¡Clama, pues! ¿Habrá quien te responda? ¿A cuál de los santos acudirás?
¿habrá quien te responda? Job 15:8-10, Job 15:15; Isa 41:1, Isa 41:21-23; Heb 12:1.
¿Y a cuál de los santos te volverás? Job 4:18; Job 15:15; Deu 33:2, Deu 33:3; Sal 16:3; Sal 106:16; Efe 1:1.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Elifaz demuestra que el fin de los impíos es la miseria, Job 5:1-5;
que el hombre nace para la aflicción, Job 5:6-7;
hay que recurrir a Dios en medio de la aflicción, Job 5:8-16;
porque al final Dios da el alivio, Job 5:17-27.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
La advertencia de Elifaz contra apelar a los santos o ángeles anticipa el deseo posterior de Job de recurrir a un mediador.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
5. Inutilidad de Rebelarse contra las Vías de la Providencia.
P rosiguiendo sus razonamientos, Elifaz se muestra más incisivo, recomendando a su afligido amigo resignación y acatamiento humilde de las calamidades, pues es de necios enfrentarse contra el Omnipotente. En realidad, la justicia divina termina por rehabilitar al que se acoge a él, mientras que los perversos y recalcitrantes son aplastados. Dios envía pruebas, pero al fin termina por curar la llaga que El mismo ha causado. Los pensamientos nobles y ponderados son característica del “sabio” de Teman, la Atenas de los “hijos de Oriente.” Como representante y “decano” de los amigos cultos de Job, lleva la mejor parte en las argumentaciones del interminable diálogo del libro.
Sólo los culpables son castigados (1-7).
1 Ya puedes gritar. ¿Habrá quien te responda? ¿A cuál de los santos vas a apelar? 2 Porque al insensato le mata el enojo, y al necio la cólera. 3 Vi al insensato echar raíces, pero al instante maldije su morada: 4”¡Que sus hijos sean privados de salvación y sean aplastados en la puerta sin (que tengan) defensor” 5 Devoran los hambrientos sus cosechas, y aun entre las espinas las recogen, y el sediento chupa su jugo. 6 Que no brota del polvo la iniquidad, ni es el suelo el que produce el infortunio. 7 Pues es el hombre quien engendra la desventura, los hijos del relámpago levantan el vuelo 1.
El ν.1 encuentra su lugar propio antes del v.8, donde se habla de la conveniencia práctica de refugiarse en la Providencia divina, que es el sostén del hombre y de todo lo que existe. Es inútil y necio oponerse a sus caminos, pues fuera de Dios nadie le puede prestar ayuda. Ni siquiera los santos o ángeles – a los que Dios no se confía, porque encuentra tacha en ellos, según lo expresado en 4:18 – pueden prestarle ayuda2. Las heridas causadas por Dios sólo las cura el mismo Dios. Es inútil buscar otra ayuda fuera de El. Elifaz afirmará después que tiene experiencia de que, confiando en Dios, todo se arregla.
El v.2 sigue normalmente a 4:21, y explica por qué los pecadores son quebrantados: sus propios fracasos, el enojo y la colera, terminan por arruinarlos. Job, por tanto, no debe dejarse llevar del enojo y la desesperación, pues se consumirá inútilmente a sí mismo.
Elifaz insiste en que los impíos no pueden prosperar en esta vida, pues aunque de momento parecen triunfar y echar raíces como árbol robusto, sin embargo, llega el turbión y lo seca de modo inesperado. Un revés de fortuna les echa por tierra sus falsas ilusiones; por ello Elifaz maldice esta aparente prosperidad, y, como sabe que sus bienes son mal adquiridos, desea al impío que sus hijos no tengan éxito en los litigios en la Puerta de la ciudad – lugar tradicional para hacer los juicios públicos, como el “agora” de los griegos o el “forum” de los romanos 3 – y que en los tribunales no tenga defensor que le facilite la salvación (v.3).
Sus mismas riquezas son usufructuadas por los hambrientos y necesitados, que se apoderan de ellas furtivamente (v.5). En resumidas cuentas, poco es el fruto de su falsa prosperidad. El “sabio” de Teman vuelve a su antigua idea: el mal y las desventuras tienen un origen de orden moral en el paciente. El hombre tiene como una propensión atávica hacia la desviación moral: como los hijos del relámpago levantan el vuelo. El águila es el ave de las tormentas, y aquí parece que se alude a ellas, que instintivamente levantan el vuelo 4. El mal no germina espontáneamente del polvo, como las plantas, sino que surge del corazón humano, y, por tanto, es el ser humano quien engendra la desventura.
Invitación a volverse humildemente a Dios (8-16).
8 Yo que tú, me volvería a Dios y en Dios pondría mi causa. 9El que hace cosas tan grandes e insondables, maravillas sin número; 10 que derrama la lluvia sobre la tierra y manda las aguas sobre los campos. 11 Ensalza a los humildes, hace prosperar a los afligidos. 12 Aventa las tramas del astuto para que sus manos no realicen sus cálculos. 13 Sorprende a los sabios en su astucia y frustra los designios del malvado. 14 De día tropiezan con tinieblas, y van a tientas en pleno día, como si fuera de noche. 15 Y salva al arruinado de su boca 5, y de la mano del prepotente al necesitado, 16 y sostiene la esperanza del desdichado, teniendo que cerrar su boca la injusticia.
La “sabiduría” enseña que hay que someterse a la voluntad divina, y en la adversidad sólo queda volverse a Dios, implorando su protección para salir de ella. Para apoyar su tesis expone la grandeza y providencia divinas, que se manifiestan tanto en la naturaleza como en la historia de los hombres. Su omnipotencia está probada por las maravillas y cosas insondables que realiza. Si las cosas creadas nos resultan inasequibles a nuestra inteligencia, ¡cuánto más lo será su Hacedor! Entre las manifestaciones de su bondad está el envío periódico de lluvias sobre la tierra y los campos (v.10). En las regiones esteparias de Edom y TransJordania, las lluvias a tiempo son el gran don de Dios, pues gracias a ellas puede existir algo de vegetación para sustento de sus sufridos moradores 6.
Paralela a su obra beneficiosa sobre la naturaleza está su protección de los humildes y afligidos al exaltarlos, apartando las tramas del astuto y frustrando sus injustos cálculos contra los desvalidos, haciéndoles caer en sus propias redes. Dios los ofusca, de forma que en pleno día andan como ciegos, según la amenaza de Deu 28:29 : “Tú serás en pleno día como el ciego, que va a tientas en la oscuridad.” Dios, pues, es el que deshace agravios y procura que brille la justicia en la sociedad, dando esperanza al desdichado. Estas palabras tienen particular sentido en el caso del desventurado Job. Su amigo le invita a reconocer la mano providente de Dios para ser rehabilitado en su salud y sus bienes.
La fidelidad a Dios es fuente de bienestar y prosperidad (17-27).
17 ¡Dichoso el hombre a quien corrige Dios! No desdeñes, pues, la corrección del Omnipotente. 18 Pues El es quien hace la herida y la venda, el que hiere y la cura con su mano. 19 De seis tribulaciones te salvará, y a la séptima no te alcanzará el mal. 20 En (tiempos de) hambre te redimirá de la muerte, y en (tiempos de) guerra, del poder de la espada. 21 Te preservará del azote de la lengua, no temerás la desventura si viniere. 22 Te reirás de la devastación y del hambre, no temerás a las bestias de la tierra. 23 Harás alianza con las piedras del campo, y paces con las fieras salvajes. 24 Probarás la paz de tu tienda; nada echarás de menos al inspeccionar tu morada. 25 Sabrás que tu posteridad es numerosa, y tus retoños (brotarán) como hierba de la tierra. 26 Llegarás en madurez al sepulcro, como a su tiempo se recogen las gavillas. 27 Mira: esto es lo que he observado” ¡Así es! ¡Atiende y sábelo (para tu bien)!
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Si Dios es la esperanza de todos los desgraciados, no lo ha de ser menos para el desventurado Job. Pero éste debe reconocer antes su posible culpabilidad y no insolentarse contra el único que puede ayudarle. El reconocimiento de sus faltas producirá automáticamente la rehabilitación del afligido varón de Hus. Lo que ahora le sucede es una lección correctiva, que debe aprovechar para su bien espiritual; por eso le llama dichoso, ya que en el futuro será más fiel a su Dios, evitando todo lo que pueda ocasionar nuevas desgracias. Dios castiga por amor7, como Padre que se interesa por su hijo. Por eso, después de hacer la herida, la venda y la cura con su mano 8. Sus castigos tienen una finalidad medicinal, ya que son un correctivo, una llamada a volverse a El.
Esta consideración debe dar seguridad de salvación al desventurado Job; en frase proverbial declara Elifaz que, por muchas veces que esté en aflicciones, siempre le salvará Dios de ellas 9. En los momentos críticos de peligro de muerte (espada, hambre, guerra…) encontrará siempre un salvador en su Dios. Todos los agentes de destrucción son impotentes ante la fuerza del que todo lo puede. Le librará del azote de la lengua, es decir, la calumnia, la maledicencia, el deshonor ante la sociedad, que matan civilmente a la víctima, como el hambre y la espada quitan la vida fisiológica10.
Hasta se verá libre de las incursiones y devastaciones de las bestias de la tierra o fieras del campo. La paz edénica será su patrimonio, pues hasta las fieras perderán sus instintos salvajes, haciendo una alianza con él. Es el eco del vaticinio mesiánico de Ose 2:18 : “En aquel día haré en favor de ellos concierto con las bestias del campo, con las aves del cielo y con los reptiles de la tierra, y quebrantaré en la tierra arco, espada y guerra.” En el libro de Job se dice, además, que éste hará alianza con las piedras del campo, para que no invadan los terrenos cultivables, pues los terrenos pedregosos son estériles 11. Uno de los medios empleados para devastar una tierra era llenarla de piedras 12. Así, pues, las piedras y las4fieras son consideradas como un azote. En Eze 14:21 se enumeran los cuatro azotes siguientes: espada, hambre, fieras y peste. Más o menos, el autor del libro de Job juega con estas ideas tradicionales de la literatura profética. Bajo la protección de Dios, el justo se verá libre de todos estos flagelos.
Como consecuencia, Job podrá disfrutar de una paz total en su tienda, sin miedo a que nada le falte. Había perdido todos sus bienes por efecto de las incursiones de los beduinos y por el efecto de las tormentas; pero en el futuro Dios le librará de todo. Y, sobre todo, volverá a tener una posteridad numerosa en sustitución de la tan trágicamente perdida 13, cerrando al fin los ojos como fruta madura, lleno de días y rodeado de sus retoños 14. Es el “in senectute bona” de los tiempos patriarcales 15. Tal es el resultado de las reflexiones de Elifaz, que representa la “sabiduría” tradicional del país más sabio de los “hijos de Oriente”: el sufrimiento físico tiene siempre una causa moral; nace de una infracción de la ley divina, consciente o inconsciente; es el castigo por el pecado. Por consiguiente, Job debe reconocer esto y hacer examen de conciencia sobre sus andanzas para, después de implorar perdón, emprender una vida en conformidad total con las exigencias de la ley divina. Con ello se atraerá la bendición del Omnipotente, y la prosperidad será una lógica consecuencia de ello.
1 Así siguiendo a Dhorme. La Btb. de Jér. lee: “como el vuelo de las águilas busca la altura.” Lit. el TM dice: “y los hijos de Reshef (dios de la tempestad) se elevan volando.” – 2 Sobre los “santos” y ángeles protectores véase Zac 14:15; Dan 8:13. – 3 Cf. Job 29:7; Job 31:21; Deu 25:7; Deu 29:21; Pro 22:22 : “No aplasté al pobre en la Puerta.” – 4 Plinio se hace eco de las tradiciones populares que relacionan al águila con la tormenta: “negant unquam solam hanc alitem fulmine exanimatam, ideo armigeram lovis consuetudo iudicavit.” Véase dhorme, o.c., p.só. – 5 Lit. el TM: “salva de la espada, de su boca.” Leyendo majorab en lugar de rnejereb (de la espada), tenemos la traducción de “arruinado,” – 6 Cf. Sal 104:10; Sal 147:8. – 7 Cf. Pro 3:12. – 8 Cf. Isa 30:26. En Deu 32:39 se dice: “Yo hago morir y yo hago vivir; yo hiero y yo curo.” Y Ose 6:1 : “Pues El desgarra, pero nos cura; hiere, pero nos venda.” – 9 La frase “de seis aflicciones… a la séptima” es una expresión proverbial para indicar multitud; es un mashal numérico. Cf. Amo 1:353; Isa 17:6; 2Re 13:19; Prov 6:l6· – 10 Cf. Sal 56:5; Sal 63:4. – 11 Cf. Mat 13:5. – 12 Cf. 2Re 3:19.25. – 13 Cf. Sal 72:16; Isa 44:3; Job 21:8. – 14 La traducción en madurez es problemática’, pues la frase heb. bekelaj es oscura. Seguimos la versión de Dhorme. – 15 Cf. Gen 15:15; Gen 35:29; Jue 8:32.
Fuente: Biblia Comentada
santos. Están aquí a la vista seres angelicales (cp. Job 4:18). Se le dice a Job que ni siquiera los ángeles podrían ayudarlo. Si quería ser sanado tenía que reconocer su mortalidad y pecado.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Toda esta sección es poesía, un dramático poema de discursos que intentan comprender el sufrimiento de Job.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Comienza el primer ciclo de discursos de Job y de sus tres amigos. Job fue el primero en romper el silencio de toda una semana con un lamento (Job 3:1-26).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Esta sección cubre los ciclos de discursos entre Job y sus bienintencionados amigos, incluyendo Eliú (caps. Job 32:1-22; Job 33:1-33; Job 34:1-37; Job 35:1-16; Job 36:1-33; Job 37:1-24).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Elifaz. Primer discurso de Elifaz. Vea los caps. Job 15:1-35 y Job 22:1-30 para los otros discursos de Elifaz. Él habló de forma profunda y gentil, pero no sabía nada de la escena en el cielo que había conducido al sufrimiento de Job.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
— ¿a qué santo vas ahora a recurrir?: La palabra santo hace probablemente referencia a algún dios menor protector del individuo o del clan.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
“Es de esperarse que uno sufra.” Elifaz no puede creer que Job realmente quiera morir (como lo expresara en el cap. 3), y supone ahora que Job ha de estar buscando alguna manera de ser liberado de su sufrimiento. Elifaz dice que si esto es lo que busca Job, mejor que lo olvide, porque no hay poder, ni siquiera entre los seres celestiales, que pueda librar a Job de su sufrimiento. El sufrimiento es algo natural para los seres humanos; siempre se están creando problemas para ellos mismos (el v. 7 debiera quizá traducirse: “Es el hombre quien concibe sufrimiento para sí”).
Este ciclo de causa y efecto resulta especialmente claro en el caso del necio (2) cuyo apasionamiento y angustia lo llevan a la ruina. Elifaz no está queriendo decir que Job sea un necio, ¡pero nos sorprende la insensibilidad de Elifaz hacia la desgracia de Job cuando habla de que la casa del necio recibe maldición (3; cf. 25)! Lo que está queriendo expresar es que ni el justo Job puede esperar escapar totalmente de dicho sufrimiento; la aflicción no se produce a sí misma (6) sino que es producida por la gente (7).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
5.8 Los tres amigos de Job cometieron el error de suponer que Job había cometido un gran pecado y que esa era la causa de su sufrimiento. Ni ellos ni Job sabían acerca de la conversación de Satanás con Dios (1.6-2.8). Es inherente a la naturaleza humana el culpar a la gente por sus propios problemas, pero la historia de Job deja muy claro que no siempre la culpa está asociada con quienes son atribulados por problemas.5.13 Pablo citaría más adelante parte de este versículo (1Co 3:19) y es la única vez en la que se menciona concretamente a Job en el Nuevo Testamento. Aun cuando Dios reprendió a Elifaz por haberle dado un mal consejo a Job (1Co 42:7), no todo lo que él dijo era incorrecto. La parte que citó Pablo fue correcta: los hombres a menudo caen en sus propias trampas («en la astucia de ellos»). Esto ilustra cómo deben usarse las Escrituras para explicar y hacer comentarios de sí mismas. Debemos familiarizarnos con la intención completa de la Palabra de Dios para poder comprender adecuadamente las porciones difíciles que hay en ella.5.17 Elifaz estaba en lo correcto: es una bendición ser disciplinado por Dios cuando hacemos algo malo. Su consejo, sin embargo, no se aplicaba a Job. Como sabemos desde el principio del libro, el sufrimiento de Job no era el resultado de algún gran pecado. En ocasiones damos a la gente consejos excelentes sólo para darnos cuenta que no se aplican a ellos y que, por lo tanto, no son útiles. Todos aquellos que dan consejos a partir de la Palabra de Dios deben tener cuidado de comprender totalmente la situación de una persona antes de dar su consejo.5.17-26 Las palabras de Elifaz en 5.17, 18 muestran un punto de vista de disciplina que casi ha sido olvidado en la actualidad: el dolor puede ayudarnos a crecer. Estas son palabras adecuadas para recordar cuando nos enfrentemos a alguna pérdida o a tiempos difíciles. Debido a que Job no comprendía el porqué de su sufrimiento, su fe en Dios tuvo la oportunidad de crecer. Por otro lado, no debemos cometer el error de Elifaz. Dios no elimina todas las dificultades cuando lo seguimos muy de cerca, y el buen comportamiento no siempre es recompensado con la prosperidad. Recompensas por hacer el bien y castigos por hacer lo malo están en las manos de Dios y son dados de acuerdo con su tiempo. El complot de Satanás es hacernos dudar de la buena voluntad de Dios hacia nosotros.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
NOTAS
(1) “Cuál de los santos ángeles”, LXX.
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
los santos. Probablemente otra referencia a los ángeles (v. coment. en 1:6 sobre « hijos de Dios» ).
Fuente: La Biblia de las Américas
Elifaz advierte a Job en contra de apelar el caso ante los ángeles (los santos).
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
[1] A ver si Dios los ha tratado así. Es una advertencia contra los lamentos inútiles.[6] Son disposiciones de la providencia de Dios.[19] Que haya resuelto enviarte.