Comentario de Números 16:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Coré hijo de Izjar, hijo de Cohat, hijo de Leví; Datán y Abiram, hijos de Eliab, y On hijo de Pelet, hijos de Rubén, tomaron gente

Coré. Núm 26:9, Núm 26:10; Núm 27:3; Éxo 6:18, Éxo 6:21; Jud 1:11.

los hijos de Rubén. Gén 49:3, Gén 49:4; 1Cr 5:1, 1Cr 5:2.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La rebelión de Coré, Datán y Abiram, Núm 16:1-22.

Moisés separa al pueblo de los rebeldes, Núm 16:23-30.

La tierra traga a Coré, y el fuego consume a los otros, Núm 16:31-35.

Los incensarios son reservados para uso santo, Núm 16:36-40.

Catorce mil setecientos son muertos por una plaga, por murmurar contra Moisés y Aarón, Núm 16:41-45.

Aarón con el incensario detiene la plaga, Núm 16:46-50.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Ahora Coré, un coatita, es líder de una rebelión contra Moisés (1Cr 6:221Cr 6:23). Coré y sus aliados cuestionan la autoridad de Moisés y Aarón de una forma muy parecida a como lo hicieron María y Aarón antes (cap. Núm 12:1-16). Estos hombres no estaban satisfechos con el trabajo asignado por Dios en el servicio del tabernáculo y decidieron exigir el sacerdocio (v. Núm 16:10). Esta rebelión, por lo tanto, era contra Moisés y Aarón (v. Núm 16:11).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

16. La Sedición de Coré y su Castigo.
E ste capítulo está diversamente dividido en el TM y los LXX y Vg, pues el texto hebreo tiene sólo 35 versos, mientras que el griego y el latino tienen 50. Como en otros casos, seguiremos la numeración de la Vg, poniendo entre paréntesis la numeración del TM a partir del v.35.
Desde el punto de vista literario, este capítulo y el siguiente son muy confusos, y los críticos distinguen al menos dos narraciones. Parece que al menos hay tres sediciones: a) la de los rubenitas, Datan y Abirón, contra los privilegios de Moisés 1; b) la de los levitas, dirigidos por Coré, contra los privilegios de Aarón y su familia2; c) la del pueblo en general contra Moisés y Aarón por haber sido causa del exterminio de parte del pueblo3. Los rubenitas, como descendientes del primogénito de Jacob, no soportan el liderazgo de Moisés, que es de la tribu de Levi, y los levitas no admiten los privilegios de la familia sacerdotal de Aarón, hermano de Moisés. Así, las dos sediciones son perfectamente verosímiles en la vida azarosa del desierto, cuando faltaba todo y Moisés se mostraba impotente para introducirlos en la tierra prometida. Ambos movimientos sediciosos debieron combinarse para derribar a Moisés en los momentos más críticos, cuando el pueblo estaba decepcionado por la derrota de Jormá.

La Sedición de Coré, Datan y Abirón (1-14).
1Coré, hijo de Isar, hijo de Caat, hijo de Levi; Datan y Abirón, hijos de Eliab, y On, hijo de Felet, de los descendientes de Rubén, 2se alzaron y se pusieron frente a Moisés, arrastrando tras de sí a doscientos cincuenta varones de los hijos de Israel, todos de los principales de la asamblea, de los del consejo, hombres distinguidos” 3Se conjuraron contra Moisés y Aarón, y dijeron a éstos: “Básteos ser uno de tantos, pues santos son todos los de la asamblea y en medio de todos está Yahvé. ¿Con qué derecho os levantáis vosotros sobre la asamblea de Yahvé?” 4Apenas oyó esto Moisés, se echó rostro a tierra. 5Después habló a Coré y a toda su facción, diciendo: “Mañana dará Yahvé a conocer quién es el suyo y quién es el santo que desea cerca de sí; y al elegido, El a sí lo acercará. 6Haced esto: Tomad vuestros incensarios, Coré y toda su facción; 7poned mañana fuego en ellos, y sobre el fuego, el incienso ante Yahvé; aquel a quien elija Yahvé, ése será el santo. Esto os bastará, hijos de Leví.” 8Y volviéndose después a Coré, añadió: 9“Oídme, hijos de Leví: ¿Os parece todavía poco el haberos Yahvé, Dios de Israel, segregado de la congregación de Israel, acercándoos a sí para que le sirváis en el tabernáculo de Yahvé y estéis delante de la comunidad como ministros suyos? 10Porque El os ha elegido de ese modo a ti y a todos tus hermanos, hijos de Leví, ¿ambicionáis también ahora el sacerdocio? 11Tú y tus partidarios habéis conspirado contra Yahvé. ¿Qué es Aarón para que contra él vayan vuestras murmuraciones?” 12Moisés mandó llamar a Datan y a Abirón, hijos de Eliab; pero ellos respondieron: “No queremos ir; 13¿todavía te parece poco habernos sacado de una tierra que mana leche y miel, para traernos a morir a un desierto, que también quieres seguir tiranizándonos? 14No es a una tierra que mana leche y miel a donde nos has traído; ni un trozo de tierra nos has dado en posesión, ni una viña; ¿crees que están ciegos todos estos hombres? No, no vamos.”

En el Deuteronomio se habla de los “sacerdotes levíticos,” sin distinguir las dos órdenes de sacerdotes y levitas, el cual atribuye a Aarón y a sus hijos el sacerdocio, el oficio de los que “se acercan a Yahvé.” Que estas prerrogativas no se impusiesen sin oposición, se comprende fácilmente. Es el caso de la insurrección de Coré y de muchos levitas con él. Coré era primo hermano de Moisés y de Aarón4, y protesta contra los privilegios de éstos, pues todos los de la asamblea son santos (porque Yahvé habita con ellos), y, en consecuencia, pueden acercarse a Dios a ofrecer sacrificios en el altar como los hijos de Aarón (v.5). Moisés propone una prueba, y ya que reclama funciones específicamente sacerdotales, les propone una de las más sagradas, la de quemar incienso delante del altar. Yahvé decidirá si es del agrado su ministerio. Moisés retrasa un día la prueba, sin duda para dar lugar al arrepentimiento, y con palabras reflexivas invita a Coré y a los levitas insurrectos a pensar en su privilegio de ser guardianes del santuario, aunque no sean de la dignidad sacerdotal (v.8).
La rebelión de Datan y Abirón tiene carácter político-social, pues se quejan de que Moisés los haya llevado a un desierto misérrimo, sin poder cumplir la promesa de introducirlos en la tierra que mana leche y miel (v.12). Moisés quiere calmarlos y los llama a sí; pero ellos rehusan cumplir la orden, porque le consideran como un impostor que ha engañado al pueblo.

Castigo de los Insurrectos (15-35).
15Moisés, muy enojado, dijo a Yahvé: “No atiendas a su oblación. Ni un asno siquiera he tomado yo de ellos; a nadie he perjudicado.” 16Y luego dijo a Coré: “Tu y tus partidarios presentaos mañana ante Yahvé; tú y ellos y Aarón. 17Tomad cada uno un incensario y poned en él el incienso, y llegaos a Yahvé cada uno con su incensario, doscientos cincuenta incensarios, tú también y Aarón, con su incensario cada uno.” 18Tomaron, pues, cada uno su incensario, pusieron en ellos el fuego y echaron sobre él incienso y se presentaron a la entrada del tabernáculo del testimonio con Moisés y Aarón. 19Coré había llevado tras sí a toda la asamblea a la entrada del tabernáculo de la reunión, y la gloria de Yahvé se mostró a toda la asamblea. 20Yahvé dijo a Moisés y Aarón: 21“Apartaos de esa turba, que voy a destruirla en seguida.” 22Ellos, postrándose rostro a tierra, dijeron: “Oh Dios, Dios del espíritu de toda carne! ¿No es uno el que ha pecado? ¿Por qué airarte contra toda la congregación? 23Yahvé habló entonces a Moisés, diciendo: 24Habla a la congregación y di: Apartaos de en derredor del tabernáculo y de las tiendas de Coré, Datan y Abirón.” 25Levantose Moisés y se fue a donde estaban Datan y Abirón, yendo tras él los ancianos, 26y habló a la congregación, diciendo: “Apartaos luego de las tiendas de estos impíos; no toquéis nada suyo, para que no perezcáis por sus pecados.” 27Apartóse la muchedumbre de en derredor de las tiendas de Coré, Datan y Abirón. Datan y Abirón salieron a la puerta de sus tiendas y se quedaron allí en pie con sus mujeres, sus hijos y sus pequeños. 28Dijo entonces Moisés: “Ahora vais a saber que es Yahvé quien me ha enviado para hacer cuanto he hecho y que no lo hice de mi propio impulso. 29Si éstos mueren de muerte natural, como mueren los hombres, no ha sido Yahvé el que me ha enviado; 30pero, si haciendo Yahvé algo insólito, abre la tierra su boca y se los traga con todo cuanto es suyo y bajan vivos al “seol,” conoceréis que estos hombres han irritado a Yahvé.” 31Apenas acabó de decir estas palabras, rompióse el suelo debajo de ellos, 32abrió la tierra su boca y se los tragó a ellos, sus casas y a todos los partidarios de Coré con todo lo suyo. 33Vivos se precipitaron en el abismo y los cubrió la tierra, siendo exterminados de en medio de la asamblea. 34Todo Israel, que allí en torno se hallaba, al oír sus gritos, huyó por miedo de que los tragase también a ellos la tierra. 35 También los doscientos cincuenta hombres que ofrecían el incienso fueron abrasados por un fuego de Yahvé.

Moisés declara que él no se ha aprovechado de su cargo para enriquecerse, y pide a Dios que no acepte el sacrificio de los insurrectos (v.16). Después invita a Coré a que se presente ante el santuario con sus secuaces a ofrecer incienso, para que Dios declare si acepta su servicio sacerdotal (v.18). Con él iba todo el pueblo, ganado en gran parte por él (v.18). Instantáneamente se manifestó la gloria de Dios, quizá en la columna luminosa sobre el santuario5. Dios quiere exterminar a todo el pueblo, porque la insurrección ha sido masiva (v.21); pero Moisés y Aarón interceden, y piden que sean castigados sólo los principales culpables (v.22). El hagiógrafo procura destacar siempre el poder intercesor de Moisés y su espíritu magnánimo al perdón. Yahvé es el Dios del espíritu de toda carne, es decir, el Señor de la vida, que se manifiesta por el espíritu o hálito vital. Moisés insiste en que Yahvé es el Señor de la vida, para que no se complazca en enviar la muerte sin distinción de gentes. Yahvé accede y manda al pueblo que se aparte del lugar donde están los culpables, Coré, Datan y Abirón (v.24)6. Los v.25-27 parecen continuación de los v.12-15. Al rehusar Datan y Abirón ir junto a Moisés, éste tomó la iniciativa y se fue hacia ellos acompañado de los ancianos o consejeros oficiales (v.25). Ordenó al pueblo que se apartara de las tiendas de aquellos impíos, pues se acerca el castigo divino (v.26). El v.27a parece adición redaccional para fusionar el castigo de Coré y el de Datan y Abirón. El texto es más claro prescindiendo de esa parte del v.27. Moisés proclama que, si Dios envía un castigo sobre los insurrectos, ello será la señal de que es enviado de Yahvé; en caso contrario, un impostor (v.29). Al punto se abrió la tierra y fueron tragados Datan, Abirón y los suyos. En el v.32b se dice que entre ellos estaba Coré. Esto parece glosa redaccional, pues en el v.35 se dice que los que estaban con Coré fueron devorados por un fuego, como pasó a Nadab y Abiú7. El redactor posterior ha querido juntar el castigo de los rubenitas y el de los levitas, y de ahí la complejidad redaccional del texto, que resulta algunas veces oscuro.

Los Incensarios de los Insurrectos, Incrustados Al Altar (36-40).
36(17:1)Después habló a Moisés, diciendo: 37(2)“Manda a Eleazar, hijo de Aarón, sacerdote, que saque del incendio los incensarios, apartando el fuego, porque están santificados. 38(3)Los incensarios de esos que contra sus vidas pecaron, hazlos laminar, y reviste con las láminas el altar, pues se ofreció con ellos a Yahvé, quedando santificados, y servirán de recuerdo para los hijos de Israel.” 39(4)Tomó Eleazar los incensarios de bronce con que habían ofrecido los abrasados, y los mandó laminar para revestir el altar, 40(5)para memoria de los hijos de Israel, para que ningún extraño a la estirpe de Aarón se acerque a ofrecer el timiama ante Yahvé, para no incurrir en la muerte de Coré y de sus secuaces, como lo había mandado Yahvé a Moisés.

Como los incensarios habían sido utilizados para ofrecer el incienso a Yahvé eran cosa santa, y, por tanto, su material no debía quedar para usos profanos, ya que la santidad de los objetos santifica lo que toca8, por eso se ordena al sacerdote Eleazar recogerlos y laminarlos, destinando su material para recubrir el altar. No lo hace el sumo sacerdote Aarón para no contaminarse con lo impuro9. Los incensarios, si eran al estilo de los egipcios, eran fáciles de convertir en láminas, pues debían de tener la forma de una paleta con tres rebordes levantados y un mango corto10. El altar recubierto de bronce no sería el de los perfumes, que estaba recubierto de oro, sino el de los holocaustos, recubierto de bronce11. Ahora el nuevo recubrimiento tenía la finalidad de recordar a los israelitas el castigo de los que se habían atrevido a arrogarse funciones sacerdotales sin ser de la clase sacerdotal.

Nueva Insurrección y Exterminio de Israelitas (41-50).
41(6)Al día siguiente, la muchedumbre de los hijos de Israel murmuraba contra Moisés y Aarón, diciendo: “Vosotros habéis exterminado al pueblo de Yahvé.” 42(7)Y mientras la asamblea se reunía contra Moisés y Aarón, éstos se dirigieron al tabernáculo de la reunión; y he aquí que le cubrió la nube y apareció la gloria de Yahvé. 43(8)Moisés y Aarón se acercaron al tabernáculo de la reunión, 44(9)y Yahvé habló a Moisés, diciendo: 45(10)“Quitaos de en medio de esa turba, que voy luego a destruirla.” Ellos se prosternaron rostro a tierra, 46(11)y Moisés dijo a Aarón: Toma el incensario; pon en él fuego del altar e incienso y corre a esa muchedumbre y expíala, porque se ha encendido la ira de Yahvé y ha comenzado ya la mortandad.” 47(12)Tomó Aarón el incensario, como se lo mandara Moisés, y corrió a la asamblea; ya había comenzado la plaga a hacer estragos en el pueblo; pero él tomó el incienso e hizo expiación por el pueblo, 48(13)y se quedó entre los muertos y los vivos hasta que cesó la mortandad. 49(14)Habían perecido en aquella mortandad catorce mil setecientos, sin contar los que murieron por lo de Coré. 50(15)Después, cuando hubo cesado la mortandad, se volvió Aarón a la entrada del tabernáculo de la reunión, donde estaba Moisés.

Gran parte del pueblo, en lugar de sentir respeto por los enviados de Yahvé, Moisés y Aarón, cuya misión había sido confirmada con la desaparición de los rebeldes, culpó a éstos de la muerte de sus hermanos, el pueblo de Yahvé (v.41-6), el pueblo elegido de Yahvé. Moisés y Aarón se refugiaron en el tabernáculo de la reunión (v.42), donde se apareció la gloria de Yahvé, o su manifestación gloriosa en la nube radiante y amenazadora. Dios quiere aniquilar a los murmuradores. En su acostumbrada actitud de intercesor, Moisés manda a Aarón que, como sumo sacerdote, vaya al lugar de la mortandad para aplacar a Dios (v.46). No se indica la naturaleza del castigo12. La expiación por el pueblo debe ser por medio del ofrecimiento del incienso por Aarón. La causa de la calamidad había sido el ofrecimiento ilegal de incienso por Coré, y por eso el remedio debe estar en un acto análogo contrario. En efecto, el sumo sacerdote aplacó la cólera divina, y así mostró que era de su agrado, quedando confirmadas sus prerrogativas excepcionales sacerdotales frente a las pretensiones de Coré y los levitas insurrectos y a la faz del pueblo. El sacerdocio legítimo pone remedio a una situación desencadenada por actos de un sacerdocio ilegítimo. Las víctimas fueron 14.700, pero hemos de considerar la cifra como exagerada e inverosímil, según los principios indicados al comentar el censo de los hebreos13.

1 16:1b; 2a; 12-1s; 25-26; 27b-34. – 2 16: 1a; 2b; 3; 4-11; 19; 16-24; 273; 35. – 3 16:41-50. – 4 Exo 6:18.20. – 5 Núm 14:10. – 6 Extraña la mención de la tienda de Coré, pues éste está ante el tabernáculo. Se cree que los nombres Coré, Datan y Abirón son adición posterior, siendo el texto primitivo morada de Yahvé. – 7 Lev 10:1-2. – 8 Cf. Exo 29:37; Exo 30:20; Lev 6:11; Lev 6:20. – 9 Cf. Lev 21:11; Núm 19:3. – 10 Véase DB II 1775-1779. – 11 Exo 27:2; Exo 38:22 (Heb 38:2). – 12 Véase la explicación midrasica de Sab 18:20-25. – 13 Cf. Núm 1 y comentario.

Fuente: Biblia Comentada

Coré. Coré era descendiente de Leví y del linaje de Coat. Como coatita, tenía ya unos deberes considerables con respecto al tabernáculo (vea Núm 4:1-20). Sin embargo, deseaba además ser sacerdote (vea el v. Núm 16:10).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

En contraste con Núm 1:1-54; Núm 2:1-34; Núm 3:1-51; Núm 4:1-49; Núm 5:1-31; Núm 6:1-27; Núm 7:1-89; Núm 8:1-26; Núm 9:1-23; Núm 10:1-36, en Núm 11:1 tiene lugar un cambio principal. El obediente Israel se transformó en el Israel quejumbroso (Núm 11:1; Núm 14:2; Núm 14:27; Núm 14:29; Núm 14:36; Núm 16:1-3; Núm 16:41; Núm 17:5) y rebelde (Núm 14:9; Núm 17:10). Finalmente, Moisés y Aarón se rebelaron también contra el Señor (Núm 20:10; Núm 20:24). Como respuesta a la desobediencia a Israel se encendió la ira del Señor (Núm 11:1; Núm 11:10; Núm 11:33; Núm 12:9; Núm 14:18; Núm 25:3-4), que lanzó plagas sobre su pueblo (Núm 14:37; Núm 16:46-50; Núm 25:8-9; Núm 25:18), como había hecho con Faraón y los egipcios (Éxo 9:14; Éxo 12:13; Éxo 30:12). Sin embargo, aunque Dios juzgó a aquella generación de Israel, seguirá cumpliendo sus promesas a Abraham en el futuro (Núm 23:5Núm 24:24).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

En Núm 16:1-40, Coré (un levita), aliado con algunos rubenitas y otros príncipes de Israel, incitó y organizó la oposición a la autoridad de Aarón y de los sacerdotes. Su argumento contra Moisés y Aarón era que al pretender el derecho y la responsabilidad únicos de representar al pueblo ante Dios, tomaban demasiado sobre sí mismos, en base de la promesa de que «toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová» (Núm 16:3). El Señor trató primero con estos rebeldes (Núm 16:4-40) y reafirmó su elección de Aarón (Núm 16:41Núm 17:13). Finalmente, el Señor reafirmó los deberes y el sustento tanto de los sacerdotes como de los levitas (Núm 18:1-32). Estos acontecimientos tuvieron lugar en un sitio y tiempo no identificados durante las peregrinaciones de Israel por el desierto.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Sal 106:16-18; Sir 45:18.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

La rebelión en contra de Moisés y Aarón. Los rebeldes fueron dirigidos por hombres de mucha importancia. Coré era un levita del clan de los cohatitas, quienes cuidaban del arca y los vasos del santuario. Los hijos de Rubén también pertenecían a una familia noble. Se juntaron con ellos 250 príncipes de la comunidad, quienes habían sido convocados a formar el concilio y eran bien conocidos en la comunidad. Su queja iba dirigida en contra de la jerarquía; estaban reclamando una posición igual a la de Moisés y Aarón. Esto, por supuesto, era un desafío a la orden dada por Dios en Sinaí (caps. 3-4). También estaban buscando el sacerdocio (v. 10). Las palabras de Moisés, os habéis juntado tú y todo tu grupo (v. 11), contienen un juego de palabras. Juntado es una palabra heb. conectada con el nombre de Leví. Cuando Moisés los convocó, el motivo de su resistencia salió a luz. Contradijeron las promesas del pacto de Dios de dos maneras (vv. 13, 14): Describieron a Egipto como la tierra que fluía leche y miel (la descripción que Dios había usado para Canaán), y se quejaron de que Moisés y Aarón habían fracasado al no llevarlos a la herencia prometida.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

16.1-3 Coré y sus asociados habían visto las ventajas del sacerdocio en Egipto. Los sacerdotes egipcios tenían grandes riquezas e influencia política, algo que Coré deseaba para sí mismo. Coré pudo haber asumido que Moisés, Aarón y sus hijos estaban tratando de hacer del sacerdocio israelita la misma clase de máquina política. El quería ser una parte de ella. No comprendió que la ambición principal de Moisés era servir a Dios y no la de controlar a los demás.16.8-10 Moisés percibió a través del descargo de ellos la verdadera motivación: algunos de los levitas buscaban el poder del sacerdocio. Al igual que Coré, a menudo deseamos las cualidades especiales que Dios les ha dado a otros. Coré tenía sus propias habilidades importantes y valiosas. Al final, sin embargo, su ambición de tener más originó que perdiera todo. Una ambición inadecuada es codicia disfrazada. Concéntrese en buscar el propósito especial que Dios tiene para usted.16.13, 14 Una de las formas más fáciles de no llegar a seguir a Dios es cuando miramos nuestros problemas presentes e inflamos su desazón. Datán y Abiram hicieron justamente eso cuando comenzaron a desear una comida mejor y ambientes más placenteros. Egipto, el lugar que alguna vez desearon abandonar, cada vez lucía mejor y mejor, por supuesto que no era por la esclavitud o por los capataces, ¡sino por la comida que producía agua en su boca! Estos dos hombres y sus seguidores habían perdido completamente su perspectiva. Cuando quitamos nuestros ojos de Dios y comenzamos a mirarnos a nosotros mismos y a nuestros problemas, también comenzamos a perder nuestra perspectiva. Si sobreestimamos nuestros problemas podemos obstaculizar nuestra relación con Dios. No permita que las dificultades lo hagan perder de vista el propósito que tiene Dios para su vida.COREAlgunas de las figuras importantes de la historia pudieron haber permanecido anónimas si no hubieran tratado de abarcar más de lo que podían sostener. Pero al negarse a estar contentos con lo que tenían y por tratar de obtener más de lo que se merecían, por lo general terminaban sin nada. Coré, uno de los líderes israelitas, era ese tipo de persona.Coré era un levita que servía como asistente especial en las funciones diarias del tabernáculo. Muy poco después de la rebelión contra Dios (Números 13, 14), Coré instigó su propia mini rebelión. Reclutó un comité de quejas y confrontó a Moisés y a Aarón. La lista de peticiones quedaba reducida a tres puntos: (1) no eres mejor que otro; (2) todos en Israel han sido escogidos por Dios; (3) no necesitamos obedecerte. Es sorprendente ver cómo Coré distorsionó los dos primeros puntos, ambos verdades, para llegar a conclusiones erróneas.Moisés podría haber estado de acuerdo en que no era mejor que otro. También podía haber aceptado que todos los israelitas habían sido escogidos por Dios. Pero la aplicación que Coré hizo de esas verdades estuvo mal. No todos los israelitas habían sido escogidos para dirigir. La queja oculta de Coré era esta: «Yo tengo el mismo derecho que tiene Moisés para ser líder». Su error no solo le costó su puesto, un puesto de servicio que él disfrutaba, sino además su vida.La historia de Coré nos hace varias advertencias: (1) No permita que el deseo por lo que los demás han hecho lo haga sentirse inconforme con lo que usted tiene. (2) No trate de elevar su propia autoestima atacando a alguien más. (3) No utilice parte de la Palabra de Dios para apoyar lo que quiere; en lugar de eso, permita que las Escrituras como un todo moldeen sus deseos. (4) No espere encontrar satisfacción en el poder ni en la posición, quizá Dios quiera trabajar a través de usted en la posición en la cual se encuentra ahora.Puntos fuertes y logros :– Líder popular; figura influyente durante el éxodo– Nombrado junto con los jefes de los clanes de Israel (Exodo 6)– Uno de los primeros levitas que fueron designados para servicio especial en el tabernáculoDebilidades y errores :– No pudo reconocer la importante posición en la que Dios lo había colocado– Se olvidó de que su lucha era contra alguien mucho mayor que Moisés– Permitió que la codicia cegara su sentido comúnLecciones de su vida :– En ocasiones existe una línea muy delgada entre las metas y la codicia– Si no estamos contentos con lo que tenemos, podemos llegar a perderlo sin obtener nada mejorDatos generales :– Dónde: Egipto, península del Sinaí– Ocupación: Levita (asistente en el tabernáculo)Versículos clave :»Dijo más Moisés a Coré: Oíd ahora, hijos de Leví: ¿Os es poco que el Dios de Israel os haya apartado de la congregación de Israel, acercándoos a El para que ministréis en el servicio del tabernáculo de Jehová, y que estéis delante de la congregación para ministrarles, y que te hizo acercar a ti, y a todos tus hermanos los hijos de Leví contigo? ¿Procuráis también el sacerdocio?» (Num 16:8-10).La historia de Coré se relata en Num 16:1-40. También se menciona en Num 26:9; Jud 1:11. 16.26 Se les dijo a los israelitas que ni siquiera tocaran las pertenencias de los rebeldes inicuos. En este caso, si lo hacían mostrarían simpatía por su causa y aceptarían sus principios. Coré, Datán y Abiram estaban retando directamente a Moisés y a Dios. Moisés declaró con claridad lo que Dios intentaba hacer a los rebeldes (16.28-30). Hizo esto para que todos tuvieran que elegir entre seguir a Coré o a Moisés, el líder escogido de Dios. Cuando Dios pide que hagamos una elección fundamental entre estar al lado de la gente malvada o de parte de El, no deberíamos dudar sino comprometernos en un cien por ciento a estar de parte del Señor.16.27-35 Aunque las familias de Datán y Abiram fueron tragadas, los hijos de Coré no fueron eliminados (véase 26.11).16.41 Exactamente un día después de que Coré y sus seguidores fueron ejecutados por refunfuñar y quejarse contra Dios, los israelitas comenzaron de nuevo con más quejas y murmuraciones. Su actitud negativa sólo provocó que se rebelaran más y que acarrearan mayores problemas. Esto erosionó su fe en Dios y alentó pensamientos para rendirse y regresar. El camino para una rebelión abierta contra Dios comienza con la insatisfacción completamente y vivir como a usted le parece.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) “Procedió a levantarse” y “procedió a congregar” son lecturas que se han propuesto. Lit.: “procedió a tomar”, M; LXX: “habló”.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 856 Núm 26:9; Núm 27:3; Jud 1:11

b 857 Éxo 6:21; Núm 3:19

c 858 Éxo 6:18

d 859 Éxo 6:16; Núm 3:17

e 860 Núm 26:9

f 861 Deu 11:6

g 862 Núm 26:8

h 863 Gén 46:8; 1Cr 5:1

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Tres incidentes establecen firmemente el sacerdocio de Aarón: 1) la rebelión de Coré (16:1– 35); 2) cuando Aarón detiene la plaga (16:36– 50), y 3) el florecimiento de la vara de Aarón (17:1– 13). Estos incidentes no tienen fecha, así que no se sabe con exactitud cuándo ocurrieron durante los treinta y ocho años que Israel estuvo en Cades; pero sin duda los dos primeros incidentes fueron contemporáneos (cp. 18:1– 32).

Fuente: La Biblia de las Américas

Coré, bisnieto de Leví y joven coetáneo de Moisés, encabezó un brote de rebeldía contra la autoridad de Moisés y Aarón; fue seguido por Datán y Abiram (también levitas), On (no un levita) y por 250 representantes de las tribus de Israel. Acusaron a Moisés y Aarón de tener demasiada autoridad, no teniendo en cuenta que toda la congregación era santa. Si bien era cierto que toda la congregación era santa (cp. Éxo 19:6), no reconocieron que Moisés y Aarón eran los líderes designados por Dios (véase nota en Jud 1:11).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Lit., tomó

Fuente: La Biblia de las Américas

[=] *Sal 106:16 *Si 45:18 *Jdt 11:1

[.] Todo el pueblo es sagrado y Yavé está en medio de él (3). Es verdad, pero Dios escoge y llama a los que confía una misión particular en su pueblo, como más tarde lo recordará el autor de la carta a los Hebreos. Esta página se escribió mezclando dos relatos diferentes: -_En el primero, el levita Coré reclamaba para sí los privilegios de los sacerdotes, hijos de Aarón, y lo devoró el fuego del cielo, junto con sus doscientos partidarios. -_En el segundo, Datán y Abirón, de la tribu de Rubén, se rebelaban contra Moisés, hasta que la tierra los tragó.

Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana

[1] Coré, primo de Moisés y Aarón, envidioso de su autoridad, se conjuró contra ellos con Datán y Abirón.[2] Eclo 45, 22; 1 Cor 10, 10; Jds 11.

Fuente: Notas Torres Amat