Comentario de Job 5:17 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

¡He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios disciplina! No menosprecies la corrección del Todopoderoso.

bienaventurado es el hombre. Sal 94:12; Pro 3:11, Pro 3:12; Jer 31:18; Heb 12:5-11; Stg 1:12; Stg 5:11; Apo 3:19.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Elifaz insinúa que debido a que el sufrimiento de Job era resultado del castigo de Dios a causa de su pecado, él no debería menospreciar o rechazar lo que Dios estaba tratando de enseñarle. Aunque es cierto que a veces Dios usa el sufrimiento y el dolor para disciplinar a las personas por sus pecados (Job 32:1-22; Job 33:1-33; Job 34:1-37; Job 35:1-16; Job 36:1-33; Job 37:1-24; Pro 3:11; Heb 12:7), Elifaz se equivoca al sugerir que esta era necesariamente la causa en el caso de Job. El título divino de Shaddai, traducido Todopoderoso, se usa treinta y una vez en el libro y sólo diecisiete en el resto del Antiguo Testamento.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

EL HOMBRE A QUIEN DIOS CASTIGA. Según Elifaz, si Dios reprende a una persona y ella reacciona correctamente, Dios la librará de todo problema y adversidad.

(1) El autor de Hebreos refuta ese concepto equivocado al afirmar que algunos de los más grandes héroes de la fe del AT fueron perseguidos, desamparados, maltratados e incluso asesinados. Esos justos nunca recibieron total liberación en esta vida (Heb 11:36-39).

(2) En ninguna parte la Biblia enseña que Dios eliminará toda aflicción y sufrimiento de la vida de sus hijos. No siempre se libra a los piadosos en esta vida.

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

bienaventurado es el hombre a quien Dios castiga. Elifaz sitúa bajo una luz positiva su consejo manifestando a Job cuán envidiable o deseable es la situación de aquel por el que Dios cuida tanto como para disciplinarlo. Su consejo era: «Si solo Job admitiera su pecado, podría volver a ser feliz».

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Pro 3:11-12.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

“Si así lo haces, Dios te restaurará.” Elifaz aconseja a Job que si sólo espera con paciencia para que Dios obre, descubrirá que el sufrimiento que está viviendo es un sufrimiento disciplinario (17) y que él “es el que hiere y el que venda la herida” (18, BJ). Elifaz se ha propuesto terminar su discurso con una nota positiva. ¡Piensa (y esto también es irónico) que le está haciendo un favor a Job al decirle lo bien que en realidad está! ¡Bienaventurado es el hombre a quien Dios disciplina! (17), como si tuviera derecho a decirle a Job qué bendición es estar sufriendo la pérdida de su familia y de su sustento.

Pero la imagen que presenta no es totalmente color de rosas: Existen condiciones que Job debe cumplir. No debe menospreciar la corrección del Todopoderoso (17) y debe escuchar el consejo de Elifaz y aplicarlo a su propio caso (27). Vistas superficialmente, estas no parecen ser condiciones difíciles de cumplir, pero sin duda es imposible que Job las acepte. ¿Cómo puede aceptar la “disciplina” de Dios si no considera a su sufrimiento como una disciplina sino como una cruel injusticia? ¿Y cómo puede aplicar el consejo de Elifaz a su propio caso cuando sabe que es el producto de una reflexión teológica y que no tiene nada que ver con la experiencia vivida?

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

NOTAS

(1) O léase: “hombre mortal”, como en Job 4:17. Heb.: ’enóhsch.

(2) “Dios.” Heb.: ’Elóh·ah.

REFERENCIAS CRUZADAS

ñ 128 Sal 94:12

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

reprende. En los vers. 17– 27 Elifaz sugiere que la disciplina de Dios es la causa de la desventura y el sufrimiento de Job. El error de Elifaz está en su afán de aplicar un principio general a una situación donde no tiene relevancia. Mantener la falsa esperanza de que la restauración vendría a Job si él se arrepentía de su pecado, sólo serviría para aumentar la angustia de Job.

Fuente: La Biblia de las Américas

Shadday… §005.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Heb., Shaddai

Fuente: La Biblia de las Américas

g §005.

Fuente: La Biblia Textual III Edición