que destruyó las ciudades de la llanura del Arabá, la mujer de Lot se demoró en la región maldita y fue transformada en una columna de sal (Gn. 19:26; Ant. 1:11, 4).

La impura sal de Siria, expuesta a la lluvia, al sol, o depositada en casas húmedas, perdía su sabor. No valiendo para nada, era tirada (cfr. Mt. 5:13; Lc. 14:35).

La sal, que da sabor agradable a los alimentos, es el símbolo de los hijos de Dios, cuya vida y testimonio deben ser llenos de sabor y atractivo.

Todas las ofrendas de Levítico, imágenes de la ofrenda de Cristo, debían ser presentadas con sal, que era señal del pacto con Dios (Lv. 2:13; cfr. Ez. 43:24).

El perfume sagrado que era quemado sobre el altar de oro debía ser salado (Éx. 30:35). El Señor Jesús dijo a los creyentes que ellos, a su vez, eran la sal de la tierra (Mt. 5:13); deben tener sal en sí mismos (Mr. 9:51); su palabra debe estar siempre sazonada con sal (Col. 4:6).

En efecto, no hay nada más llano, insípido, incluso mortífero, que los cristianos sin influencia, las vidas sin relieve, las palabras vacías de sentido: son cosas totalmente inútiles.

Se han hecho otras aplicaciones a este símbolo: así como la sal detiene la corrupción, los creyentes son un freno a la corrupción del mundo; si la sal provoca la sed, los cristianos auténticos deberían provocar sed de Dios en los que tienen a su alrededor.

Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: SAL