Comentario de Juan 2:23 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Mientras él estaba en Jerusalén en la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en su nombre al observar las señales que hacía.

2:23, 24 — Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía. (2:23; 4:45; 20:31) Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, — La gente seguía a Jesús por varias razones: (1) algunos eran sinceros y buscaban los beneficios espirituales que El les ofrecía; (2) otros le seguían porque querían ver más señales (Mat 16:1-4); (3) algunos querían más panes y peces (6:26); (4) los que tenían ambiciones políticas querían que El fuera su rey (6:15); y (5) sin duda, muchos les seguían simplemente porque otros le seguían. Nadie engañó a Jesús. El sabía perfectamente lo que los judíos harían con El y que sería desamparado aun por sus discípulos más cercanos.

El conocía a las multitudes que le seguían. Muchos creían en El porque hacía señales, pero tenían que entender que el discipulado requiere la abnegación de sí, que sería la causa de graves problemas con los seres amados, y que deberían buscar primeramente el reino de Dios y su justicia. ¿Qué pasaría con estos creyentes cuando verdaderamente se dieran cuenta de lo que El requería de ellos? Algunos seguirían con El, pero otros volverían atrás (6:60, 68). Muchos le escucharían y seguirían solamente «hasta aquí»; es decir, pondrían límites a su aceptación de Jesús. ¿Cristo debería fiarse de los tales?

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

muchos creyeron en su nombre. Jua 3:2; Jua 6:14; Jua 7:31; Jua 8:30, Jua 8:31; Jua 12:42, Jua 12:43; Mat 13:20, Mat 13:21; Mar 4:16, Mar 4:17; Luc 8:13; Gál 5:6; Efe 3:16, Efe 3:17; Stg 2:19, Stg 2:20.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

muchos creyeron en su nombre: El propósito de Juan al registrar los milagros de Jesús era para que las personas creyeran y tuvieran vida eterna (Jua 20:30, Jua 20:31). Hay quienes han llegado a la conclusión que, aunque el texto dice que el pueblo creyó, no tenía fe verdadera. Puesto que su fe solamente se basaba en los milagros de Cristo, dicen que no era una fe que salva. Además, afirman que Cristo no se comprometió con ellos (v. Jua 2:24); sin embargo, Juan dice que registró los milagros de Cristo para que el pueblo creyera y tuviera vida eterna (Jua 20:30, Jua 20:31). El texto dice también que ellos «creyeron en», una construcción que en todas partes del NT. indica fe que salva. Es más, creyeron en su nombre, una frase que solamente se usa dos veces más en el Evangelio de Juan y en ambos lugares se trata de la fe que salva (Jua 1:12; Jua 3:18).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

muchos creyeron en su nombre … Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos. Juan construyó estas dos frases con el uso del mismo verbo griego que significa «creer». Este versículo revela con agudeza la naturaleza verdadera de la confianza desde un punto de vista bíblico. Muchos llegaron a creer en Jesús por las señales milagrosas. Sin embargo, Jesús acostumbraba no «confiar» ni «fiarse» de ellos porque conocía sus corazones. El versículo Jua 2:24 indica que Jesús buscaba la conversión genuina en vez del entusiasmo por lo espectacular. El último versículo también suscita cierta duda sobre la autenticidad de la conversión de algunos (cp. Jua 8:31-32). No obstante, este claro contraste entre los vv. Jua 2:23-24 en términos del tipo de confianza expresado, revela que lit. «creencia» «en su nombre» significaba mucho más que un simple acuerdo intelectual. Requería un compromiso sincero que comprometía la totalidad de la vida como discípulo de Jesús (cp. Mat 10:37; Mat 16:24-26).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Una tercera prueba de la deidad de Cristo que Juan presenta en el relato de la purificación del templo fue su percepción de la realidad. Solo Dios conoce en realidad el corazón de cada uno de los hombres.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

2:23, 24 — Estando en Jerusalén en la fiesta de la pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo las señales que hacía. (2:23; 4:45; 20:31) Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, — La gente seguía a Jesús por varias razones: (1) algunos eran sinceros y buscaban los beneficios espirituales que El les ofrecía; (2) otros le seguían porque querían ver más señales (Mat 16:1-4); (3) algunos querían más panes y peces (6:26); (4) los que tenían ambiciones políticas querían que El fuera su rey (6:15); y (5) sin duda, muchos les seguían simplemente porque otros le seguían. Nadie engañó a Jesús. El sabía perfectamente lo que los judíos harían con El y que sería desamparado aun por sus discípulos más cercanos.
El conocía a las multitudes que le seguían. Muchos creían en El porque hacía señales, pero tenían que entender que el discipulado requiere la abnegación de sí, que sería la causa de graves problemas con los seres amados, y que deberían buscar primeramente el reino de Dios y su justicia. ¿Qué pasaría con estos creyentes cuando verdaderamente se dieran cuenta de lo que El requería de ellos? Algunos seguirían con El, pero otros volverían atrás (6:60, 68). Muchos le escucharían y seguirían solamente «hasta aquí»; es decir, pondrían límites a su aceptación de Jesús. ¿Cristo debería fiarse de los tales?

Fuente: Notas Reeves-Partain

EL QUE VE EL CORAZÓN

Juan 2:23-25

Cuando Jesús estaba en Jerusalén para la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en Su nombre, porque veían las señales que hacía; pero Jesús mismo no Se les confiaba, porque los conocía a todos y no tenía necesidad de que nadie Le atestiguara cómo era una persona; porque Él sabía muy bien lo que hay en la naturaleza humana:

Juan no nos relata ninguna de las maravillas que realizó Jesús en Jerusalén aquella Pascua; pero Jesús hizo muchos milagros allí y entonces, y hubo muchos que, al contemplar Sus obras, creyeron en Él. La pregunta que Juan está contestando aquí es: Si hubo muchos que creyeron en Jerusalén desde el mismo principio, ¿por qué no desplegó Jesús Su bandera allí y entonces y declaró abiertamente Quién era?
La respuesta es: Jesús conocía demasiado bien la naturaleza humana; sabía que había muchos para los que Él no era más que una maravilla de nueve días; sabía que había muchos que se sentían atraídos por las cosas sensacionales que hacía; sabía que no había nadie que entendiera el camino que había escogido; sabía que había muchos que Le habrían seguido mientras siguiera haciendo milagros y maravillas y señales, pero que, si empezara a hablarles de servicio y de autonegación, de rendirse a la voluntad de Dios, o de una cruz y la necesidad de asumirla, se Le habrían quedado mirando con una mirada ausente ‘)C Le habrían dejado solo.
Una de las grandes características de Jesús era que no quería seguidores que no supieran y aceptaran clara y definitivamente lo que implicaba el seguirle a Él. Se negó a aprovecharse de la popularidad del momento. Si Se hubiera confiado a la gente de Jerusalén, Le habrían proclamado Mesías allí y entonces, y habrían esperado la clase de acción material que esperaban que tomara el Mesías. Pero Jesús era un Líder que se negaba a invitar a la gente a que Le aceptara hasta que hubieran comprendido lo que aquello implicaba. Insistía en que las personas supieran lo que estaban haciendo.
Jesús conocía la naturaleza humana. Conocía la fragilidad e inestabilidad del corazón. Sabía que una persona se podía sentir arrebatada en un momento de emoción, y volverse atrás cuando descubriera lo que realmente suponía la decisión. Sabía el hambre de sensaciones que hay, en la naturaleza: humana. No quería una multitud vitoreando sin saber por qué, sino una compañía reducida de supiera lo que hacía -y estuviera dispuesta a seguirle hasta el final.
Hay algo que debemos notar en este pasaje, porque tendremos ocasión de encontrarlo una y otra vez. Cuando Juan habla de los milagros de Jesús los llama señales. El Nuevo Testamento usa tres palabras diferentes para las obras maravillosas de Dios y de Jesús, cada una de las cuales nos dice algo de lo que es realmente un milagro.

(i) Usa la palabra teras. Teras quiere decir sencillamente algo maravilloso. Es una palabra que no tiene absolutamente ninguna significación moral. Un truco de prestidigitador podría ser un teras. Un teras era simplemente algo inexplicable que le dejaba a uno boquiabierto. El Nuevo Testamento no usa nunca esta palabra sola refiriéndose a las obras de Dios o de Jesús.

(ii) Usa la palabra dynamis. Dynamis quiere decir literalmente poder; de ella deriva la palabra dinamita. Se puede referir a cualquier clase de poder extraordinario: del poder de crecimiento, de los poderes de la naturaleza, del poder de una medicina ,y del del genio de un hombre. Siempre tiene el sentido de un poder efectivo que produce resultados y que puede reconocer cualquier persona.

(iii) Usa la palabra sémeion. Sémeion, de la que se derivan semáforo, semántica y otras muchas, quiere decir señal. Es la palabra favorita de Juan. Para él un milagro no era simplemente un hecho sorprendente, ni el resultado de un poder extraordinario, sino una señal. Es decir: le decía algo a la gente de la Persona Que lo había hecho; revelaba algo de Su carácter; descubría algo de Su naturaleza; era una acción que permitía comprender mejor y más plenamente cómo era el Que lo hacía. Lo más importante para Juan en los milagros era que decían algo acerca de la naturaleza y el carácter de Dios. Jesús usaba Su poder para sanar a los enfermos, alimentar a los hambrientos, consolar a los afligidos; y el hecho de que Jesús usara Su poder de esa manera era una señal de que Dios Se preocupa de los dolores y las necesidades de la humanidad. Para Juan, los milagros eran señales del amor de Dios.

En cualquier milagro hay tres cosas: la maravilla que deja a las personas alucinadas, sorprendidas y atemorizadas; el poder efectivo que puede remediar un cuerpo quebrantado, una mente desquiciada, un corazón herido, y la señal que nos habla del amor que hay en el corazón del Dios Que hace esas cosas.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

3. Reacción y señales en Jerusalén (Jua 2:23-25)

Análisis de discurso

Estos tres versículos son una síntesis apretada de lo que pasó cuando Jesús ascendió a Jerusalén en la primera pascua mencionada por Juan. Sintetiza la reacción de la gente durante la fiesta.

Así como Jua 2:12 es una transición entre la primera señal y lo que sigue, aquí también estos versículos se pueden considerar resumen o transición entre el gesto de Jesús en el templo y el diálogo con Nicodemo que viene a continuación. Los signos que realiza en Jerusalén van más allá de la enumeración de los mismos (cf. Jua 2:11 y Jua 4:54).

TÍTULO: Algunas versiones insinúan en el título el conocimiento sobrenatural de Jesús con Jesús conoce a todos los hombres (RV60, RV95) mientras otras ponen el acento en la creencia de la gente, como Muchos creen en Jesús (BA). La sección se puede titular también Jesús conoce el corazón humano o Jesús sabe de antemano cómo piensa la gente.

Análisis textual y morfosintáctico

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

«Muchos creyeron en él» (DHH, BI), literalmente en su nombre. Creer en él se puede entender como “confiar en él” o “poner su fe en él”. Es más que aceptar o asentir lo que él ha dicho. Hay siempre la implicación de confianza, lealtad o fidelidad.

Las señales son los milagros que él mismo realiza. Se enfatiza el pronombre posesivo “sus, suyas”. Ver (theoréin ) es uno de los verbos favoritos de Juan, que aparece 23 veces en este evangelio con el sentido de “percibir” o “constatar” y que implica tanto “atención inteligente” como “atestiguar”.

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Jua 7:31; Jua 11:47-48.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

La visión de Jesús. En la parte final de este capítulo, el énfasis recae en la estrecha relación entre las señales y la fe. En su declaración de propósitos en 20:30, 31, Juan relaciona las señales con la fe. Aquí la fe no era suficiente; se dio cuenta de ello y no confió en la fe de ellos. El v. 25 dirige la atención al conocimiento sobrenatural de Jesús. Juan inserta este comentario aquí como un preludio al episodio de Nicodemo, que lo ilustra.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

w 105 Jua 4:45

x 106 Jua 11:48

y 107 Jua 7:31

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

muchos creyeron. El contexto implica que ellos creían mientras pudieran ver las señales que El hacía .

Fuente: La Biblia de las Américas

milagros… → §028.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

T171 El nombre con artículo Ἱεροσολύμοις aquí es repetitivo (es decir, indica una referencia anterior).

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego