Dios dijo de nuevo a Abraham: —Pero tú guardarás mi pacto, tú y tus descendientes después de ti, a través de sus generaciones.
Sal 25:10; Sal 103:18; Isa 56:4, Isa 56:5.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
guardarás mi pacto. A pesar de las repetidas desobediencias de parte de los patriarcas y de la nación, la fidelidad de Dios a su compromiso de pacto nunca vaciló (p.e., Deu 4:25-31; Deu 30:1-9; 1Cr 16:15-18; Jer 30:11; Jer 46:27-28; Amó 9:8; Luc 1:67-75; Heb 6:13-18). Las declaraciones divinas acerca de la obediencia de Abraham (Gén 22:16-18; Gén 26:3-5) fueron pronunciadas años después del establecimiento formal del pacto de Dios (Gén 12:1-3: Gén 15:12-18). Aunque la nación fue apóstata, siempre hubo un remanente obediente de israelitas fieles (vea Sof 3:12-13).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
REFERENCIAS CRUZADAS
ñ 638 Éxo 19:5; Deu 11:13
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Tú, pues. La respuesta de Abraham al pacto es la circuncisión, una señal de fe en la promesa de Dios.
Fuente: La Biblia de las Américas
La parte de Abraham en el proceso de contraer un pacto era la circuncisión, un rito practicado con anterioridad por otros pueblos. Ahora Dios lo usa como señal de este pacto (cp. Rom 4:11). Para un hebreo, el rehusar la circuncisión significaba separarse a sí mismo de la comunidad, Gén 17:14.