Abraham partió de allí hacia la tierra del Néguev. Acampó entre Cades y Shur y residió en Gerar.
Año 1897 a.C.
De allí partió Abraham. Gén 13:1; Gén 18:1; Gén 24:62.
Cades. Gén 14:7; Gén 16:1, Gén 16:7, Gén 16:14; Núm 13:26; Núm 20:16; Deu 1:19; Deu 32:51; 1Sa 15:7; Sal 29:8.
Gerar. Gén 10:19; Gén 26:1, Gén 26:6, Gén 26:20, Gén 26:26; 2Cr 14:13, 2Cr 14:14.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Abraham reside en Gerar, Gén 20:1.
Abimelec toma a Sara, Gén 20:2.
Abimelec es reprendido a causa de ella en un sueño, Gén 20:3-8.
Reprende a Abraham, Gén 20:9-13.
Restaura a Sara, Gén 20:14-15;
y la reprende, Gén 20:16.
Abimelec y su familia son sanados por la oración de Abraham, Gén 20:17-18.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Lo que ocurrió con Sara y Abraham en la ciudad de Gerar se repite con Isaac (cap. Gén 26:1-35). Este es un ejemplo de un hijo que se parece a su padre. La historia de este pasaje es una repetición de errores ya cometidos anteriormente por Abraham en Egipto (Gén 12:10-20).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
20. Abraham en la Corte del Rey de Guerar.
E l incidente narrado es similar al que hemos visto en 12:10-20 relativo al secuestro de Sara por el faraón, y también paralelo al que se narra en el c.26 a propósito de Isaac y Rebeca. Muchos críticos suponen que es el mismo hecho, que ha sido desplazado geográficamente según el plan de cada fuente original. Otros, en cambio, sostienen que son casos diferentes, y su parecido es casual. Teniendo en cuenta que los reyezuelos orientales tenían sus harenes y solían secuestrar a las mujeres que les gustaban, bien pudieron hacerlo diversos reyes con Sara en diferentes ocasiones. El autor sagrado, en estos relatos, quiere destacar la belleza de Sara, gracias a una especial providencia divina, que la preserva lozana y atrayente a pesar de los años.
1Partióse de allí Abraham para la tierra del Negueb, y habitó entre Cades y Sur, y moró en Guerar. 2Abraham decía de Sara, su mujer: “Es mi hermana.” Abimelec, rey de Guerar, mandó tomar a Sara; 3pero vino Dios a Abimelec en sueños durante la noche, y le dijo: “Mira que vas a morir por la mujer que has tomado, pues tiene marido.” 4Abimelec, que no se había acercado a ella, respondió: “Señor, ¿matarías así al inocente? 5¿No me ha dicho él: Es mi hermana?; y ¿no me ha dicho ella: Es mi hermano? Con pureza de corazón y con manos inocentes hice yo esto.” 6Y le dijo Dios en el sueño: “Bien sé yo que lo has hecho con pureza de corazón; por eso te he impedido que pecaras contra mí, y no he consentido que la tocaras. 7Ahora, pues, devuelve la mujer al marido, pues él, que es profeta, rogará por ti y vivirás; pero, si no se la devuelves, sabe que ciertamente morirás tú con todos los tuyos.” 8Por la mañana llamó Abimelec a sus servidores y les contó todo esto, y fueron presa de gran terror. 9Llamó después a Abraham y le dijo: “¿Qué es lo que nos has hecho? ¿En qué te he faltado yo para que trajeras sobre mí y sobre mi reino tan grave pecado? Lo que has hecho con nosotros no debe hacerse.” 10Y dijo Abimelec a Abraham: “¿Qué es lo que has visto para que eso hicieras?” 11Y le respondió Abraham: “Es que me dije: De seguro que no hay temor de Dios en este lugar, y van a matarme por causa de mi mujer. 12Aunque es también en verdad mi hermana, hija de mi padre, pero no de madre, y la tomé por mujer; 13y desde que me hizo Dios errar fuera de la casa de mi padre, le dije: Has de hacerme la merced de decir en todos los lugares adonde lleguemos que eres mi hermana.” 14Tomó, pues, Abimelec ovejas y bueyes, siervos y siervas, y se los dio a Abraham, y le devolvió a Sara, su mujer, 15y le dijo: “Tienes la tierra a tu disposición; mora donde bien te parezca.” 16Y Sara le dijo: “Mira, a tu hermano le he dado mil monedas de plata; sírvante de velo para los ojos y a cuantos contigo están, y todo así estará arreglado.” 17Rogó Abraham por Abimelec, y curó Dios a Abimelec, a su mujer y a sus siervos, y engendraron, 18pues había Yahvé cerrado enteramente todo útero en la casa de Abimelec por lo de Sara, la mujer de Abraham.
En este nuevo episodio brilla la protección de Dios sobre el patriarca, al que por primera vez se le llama profeta (v.7). Para un reyezuelo como Abimelec, la amistad de un jeque poderoso como Abraham no era cosa despreciable, y para fortalecer esta amistad podía bien servir el matrimonio con su hermana. Y si esta mujer era hermosa, tanto mejor. Ya hemos dicho atrás que la historia de los patriarcas está formada por episodios y que su ordenación cronológica es artificial; por donde no hemos de prestar atención a la edad que Sara tendría según los relatos precedentes. La ciudad de Guerar suele situarse a unos 10 kilómetros al sudoeste de Gaza, bastante lejos de la residencia habitual de Abraham en la zona de Bersabé. Pero él se movía dentro de un término amplio en su vida nómada, según las conveniencias del pastoreo, y tal vez los habitantes de Guerar y su rey no habían renunciado totalmente al nomadismo1.
Por toda esta región había estado ya Abraham de paso hacia Egipto2. Era una región más fértil que la zona de Bersabé, y el patriarca, quizá ante una persistente sequía, se vio obligado a acercarse a la ciudad, como lo hará Isaac en una situación parecida3. Abimelec, rey de Guerar, tomó a Sara para su harén, pues Abraham la presentaba como hermana (v.2). El nombre de Abimelec es cananeo, y significa “mi padre es rey” o – el dios – “Milk es mi padre.” En las cartas de Tell Amarna aparece un Abi-milki, gobernador de Tiro (s.XV a.C.). En sueños es advertido por Dios de que no debe tomar a Sara, que ya tiene marido. La comunicación de Dios en sueños es característica del documento bíblico. En la comunicación divina se supone que el rey Abimelec considera el adulterio como pecaminoso. En el Código de Hammurabi debían morir ambos cómplices4. Aquí también se amenaza con la muerte. El adulterio era considerado como una violación del derecho de propiedad5. El rey, en este caso, dice que ha obrado sin mala intención, y, por tanto, que es inocente, y no está en los designios divinos hacer perecer a los inocentes (v.4). Aquí habla la razón natural, que tiene un alto concepto de la divinidad, y así, Abimelec considera indigno de Dios hacer morir a los inocentes. Es el modo de argumentar de Abraham en el coloquio sobre el castigo de Sodoma6. Dios contesta que, por haber obrado sin malicia, le perdonaba; pero debía tener en cuenta que Abraham era un “profeta” – nabí, y, por tanto, amigo de Dios, y, en consecuencia, sus derechos eran más sagrados7, aunque también por ese mismo título tiene un poder intercesor ante Dios para que le perdone su posible falta (v.4). Al día siguiente, Abimelec le interpela crudamente por su sinuosa conducta, poniéndole en peligro con toda su familia. Abraham responde como en el caso del faraón8. Teme que las gentes del país, que no tienen temor de Dios, le maten (v.11). Por otra parte, es su “hermana” de padre (v.12). Es la primera vez que se nos comunica esto. Estas uniones son consideradas como ilícitas por la Ley mosaica 9, aunque a veces no se cumplían. Y parece que en las costumbres anteriores estaban permitidas. Los faraones se casaban con sus hermanas preferentemente10, y en el Código de Hammurabi no se prohíben. Como una nueva razón de su conducta, alega que Dios le ha ordenado andar errante por tierras extrañas, siempre en peligro de ser atacado, y por eso ha decidido presentarse como hermano de Sara (v.13). Abimelec, que no había dado nada como mohâr, o dote, a Abraham por su supuesta hermana raptada, ahora ofrece muchos presentes al patriarca para borrar su falta involuntaria (v.14). Se trata de reparar el honor del esposo ofendido, o, según la expresión árabe, “lavarle el rostro.” Y lejos de expulsarle del país, como hizo el faraón, le permitió quedar en sus dominios, quizá interesado por su condición de profeta, cuya intercesión ante Dios podía serle muy útil. Después ofrece mil piezas de plata a Sara (seguramente mil siclos). Según la costumbre, para reparar la ofensa de una mujer soltera se le entregaba a ella unos regalos; si estaba casada, a su marido. Abimelec la trata como soltera, pues como tal la había recibido. Estas monedas deben ser una compensación para ella ante los ojos de todos: Sírvante de velo para los ojos a ti y a cuantos contigo están… (v.16). La frase es diversamente traducida y resulta enigmática11. En Gen 32:21, Jacob quiere “cubrir la faz de su hermano Esaú por presentes,” es decir, darle regalos para que olvide todas sus diferencias pasadas. El donativo de Abimelec, pues, tiene la finalidad de compensar a Sara por la falta cometida, como si fuera un velo sobre sus ojos para que lo olvide todo y no considere más la ofensa12. Algunos autores creen que se alude al velo que deben llevar las mujeres orientales para no excitar la voluptuosidad de los hombres con su belleza. Así, todo será arreglado13. Por su parte, Abraham intercede por la familia de Abimelec, que había sido castigada con la esterilidad por su falta, si bien fue librado el rey de la muerte por haberlo hecho sin malicia. El v.17 es considerado como glosa, pues inesperadamente aparece el nombre de Yahvé, cuando en todo el capítulo se nombra siempre a Dios Elohim.
1 Cf. Abel, Géog. II 330-331. – 2 Gen 12:9; Gen 13:1. – 3 Gen 26:12-24. – 4 Art.129. – 5 Cf. Exo 21:22; Deu 22:22. – 6 Gen 18:23; Gen 18:25. – 7 Cf. Amo 3:7. – 8 Gén 12. – 9 Cf. Lev 18:9; Lev 18:11; Deu 27:22; Eze 22:11. – 10 Cf. Drioton et Vandier, L’Egypte (1938) 90-91. – 11 Lit. “un velo de los ojos de los que están contigo.” Así la Bibl de Jér, Cantera: “sírvante de obsequio expiatorio respecto a cuantos están contigo.” – 12 Así A. Clamer, o.c., 303. – 13 Frase oscura en el original. Clamer: “ante todos estás justificada.” Bibl. De Jér.: “de todo esto serás justificada.” Cantera: “y ante todos queda así justificada.”
Fuente: Biblia Comentada
Gerar. Una ciudad filistea en el límite entre Palestina y Egipto, a unos dieciséis kilómetros al sur de Gaza.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
La genealogía de Taré (v. Gén 11:27).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Duplicado del relato de Gén 12:10-20, aunque este presenta rasgos de una moral más avanzada. Ver también Gén 26:6-11.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Gén 10:19; Gén 14:7; Gén 16:7; Gén 16:14.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Sara y Abimelec
El contraste entre las acciones devotas de Abraham en el cap. 18 y su cobardía engañosa aquí sacuden a todo lector. Si su temor en Egipto (12:10-20) era comprensible aunque no justificable, ¿qué es lo que puede decirse ante la repetición del mismo relato acerca de su esposa en Gerar, un pueblito en el extremo sudeste de Canaán(cf. 10:19)? Después de gozar de una intimidad tan elevada con Dios en el cap. 18, ¿por qué había aparentemente abandonado su fe en la protección divina y descansaba en su propia astucia? Por otro lado, se muestra a los hombres de Gerar como muy diferentes de los sodomitas. Abimelec se quejó manifestando la pureza de sus motivos y su deseo de agradar a Dios. De ello aprendemos que Abraham no era tan devoto como quizá sugiere el cap. 18, ni los cananeos eran tan malvados como los de Sodoma. La vida real a menudo es una mezcla de contradicciones; lo totalmente puro o lo completamente malo existe sólo en la ficción.
De cualquier manera, a pesar de los fracasos de Abraham, Dios lo protegió junto con Sara, los enriqueció y les concedió derechos para apacentar su ganado allí (15). Además, Dios escuchó las oraciones de Abraham en favor de Abimelec y sus esposas y sanó la infertilidad temporal de ellos (17, 18). A pesar de los fracasos de Abraham, las promesas aún se estaban cumpliendo. Pero si Dios podía responder las oraciones de Abraham por la esposa estéril de Abimelec, ¿qué en cuanto a Sara? ¿No iba ella a tener el hijo que le había prometido?
Notas. 1 De allí, es decir, de Mamre (cf. 18:1). Sobre Cades ver 14:7; sobre Shur ver 16:7. 3 A lo largo del antiguo Oriente, el adulterio era castigado con la pena de muerte (cf. Lev. 20:10; Deut. 22:22). 5 Los pecados de un líder tienen consecuencias directas para su pueblo (cf. 2 Sam. 24). 12 Leyes bíblicas posteriores prohibían casarse con hermanas o medio hermanas (Lev. 18:9, 11).
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
20.2 Abraham ya había usado este mismo truco para protegerse y proteger a Sara (12.11-13). Aun cuando Abraham es uno de nuestros héroes de la fe, no aprendió bien la lección la primera vez. Es más, al entregarse a la tentación otra vez arriesgó el convertir un acto pecaminoso en un patrón de conducta pecaminoso: mentir cada vez que sospechaba que su vida estaba en peligro.No importa cuánto amemos a Dios, ciertas tentaciones son especialmente difíciles de resistir. Estos son los puntos vulnerables de nuestra armadura espiritual. Mientras luchamos con estas debilidades, podemos animarnos al saber que Dios nos está cuidando al igual que hizo con Abraham.20.6 Abimelec había tomado sin saber una mujer casada como esposa y estaba a punto de cometer adulterio. Pero Dios lo previno de alguna manera para que no tocara a Sara y lo detuvo para que no pecara. Cuánta misericordia por parte de Dios. ¿Cuántas veces Dios ha hecho lo mismo por nosotros, deteniéndonos para que no pequemos, en formas que ni siquiera podemos detectar? No tenemos manera de saberlo, pero a través de esta historia conocemos que El puede hacerlo. A menudo Dios actúa tanto en formas que podemos ver como en formas que no podemos ver.20.11-13 Porque Abraham dio por sentado equivocadamente que Abimelec era un hombre malvado y pagano, hizo una conjetura y tomó una decisión apresurada de decir una media verdad. De esta manera Abraham engañó a Abimelec en lugar de confiar en que Dios actuaría en la vida del rey. No dé por sentado que Dios no obrará en una situación que tiene problemas potenciales. Puede que usted no lo entienda todo, y Dios puede intervenir cuando menos lo espere.20.17, 18 ¿Por qué condenó Dios a Abimelec si este no tenía idea de que Sara era casada? (1) Aun cuando las intenciones de Abimelec eran buenas, mientras Sara estuviera viviendo en su harén estaba en peligro de pecar. Una persona que come un hongo venenoso pensando que es inofensivo, sin duda tiene buenas intenciones, pero sufrirá de todos modos. El pecado es un veneno que nos destruye a nosotros y a los que están a nuestro alrededor, no importa cuál sean nuestras intenciones. (2) El castigo de cerrar «toda matriz de la casa de Abimelec» duró sólo el tiempo en que el rey estaba en peligro de acostarse con Sara. Su propósito era cambiar la situación, y no dañar a Abimelec. (3) El castigo mostró con claridad que Abraham estaba en alianza con el Dios Todopoderoso. Este incidente puede haber hecho que Abimelec respetara y temiera al Dios de Abraham.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 779 Gén 13:18
b 780 Núm 13:26
c 781 Gén 25:18
d 782 Gén 10:19
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Gerar. Gerar estaba situada a unos 23 km de la costa del Mediterráneo entre Gaza y Beerseba. Era un lugar importante en la ruta de las caravanas entre Canaán y Egipto.
Fuente: La Biblia de las Américas
Gerar. Cerca de 16 km. al sur de Gaza.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
peregrino… → §291.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
I.e., región del sur
Lit., habitó
Fuente: La Biblia de las Américas
[13] Gen 12, 3.[1] Gen 17, 19; 18, 10.taQui