Comentario de Génesis 4:15 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Jehovah le respondió: —No será así. Cualquiera que mate a Caín será castigado siete veces. Entonces Jehovah puso una señal sobre Caín, para que no lo matase cualquiera que lo hallase.

ciertamente cualquiera. 1Re 16:7; Sal 59:11; Ose 1:4; Mat 26:52.

siete veces será castigado. Gén 4:24; Lev 26:18, Lev 26:21, Lev 26:24, Lev 26:28; Sal 79:12; Pro 6:31.

puso señal en Caín. Eze 9:4, Eze 9:6; Apo 14:9, Apo 14:11.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Hay que remarcar la misericordia que el Señor tuvo en la vida de Caín. A pesar que mató a su propio hermano, Dios no le mató a él. Y aunque Dios lo maldijo, igual lo protegió con una señal para que nadie le matara. En su ira, Dios se acuerda de su misericordia.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

SEÑAL EN CAIN. Probablemente eso debiera entenderse en el sentido de una señal dada a Caín para darle prueba de la promesa de Dios. La pena de muerte no se cumplió en Caín. La pena de muerte vino más tarde cuando la maldad y la violencia de la humanidad llegaron a ser muy grande en la tierra ( Gén 6:5-7 Gén 6:11 Gén 9:6 ).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

señal. Aunque no se describe aquí, involucraba alguna marca identificable de que estaba bajo la protección divina, que fue otorgada misericordiosamente por Dios a Caín. Al mismo tiempo, la señal que lo salvaba pasó a ser su marca de vergüenza de por vida.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

— una señal: El texto no aclara en qué consistía la señal o marca que el Señor puso a Caín. Lo cierto es que esa señal colocaba al culpable bajo la protección de Dios y le preservaba la vida (ver Eze 9:4-6).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

NOTAS

(1) “Por esa razón.” Heb.: la·kjén; LXXSyVg opinan que el texto heb. original dice: lo’ kjen, y por tanto lo traducen: “¡No es así!”.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 175 Gén 4:24; Deu 32:35; Heb 10:30

b 176 Eze 9:6

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

una señal. Aunque no se especifica cuál era esta señal, el contexto indica que serviría de salvaguardia para Caín.

Fuente: La Biblia de las Américas

Entonces Jehová puso señal en Caín. No era una especie de marca en Caín, sino una señal para asegurarle de la protección misericordiosa de Dios sobre su vida.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Así en algunas versiones antiguas; en el T.M., por tanto

O, marca

Fuente: La Biblia de las Américas

[=] *Ez 9:4 *Ap 7:3 *Ap 9:4

[o] MIA ES LA JUSTICIA Desde las primeras páginas de la biblia se encuentre una denuncia del engrenaje de la violencia. En cualquier época, quienes quieren vengarse de los Caínes no se dan cuenta que la violencia es inseparable de la naturaleza humana y que, en una proporción difícil de medir, se mezcla con su deseo de justicia. El que hoy es víctima será mañana el violento (Is 14,1-2 ; Sal 137,9). La Biblia recordará mil veces que Dios es el Dios justo y que siempre hace justicia, pero no lo hace como nosotros. «Se venga» dicen nuestros textos, pero sería mejor traducir : «toma su desquite» (Is 61,2), pues la palabra venganza indica habitualmente que al vengarse uno satisface su sed de dominar y de tener la razón. Dios no siente ningún deseo de imponerse y de tener la razón: ¿cómo podrían inquietarle nuestra maldad o nuestro orgullo o nuestras blasfemías (Mc 3,28)? El está fuera de concurso. La Justicia de Dios es su calidad primera (hablando en términos humanos) : es la realización de un orden que no puede fallar, pues expresa en el mundo y en el tiempo el orden eterno que está en Dios. Decir que su Justicia pasa antes que cualquier otra consideración no es negar su infinita misericordia, sino recordar que su perdón no será nunca una amnistia (Ex 32,33-35) o una debilidad del corazón. En varios lugares las Escrituras nos dicen a la vez que Dios perdona y que hará pagar (Ex 20,5). Perdona : no queda en él ningún rencor y todo será para bien del mismo que ha pecado ; pero hay que pagar un precio para rehabilitar al culpable y para restablecer en el mundo un tesoro de caridad y de don de sí mismo que puede ser acrecentado, pero nunca verse afectado. En este texto Dios condena la venganza y, más precisamente, las vendettas familiares o tribales que no saben de su justicia ni de los caminos que llevan a su realización. Pero no basta con decir eso: todo esfuerzo nuestro para vengarnos a nosotros mismos o, en otras palabras, para tomar en nuestras manos el reajuste de cuentas, no hace sino impedir que Dios intervenga a favor nuestro. La única manera de acelerar la intervención de Dios es desprendernos de nuestra propia causa (1Sam 24,12). Esto no quiere decir que no podemos o que no debemos recurrir a los medios legales. Pero el deber de luchar contra la injusticia no es más urgente que el de escuchar la pequeña advertencia del Evangelio: «Si alguien te mete pleito por tu manto, déjale también tu túnica…(Lc 6,29)» En eso nos topamos otra vez con el misterio de Dios. Apretados entre estas dos obligaciones, eligiremos según los tiempos y las circunstancias, y cada cual según su carisma, un camino que exprese lo que captamos de la voluntad de Dios en ese momento. Dejar a Dios la iniciativa de defendernos es siempre como lanzarle un desafío, y esos son los desafíos que le gustan. La historia de Caín cobra aquí una primera marca en el camino que lleva al Discurso en el Monte, el cual nos conduce al verdadero conocimiento de Dios y de su Justicia.

Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana