Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas.
11:26 — Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas — Este versículo no aparece en los manuscritos más antiguos. Algún copista pudo haberlo agregado para conformar el pasaje a lo que dijo Mateo en 6:15 y en 18:35. Este versículo no aparece en las versiones ASV, JTD, ECU, RVA, VNM, FUE, LAC. Otras versiones que lo incluyen dan una nota de que el versículo no aparece en los mejores manuscritos. No se puede perdonar al que no se arrepiente (Luc 17:3) pero sí tenemos que estar siempre dispuestos a perdonar (17:4).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Vea las notas sobre Mat 6:15 ; Mat 18:21-34. Este es el único caso en Marcos que se mencionan «ilegalidades» en la oración, un término que se refiere a la caída o alejamiento del camino de la verdad y la rectitud.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
11:26 — Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas — Este versículo no aparece en los manuscritos más antiguos. Algún copista pudo haberlo agregado para conformar el pasaje a lo que dijo Mateo en 6:15 y en 18:35. Este versículo no aparece en las versiones ASV, JTD, ECU, RVA, VNM, FUE, LAC. Otras versiones que lo incluyen dan una nota de que el versículo no aparece en los mejores manuscritos.
No se puede perdonar al que no se arrepiente (Luc 17:3) pero sí tenemos que estar siempre dispuestos a perdonar (17:4).
Fuente: Notas Reeves-Partain
Porque si vosotros [ ] vuestras ofensas: Este versículo ha sido agregado en algunos manuscritos tratando de armonizar este pasaje con Mat 6:15, pero no figura en los manuscritos más antiguos. Sugerimos no incluirlo, como hacen todas las versiones consultadas, excepto RV95 y BA.
Reflexión bíblica y pastoral
Jesús irrumpe como profeta del reino de Dios que llega para confrontar el centro cultual y religioso de Israel con las demandas divinas. Viene a buscar frutos, pero sólo encuentra hojas que no pueden calmar su hambre. Los frutos de justicia, paz y misericordia están ausentes. El sistema religioso ya no tenía como fin proveer para las necesidades de los pobres; tampoco era su propósito conectar al pueblo con el Dios del pacto, mediante un sistema sacrificial accesible al humilde y al marginado, como ordenaba la ley de Moisés. La ausencia de frutos se veía claramente por la forma en que este sistema utilizaba el ritual para discriminar y oprimir a la gente que más necesitaba de Dios.
En el Antiguo Testamento, la higuera representa a la nación de Israel con Jerusalén como su centro cultual y religioso. Esto se ve en pasajes como Ose 9:10, Ose 9:16; Miq 7:1; Jer 8:13 y Joe 1:7, Joe 1:12. No es coincidencia, entonces, que los incidentes de la higuera y del templo estén íntimamente entrelazados. Jesús, el Mesías de Israel, viene a buscar frutos, pero sólo encuentra hojas. Su acción en el templo anuncia simbólicamente el castigo de Dios por la esterilidad espiritual y moral de la nación, y anticipa su destrucción. Al día siguiente, cuando los discípulos se admiran de que la higuera estuviera seca, Jesús les contesta que deben tener fe en Dios y orar por un tiempo diferente, cuando la comunidad de discípulos y discípulas, mediante la oración a Dios y el perdón mutuo de las faltas, reemplazaría el sistema decadente del templo y su jerarquía religiosa. Debemos notar que la montaña a la que se hace referencia en el versículo Mar 11:23 es, posiblemente, el monte de Sión, en Jerusalén, el lugar donde estaba ubicado el templo. En efecto, el grupo de discípulos se encontraba cerca de allí cuando Jesús le dice que la fe podría mover “esa” montaña. Recordemos también que el mar es el lugar donde son destruidos los cerdos con los demonios, en el capítulo Mar 5:1-43. Quizás Jesús está diciendo que tanto el poder militar de Roma como el poder religioso del Sumo sacerdote y sus aliados serían destruidos con la llegada del reino de Dios.
El lector quizás se sorprenda al escuchar esta interpretación de la higuera y de la montaña como elementos que señalan a Israel como nación y su sistema cultual. Esta lectura resulta imprescindible cuando se considera el contexto y la intención retórica del evangelista. Sin embargo, debemos cuidarnos y evitar interpretar este pasaje de una manera que pueda ser considerada antisemita o antijudía. Jesús no propone una nueva religión, sino que anuncia la venida del reino de Dios y señala la inhabilidad de Israel como nación para entender las señales de dicha venida en su propio ministerio. Jesús tiene en mente un futuro distinto, cuando el templo, con su sistema sacrificial y económico opresor de los necesitados, sería reemplazado por una comunidad orante y dependiente solamente de Dios. «Crean que ya han recibido todo lo que estén pidiendo en oración, y lo obtendrán» (NVI). No obstante, esta oración de petición no puede hacerse independientemente de una actitud de perdón hacia los otros miembros de la comunidad. El perdón mutuo garantiza la provisión de Dios para las necesidades de la comunidad y su perdón de las faltas cometidas.
La lección de la higuera es que cualquier sistema religioso que haya logrado obtener la confianza de la gente como medio para obtener el perdón y el favor de Dios, y se haya enriquecido en el proceso con los bienes depositados a sus pies, está destinado a desaparecer. Estos sistemas cultuales y religiosos se aprovechan de la necesidad espiritual de las personas, invocando un derecho irrevocable de actuar como representantes de Dios. Lo cierto es que Dios no necesita representantes. Dios actúa por medio del Espíritu Santo de tal modo que trae liberación y esperanza, y lo único que puede actualizar ambas cosas es la oración de fe y la acción comprometida de su pueblo. Por supuesto, los templos y las liturgias son necesarios como símbolos tangibles de aquello que no se puede palpar con los sentidos, pero siempre deberán estar al servicio del ser humano, proveyendo canales y espacios para la oración y anunciando las promesas de Dios para su pueblo. De otra manera, su existencia se torna innecesaria, como lo expresa Jesús en este célebre pasaje.
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
Bastantes mss., varios de reconocido valor, omiten el versículo colocado entre corchetes.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) אBWSys omiten este v.; ACDVgSyp: “Pero si no perdonan, tampoco perdonará su Padre que está en los cielos las ofensas de ustedes”. (Compárese con Mat 6:15.)
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
26 super (1) Algunos mss. omiten este versículo.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Muchos mss. no contienen este versículo.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
M↓ añaden versículo de Mat 6:15.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Muchos mss. antiguos no incluyen este vers.
Fuente: La Biblia de las Américas
M i añaden versículo en imitación de g Mat 6:15.