Asimismo, aborrecí todo el duro trabajo con que me había afanado debajo del sol, el cual tendré que dejar a otro que vendrá después de mí.
aborrecí todo mi trabajo. Ecl 2:4-9; Ecl 1:13; Ecl 4:3; Ecl 5:18; Ecl 9:9.
tendré que dejar a otro. Ecl 2:26; Ecl 5:13, Ecl 5:14; 1Re 11:11-13; Sal 17:14; Sal 39:6; Sal 49:10; Luc 12:20; Luc 16:27, Luc 16:28; Hch 20:29, Hch 20:30; 1Co 3:10.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
ABORRECÍ TODO MI TRABAJO. El trabajo humano, si no se dedica a Dios, no tiene valor permanente alguno (véase Col 3:23, nota). Incluso lo que queda de las posesiones después de la muerte pudiera ser derrochado de modo insensato por alguno de los que siguen vivos.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
aborrecí todo mi trabajo. Salomón dejó el reino dividido a Jeroboam y a su hijo Roboam, y ambos malgastaron sus oportunidades (1Re 12:1-33; 1Re 13:1-34; 1Re 14:1-31).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
Cp. Ecl 4:7-8
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
REFERENCIAS CRUZADAS
s 87 Ecl 2:4; Ecl 5:18; Ecl 9:9
t 88 1Re 11:43; Sal 17:14; Sal 39:6; Luc 12:20
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
al hombre que vendrá después de mí. El Predicador enfatiza que las riquezas y el éxito proporcionan beneficios sólo en esta vida. Los beneficios terminan con la muerte cuando el dueño pierde el control de sus posesiones (vers. 21; cp. Sal 39:6; 49:10; Lc 12:20). Su sucesor puede resultar ser un necio (vers. 19; cp. 2 Cr 10).