Significado Bíblico de DANIEL

Significado de Daniel

Ver Concordancia

(heb., daniye’l o dani’el, Dios es mi juez).

1. El segundo hijo de David (1 Cron. 3:1; Quileab, 2 Samuel 3:3).

2. Un sacerdote postexílico (Esdras 8:2; Nehemías 10:6).

3. El vidente exílico del libro de Daniel. El profeta nació en una familia no identificada de la nobleza de Judea durante la época de la reforma de Josías (621 a. de J.C.); estuvo entre los jóvenes cautivos elegidos de la primera deportatión judía llevados a Babilonia por Nabucodonosor en el 605, el tercer año del rey Joacim (Daniel 1:1, 3). Daniel fue instruido en toda la sabiduría de los babilonios durante tres años (Daniel 1:4, 5) y se le asignó el nombre babilonio Beltesasar, "¡Protege su vida!", que era una invocación a una deidad pagana (Daniel 4:8). Sin embargo, Daniel y sus compañeros permanecieron fieles a su fe ancestral, rechazando con cortesía la comida del rey y el vino que éste bebía (Daniel 1:8, contaminados por la idolatría y contrarios a las leyes levíticas de pureza). Dios los recompensó con sabiduría no superada (Daniel 1:20, calificándolos de sabios oficiales; cf. 2:13). Además, a Daniel le dio el don de las visiones y de interpretar sueños (Daniel 1:17; cf. la sabiduría de Daniel en las historias apócrifas de Susana y Bel y el dragón).

Hacia el final de este segundo año (602 a. de J.C.) Nabucodonosor exigió que sus compatriotas babilonios, quienes como la clase gobernante de la sociedad habían asumido el papel de adivinos sacerdotales (Daniel 2:2; cf. Herodoto, I.191), identificaran e interpretaran un sueño no revelado que lo había turbado la noche anterior (Daniel 2:5, 8). Se expuso el engaño del espiritismo y la astrología; pero cuando se pronunció el juicio sobre los adivinos, Daniel y sus compañeros fueron incluidos en la sentencia de muerte. Pero el Dios en los cielos, quien revela los misterios (Daniel 2:28; cf. 2:11) contestó la oración de Daniel por iluminación (Daniel 2:18, 19). Daniel reveló tanto el sueño, que describía una imagen cuádruple, como su significado: cuatro imperios mundiales (Babilonia, Persia, Grecia y Roma) conduciendo al reino mesiánico de Dios. Nabucodonosor lo puso a Daniel como jefe de los sabios (sin embargo 2:48 no dice que se haya convertido en un sacerdote pagano, como lo infieren aquellos que desacreditarían la historicidad de Daniel). Además le ofreció la gobernación de la provincia de Babilonia, aunque Daniel encomendó este último nombramiento a sus tres amigos (Daniel 2:49). En los últimos años del reinado de Nabucodonosor (604-562 a. de J.C.) se evidenció el valor de Daniel (Daniel 4:19; cf. 4:7) cuando interpretó el sueño del rey sobre el árbol caído (Daniel 4:13-27). Con tacto le informó a su amo despótico que el orgullo lo reduciría a una locura bestial por siete tiempos (Daniel 4:24-25; cf. su cumplimiento histórico 12 meses después, Daniel 4:28-33).

Lugar tradicional de la tumba de Daniel, indicado por la mezquita con la torre cónica,en Susa. Cortesía B. Brandl En 552 a. de J.C., después de que el rey Nabónido se retirara a la Teima árabe y del ascenso de su hijo Belsasar, Daniel recibió su visión de las cuatro grandes bestias (Daniel 7), paralela al sueño anterior de Nabucodonosor de la imagen compuesta. Después, en el 550, en la época en que Ciro amalgamó el Estado medo y el persa y durante el eclipse cada vez mayor de Babilonia, Daniel recibió la profecía del carnero y el macho cabrío en cuanto a Persia y Grecia (Daniel 8:20, 21) hasta Antíoco IV (Daniel 8:25). El 12 de octubre del 539, el general de Ciro, Gobrias, después de haber vencido a los ejércitos babilonios, ocupó la ciudad de Babilonia. Durante las celebraciones profanas de la corte de Belsasar que se realizaron inmediatamente antes del fin, se llamó a Daniel para que interpretara la escritura de Dios en la pared, y el profeta condenó sin temor al príncipe desesperado (Daniel 5:22, 23). Predijo la victoria medopersa (Daniel 5:28) y esa misma noche cayó la ciudadela y Belsasar fue muerto.

Cuando Darío el medo (supuestamente Gubaru u otro oficial de nombre similar) fue nombrado rey de Babilonia por Ciro (Daniel 5:31; 9:1), inmediatamente buscó a Daniel como uno de sus tres ministros (Daniel 6:2) debido a suexcelencia, y lo estaba considerando para el puesto de ministro principal(Daniel 6:3). Los colegas celosos de Daniel, ante la imposibilidad dedescubrir un cargo válido de corrupción (Daniel 6:4), maquinaron su caídapor medio de un edicto real prohibiendo toda oración o petición salvo a Daríomismo por 30 días. Daniel fue prendido inmediatamente en oración a Dios, yDarío no tuvo más remedio que lanzarlo en un foso de leones, como había sidoordenado. Sin embargo, Dios intervino a favor de su siervo fiel (cf. Daniel6:16) y cerró la boca de los leones, aunque después devoraron a susacusadores cuando fueron condenados a una suerte similar. Fue en este mismoprimer año de Darío (Daniel 6:28; cf. 1:21), al llegar al fin de los 70 añosde cautiverio, que el ángel Gabriel contestó las oraciones y confesiones de Daniel con una revelación de las 70 semanas (Daniel 9:24-27).El último acontecimiento conocido en la vida de Daniel se llevó a cabo en eltercer año de Ciro (536 a. de J.C.) cuando se le concedió una visiónabrumadora de la lucha del arcángel Miguel con los poderes demoníacos de lasociedad pagana (Daniel 10:10-11:1); del curso de la historia mundial,hasta las persecuciones de Antíoco IV (Daniel 11:2-39); y del anticristoescatológico, las resurrecciones y el juicio final de Dios (Daniel 11:40-12:4). La visión terminó asegurando que aunque Daniel iría a su tumba antes deestos hechos, todavía recibiría su recompensa señalada en la consumación(Daniel 12:13). Es así que a mediados de su octava década, después decompletar su inspirada autobiografía y sus oráculos apocalípticos, terminó suhonrosa carrera.La historia del profeta Daniel está confirmada tanto por las palabras de Cristo(Mateo 24:15) como por las referencias a su rectitud y sabiduría por elprofeta contemporáneo Ezequiel (14:14, 20; 28:3, en el 591 y el 586 a. de J.C.respectivamente).

Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: DANIEL

DANIEL según la Biblia: Nombre propio de tres personajes israelitas

Nombre propio de tres personajes israelitas:

(a) Daniel, el cuarto de los llamados «profetas mayores», es el principal personaje bíblico que lleva este nombre, autor del libro que lleva su nombre, muy estimado entre los judíos de todos los tiempos (Mt. 24:15), descendiente de la familia real de David (Dn. 1:3), que fue llevado cautivo a Babilonia cuando era jovencito, en el año tercero del reinado de Joacim de Judá (600 a.C.).

Fue escogido con tres compañeros suyos (Ananías, Misael y Azarías) para residir en la corte de Nabucodonosor, en donde halló favor como José en Egipto, e hizo grandes progresos en las ciencias de los caldeos, así como en la lengua sagrada pero rehusó contaminarse comiendo de las provisiones de la mesa del rey, que eran a menudo ceremonialmente impuras para un judío o estaban manchadas por haber estado en contacto con el culto idólatra.

Al fin de unos tres años de educación, Daniel y sus compañeros aventajaron a todos los demás y recibieron buenos empleos en el servicio real. Allí Daniel desplegó en breve sus dones proféticos, interpretando un sueño de Nabucodonosor, por quien fue hecho gobernador de Babilonia y jefe de la clase instruida y sacerdotal.

Parece haber estado ausente, quizás en alguna embajada extranjera, cuando sus tres compañeros fueron arrojados en el horno ardiendo.

Algún tiempo después interpretó otro sueño de Nabucodonosor, y posteriormente la célebre visión de Belsasar, uno de cuyos últimos actos fue promover a Daniel a un empleo mucho más elevado que el que previamente había tenido durante su reinado (Dn. 5:29; 8:27).

Después de la captura de Babilonia por los medos y persas, Darío el Medo, que «tomó el reino» después de Belsasar, le hizo «primer presidente» de unos 120 príncipes. La envidia hizo que formaran el complot para que se le echara a la cueva de los leones, acto que les atrajo su propia destrucción (Dn. 6).

Daniel continuó en todos sus altos oficios, y gozó del favor de Ciro hasta su muerte. Durante este período trabajó fervorosamente, con ayunos y oraciones, así como tomando medidas oportunas para asegurar la vuelta de los judíos a su propia tierra, habiendo llegado para ellos el tiempo prometido (Dn. 9).

Vivió lo bastante para ver el decreto expedido a ese respecto y que muchos de su pueblo volvieran a Jerusalén; pero no se sabe si alguna vez volvió a visitar esa ciudad, por tener entonces (356 a.C.) más de 80 años de edad.

En el tercer año de Ciro tuvo una serie de visiones que le pusieron de manifiesto cuál tenía que ser el Estado de los judíos hasta la venida del Redentor prometido; y por las cuales le vemos esperando tranquilamente el término pacífico de una vida bien empleada.

Daniel siguió siempre la voluntad de Dios. Tanto su juventud como su vejez fueron igualmente consagradas a Dios. Conservó su honradez en circunstancias difíciles, y en medio de la fascinación de una corte oriental, fue puro y justo. Confesó el nombre de Dios ante los príncipes idólatras, y estuvo a punto de ser mártir, de no haber sido por el milagro que lo preservó de la muerte.

(b) Entre los demás personajes que llevaban este nombre de Daniel, la Biblia destaca:
(A) El segundo hijo de David, llamado también Quileab (1 Cr. 3:1; 2 S. 3:3).
(B) Descendiente de Itamar, cuarto hijo de Aarón. Fue uno de los jefes que acompañaron a Esdras de Babilonia a Judea, y que después tuvo una parte importante en la reforma del pueblo (Esd. 8:2; Neh. 10:6).

Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: DANIEL