Jehovah Dios, pues, formó de la tierra todos los animales del campo y todas las aves del cielo, y los trajo al hombre para ver cómo los llamaría. Lo que el hombre llamó a los animales, ése es su nombre.
de la tierra. Gén 1:20-25.
y las trajo a Adán. Gén 2:22, Gén 2:23; Gén 1:26, Gén 1:28; Gén 6:20; Gén 9:2; Sal 8:4-8.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El mismo verbo para formó, que se usa aquí para la creación de los animales por Dios, se usa también para la creación del hombre en el v. Gén 2:7. Nuevamente, este verbo nos refleja a un alfarero en su trabajo, pero ahora, la vasija que crea es un león y un mapache, un cuervo y una cigüeña. Al parecer, Dios creó a cada animal (o grupos de animales) para que el hombre se sirva de ellos, los estudie, los clasifique y viese cómo los había de llamar. Al poner nombre a cada animal, Adán demuestra sus derechos como virrey de Dios (Gén 1:26, Gén 1:28). Adán era señor en el orden de las criaturas, mas aún los nombres de Adán «permanecieron», lo que demuestra su perspicacia al asignarlos, ya que cada término describe fielmente al animal.
EN PROFUNDIDAD
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Dios como Creador
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Dios creó los cielos y la tierra (Gén 1:1). Estas palabras contienen una de las principales declaraciones de la Biblia acerca del mundo material. Dios lo creó. Los primeros dos capítulos de Génesis nos entregan dos narraciones complementarias acerca de la creación (Sal 104:1-35 y Pro 8:1-36 presentan otras dos).
El primer capítulo nos muestra a un Dios sublime, grande y digno de reverencia. El término hebreo utilizado para deidad en esta parte es Elohim y nos habla de la majestad de Dios, de su soberanía y su impresionante poder. Con una simple palabra, dio existencia al mundo entero y cuando lo terminó, describió cada parte de su creación como «bueno» (Gén 1:31).
Por el otro lado, en el segundo capítulo, leemos una narración más personal de la creación. Se trata de la creación del hombre y la mujer, los únicos seres de la creación que reflejan la imagen misma de Dios. En esta parte, se utiliza más el nombre personal de Dios (Jehová) que su título «Dios». La razón de esto es que Dios, personalmente, formó a Adán del polvo de la tierra, y le sopló aliento de vida, luego dio vida a Eva de la carne y hueso de Adán. Mas aún, al seguir la lectura, vemos que Dios lleva a Adán y a Eva a un hermoso jardín y se relaciona con ellos.
Obviamente, estos capítulos no están escritos conforme a la ciencia moderna, pero tampoco, según la ciencia de los tiempos antiguos. Si la Biblia hubiera sido escrita en el lenguaje «científico» de su tiempo, sería un poco más que una reliquia hoy. Si hubiera sido escrita en el lenguaje científico de las Edades Medias, hubiera sido un misterio de comprensión para los primeros lectores, y necedades para nosotros. Por otro lado, si se hubiera escrito en el lenguaje científico de nuestros días, hubiera sido totalmente incompresible para las generaciones anteriores y de seguro, reliquia para las futuras.
Estos primeros capítulos de Génesis nos revelan la identidad de Dios como Creador, en un lenguaje que tiene sentido para todo tipo de audiencia. En los primeros tiempos, estos capítulos hablaron a un pueblo trashumante, en el comienzo de la historia hebrea. Al pasar las eras, les han hablado a la gente antigua y medieval. Y hoy, hablan a toda clase de gente. Algunas veces las personas del presente, se preguntan por qué el lenguaje no es más preciso, pero el objetivo de la Palabra no es ser precisa, es ser clara con relación a una verdad: Dios creó los cielos y la tierra.
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Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Esta no es una nueva creación de animales. Habían sido creados antes que el hombre en los días quinto y sexto (Gén 1:20-25). Aquí Jehová Dios llama la atención al hecho de que Él los había creado «de la tierra» como lo había hecho con el hombre, pero el hombre, que era un alma viviente a imagen de Dios debía ponerles nombres, lo que significaba su dominio sobre ellos.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
— el nombre que él les pusiera: Para el mundo semítico, el nombre no era algo meramente exterior y denominativo, sino una parte constitutiva de la persona o cosa nombradas. Poner o cambiar un nombre era una forma de afirmar la autoridad o el dominio; (ver 2Re 23:34; 2Re 24:17).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
NOTAS
(1) En la corriente del tiempo todavía era el sexto día creativo. El verbo “formar” está en el imperfecto, lo que indica que la acción es progresiva, continua. Véase Ap. 3C.
REFERENCIAS CRUZADAS
a 84 Gén 9:10
b 85 Gén 1:26; Gén 9:2; Sal 8:6