Jehovah se apareció a Abraham en el encinar de Mamre, cuando él estaba sentado en la entrada de la tienda, en el pleno calor del día.
Después le apareció. Gén 15:1; Gén 17:1-3, Gén 17:22; Gén 26:2; Gén 48:3; Éxo 4:1; 2Cr 1:7; Hch 7:2.
el encinar de Mamre. Gén 13:18; Gén 14:13.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Jehová aparece a Abraham, quien hospeda ángeles, Gén 18:1-8.
Reprende a Sara por reírse a la promesa de un hijo, Gén 18:9-15.
Se revela la destrucción de Sodoma a Abraham, Gén 18:16-22.
Abraham intercede por los habitantes, Gén 18:23-33.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Dios reafirma su pacto con Abraham, reconfirma su promesa con Sara en esta parte del texto (Gén 15:1-21).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
Esta es la quinta vez que el Señor se le aparece a Abraham desde que llegó a Canaán:
1) La primera aparición fue en el altar que Abram construía en Siquem (Gén 12:7).
2) La segunda, después que se separó de Lot, cuando volvieron de Egipto.
3) La tercera en el tiempo que Abram realizó el heroico rescate a Lot (Gén 15:1-21).
4) La cuarta, vino 13 años después, en el tiempo del nacimiento de Ismael, cuando Dios renueva su pacto e instituye la circuncisión (Gén 17:1-22).
Mamre, fue uno de los aliados de Abram en la batalla contra la invasión de los reyes de Mesopotamia (Gén 14:13), el nombre del lugar Manre, probablemente estaba asociado con el nombre propio. Esta región vino a ser tan conocida como Hebrón (Gén 13:18; Gén 23:17).
en el calor del día: Al sur del desierto o en el Neguev (Gén 12:9) puede ser sumamente caluroso durante el verano, en que se alcanzan sobre los 110º F. Usualmente, la gente hacía el trabajo duro o físico muy temprano en la mañana o bien avanzada la hora durante la tarde.
EN PROFUNDIDAD
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Circuncisión
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El rito de la circuncisión (Gén 17:10) llegó a ser un fuerte y duradero símbolo del pacto de Dios con Abraham y con su descendencia.
Técnicamente, la circuncisión es la cirugía que remueve el prepucio del órgano masculino. El procedimiento se realizaba de forma bastante salvaje en el mundo antiguo, incluso en las culturas egipcias y cananitas. Pero estas últimas lo hacían como un rito al comienzo de la pubertad, como una iniciación de la madurez. En contraste, los hebreos circuncidaban a sus niños en señal de su responsabilidad de servir a Dios como su especial y santo pueblo, inmerso en un mundo pagano.
Dios instruyó a Abraham para que se le practicara la circuncisión a cada niño de su casa, incluso a los sirvientes (Gén 17:11), como una señal visible y física del pacto entre Jehová y su pueblo. Cada niño no-circunciso sería «cortado de su pueblo» y se le trataría como a una persona que rompió el pacto (Gén 17:14). La costumbre era realizar la operación a los 8 días de nacido el niño (Gén 17:12), a ese tiempo, ya se le habría dado un nombre al niño (Luc 1:59; Luc 2:21). En la primera historia de los hebreos, el rito fue desarrollado por el padre, pero con el pasar del tiempo, esto lo llevaba a cabo un especialista.
Los hebreos tienen un gran orgullo en la circuncisión, en realidad llega a ser una insignia de su espiritualidad y su superioridad nacional. Esta actitud fomenta un espíritu exclusivista, en vez del espíritu de compasión por llegar a otras naciones, como Dios indicó. Los gentiles vinieron a ser los incircuncisos, un término de poco respeto, que implicaba que ninguno que no estuviera circuncidado estaría dentro del circulo del amor de Dios.
Por fin, los términos circuncidado e incircunciso llegaron a tener una gran carga emocional, que acabó con la discordia entre ellos siglos más tarde, durante la iglesia primitiva (Gál 2:12).
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Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
18. Aparición en Mambré.
P or razones estilísticas es lleno de vivacidad y colorido. En él se narra el encuentro de Dios con Abraham (1-8), el anuncio del nacimiento de Isaac (9-15) y la intercesión de Abraham por Sodoma (16-33).
Encuentro de Dios con Abraham (1-8).
1Aparecióse Yahvé un día en el encinar de Mambré. Estaba sentado a la puerta de la tienda, a la hora del calor, 2y, alzando los ojos, vio parados cerca de él a tres varones. En cuanto los vio, salióles al encuentro desde la puerta de la tienda, y se postró en tierra, 3diciéndoles: “Señor mío, si he hallado gracia a tus ojos, te ruego que no pases de largo junto a tu siervo; 4haré traer un poco de agua para lavar vuestros pies, y descansaréis debajo del árbol, 5y os traeré un bocado de pan y os confortaréis; después seguiréis, pues por eso habéis pasado junto a vuestro siervo.” Ellos contestaron: “Haz como has dicho.” 6y se apresuró Abraham a llegarse a la tienda donde estaba Sara, y le dijo: “Date prisa; amasa tres “seas” de flor de harina y cuece en el rescoldo unas hogazas.” 7Corrió al ganado y tomó un ternero recental y bueno y se lo dio a un mozo, que se apresuró a prepararlo; 8y, tomando leche cuajada y leche recién ordeñada y el ternero ya dispuesto, se lo puso todo delante, y él se quedó junto a ellos debajo del árbol mientras comían.
Abraham habitaba preferentemente en la región de Bersabé, en el límite del desierto meridional, y allí moraba cuando el episodio de la huida de Agar; pero este que ahora se nos refiere acaeció en el encinar de Mambré, algunos kilómetros al norte de Hebrón. Aquí es donde recibe esta misteriosa visita, en la que el patriarca se muestra como un jeque nómada, rico y generoso, que sabe cumplir las leyes de la hospitalidad. Prescriben éstas que, al ver acercarse a los futuros huéspedes, se les salga al encuentro, invitándolos y hasta forzándoles a aceptar el hospedaje; luego se les ofrece la comida, que ha de ser preparada ex profeso para ellos, entregando luego lo que sobra a los miembros pobres de la tribu1. Tal fue la conducta de Abraham, la que pagaron los huéspedes con el anuncio del nacimiento de un nuevo hijo. Los huéspedes son “tres varones” (v.2), a quienes el patriarca trata en la forma acostumbrada como huéspedes de honor; pero no se dice quiénes sean. Sin embargo, ya se deja entender que hay en ellos algún misterio. Este misterio comienza a descubrirse cuando preguntan por Sara y dicen que dentro de un año, cuando vuelvan, ella será madre (v.10). Hasta entonces Abraham no sabe que son seres sobrehumanos. Se prosternó ante ellos (v.2), según el estilo oriental 2, sin que esto, por tanto, implique un acto de adoración a la divinidad. Según el TM, Abraham se dirige a uno de los visitantes: “Mi señor.” Según el texto samaritano, habla a los tres: “Mis señores.” Ciertamente Abraham no ha reconocido a ninguno de ellos como Dios, pues, de lo contrario, no les hubiera invitado a comer, dando por supuesto que después habrían de continuar el camino (v.6). La frase si he hallado gracia a tus ojos (v.3) expresa el deseo de captar la benevolencia del interlocutor, que puede ser Dios 3 o un personaje humano. Y los convida generosamente después de traerles agua para lavar los pies, empolvados del viaje 4, como es ley en la recepción de huéspedes en Oriente. El patriarca manda preparar un banquete abundante: “tres seas (unos 36 kilos) de flor de harina,” leche cuajada refrescante y un ternero (v.8). Son los manjares más selectos del beduino, cuya comida es poco variada. Conforme a las costumbres de los nómadas, Abraham no parte las viandas, sino que está de pie junto a ellas, dispuesto a servir a sus huéspedes. Un indicio del arcaísmo del encantador relato es este de presentar a la divinidad comiendo con un huésped. En una época posterior no se concebiría un tal antropomorfismo, que no parece adaptarse a la idea de la trascendencia divina5. Sin embargo, aquí con toda naturalidad se presenta al Dios de Abraham comiendo de las viandas que éste le ofrece.
Anuncio del Nacimiento de un Hijo de Sara (9-15).
9Dijéronle: “¿Dónde está Sara, tu mujer?” “En la tienda está,” contestó él. 10Y dijo uno de ellos: “A otro año por este tiempo volveré sin falta, y ya tendrá un hijo Sara, tu mujer.” Sara oía desde la puerta de la tienda, que estaba a espaldas del que hablaba. 11Eran ya Abraham y Sara ancianos, muy entrados en años, y había cesado ya a Sara la menstruación. 12Rióse, pues, Sara dentro, diciendo: “¿Cuando estoy ya consumida, voy a remocear, siendo ya también viejo mi señor?” 13Y dijo Yahvé a Abraham: “¿Por qué se ha reído Sara, diciéndose: De veras voy a parir, siendo tan vieja? 14¿Hay algo imposible para Yahvé? A otro año por este tiempo volveré, y Sara tendrá ya un hijo.” 15Temerosa, Sara negó haberse reído, diciendo: “No me he reído”; pero El le dijo: “Sí, te has reído.”
Los huéspedes conocen los problemas íntimos de la familia de Abraham, sin que éste se haya dado cuenta de quiénes tiene ante sí. Uno de ellos pregunta por Sara y anuncia que dentro de un año tendrá un hijo. Sara, llevada de su curiosidad femenina, se había quedado detrás de la entrada de la puerta para espiar la conversación de aquellos huéspedes misteriosos. Cuando oyó el anuncio de que había de ser madre, no pudo reprimir la risa (v.12). Sara estaba vieja y gastada y no estaba en condiciones de ser madre6. La risa de Sara está aquí relatada para explicar el nombre de Isaac, como lo hizo el autor en el relato anterior, según el cual es Abraham el que se rió del anuncio7. Inesperadamente se presenta a Yahvé interrogando al patriarca por la risa de Sara (v.13). Al principio se hablaba de tres visitantes; después se dice de ellos que preguntaron por Sara (v.9), y, por fin, uno de ellos toma la palabra y es identificado expresamente con Yahvé8. Sara se da cuenta que ese personaje es excepcional, pues conoce sus problemas, y niega que se ha reído (v.15). De nuevo se le confirma el anuncio de que tendrá un hijo antes de un año (v.14).
En el relato hay cierta falta de conexión, pues unas veces se dice que hablan los tres visitantes (v.9), y a continuación es uno solo, el cual es identificado con Yahvé (v.13). Algunos han querido ver en el relato un eco de un episodio politeísta que ha sido expurgado por el autor sagrado en sentido monoteísta, si bien han quedado indicios del retoque literario9. Pero nada en el contexto favorece la suposición de una leyenda antigua politeísta cananea, ya que aparece siempre una noción estrictamente monoteísta de la divinidad, la cual se manifiesta como justa y misericordiosa en la conversación con el patriarca. Es una noción muy alta de la divinidad, que no admite paralelo con las concepciones cananeas. El relato puede entenderse fácilmente suponiendo que Yahvé es uno de los tres personajes, los cuales son ángeles que le acompañan, y aparecen en forma de peregrinos, sin que nada externo los distinga. Sólo cuando uno de ellos toma la palabra y anuncia el nacimiento milagroso de Isaac, se echa de ver su carácter sobrenatural10.
Intercesión por Sodoma (16-33).
16Levantáronse los tres varones y se dirigieron hacia Sodoma, y Abraham iba con ellos para despedirlos. 17Yahvé dijo: “¿Voy a encubrir yo a Abraham lo que voy a hacer, 18habiendo él de ser, como será, un pueblo grande y fuerte y habiendo de bendecirle todos los pueblos de la tierra? 19Pues bien sé que mandará a sus hijos y a su casa después de él que guarden los caminos de Yahvé y hagan justicia y juicio, para que cumpla Yahvé a Abraham cuanto le ha dicho.” 20Y prosiguió Yahvé: “El clamor de Sodoma y Gomorra ha crecido mucho, y su pecado se ha agravado en extremo; 21voy a bajar a ver si sus obras han llegado a ser como el clamor que ha venido hasta mí, y si no, lo sabré.” 22Y partiéndose de allí dos de los varones, se encaminaron a Sodoma. Abraham siguió estando con Yahvé. 23Acercósele, pues, y le dijo: “¿Pero vas a exterminar juntamente al justo con el malvado? 24Si hubiera cincuenta justos en la ciudad, ¿los exterminarías acaso y no perdonarías al lugar por los cincuenta justos? 25 Lejos de ti obrar así, matar al justo con el malvado y que sea el justo como el malvado; lejos eso de ti; el juez de la tierra toda, ¿no va a hacer justicia?” 26Y le dijo Yahvé: “Si hallare en Sodoma cincuenta justos, perdonaría por ellos a todo el lugar.” 27Prosiguió Abraham y dijo: “Mira, te ruego, ya que he comenzado a hablar a mi Señor, aunque soy polvo y ceniza: 28Si de los cincuenta justos faltaren cinco, ¿destruirías por los cinco a toda la ciudad?” Y le contestó: “No la destruiría si hallase allí cuarenta y cinco justo.” 29Insistió Abraham todavía, y dijo: “¿Y si se hallasen allí cuarenta?” Contestóle: “También por los cuarenta lo haría.” 30Volvió a insistir Abraham: “No te incomodes, Señor, si hablo todavía: ¿Y si se hallasen allí treinta justos?” Repuso: “Tampoco lo haría si se hallasen treinta.” 31Volvió a insistir: “Señor, ya que comencé; ¿y si se hallasen allí veinte justos?” Y contestó: “No la destruiría por los veinte.” 32Todavía Abraham: “Perdona, Señor, sólo una sola vez más: ¿Y si se hallasen diez?” Y le contestó: “Por los diez no la destruiría.” 33Fuese Yahvé después de haber hablado así a Abraham, y éste se volvió a su lugar.
Terminada la comida, se disponen los huéspedes a seguir su camino hacia Sodoma, al oriente. Parece que tienen prisa, pues no quieren pernoctar, como es lo normal en estas recepciones. En pie y dispuestos a partir, el patriarca, siempre cumplido, los acompaña un poco. La tradición ha situado la escena de la conversación de Dios con el patriarca en la actual Bene Naím, dominando el desierto, el mar Muerto y las ciudades de Sodoma y Gomorra 11 Desde allí, el patriarca asistiría al terremoto que anegó la Pentápolis maldita. El diálogo que sigue es encantador por la forma y, sobre todo, maravilloso por el contenido teológico. Abraham es el amigo fiel de Yahvé, y, por tanto, Yahvé no puede menos de corresponder a esta amistad. Y entre amigos no hay secretos. Por otra parte, Abraham va a ser padre de un gran pueblo, en el que serían bendecidas todas las naciones (v.18). Por tanto, le corresponde de algún modo conocer los planes destructivos de Dios sobre las ciudades pecadoras, Sodoma y Gomorra. El autor sagrado finge un monólogo en Yahvé como introducción al diálogo que va a mantener con el patriarca. La justicia que va a ejercer sobre Sodoma servirá para que la descendencia de Abraham se enderece por buenos caminos (v.19), de forma que Yahvé pueda colmarla de bendiciones. Aquí, pues, se suponen unas condiciones morales impuestas a Abraham en el pacto que no han sido explicitadas en el relato bíblico. No se alude a disposiciones positivas, sino simplemente a relaciones morales de los descendientes de Abraham con Dios, su protector y bienhechor.
Los pecados de Sodoma claman al cielo por la justicia divina (v.20). Para informarse del estado de las cosas, Yahvé desciende del cielo, de forma que tenga una opinión exacta sobre la situación. Es una concepción antropomórfica, muy en armonía con el estilo antiguo. Los dos acompañantes dejaron solos a Yahvé y al patriarca (v.22) y continuaron viaje hacia Sodoma12. Ahora, en la mayor intimidad, Abraham, compadecido de la suerte de las ciudades pecadoras, donde está su sobrino Lot, se acerca a Yahvé para pedir clemencia, teniendo en cuenta que allí moran justos también (v.23). El patriarca, llevado de un sentimiento elemental de justicia, no comprende cómo Dios va a hacer perecer a justos y pecadores. No tiene luces sobre la remuneración en ultratumba, y cree que los justos deben ser premiados en esta vida, y los pecadores castigados. El diálogo es una de las más bellas páginas del Antiguo Testamento, pues destaca el poder intercesor del justo por los pecadores13. Primero el patriarca pregunta si bastarían cincuenta justos para que perdonase Dios a toda la ciudad. El patriarca baja la cifra hasta diez, y Dios le dice que, si hay diez justos en Sodoma, perdonará a toda la ciudad (v.32). Pero la depravación de Sodoma es tan general, que no se encuentran estos diez justos. San Pedro alaba a Lot, que “habitaba entre ellos y sentía su alma atormentada viendo y oyendo sus obras inicuas.”14 El texto nos presenta aquí a Yahvé conversando amigablemente con el patriarca, su amigo. Semejante modo de hablar nos trae a la memoria otros pasajes anteriores, en que Yahvé se nos ofrece tan humano y hasta paseándose por el jardín del Edén a la hora del fresco15. El Espíritu Santo, en su obra inspiradora, se ha humanizado en la expresión para hacerse entender de los hombres16. La gran enseñanza del relato bíblico es el poder de intercesión de los justos en el Antiguo Testamento. La forma de expresar esta doctrina es encantadora y muy en armonía con la mentalidad infantil de los destinatarios inmediatos de estos relatos bíblicos. Es el modo peculiar de narrar – descriptivo, folklórico y antropomórfico – a la vez gran teólogo y poeta. Nosotros hemos de buscar ante todo en el relato, no la forma de expresión, sino su contenido religioso.
1 Cf. A. Jaussen, o.c., p.79-81; 129. – 2 Cf. Gen 33:3; Gen 42:6; Rut 2:10. – 3 Cf. Gen 6:8; Gen 19:19; Gen 30:27; Est 5:8; Est 8:5. – 4 Cf. Gen 19:2; Gen 24:32; Luc 7:44. – 5 El ángel que se aparece a Sansón no quiere comer los manjares que le ofrecen los parientes de éste (Jue 13:16). Rafael dice a Tobías que sólo come y bebe en apariencia (Tob 12:19). – 6 En 17:1; 17; 24, el autor sacerdotal da la razón de la esterilidad de ambos por su extremada edad. – 7 Gen 17:17. – 8 Tenemos otros casos en que Dios habla de El en tercera persona: Gen 16:11; Gen 19:13; Jue 6:12; Jue 13:5; Jue 13:16. – 9 Se han buscado paralelos en la mitología griega: Júpiter y Mercurio recibidos por Filemón (Ovid., Metamorph. 8,606s); Hércules recibido por Melarco (Odis. 17,485s). Las semejanzas son totalmente tangenciales, sin que se pueda probar dependencia mutua. Véase J. Chaine, o.c., p.237. – 10 Muchos Santos Padres han visto en el relato el anuncio de la Trinidad. Es célebre la frase de San Hilario: “Tres vidit et unum adoravit.” – 11 Abel, Géog. II p.288. – 12 Aparecerán en Gen 19:18-22; Gen 19:24-25. – 13 Otros casos de intercesión de justos en el A.T.: Moisés: Exo 17:11s; Num 21:7; Elías: 1Re 18:36s; Amó 7:1s; Jer 14:19s; Jer 37:3; Jer 42:2. – 14 2Pe 2:8. – 15 Gen 3:8. – 16 Heb 1:1.
Fuente: Biblia Comentada
le apareció Jehová. Otro ejemplo de una teofanía, aunque Abraham quizá no reconoció al principio que uno de sus visitantes, a los que saludó humildemente y agasajó (vv. Gén 18:2-8) y que envió cortésmente de camino (v. Gén 18:16) era Yahweh. encinar de Mamre. Vea la nota sobre Gén 13:18.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
La genealogía de Taré (v. Gén 11:27).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
— Mambré: Se encuentra en las montañas de Judá, cerca de Hebrón. Ver nota a Gén 13:18.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
El nacimiento de Isaac anunciado a Sara. La repetición de la promesa del nacimiento de Isaac no es redundante. En 17:19 sólo Abraham recibió la promesa; ahora Sara tuvo que ser informada (19), porque evidentemente Abraham no se lo había mencionado. La duplicación del mensaje, al igual que la duplicación de los sueños (41:32), indica su pronto y seguro cumplimiento, al tiempo señalado en el año siguiente.
Notas. 1 Mamre, cerca de Hebrón, estaba a unos 32 km. al sur de Jerusalén.2-8 La preocupación de Abraham por sus invitados es un modelo de la hospitalidad oriental, un trato esperado por todo el pueblo de Dios (Heb. 13:2). Los ángeles son generalmente tomados como hombres en la Biblia, hasta que sus palabras y hechos prueban lo contrario. Aquí uno de los ángeles parece ser el ángel del Señor, eso es, Jehovah mismo (22), mientras que los otros dos, que fueron para visitar Sodoma (19:1), son sus asistentes.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
18.2-5 Abraham estaba impaciente por mostrar su hospitalidad a aquellos hombres, como lo estuvo Lot (19.2). En los tiempos de Abraham, la reputación de una persona estaba muy relacionada con su hospitalidad, con brindar casa y comida. Aun los extraños debían ser tratados como huéspedes distinguidos. El satisfacer la necesidad de alimento y albergue de los demás era y sigue siendo una de las formas más inmediatas y prácticas de obedecer a Dios. Es además una manera tradicional de entablar relaciones. En Heb 13:2 se menciona la posibilidad de que, como Abraham, al hospedar estemos hospedando ángeles. Este pensamiento debe estar en nuestras mentes la próxima vez que tengamos la oportunidad de satisfacer las necesidades de un extraño.ABRAHAMTodos sabemos que cualquier cosa que hagamos trae aparejada una consecuencia. Lo que hacemos puede desencadenar una serie de sucesos que pueden continuar aun después de que nos hayamos ido. Desafortunadamente, cuando tomamos una decisión, por lo general sólo pensamos en las consecuencias inmediatas. Estas a menudo son engañosas ya que son efímeras.Abraham tenía que tomar una decisión. Tenía que elegir entre establecerse con su familia y sus pertenencias en lugares desconocidos o permanecer donde estaba. Tenía que elegir entre la seguridad de lo que ya tenía y la incertidumbre de viajar bajo la dirección de Dios. Lo único que lo podía llevar a trasladarse era la promesa de Dios de que lo guiaría y bendeciría. Lo menos que podía imaginar Abraham era cuánto dependía el futuro de su decisión de quedarse o de continuar. Su obediencia afectó la historia del mundo. Su decisión de seguir a Dios puso en marcha el desarrollo de la nación que a la larga Dios utilizaría como propia al venir a vivir a la tierra. Cuando Jesucristo vino a la tierra, se cumplió la promesa de Dios: por medio de Abraham fue bendecido todo el mundo.Quizá usted desconozca los efectos a largo plazo que tienen las decisiones que toma hoy. Pero, el hecho de saber que tendrán consecuencias posteriores debería hacerlo pensar cuidadosamente y buscar la dirección de Dios al tomar decisiones y llevarlas a cabo.Puntos fuertes y logros :– Su fe agradó a Dios– Fue el fundador de la nación judía– Logró el respeto de los demás y fue valiente al defender a su familia a cualquier precio– No sólo fue un padre responsable para con su familia, sino que además practicó la hospitalidad– Fue un ganadero rico y exitoso– Por lo general evitaba los conflictos, pero cuando eran inevitables, permitía que su oponente estableciera las reglas para aclarar las disputasDebilidades y errores :– En medio de los aprietos, distorsionaba la verdadLecciones de su vida :– Dios desea dependencia, confianza y fe en El, pero no una fe en nuestra facultad de complacerlo– Desde el principio el plan de Dios ha sido darse a conocer a todo el mundoDatos generales :– Dónde: Nació en Ur de los caldeos; pasó la mayor parte de su vida en Canaán– Ocupación: Un próspero ganadero– Familiares: Hermanos: Nacor y Harán. Padre: Taré. Esposa: Sara. Sobrino: Lot. Hijos: Ismael e Isaac– Contemporáneos: Abimelec y MelquisedecVersículo clave :»Y [Abram] creyó a Jehová, y le fue contado por justicia» (Gen 15:6).La historia de Abraham se relata en Génesis 11-25. También se menciona en Exo 2:24; Act 7:2-8; Romanos 4; Gálatas 3; Hebreos 2, 6, 7, 11. 18.14 «¿Hay para Dios alguna cosa difícil?» La respuesta obvia es: ¡por supuesto que no! Esta pregunta revela mucho en cuanto a Dios. Convierta en un hábito el incluir sus necesidades específicas en esta pregunta. «¿Acaso este día de mi vida es muy difícil para Dios?» «¿Acaso este hábito que trato de romper es muy difícil para Dios?» «¿Acaso este problema de comunicación que tengo es muy difícil para Dios?» El preguntarnos esto nos hace recordar que Dios actúa personalmente en nuestra vida y nos ofrece su poderosa ayuda.18.15 Sara mintió porque tenía miedo de ser descubierta. El temor es el motivo más común de mentir. Tememos que nuestros pensamientos y emociones internos queden al descubierto o se descubran nuestras malas acciones. Pero la mentira ocasiona complicaciones mayores que el decir la verdad. Si no podemos confiarle a Dios nuestros pensamientos y temores más íntimos, estamos en peores problemas de lo que nos imaginamos.18.20-33 ¿Acaso logró Abraham que Dios cambiara de planes? Claro que no. Lo más probable es que Dios hiciera cambiar a Abraham. Abraham sabía que Dios es justo y que castiga el pecado, pero quizás dudó de su misericordia. Parece ser que Abraham estaba probando a Dios para saber cuán misericordioso era. Aquella conversación con Dios lo convenció de que Dios era justo y misericordioso. Nuestras oraciones no pueden hacer cambiar de parecer a Dios, pero sí pueden hacernos cambiar a nosotros como cambió a Abraham. La oración es el medio a través del cual podemos comprender mejor la voluntad de Dios.18.20-33 ¿Por qué permitió Dios que Abraham cuestionara su justicia e intercediera por una ciudad malvada? Abraham sabía que Dios debía castigar el pecado, pero sabía por experiencia propia que Dios es misericordioso con los pecadores. Dios sabía que ni siquiera había diez hombres justos en la ciudad; sin embargo, fue tan misericordioso que permitió que Abraham intercediera. Además fue igualmente misericordioso al ayudar a Lot, el sobrino de Abraham, a salir de Sodoma antes de que fuera destruida. Dios no se goza al destruir al malo, pero debe castigar el pecado. Es justo y misericordioso. Debemos estar agradecidos de que la misericordia de Dios se extienda hacia nosotros.18.21 Dios puso una prueba justa a los hombres de Sodoma. Aunque no ignoraba las perversidades que se cometían allí, en su justicia y paciencia concedió a la gente de Sodoma una última oportunidad para volverse a El. Dios todavía tiene la esperanza de que la gente se vuelva hacia El (2Pe 3:9). El sabio se volverá a El antes de que se agote su paciencia.18.25 ¿Estaba siendo Dios injusto con la gente de Sodoma? ¿Estaba de veras planeando destruir a los justos junto con los malvados? No, la justicia de Dios resaltó: (1) estuvo de acuerdo en perdonar a la ciudad entera si encontraba allí diez justos; (2) mostró misericordia hacia Lot, aparentemente el único hombre en la ciudad que tenía cierta relación con El (y hasta eso era cuestionable); (3) mostró mucha paciencia para con Lot, al casi forzarlo a abandonar Sodoma antes de que fuera destruida. Recuerde la paciencia de Dios cuando sea tentado a pensar que El es injusto. Hasta la gente más justa merece castigo. Debemos estar contentos de que Dios no nos aplique su justicia como lo hizo con Sodoma.18.33 Dios mostró a Abraham que es permisible pedir cualquier cosa, siempre que se recuerde que las respuestas de Dios provienen de la perspectiva divina. No siempre están en armonía con nuestras expectativas, ya que solo El conoce la historia completa. ¿Está perdiendo usted la contestación de Dios a alguna oración porque no se le ha ocurrido pensar que El puede contestar como usted no espera?
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 665 Gén 16:7; Jue 13:21; Hch 7:2
b 666 Gén 13:18; Gén 14:13
c 667 Gén 31:40; Mat 20:12
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Mamre. Véase nota en Gén 13:18.
la puerta de su tienda. La permanencia de Abraham en Palestina se caracterizaba por tiendas (cp. Gén 12:8; Gén 13:3) y altares (cp. Gén 12:7-8; Gén 13:4; Gén 13:18; Gén 26:25) en lugar de palacios y templos.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
O, los terebintos
Fuente: La Biblia de las Américas
[2] Los tres personajes que aparecieron a Abrahán representaban al Señor en las tres divinas personas y eran ángeles en figura humana. Abrahán a veces habla con uno, y a veces con los tres. Hebr 13, 2.[10] Gen 17, 19; 21, 1; Rom 9, 9.[12] 1 Pe 3, 6.[15] Sara es más reprensible por añadir una mentira a su desconfianza y duda.[18] Gen 12, 3; 22, 18.[32] Palabras notables, que muestran cómo los ruegos y oraciones de un pequeño número de almas buenas detienen la ira de Dios para que no descargue sobre un pueblo.[1] Adorar, en oriente, es lo mismo que venerar, saludar, reverenciar.