Comentario de Eclesiastés 11:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Echa tu pan sobre las aguas, porque después de muchos días lo volverás a encontrar.

Echa tu pan. Deu 15:7-11; Pro 11:24, Pro 11:25; Pro 22:9; Isa 32:8.

sobre las aguas. Isa 32:20.

porque después de muchos días. Ecl 11:6; Deu 15:10; Sal 41:1, Sal 41:2; Sal 126:5, Sal 126:6; Pro 11:18; Pro 19:17; Mat 10:13, Mat 10:42; Mat 25:40; Luc 14:14; 2Co 9:6; Gál 6:8-10; Heb 6:10.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Instrucciones para la caridad, Ecl 11:1-6.

Muerte en vida, Ecl 11:7-8,

es necesario pensar en el día del juicio durante la juventud, Ecl 11:9-10.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

echa tu pan sobre las aguas: Los versículos Ecl 11:1-6 enfatizan el elemento de riesgo e incertidumbre que existe en las empresas comerciales y agrícolas. De esta manera, si los proverbios del capítulo Ecl 10:1-20 trata con la realeza y los gobernantes, estos en los versículos Ecl 11:1-6 tratan con el pueblo común y corriente. Los hombres y las mujeres deben aventurarse prudentemente si desean obtener ganancia, aun cuando siempre existirá cierto riesgo.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

ECHA TU PAN SOBRE LAS AGUAS. Un significado de la palabra hebrea para «pan» es el «grano» que puede usarse para hacer pan. La imagen pudiera evocar la acción de los egipcios al regar semillas en el agua que inundaba sus tierras cuando el Nilo crecía cada año. Parecía que las semillas se sumergían y se les olvidaba, pero a su debido tiempo habría una cosecha. Se puede aplicar esto a la disposición de ser generoso y servicial (v. Ecl 11:2). Se debe dar con generosidad, ya que algún día cualquiera puede encontrarse en gran necesidad (cf. 2Co 8:10-15).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

11. Consejos Relativos a la Audacia y a la Alegría.

Hay que arriesgarse con prudencia (11:1-6).
1 Echa tu pan a las aguas, que después de mucho tiempo lo hallarás. 2 Da de lo tuyo a siete y aun a ocho, que no sabes el mal que podrá venir sobre la tierra. 3 Las nubes se llenan de agua y la derraman sobre la tierra, y si el árbol cae al mediodía o al norte, donde cae allí permanece. 4 El que al viento mira no sembrará, y el que mira a las nubes no segará. 5 Como no sabes por qué camino el espíritu entra en los huesos en el seno maternal, así no conoces la obra de Dios, que es quien todo lo hace. 6 Siembra bien de mañana tu simiente, y a la tarde no dejes reposar tu mano; que no sabes qué es mejor, si esto o aquello, o si ambas cosas son igualmente buenas.

Los versos de esta perícopa recomiendan una actitud emprendedora en las actividades comerciales y agrícolas, que contrastan un tanto con otros pensamientos deprimentes de Cohelet. El primero es diversamente interpretado por los comentaristas. Muchos lo han interpretado como una exhortación a la limosna y liberalidad, advirtiéndole que, después de cierto tiempo, hallará la recompensa. Si bien el término empleado (pan) puede favorecer esta interpretación, ya no es tan fácil que la frase empleada por el autor signifique “hacer limosna.” Otros autores, teniendo en cuenta el contexto, ven una invitación a arriesgar los bienes en una empresa prudente, con la esperanza de recoger después copiosos frutos. La imagen puede estar sugerida, como dice Podechard, por el fenómeno que tiene lugar en las orillas del mar, que al cabo de cierto tiempo arroja sobre la playa objetos que primero había engullido 1. Paralelamente al verso anterior, los autores interpretan el v.2, unos como una recomendación a hacer la limosna a muchos, entre los cuales encontrarías quien te la hiciere a ti si un día tuvieres necesidad de ella; otros ven una medida de prudencia en la aplicación de la recomendación de tipo comercial del verso anterior: no pongas tu capital todo él en manos de uno solo, no lo emplees en una sola empresa, no embarques todas tus mercancías en una sola nave, pues entonces un mal azar te puede dejar sin nada. Pon tu dinero en varias empresas, embarca tus mercancías en varias naves, que de este modo, si una fracasa, te quedan las otras, que te compensarán incluso lo perdido. Es el modo de estar preparados para ciertos males que irremisiblemente vendrán, de manera que no podrá el hombre evitarlos (v.3).
El v.4 nos advierte que es preciso arriesgarse con la debida prudencia y no esperar a ver disipadas todas las dificultades para decidirnos a la acción. Las condiciones ideales para las labores agrícolas se dan raras veces, y si no estamos dispuestos a realizar éstas nada más que cuando aquéllas se presentan, nos quedaremos inactivos la mayoría de las veces, y, sin el trabajo oportuno, la tierra no produce los frutos. Calmet tiene a este propósito una preciosa advertencia para quienes tienen responsabilidades respecto de la salvación de las almas: “Si en toda otra cosa – escribe -, si en toda empresa donde se trata de vuestra salvación o de la gloria de Dios, vosotros sois demasiado tímidos, demasiado prudentes; si queréis ver disipadas todas las dificultades y todos los obstáculos, jamás emprenderéis ni realizaréis cosa alguna. 2 Y la razón por la que es preciso conducirse de esta manera es porque nosotros ignoramos la obra de Dios, las leyes conforme a las cuales se desarrollan los fenómenos atmosféricos, cuyo conocimiento nos sería preciso para prever al menos con certeza las condiciones ideales para las faenas agrícolas. Como desconocemos, dice Cohelet, el camino por el que el espíritu entra a animar el nuevo ser en el seno de la madre, lo que ha sido siempre uno de los misterios más profundos y maravillosos que encierra la naturaleza, misterio al que más de una vez aluden los libros sagrados 3. En consecuencia, lo más prudente será aprovechar las diversas ocasiones que se presenten sin andar cavilando demasiado sobre cuál de ellas será mejor. Si aprovechas la mañana y la tarde, ciertamente que darás con la más propicia; y si las dos fructifican igualmente, tanto mejor. La fórmula empleada por Cohelet podría designar las diferentes ocupaciones que deben llenar la jornada del hombre y contener una exhortación al trabajo diligente.

Disfrutar de la vida en los días de la juventud (11:7-10).
7 Dulce es la vida y agradable a los ojos el ver el sol. 8 Mas si el hombre viviere muchos años y en todos ellos gozase de alegría, piense en los días de tinieblas, que serán muchos, y que cuanto sucede es vanidad. 9 Alégrate, mozo, en tu mocedad, y alégrese tu corazón en los días de tu juventud; sigue los impulsos de tu corazón y los atractivos de tus ojos, pero ten presente que de todo esto te pedirá cuenta Dios. 10 Echa la tristeza fuera de tu corazón y tente lejos del dolor, porque mocedad y juventud son vanidad.

Cohelet llega al final de su obra. Ante la pantalla de nuestra imaginación y ante esos deseos ardientes de felicidad que siente nuestro corazón, ha hecho desfilar todas aquellas cosas en las que el hombre parece podría encontrar su dicha. Cohelet ha juzgado vanidad y persecución del viento los esfuerzos del hombre encaminados a ese fin, porque la verdadera y perfecta felicidad no se encuentra en las cosas de este mundo. Nosotros sabemos que sólo la posesión de Dios mismo puede hacer al ser humano plenamente feliz. La razón la expuso el Doctor de Hipona en aquellas tan conocidas como profundas palabras: “Señor, has hecho nuestro corazón para ti, y se sentirá insatisfecho mientras no descanse en ti” 4. Nuestro autor ignoraba estas cosas, y de ahí su desilusión y pesimismo. Pero Cohelet no es un pesimista absoluto. Para él la vida no es esencialmente mala, de modo que no valga la pena de vivirse. Si bien no existe en esta vida la felicidad perfecta, se da una felicidad relativa temporal, que queda a veces un poco oscurecida por el realismo de Cohelet, que vive una época histórica, política y socialmente desfavorable; no obstante, nuestro autor afirma repetidas veces su existencia e invita una y otra vez a gozar de ella.
Esta es también la conclusión que por última vez deduce el Eclesiastés, concretando en esta ocasión la edad en que esa felicidad relativa es más asequible. Los v.7-8 sirven de introducción a la última parte del libro, en que se recomiendan las alegrías de la juventud y se mencionan a continuación los años tristes de la vejez. No obstante las vanidades y anomalías que ha constatado, Cohelet profiere que en aquéllos la vida es dulce y agradable. Le siguen los días de tinieblas, en que ésta se torna triste y melancólica; la expresión podría designar el seol, que se describe en la Biblia como un lugar de tinieblas 5; pero la alegoría que sigue de la vejez parece indicar que en este caso se refiere más bien a los años de la vejez, dado que se emplean en ella expresiones semejantes. La última frase del v.8, si es del autor y está en su lugar, indicaría que la vida es vanidad, porque, por muchos que sean los años en que se puede disfrutar de ella, al fin siempre vendrán los años achacosos de la vejez y la muerte, con la que todo acaba.
En vista de esto, el autor invita a gozar de las alegrías de la vida en los años de la juventud, que designan aquí los años que van de la infancia a la vejez. Es en ellos cuando el cuerpo goza de más salud y está en mejores condiciones para gozar del fruto de sus trabajos; es también cuando el alma, que ve lejana la muerte, se llena más fácilmente de ilusiones y uno y otra gozan más de las delicias que lleva consigo la vida matrimonial. La recomendación a seguir los impulsos del corazón y los atractivos de los ojos, que se ponen en otros pasajes en boca de los impíos con sentido peyorativo 6, en nuestro caso ha de interpretarse en buen sentido. Cohelet invita a gozar de los placeres normales y satisfacciones legítimas que están dentro de la ley moral. El pensamiento de que hay un juicio, en el que Dios nos pedirá cuenta de nuestras obras, será un poderoso estímulo para mantenerse alejado de los placeres prohibidos de una vida desarreglada7. A la renovada invitación de gozar de las alegrías de la juventud añade el texto la constatación que juventud y mocedad son vanidad, lo que cuadra muy bien al contexto precedente, por lo que algunos comentaristas consideraron la frase como glosa. Si es del autor sagrado, el sentido sería que los años propicios para las alegrías de la tierra pasan como una sombra fugaz 8, dejando paso a los días de la vejez, de que hace el autor a continuación una preciosa descripción alegórica.

1 Cf. las diversas interpretaciones en Barton, o.c., p.iSi. W. staerk, Zur Exegese von Kohelcth 10,20 uncí 11:1: Zaw 59 (1943) 216-218; H. Kruse, Da portionem septem necnon ocio (Eccl. 11:1-6): VD 27 (1949) 164-169. – 2 O.C., p.3I. – 3 Job ίο,8-11; Sal 139:15-16; Pro 30:19. – 4 Cf. Confesiones 1.4 c.10-11. – 5 Sal 88:12; Sal 143:3; Job 12:21-22. – 6 Isa 22:13; Job 31:7; Sab 2:6; 1Co 15:32. – 7 3.17; 1Co 8:5s.12s; 1Co 12:14”

Fuente: Biblia Comentada

Echa tu pan. Toma un paso calculado y sabio hacia adelante en la vida, como un labrador que echa su semilla en un suelo húmedo o pantanoso y espera que crezca (cp. Isa 32:20).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Ecl 11:1-6 : Cuatro imperativos (Ecl 11:1-2; Ecl 11:6) enmarcan esta sección, caracterizada por la cuádruple repetición de la expresión no sabes/conoces (Ecl 11:2; Ecl 11:5 ab, Ecl 11:6) y por la alternancia de exhortación y reflexión. Retorna también el vocabulario de la naturaleza y de los elementos que aparecían en el prólogo (Ecl 1:4-7).

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

— a navegar: Lit. sobre la superficie del agua.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

aventura de la fe

Todo en 11:1-6 podría resumirse en la palabra “fe”. Las naves podían demorarse largamente, de modo que cualquier empresa comercial que requería el envío de los bienes de una a otra parte involucraba considerable confianza (1 Rey. 10:22). Pan tiene el sentido de “bienes, subsistencia”, como en Deut. 8:3. 2 El Predicador recomienda echar mano a una diversidad de oportunidades. Los números ascendentes, siete … ocho hablan de tratar cada medio existente y luego agregarle uno más. El trasfondo puede ser el de la generosidad, dando porciones a los pobres. O puede ser continuación de la figura del comercio, y referirse a las muchas venturas del hombre de negocios. A pesar de nuestra ignorancia del futuro, el momento de actuar es ahora. 3 Ni una perspectiva siniestra (nubes cargadas de agua) ni un evento inesperado (un árbol que se cae) debe impedir nuestro entusiasmo por la vida. No podemos controlar los eventos aun cuando podamos anticiparlos (las nubes y la lluvia). Ni podemos tampoco determinar con exactitud el resultado de los eventos; el árbol cae dondequiera. Luego sigue una advertencia contra la dilación (4) y una advertencia de que no debemos ser demorados por la ignorancia (5). 6 Luego el Predicador llama a una vigorosa siembra de semilla. Los proverbios tienen que ver no meramente con la agricultura sino con la vida total.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

11.1-5 Estos versículos de Salomón resumen que la vida encierra riesgos y oportunidades. Debido a que la vida no ofrece garantías, debemos estar preparados. «Echa tu pan sobre las aguas» significa que la vida presenta oportunidades que debemos aprovechar, y no limitarnos a ir a lo seguro. Salomón no apoya la actitud de desesperanza. Sólo por el hecho de que la vida sea incierta no quiere decir que no hagamos nada. Necesitamos un espíritu de confianza y aventura. Debemos enfrentar los riesgos y oportunidades de la vida con entusiasmo y fe dirigidos por Dios.11.4 Esperar a que lleguen las condiciones perfectas significará inactividad. Este razonamiento práctico se aplica en especial a la vida espiritual. Si esperamos el tiempo y el lugar perfectos para leer la Biblia, nunca comenzaremos a leerla. Si esperamos una iglesia perfecta, nunca nos congregaremos. Si esperamos un ministerio perfecto, nunca serviremos. Tome medidas ahora para crecer espiritualmente. No espere a que lleguen condiciones que nunca existirán.11.7, 8 Salomón no es un pesimista monótono en 11.7-12.14. Nos alienta para que nos regocijemos todos los días pero que recordemos que la eternidad es mucho más larga que la expectativa de vida de una persona. El Psa 90:12 dice: «Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría». La persona sabia no sólo piensa en el impacto del momento, echa un vistazo a largo plazo hacia la eternidad. Dé a sus decisiones un enfoque desde una perspectiva de Dios. Considere el impacto que tendrán dentro de diez años y para siempre. Viva con la actitud de que si bien la vida es corta, viviremos con Dios para siempre.11.9, 10 A menudo escuchamos a la gente decir: «No importa». Pero muchas de nuestras decisiones son irreversibles: permanecerán con uno el resto de la vida. Lo que uno hace cuando es joven sí importa. Disfrute de la vida ahora, pero no haga nada físico, moral o espiritual que pueda impedirle disfrutar de la vida cuando sea viejo.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

NOTAS

(1) Delgado, de forma redonda u ovalada, y que puede flotar por algún tiempo.

REFERENCIAS CRUZADAS

a 445 Neh 8:10; Est 9:19

b 446 Deu 15:11; Pro 22:9; Isa 32:20

c 447 Deu 15:10; Sal 41:1; Pro 19:17; Luc 14:14; Heb 6:10

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Echa tu pan. El lenguaje se toma del negocio o de comerciar. Es una exhortación a ser astuto y enérgico en el negocio (cp. 1 R 9:26– 28; 10:22; Pr 31:14). Otros ven en este dicho un llamado hacia la fe. En cualquier caso, el Predicador tal vez tenga en mente el dar hasta el punto de arriesgarse (cp. Pr 11:24).

después de muchos días. La recompensa requiere paciencia.

Fuente: La Biblia de las Américas

Echa tu pan sobre las aguas. Una frase metafórica tomada del comercio de grano en un puerto de mar e ilustra las posibilidades de éxito de una arriesgada aventura comercial.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

tu pan… Esto es, tu semilla de trigo.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Lit., en o dentro de

Fuente: La Biblia de las Américas

Esto es, tu semilla de trigo.

Fuente: La Biblia Textual III Edición

[1] Socorre a cuantos pobres pasen.

Fuente: Notas Torres Amat