Comentario de Juan 14:17 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Este es el Espíritu de verdad, a quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Vosotros lo conocéis, porque permanece con vosotros y está en vosotros.

14:17 el Espíritu de verdad, (14:6, 26; 16:13; 1Jn 5:7) al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve (no sabe discernirle en ninguna de sus manifestaciones», B-S) , ni le conoce; — No conocen al Espíritu Santo, pues algunos de los fariseos aun se atrevieron a decir que «Este (Jesús) no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios» (Mat 12:24). Al oír esto Jesús dijo, «cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno. Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu inmundo» (Mar 3:20-30).

— pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. — Después de resucitar de entre los muertos Jesús dijo a los apóstoles, «yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto» (Luc 24:49). El «poder desde lo alto» sería el Espíritu Santo. Lucas da más información sobre esto en Hch 1:4-5; Hch 1:8; Jesús les dijo que «vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días… recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo». Esta promesa se cumplió el día de Pentecostés (Hch 2:1-4).

Habiendo sido bautizados con el Espíritu Santo los apóstoles podían impartir dones milagrosos del Espíritu Santo a otros hermanos (Hch 8:14-17; Rom 1:11).

Los que se arrepienten y se bautizan reciben el perdón de sus pecados y el don del Espíritu Santo. En el día de Pentecostés el apóstol Pedro dijo, «Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en le nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo» (Hch 2:38), refiriéndose a todas las bendiciones de la salvación proporcionadas por el Espíritu Santo. En lugar de describir todas estas bendiciones espirituales que constituyen el efecto de la obra del Espíritu Santo, Pedro dice simplemente «el don del Espíritu Santo», es decir, nombrando la causa en lugar del efecto; después habla del «Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen» (Hch 5:32; Rom 5:5; Gál 4:6; 1Ts 4:8). Compárese Efe 4:7-8, «Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo… dio dones a los hombres»; es decir, el don de Cristo no es El mismo, sino los dones (facultades, oficios, poderes) dados por El.

Pablo dice que el pecado mora en el inconverso (Rom 7:17; véase Apo 2:13, » mora Satanás»), pero que el Espíritu Santo mora en los cristianos (Rom 8:9). En lugar de ser controlado por el pecado, el cristiano es dirigido, fortalecido y controlado por el Espíritu Santo. Es guiado por el Espíritu Santo (Rom 8:14) por medio de la palabra inspirada. Asimismo el hombre resiste al Espíritu Santo (Hch 7:51) cuando resiste su enseñanza. Los hermanos del primer siglo apagaban al Espíritu Santo cuando apagaban algún don del Espíritu Santo (1Ts 5:19). Estamos llenos del Espíritu Santo (Efe 5:18) cuando llevamos el fruto del Espíritu (Gál 5:22-23).

Pablo dice que la iglesia es la habitación santa del Espíritu Santo (1Co 3:16-17; 1Co 6:19-20; Efe 2:19-20; 2Ti 1:14; Stg 4:5).

El cristiano tiene comunión con el Espíritu Santo; es decir, participa con el Espíritu Santo (2Co 13:14; Heb 6:4) en las «cosas mejores, y que pertenecen a la salvación» (Heb 6:9).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

el Espíritu de verdad. Jua 15:26; Jua 16:13; 1Jn 2:27; 1Jn 4:6.

al cual el mundo no puede recibir. Pro 14:10; 1Co 2:14; Apo 2:17.

mas vosotros le conocéis; porque está con vosotros. Jua 14:16, Jua 14:23; Isa 57:15; Isa 59:21; Eze 36:27; Rom 8:9, Rom 8:11, Rom 8:13, Rom 8:14; 1Co 3:16; 1Co 6:19; 2Co 6:16; Efe 2:22; Efe 3:17; 2Ti 1:14; 1Jn 2:27; 1Jn 3:24; 1Jn 4:12, 1Jn 4:13.

y estará en vosotros. Mat 10:20; Rom 8:10; 1Co 14:15; 2Co 13:5; Gál 4:6; Col 1:27; 1Jn 4:4.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Se llama al Espíritu Santo el Espíritu de verdad (Jua 15:26; Jua 16:13; 1Jn 4:6) porque es verdadero y nos guía en toda la verdad (1Co 2:13; 2Pe 1:21).

no le ve, ni le conoce no significa simplemente que el mundo no sea capaz de identificar visualmente al Espíritu Santo porque sea un espíritu. Significa algo más. El Espíritu de Dios está activo en el mundo, pero sus obras pasan desapercibidas por el mundo (1Co 2:14).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

EL ESPÍRITU DE VERDAD. Al Espíritu Santo se le denomina «el Espíritu de verdad» (Jua 15:26; Jua 16:13; cf. 1Jn 4:6; 1Jn 5:6), porque Él es el Espíritu de Jesús, que es la verdad. Como tal, Él declara la verdad (Jua 18:37), instruye en cuanto a la verdad, pone al descubierto la mentira (Jua 16:8) y guía al creyente a toda verdad (Jua 16:13). Los que están dispuestos a sacrificar la verdad por causa de la unidad, el amor o cualquier otra razón niegan el Espíritu de verdad que afirman que vive en ellos. La iglesia que abandona la verdad abandona a su Señor. El Espíritu Santo no será el Consolador de los que sean indiferentes a la fe o a su compromiso con la verdad. Él vive sólo en los que adoran al Señor «en espíritu y en verdad» (Jua 4:24).

MORA CON VOSOTROS Y ESTARÁ EN VOSOTROS. El Espíritu Santo vivía en aquel entonces con los discípulos, y Cristo les prometió que en el futuro estaría en ellos. Esa promesa de la morada del Espíritu Santo se cumplió después de la resurrección de Cristo cuando Él sopló sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo» (Jua 20:22). Para un estudio de la función del Espíritu Santo en la regeneración, véase el ARTÍCULO LA REGENERACIÓN DE LOS DISCÍPULOS, P. 1491. [Jua 20:22].

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

el Espíritu de verdad. Él es el Espíritu de verdad porque es la fuente de verdad y quien la imparte (v. Jua 14:26; Jua 16:12-15). El hombre no puede conocer la verdad de Dios aparte de Él (1Co 2:12-16; 1Jn 2:20; 1Jn 2:27). mora con vosotros, y estará en vosotros. Esto señala alguna diferencia entre el ministerio del Espíritu Santo a los creyentes antes y después del Pentecostés. Aunque el Espíritu Santo había estado con cada creyente a todo lo largo de la historia de la redención como la fuente de verdad, de fe y de vida, Jesús afirma que algo nuevo vendría en su ministerio. En Jua 7:37-39 se indica que este ministerio sin precedentes sería como «ríos de agua viva». Hch 19:1-7 presenta a algunos creyentes del antiguo pacto que no habían recibido aún al Espíritu Santo en esa medida de plenitud e intimidad. Cp. Hch 1:8; Hch 2:1-4; 1Co 12:11-13.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

14:17 el Espíritu de verdad, (14:6, 26; 16:13; 1Jn 5:7) al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve (no sabe discernirle en ninguna de sus manifestaciones», B-S) , ni le conoce; — No conocen al Espíritu Santo, pues algunos de los fariseos aun se atrevieron a decir que «Este (Jesús) no echa fuera los demonios sino por Beelzebú, príncipe de los demonios» (Mat 12:24). Al oír esto Jesús dijo, «cualquiera que blasfeme contra el Espíritu Santo, no tiene jamás perdón, sino que es reo de juicio eterno. Porque ellos habían dicho: Tiene espíritu inmundo» (Mar 3:20-30).
— pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. — Después de resucitar de entre los muertos Jesús dijo a los apóstoles, «yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto» (Luc 24:49). El «poder desde lo alto» sería el Espíritu Santo. Lucas da más información sobre esto en Hch 1:4-5; Hch 1:8; Jesús les dijo que «vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días… recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo». Esta promesa se cumplió el día de Pentecostés (Hch 2:1-4).
Habiendo sido bautizados con el Espíritu Santo los apóstoles podían impartir dones milagrosos del Espíritu Santo a otros hermanos (Hch 8:14-17; Rom 1:11).
Los que se arrepienten y se bautizan reciben el perdón de sus pecados y el don del Espíritu Santo. En el día de Pentecostés el apóstol Pedro dijo, «Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en le nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo» (Hch 2:38), refiriéndose a todas las bendiciones de la salvación proporcionadas por el Espíritu Santo. En lugar de describir todas estas bendiciones espirituales que constituyen el efecto de la obra del Espíritu Santo, Pedro dice simplemente «el don del Espíritu Santo», es decir, nombrando la causa en lugar del efecto; después habla del «Espíritu Santo, el cual ha dado Dios a los que le obedecen» (Hch 5:32; Rom 5:5; Gál 4:6; 1Ts 4:8). Compárese Efe 4:7-8, «Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo… dio dones a los hombres»; es decir, el don de Cristo no es El mismo, sino los dones (facultades, oficios, poderes) dados por El.
Pablo dice que el pecado mora en el inconverso (Rom 7:17; véase Apo 2:13, » mora Satanás»), pero que el Espíritu Santo mora en los cristianos (Rom 8:9). En lugar de ser controlado por el pecado, el cristiano es dirigido, fortalecido y controlado por el Espíritu Santo. Es guiado por el Espíritu Santo (Rom 8:14) por medio de la palabra inspirada. Asimismo el hombre resiste al Espíritu Santo (Hch 7:51) cuando resiste su enseñanza. Los hermanos del primer siglo apagaban al Espíritu Santo cuando apagaban algún don del Espíritu Santo (1Ts 5:19). Estamos llenos del Espíritu Santo (Efe 5:18) cuando llevamos el fruto del Espíritu (Gál 5:22-23).
Pablo dice que la iglesia es la habitación santa del Espíritu Santo (1Co 3:16-17; 1Co 6:19-20; Efe 2:19-20; 2Ti 1:14; Stg 4:5).
El cristiano tiene comunión con el Espíritu Santo; es decir, participa con el Espíritu Santo (2Co 13:14; Heb 6:4) en las «cosas mejores, y que pertenecen a la salvación» (Heb 6:9).

Fuente: Notas Reeves-Partain

Define mejor al “Paracleto”, literalmente como el Espíritu de verdad. Se entiende que “él es el Espíritu de verdad” o como «él es el Espíritu, que revela la verdad acerca de Dios» (TEV). La CEV traduce la oración así: «El Espíritu les mostrará lo que es verdad». En unas culturas se traduciría “el Espíritu que les enseñará todo lo que es la verdad de Dios”, mientras que en otras se dirá sencillamente: “Este Espíritu les dirá en verdad quién es Dios”, «Él les enseñará lo que es la verdad» (TLA).

Aquí “el mundo”, que aparece en oposición al Espíritu, no se refiere a las cosas creadas o a la tierra, sino a “la gente que vive en el mundo”, lo que tiene también su equivalencia con “los incrédulos”. Los incrédulos se relacionan más con los sistemas del mundo, por ello la gente en el mundo está en oposición a los discípulos de Jesús, por lo que ellos no “reciben al Espíritu, porque no lo ven ni lo conocen”.

Por tradición se ha traducido siempre Espíritu con mayúscula cuando se refiere a la persona del Espíritu Santo. Por otra parte, habrá que ampliar el sentido del verbo “recibir” para no dar la idea que el Espíritu es alguna cosa como un paquete. Mejor es traducir: “no puede recibirlo en su corazón”, “no lo acepta como su Ayudador”, “no quiere que él tenga control sobre su vida”.

Evidentemente la última parte del versículo es un claro contraste entre el mundo y los discípulos. Aquí cabe bien “pero” para reforzar el contraste. La idea de que el Espíritu “permanece en ustedes” se puede entender como que el Espíritu “vive en ustedes”. La promesa ya ha empezado a ser realidad según las palabras de Jesús. Entonces se podría traducir así: “Pero ustedes le conocen, porque ya está viviendo en ustedes y así estará en ustedes”. El pronombre es enfático y por eso es bueno repetirlo en la traducción. Algunas versiones prefieren usar el verbo “está” en presente, mientras otras optan por el futuro “estará”, “permanecerá”, “vivirá”. Para algunos idiomas parece necesario usar mejor el tiempo futuro, sobre todo si se toma en cuenta que en sentido estricto el Espíritu Santo no ha sido dado a los discípulos. Hasta este momento es una promesa que se cumplirá plenamente después de la resurrección. Algunas de las mejores versiones comprenden ambos tiempos en la traducción: «porque él permanece con ustedes y estará con ustedes» (DHH, BA), «porque mora en vosotros y morará en vosotros» (RV60).

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

— mundo: Ver nota a Jua 1:10.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) O: “la fuerza activa”. Gr.: to pnéu·ma, neutro. Véase Gén 1:2, n: “Activa”.

(2) “Lo contempla […]. Ustedes lo conocen.” “Lo” (gr.: au·tó, neutro) se refiere a “el espíritu” (to pnéu·ma, neutro).

REFERENCIAS CRUZADAS

y 834 Mat 10:20; Jua 16:13; 1Co 2:12; 1Jn 2:27

z 835 1Co 2:14

a 836 Gál 4:6

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

el Espíritu de verdad. El Espíritu es el que provee la verdad salvadora a aquellos que la buscan. La verdad está también asociada con el Padre (4:23, 24) así como con el Hijo (14:6).

el mundo. O sea, los que no tienen fe en Cristo y desconocen el Espíritu de Dios (cp. coment. en Ro 12:2).

mora con…vosotros. Es decir, tanto en cada creyente individualmente como en el cuerpo de Cristo (i.e., la iglesia). Esto señala el ministerio nuevo del Espíritu Santo que comenzó en Pentecostés (Hch 2), después de lo cual El permanentemente habita en todo creyente

Fuente: La Biblia de las Américas

17 (1) El Espíritu prometido aquí, fue mencionado en 7:39. Este Espíritu es el Espíritu de vida ( Rom_8:2), y esta promesa del Señor se cumplió el día de Su resurrección, cuando el Espíritu como el aliento de vida fue infundido en los discípulos al soplar en ellos (20:22). La promesa que el Señor hizo aquí, es diferente de la que hizo el Padre acerca del Espíritu de poder en Luc_24:49. Esa promesa se cumplió cincuenta días después de la resurrección del Señor, el día de Pentecostés, cuando el Espíritu sopló como un viento recio sobre los discípulos ( Hch_2:1-4). En este versículo el Espíritu de vida es llamado «el Espíritu de realidad». El Espíritu de realidad es Cristo (v.6); por lo tanto, el Espíritu de realidad es el Espíritu de Cristo ( Rom_8:9). Este Espíritu también es la realidad de Cristo ( 1Jn_5:6 , 1Jn_5:20) para que Cristo sea hecho real en aquellos que creen en El, como su vida y su suministro de vida.

17 (2) El que permanece en los creyentes, el Espíritu de realidad, es Aquel que no los dejará huérfanos, el Señor mismo en el v.18. Esto significa que el Cristo que estaba en la carne pasó por la muerte y la resurrección, para llegar a ser el Espíritu vivificante, el Cristo pneumático. En 1Co_15:45 se confirma esto. Con respecto a la resurrección, ese versículo dice: «Fue hecho… el postrer Adán [Cristo en la carne], Espíritu vivificante».

17 (3) Esta es la primera vez que se revela la promesa de que el Espíritu more en los creyentes. Esta se cumple y se desarrolla completamente en las epístolas. Véase 1Co_6:19 y Rom_8:9 , Rom_8:11.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

mora con vosotros, y estará en vosotros. El Espíritu Santo estaba activo en tiempos del AT, pero Su morada en las vidas de los creyentes después de Pentecostés se diferencia en que

(1) es permanente y

(2) es verdadera respecto de cada creyente individual.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

con vosotros… en vosotros…Hch 2:1-47.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

TGr10 La asociación de la Verdad con el Espíritu, en frases como τὸ πνεῦμα τῆς ἀληθείας, probablemente supone la estrecha relación de Cristo con el Espíritu, y especialmente su promesa de enviar el Espíritu Santo a los creyentes y, por medio de El guiarlos a la plenitud de sí mismo, la Verdad. [Editor. Note que Turner supone la idea de que, cuando Juan usa ἀληθεία con un artículo, generalmente se refiere a Cristo; comp. Jua 8:32.]

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

con vosotrosu8230? en vosotros g Hch. c.2.

Fuente: La Biblia Textual III Edición