No te maravilles de que te dije: “Os es necesario nacer de nuevo.”
3:7, 8 — No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu — «La carne, en la mente de Nicodemo, es la dificultad que Jesús está tratando de remover. Introduce el viento y su soplar, lo cual no se puede ver. Sopla donde quiere, nadie puede saber por vista de donde viene o adonde va, y luego dice que así es el que es nacido del Espíritu; es decir, es el espíritu del hombre — invisible como el viento — , y no la carne, que ha de ser engendrado por el Espíritu de Dios. Quería enseñar a Nicodemo que es la parte espiritual y no la parte carnal del hombre que ha de renacer» (CEWD). «Se puede ver los efectos de este nuevo nacimiento por el cambio que sigue en la conducta del individuo, precisamente como se puede ver los efectos del viento por los objetos movidos por él (compárense Rom 6:4-14; Efe 4:24-32). Sin embargo, no se puede ver literalmente el nuevo nacimiento del espíritu, como no se puede ver el viento mismo» (RH).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
no te maravilles. Jua 3:12; Jua 5:28; Jua 6:61-63.
os es necesario nacer de nuevo. Jua 3:3; Job 15:14; Mat 13:33-35; Rom 3:9-19; Rom 9:22-25; Rom 12:1, Rom 12:2; Efe 4:22-24; Col 1:12; Heb 12:14; 1Pe 1:14-16, 1Pe 1:22; Apo 21:27.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
te en el texto griego es plural. En el versículo Jua 3:2, Nicodemo usó la palabra sabemos, probablemente refiriéndose al consejo gobernante judío, el Sanedrín. Aquí, Jesús no sólo habla a Nicodemo, sino también a todos a los que este representaba.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Ver nota Jua 3:3.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
3:7, 8 — No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu — «La carne, en la mente de Nicodemo, es la dificultad que Jesús está tratando de remover. Introduce el viento y su soplar, lo cual no se puede ver. Sopla donde quiere, nadie puede saber por vista de donde viene o adonde va, y luego dice que así es el que es nacido del Espíritu; es decir, es el espíritu del hombre — invisible como el viento –, y no la carne, que ha de ser engendrado por el Espíritu de Dios. Quería enseñar a Nicodemo que es la parte espiritual y no la parte carnal del hombre que ha de renacer» (CEWD). «Se puede ver los efectos de este nuevo nacimiento por el cambio que sigue en la conducta del individuo, precisamente como se puede ver los efectos del viento por los objetos movidos por él (compárense Rom 6:4-14; Efe 4:24-32). Sin embargo, no se puede ver literalmente el nuevo nacimiento del espíritu, como no se puede ver el viento mismo» (RH).
«Así como el viento sopla sin el control del hombre y su sonido puede ser oído, pero no se puede ver, ni se puede saber su origen o destino, así el Espíritu de Dios obra invisiblemente como El quiere, pero la evidencia se ve en todo aquel que es nacido del Espíritu» (FP). Compárese Ecl 11:5, «Como tú no sabes cuál es el camino del viento».
» Pneuma se traduce ‘viento’. en Jua 3:8, ‘el sopla’ (la R. V. inglesa da, en el margen, ‘el Espíritu alienta’, su significado probable» (WEV). Comúnmente la palabra que se traduce viento es ánemos. La palabra pneuma se puede traducir viento o espíritu. Algunos eruditos insisten en que en esta frase (la primera parte del ver. 8) debe ser viento. P. ej.: «La traducción usual, viento, se confirma aquí por el uso del verbo pariente pnei, sopla, y por phonen, sonido, voz» (MV).
Pero en otros textos que dicen que el viento sopla, no aparece la palabra pneuma, sino la palabra ánemos. Juan usa las palabras ánemos (viento) y pneo (soplar); p. ej., 6:18, «un gran viento (ánemos) que soplaba (pneo)». También en Apo 7:1: «para que no sople (pneo) el viento (ánemos) «. Los mismos términos se encuentran en Mat 7:25. ¿Por qué, pues, no se encuentran ánemos y pneo en Jua 3:8 si Cristo habló del viento que soplaba? Esto no es, sin embargo, un argumento conclusivo, porque otro problema es la expresión «así es todo aquel que es nacido del Espíritu». La palabra así indica una comparación; por eso, «este término (pneuma) ciertamente tiene el sentido de viento en este texto» (FLG).
Obviamente Jesús presenta una comparación, y la palabra clave es houtos, así. Los traductores de nuestras versiones y muchos comentaristas creen que Jesús usa la ilustración del viento invisible cuyos efectos son visibles y que El concluye diciendo, » así es todo aquel que es nacido del Espíritu». Si la traducción correcta de la primera pneuma es espíritu, ¿cuál es la comparación? Parece que sería una comparación de lo que hace el Espíritu con lo que hace el Espíritu. Por eso, muchos aceptan la traducción de nuestras versiones: «El viento sopla… «.
Dice el Interlineal Griego-Español de Lacueva: «El espíritu donde quiere sopla». Dice otro comentarista: «El Espíritu respira como quiere, oyes su voz pero no sabes de donde viene ni a donde va, así por medio de oír su voz nace el que es nacido del Espíritu. Es decir, el Espíritu respira (se expresa) por medio de la palabra (el evangelio), en completa armonía con su voluntad y recibes la expresión de esta voluntad por medio de esta palabra; y mientras no puedes ver al Espíritu y de esta manera estás sin la evidencia visual de su llegada y salida, es por medio de oír su voz (expresada en su palabra) que naces otra vez. Así (de esta manera) uno nace del Espíritu. Esto es decir simplemente que uno nace del agua y del Espíritu por medio de recibir el mensaje del Espíritu expresado en el evangelio, y por ser bautizado para la remisión de pecados (1Co 4:15; Stg 1:18; Hch 22:16; Rom 6:3-4). Las palabras de Pedro son un comentario inspirado sobre el significado de la frase, ‘así es todo aquel que es nacido del Espíritu’ (‘siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre'» (GNW).
Parece que esta interpretación es un poco forzada en cuanto a la expresión «así es todo aquel que es nacido del Espíritu», pero armoniza perfectamente con la enseñanza de Jesús y los apóstoles sobre el nuevo nacimiento.
«‘El Espíritu respira donde quiere’, es decir, no hay límite de su poder en cuanto a ciertos individuos, clases o razas. Compárese 5:21, ‘el Hijo a los que quiere da vida’. El pensamiento aquí es similar: no debe haber desesperación en cuanto al segundo nacimiento: el Espíritu respira donde quiere… y oyes su sonido, el Espíritu se hace a sí mismo audible en sonidos articulados y significativos. La respiración del Espíritu es como el aliento del hombre, no mero aire, sino voz articulada y significativa. El Espíritu obra resultados inteligibles. No aulla como el viento y distorsiona al hombre en contorciones inefectivas como el viento distorsiona los árboles. Es una voz y el resultado está lleno de razón, en armonía con la naturaleza humana y vivificándola a una vida más alta» (MD).
«No puede haber justificación para traducir pneuma como viento, cuando en la última cláusula de la misma frase, y tres veces en el contexto inmediato, se traduce espíritu. No puede haber duda que significa la misma cosa en las dos cláusulas de este versículo, y si traducimos viento en la primera cláusula, tenemos que decir ‘nacido del viento’ en la última cláusula». Este autor cree que este texto debe ser traducido de la siguiente manera: «El Espíritu respira donde quiere, y oyes su voz. Esto enseña que el hombre nace del Espíritu por medio de oír la voz del Espíritu, respirando como quiere a través de hombres inspirados. Equivale a lo que Pablo dice, que la fe viene por el oír la palabra de Dios» (JWM).
«En griego, pneuma significa bien viento, bien espíritu… La palabra pneuma aparece 370 veces en el N. T., y nunca denota viento en ningún otro pasaje, excepto en una cita del A. T. (Heb 1:7 del Sal 104:4), aunque sí comúnmente con este sentido en la LXX. Por otra parte, pneo (sopla, pnei) aparece en otros cinco pasajes en el N. T. y siempre del viento (como Jua 6:18). Así phone puede bien ser sonido (como de viento) o voz (como del Espíritu). La verdad es que aquí se puede tomar cualquiera de ambos sentidos de pneuma como uno quiera» (ATR).
— sopla de donde quiere, — «la R. V. inglesa da, en el margen, ‘el Espíritu alienta’, su significado probable» (WEV), pero otros piensan que el verbo soplar usado con el verbo pneuma indica que esta pneuma de la primera parte de este versículo es viento («soplaron vientos», Mat 7:25; Luc 12:55, «cuando sopla el viento»; Apo 7:1 «que no soplase viento»; Hch 27:40, «al viento»).
— y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; — Esta descripción de pneuma nos hace pensar en el viento.
— así es todo aquel que es nacido del Espíritu. — El proceso no es físico, externo y visible, sino espiritual, interno e invisible. Lo que sí se puede ver son los efectos del viento y, de la misma manera, se puede ver el efecto del nacimiento del Espíritu.
Fuente: Notas Reeves-Partain
LA OBLIGACIÓN DE SABER
Y EL DERECHO DE HABLAR
Juan 3:7-13
No te sorprendas porque te he .dicho «Tenéis que renacer de arriba..» El viento sopla por doquier, y oyes su silbido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Así es todo el que nace del Espíritu.
-¿Cómo pueden suceder esas cosas? -Le preguntó Nicodemo. Y Jesús le contestó:
-¿Y. tú eres el que todos consideran el maestro de Israel y no lo entiendes? Lo que te digo es la pura verdad: Hablamos de lo que sabemos, y atestiguamos lo que hemos visto… y no recibís nuestro testimonio. Si os digo cosas terrenales y no me creéis, ¿cómo me ibais a creer si os dijera las celestiales?
Nadie ha subido al Cielo más que el Que bajó del Cielo el Hijo del Hombre, que está en el Cielo.
El no comprender puede ser por varias razones. Puede ser porque no se ha llegado al nivel de experiencia y de conocimientos necesarios para poder captar la verdad. «El que no sabe es como el que no ve», decimos. Si alguien se encuentra en esa situación, nuestro deber es hacer todo lo posible para explicarle las cosas, para que pueda captar el conocimiento que se le ofrece. Pero hay veces que no se entiende porque no se quiere entender: «No hay peor ciego que el que se niega a ver.» Una persona puede cerrar la mente aposta a una verdad que no quiere reconocer o aceptar.
¿Era así Nicodemo? La enseñanza acerca del nuevo nacimiento que procede de Dios no debería haberle parecido extraña. Ezequiel, por ejemplo, había hablado repetidas veces del corazón nuevo que ha de ser creado en los seres humanos: «Echad de vosotros todas vuestras transgresiones con que habéis pecado, y haceos un corazón nuevo y un espíritu nuevo.
¿Por qué moriréis; casa de Israel?» (Ez 18:31 ). «Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros» (Ez 36:26 ). Nicodemo era un experto en la Sagrada Escritura, y los profetas habían escrito mucho acerca de la experiencia de la que estaba hablándole Jesús. Si una persona no quiere renacer, le resultará incomprensible lo que quiere decir el nuevo nacimiento. Si uno no quiere cambiar, le cerrará voluntariamente los ojos y la mente y el corazón al poder que le puede cambiar. En última instancia, lo que pasa con tantos de nosotros es sencillamente que, cuando viene Jesús a ofrecerse a cambiarnos y recrearnos, Le decimos más o menos: «No, gracias; estoy perfectamente así, y no quiero cambiar.»
Nicodemo tuvo que replegarse otra vez a la defensiva. Lo que dijo era algo así como: «Ese renacimiento del que estás hablando puede que no sea imposible, pero no puedo entender cómo funciona.» La punta de la contestación de Jesús está en que la palabra griega para espíritu, pneuma, también quiere decir viento: Lo mismo sucede con la palabra hebrea rúaj, que también quiere decir espíritu y viento. Así es que Jesús le dijo a Nicodemo: «Tú puedes oír y sentir el viento (pneuma); pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Puede que no entiendas cómo y por qué sopla el viento, pero puedes sentirlo. Puede que no entiendas de dónde viene la tempestad ni adónde va, pero puedes observar sus efectos en las nubes y los árboles. Hay muchas cosas del viento que no puedes entender, pero sus efectos están a la vista.» Y prosiguió: «El Espíritu (Pneuma) es exactamente lo mismo. Puede que no sepas cómo obra; pero puedes ver Sus efectos en las vidas humanas.»
Jesús decía: «Esto no es nada teórico. Hablamos de lo que hemos visto de hecho. Podemos señalar a muchas personas que han nacido de nuevo por el poder del Espíritu.» El doctor John Hutton solía citar el caso de un obrero que había sido un borracho empedernido y se había convertido. Sus compañeros hicieron todo lo posible por ridiculizarle. «No nos dirás que puedes creer en los milagros y en cosas por el estilo -le decían-. Por ejemplo, que Jesús convirtió el agua en vino».
«No sé si convirtió el agua en vino cuando estaba en Palestina -contesto–; pero sé que en mi casa ha convertido el alcohol en muebles y ropa y comida sana.»
Hay un montón de cosas en este mundo que usamos todos los días sin saber cómo funcionan. Son los menos entre nosotros los que saben cómo funcionan la electricidad, la radio, la televisión y hasta el coche, entre otras muchas cosas; pero no por eso decimos que no existen. Muchos de nosotros usamos un coche aunque no tenemos más que una ligerísima idea de lo que pasa debajo del capó; aunque no entendemos del todo cómo funciona, eso no nos impide usarlo y disfrutar de todas sus ventaSantiago Puede que no entendamos cómo obra el Espíritu, pero Su efecto en las vidas de las personas está a la vista de todo el .mundo. El argumento incontestable a favor del Evangelio son las vidas cambiadas de los que lo han aceptado. Nadie debiera descartar una fe que es capaz de hacer que los malos se hagan buenos.
Jesús dijo a Nicodemo: «He tratado de ponértelo fácil. He usado ejemplos humanos sencillos tomados de la vida diaria, y no has entendido. ¿Cómo esperas entender las cosas profundas si hasta las más sencillas te resultan incomprensibles?»
Hay aquí una seria advertencia para todos nosotros. Es fácil tomar parte en grupos de discusión, ponerse a estudiar y a leer libros, a discutir intelectualmente el Cristianismo; pero lo esencial es experimentar el poder del Evangelio. Es verdad que es importante tener una comprensión intelectual del orbe de la verdad cristiana; pero es mucho más importante tener una experiencia vital del poder de Jesucristo. Cuando un paciente está bajo tratamiento médico, o tiene que ser operado, o se le recetan ciertas medicinas, no tiene necesidad de conocer todo el orbe de la anatomía, ni cómo actúan la anestesia o los fármacos en su cuerpo para recuperar la salud. El noventa y nueve por ciento de los pacientes experimentan la curación sin ser capaces de decir cómo se realizó. En un sentido, el Evangelio actúa así. Encierra un misterio, pero no porque desafía a la comprensión intelectual; es el misterio de la redención.
Al leer el Cuarto Evangelio resulta difícil saber cuándo terminan las palabras de Jesús y empiezan las del evangelista. Juan ha pasado tanto tiempo pensando en las palabras de Jesús que pasa imperceptiblemente de ellas a sus propios pensamientos acerca de ellas. Es casi seguro que las últimas palabras de este pasaje son de Juan. Es como. si alguien preguntara: «¿Qué derecho tiene Jesús a decir esto? ¿Cómo podemos estar seguros de que es cierto?» .La respuesta de Juan es sencilla y terminante: «Jesús -dice- descendió del Cielo para comunicamos la verdad de Dios. Y, después. de compartir la. vida de la humanidad y morir por ella; volvió a ,Su gloria.» Juan aseguraba que Jesús tenía derecho a hablar así porque conocía personalmente a Dios, porque había venido directamente del Cielo a la Tierra y porque lo que Él decía no era sino la verdad de Dios, porque .Jesús era y es la encarnación de la Mente de Dios.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
El primer pronombre está en segunda persona singular: No te maravilles, «No te sorprendas» (TLA) o «No te extrañes» (DHH) y el segundo en segunda persona plural: «Ustedes tienen que renacer de lo alto» (LPD).
Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción
REFERENCIAS CRUZADAS
n 123 1Pe 1:3; 1Pe 1:23
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Os es necesario. Jesús no sólo habla a Nicodemo, sino a una audiencia más amplia, probablemente a los líderes religiosos judíos que Nicodemo representa.
nacer de nuevo. Véase coment. en el vers. 3.
Fuente: La Biblia de las Américas
Os es necesario… Obsérvese el cambio al plural: necesario para todos.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
T77 No parece natural que la prohibición en aoristo μὴ θαυμάσῃς signifique: deja de maravillarte (con referencia a una acción que ya había comenzado -R582).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
O, de arriba
Fuente: La Biblia de las Américas
Nótese el cambio al plural.
Fuente: La Biblia Textual III Edición
† La frase “no te sorprendas” se refiere a Nicodemo, en singular. La frase “debes volver a nacer” es plural, se refiere a una audiencia más amplia.