Comentario de Lucas 15:2 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

y los fariseos y los escribas murmuraban diciendo: —Este recibe a los pecadores y come con ellos.

15:2 — y los fariseos y los escribas (los que creían que no necesitaban la salvación, Luc 16:15; Luc 18:9-14) murmuraban (19:7; “En la misma proporción en que los publicanos y los pecadores se aproximaban a Jesús, aumentaban en sus murmuraciones los fariseos y los escribas. La distancia social llega a ser aquí un abismo infranqueable” ATR) , diciendo: Este (forma despectiva de hablar de Jesús) a los pecadores recibe, y con ellos come. — Para ellos el hombre es conocido por sus asociados; es decir, si Cristo comía con tales personas, entonces debiera ser uno de ellos (JSL). Pero si Cristo no hubiera venido para buscar a los pecadores, entonces no habría esperanza alguna para nadie, incluyendo a los fariseos y los escribas mismos. ¡Cómo debemos dar gracias a Dios porque Cristo vino al mundo para buscar y a salvar a los perdidos!

Murmuraban porque había una gran pared de separación entre ellos y los publicanos y pecadores. “La implicación es que Jesús prefiere a estos proscritos a las clases respetables (los fariseos y los escribas) debido a que es como ellos en carácter y preferencias, incluso con las prostitutas”, ATR. Sin embargo, la verdad es que Cristo comía con pecadores porque vino al mundo para salvarles. Véase 5:29-30. Cristo aborrece el pecado. Heb 1:1-14, “9 Has amado la justicia, y aborrecido la maldad”, pero ama al pecador y este amor es lo que mueve al pecador a arrepentirse. Rom 2:1-29, “4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?”

Pero los fariseos creían que los pecadores no tenían valor alguno y que no valía la pena preocuparse por ellos, mucho menos comer con ellos. Para Jesús los pecadores tienen mucho valor e incluso creía que valía la pena aun morir por ellos. Rom 5:1-21, “8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”.

Este capítulo con sus tres parábolas inolvidables bien ilustran que ante los ojos de Dios los pecadores todavía tienen valor. Todos sabemos que el mero hecho de estar perdido no destruye el valor de algún objeto. Por el contrario, parece que apreciamos más que nunca su valor. Un animal perdido se busca. Una cartera perdida se busca y si contiene mucho dinero se busca con mucha diligencia. Todos los familiares y vecinos se juntan para buscar al niño perdido. Parece que el ser perdido algún objeto en lugar de disminuir su valor, más bien da realce a su valor. No estamos diciendo que el pecado aumenta el valor del alma, pero ¿cuándo apreciamos la salud más, antes o después de perderla?

El valor de algún objeto depende de que haya alguien que lo valorice, alguien que lo necesite o que lo quiera. En un país donde nunca hace frío, nadie quiere calentador, pero en zonas frías sí. El punto es que los publicanos y pecadores no tenían valor para los fariseos, pues creían que eran totalmente inútiles e indignos de la salvación, pero Jesús los apreciaba porque todos son hechos a la imagen de Dios y tienen alma que salvar. Por eso, como dice Luc 19:1-48, “10 el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”.

En cuanto a comer con gentiles aunque fueran hermanos, véase también Gál 2:12; Hch 11:3.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

Luc 15:29, Luc 15:30; Luc 5:30; Luc 7:34, Luc 7:39; Luc 19:7; Mat 9:11; Hch 11:3; 1Co 5:9-11; Gál 2:12.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

con ellos come: En la antigüedad, el compartir la mesa con alguien era sinónimo de aceptar a esa persona. Esto explica el porqué los líderes religiosos judíos se quejaban de la compañía de Jesús durante esas cenas (Luc 5:30-32; Luc 19:10; Mar 2:15).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

murmuraban. Es como si se quejaran de Cristo mediante las mentiras que propagaban entre la multitud. Estas quejas motivaron tres parábolas que tenían el propósito de ilustrar el gozo de Dios por el arrepentimiento de los pecadores. Este a los pecadores recibe. Esta frase es la clave para la trilogía de parábolas que viene a continuación. Cristo no se avergonzaba de ser conocido como «amigo de publicanos y de pecadores» (Luc 7:34).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

15:2 — y los fariseos y los escribas (los que creían que no necesitaban la salvación, Luc 16:15; Luc 18:9-14) murmuraban (19:7; “En la misma proporción en que los publicanos y los pecadores se aproximaban a Jesús, aumentaban en sus murmuraciones los fariseos y los escribas. La distancia social llega a ser aquí un abismo infranqueable” ATR) , diciendo: Este (forma despectiva de hablar de Jesús) a los pecadores recibe, y con ellos come. – Para ellos el hombre es conocido por sus asociados; es decir, si Cristo comía con tales personas, entonces debiera ser uno de ellos (JSL). Pero si Cristo no hubiera venido para buscar a los pecadores, entonces no habría esperanza alguna para nadie, incluyendo a los fariseos y los escribas mismos. ¡Cómo debemos dar gracias a Dios porque Cristo vino al mundo para buscar y a salvar a los perdidos!
Murmuraban porque había una gran pared de separación entre ellos y los publicanos y pecadores. “La implicación es que Jesús prefiere a estos proscritos a las clases respetables (los fariseos y los escribas) debido a que es como ellos en carácter y preferencias, incluso con las prostitutas”, ATR. Sin embargo, la verdad es que Cristo comía con pecadores porque vino al mundo para salvarles. Véase 5:29-30. Cristo aborrece el pecado. Heb 1:1-14, “9 Has amado la justicia, y aborrecido la maldad”, pero ama al pecador y este amor es lo que mueve al pecador a arrepentirse. Rom 2:1-29, “4 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?”
Pero los fariseos creían que los pecadores no tenían valor alguno y que no valía la pena preocuparse por ellos, mucho menos comer con ellos. Para Jesús los pecadores tienen mucho valor e incluso creía que valía la pena aun morir por ellos. Rom 5:1-21, “8 Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros”.
Este capítulo con sus tres parábolas inolvidables bien ilustran que ante los ojos de Dios los pecadores todavía tienen valor. Todos sabemos que el mero hecho de estar perdido no destruye el valor de algún objeto. Por el contrario, parece que apreciamos más que nunca su valor. Un animal perdido se busca. Una cartera perdida se busca y si contiene mucho dinero se busca con mucha diligencia. Todos los familiares y vecinos se juntan para buscar al niño perdido. Parece que el ser perdido algún objeto en lugar de disminuir su valor, más bien da realce a su valor. No estamos diciendo que el pecado aumenta el valor del alma, pero ¿cuándo apreciamos la salud más, antes o después de perderla?
El valor de algún objeto depende de que haya alguien que lo valorice, alguien que lo necesite o que lo quiera. En un país donde nunca hace frío, nadie quiere calentador, pero en zonas frías sí. El punto es que los publicanos y pecadores no tenían valor para los fariseos, pues creían que eran totalmente inútiles e indignos de la salvación, pero Jesús los apreciaba porque todos son hechos a la imagen de Dios y tienen alma que salvar. Por eso, como dice Luc 19:1-48, “10 el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido”.
En cuanto a comer con gentiles aunque fueran hermanos, véase también Gál 2:12; Hch 11:3.

Fuente: Notas Reeves-Partain

— maestros de la ley: Ver nota a Mat 2:4.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

c 949 Mat 9:11; Luc 5:30; Hch 11:3

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Este recibe a los pecadores. Los fariseos, que evitaban a los pecadores, se escandalizaban al ver a Jesús sentado a la mesa con los tales. En las parábolas que siguen (vers. 3– 32) el Señor explica el porqué se asocia con estas personas.

Fuente: La Biblia de las Américas

Este a los pecadores recibe. Como los fariseos desdeñaban a los publícanos y a los pecadores, Cristo contó estas tres parábolas (Luc 15:4-32) para mostrar el interés de Dios por ellos.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

R697 Hay un sentido de reproche en el uso de οὗτος aquí.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

Lit. refunfuu241?aban.

Fuente: La Biblia Textual III Edición