Comentario de Apocalipsis 3:7 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

“Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: El Santo y Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y nadie cierra, y cierra y nadie abre, dice estas cosas:

LA IGLESIA DE CRISTO EN FILADELFIA

(La iglesia fuerte con poca fuerza)

SALUDO E IDENTIFICACION:

3:7 — Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre —

Nuestra impresión de lo que nos es dicho depende en gran parte de nuestra impresión del que habla. Aquí habla el Santo (en naturaleza, y esto en absoluto), el Verdadero (no puede mentir, Tit 1:2, pues es caracterizado sola y totalmente por la Verdad), el que tiene la llave de David (la autoridad real de admitir o de excluir). El que habla es el Regidor todopoderoso, santo y verdadero.

El hijo de David es Cristo (Isa 9:7; Luc 1:30-33; Mat 22:41-45). La llave, o autoridad, le vino a El cuando comenzó a reinar en el trono de David (Isa 22:22; Zac 6:13; Hch 2:30-36).

La teoría de algún reinado futuro de Cristo en el trono de David es falsa.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

escribe al ángel. Apo 1:11; Apo 2:1.

el Santo. Apo 4:8; Apo 6:10; Sal 16:10; Sal 89:18; Sal 145:17; Isa 6:3; Isa 30:11; Isa 41:14, Isa 41:16, Isa 41:20; Isa 47:4; Isa 48:17; Isa 49:7; Isa 54:5; Isa 55:5; Mar 1:24; Luc 4:34; Hch 3:14.

el Verdadero. Apo 3:14; Apo 1:5; Apo 6:10; Apo 15:3; Apo 16:7; Apo 19:2, Apo 19:11; Apo 21:5; Mat 24:35; Jua 14:6; 1Jn 5:20.

el que tiene la llave. Apo 1:18; Isa 22:22; Luc 1:32.

el que abre y ninguno cierra. Apo 5:3-5, Apo 5:9; Job 11:10; Job 12:14; Mat 16:19.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Filadelfia, que significa «amor fraternal» en griego, era una ciudad pequeña ubicada alrededor de sesenta y cuatro km al sur de Sardis. Su ubicación, junto con las viñas y la producción vinícola, la hicieron próspera e importante desde el punto de vista comercial.

la llave de David representa la autoridad del que abre y cierra la puerta en el reino de David (Isa 22:22), una prerrogativa de Cristo, el justo «Hijo de David» (Mat 1:1).

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

FILADELFIA. Filadelfia era una iglesia fiel que guardó la Palabra de Cristo y no lo negó. Los creyentes habían soportado la oposición del mundo y habían resistido el adaptarse a las tendencias malas de otras iglesias, y todavía perseveraban en la fidelidad a Cristo y en la verdad del evangelio del NT (vv. Apo 3:7-10). Debido a su perseverancia fiel, Dios les promete librarlos de la hora de la prueba (véase la nota que sigue).

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

ángel. Vea la nota sobre Apo 1:20. Filadelfia. Ubicada en una región montañosa unos 50 km al SE de Sardis, la ciudad que hoy se conoce como Alasehir fue fundada alrededor de 190 a.C. por Atalo II, rey de Pérgamo. Su devoción inusual a su hermano inspiró el nombre de la ciudad que significa «amor fraternal». La ciudad era un enclave comercial importante en el camino imperial que conectaba a Esmirna con Frigia, el cual también fue una de las rutas postales del primer siglo. Aunque la Biblia no menciona esta iglesia en otro lugar, es probable que fuera fruto de una extensión del ministerio de Pablo en Éfeso (cp. Hch 19:10). el Santo, el Verdadero. Una descripción común en este libro (Apo 4:8; Apo 6:10; Apo 15:3; Apo 16:7; Apo 19:2; Apo 19:11). Cristo participa de la naturaleza santa, pura y libre de pecado de su Padre (Sal 16:10; Isa 6:3; Isa 40:25; Isa 43:15; Hab 3:3; Mar 1:11; Mar 1:24; Jua 6:69; Hch 3:14) es decir, Él tiene pureza absoluta y está separado por completo del pecado. «Verdadero» puede referirse tanto a uno que habla la verdad, como a aquel que es genuino o auténtico a diferencia de una imitación fraudulenta. la llave de David. Cristo tiene autoridad soberana para controlar la entrada al reino (Isa 22:22; cp. Mat 16:19; Jua 14:6). En Apo 1:18 Él tiene en su poder las llaves que conducen de forma irreversible a la muerte y al infierno, pero aquí se trata de las llaves que llevan a la salvación y la bendición eternas.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

LA IGLESIA DE CRISTO EN FILADELFIA
(La iglesia fuerte con poca fuerza)

SALUDO E IDENTIFICACION:
3:7 — Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre —
Nuestra impresión de lo que nos es dicho depende en gran parte de nuestra impresión del que habla. Aquí habla el Santo (en naturaleza, y esto en absoluto), el Verdadero (no puede mentir, Tit 1:2, pues es caracterizado sola y totalmente por la Verdad), el que tiene la llave de David (la autoridad real de admitir o de excluir). El que habla es el Regidor todopoderoso, santo y verdadero.
El hijo de David es Cristo (Isa 9:7; Luc 1:30-33; Mat 22:41-45). La llave, o autoridad, le vino a El cuando comenzó a reinar en el trono de David (Isa 22:22; Zac 6:13; Hch 2:30-36).
La teoría de algún reinado futuro de Cristo en el trono de David es falsa.

Fuente: Notas Reeves-Partain

LA CARTA A FILADELFIA

Apocalipsis 3:7-13

-Escribe al ángel de la Iglesia de Filadelfia.

Estas cosas te las dice el Que es santo, el Que es verdadero, el Que tiene la llave de David, el Que abre de manera que nadie puede cerrar, y cierra de manera que nadie puede abrir.
Yo conozco tus obras. Fíjate: Yo te presento una puerta que permanece abierta y que nadie puede cerrar; porque tienes un poco de fuerza, y porque has guardado Mi Palabra, y no has negado Mi Nombre. Fíjate: Yo te entregaré a los que pertenecen a la sinagoga de Satanás, que se tienen por judíos sin serlo, sino que mienten. Fíjate: Yo los haré venir a arrodillarse a tus pies, para que se enteren de que Yo te he amado.
Como tú has guardado mi mandamiento de mantenerte firme, Yo también te mantendré a salvo en la hora de la prueba que ha de venir sobre todo el mundo habitado para poner a prueba a todos los que moran en la tierra. Yo vengo pronto. Retén lo que tienes, para que nadie te prive de tu corona.

Al que obtenga la victoria Yo le haré un pilar en el

templo de Mi Dios para que ya nunca tenga que salir, –
y escribiré sobre él el Nombre de Mi Dios y el nombre
de la ciudad de Mi Dios, de la nueva Jerusalén que
desciende del Cielo de Mi Dios, y Mi Nombre nuevo.

El que tenga oídos, que preste atención a lo que el Espíritu está diciendo a las Iglesias.

FILADELFIA
LA CIUDAD DE LA ALABANZA

Apocalipsis 3:7-13

Filadelfia era la más joven de las siete ciudades. La habían fundado unos colonizadores de Pérgamo en el reinado de Atalo II, que reinó en Pérgamo de 159 a 138 a C. Filádelfos quiere decir en griego el que ama a su hermano. Tal era el amor que Atálo le tenía a su hermano Eumenes que se llamó Filadelfo, y de él tomó su nombre la ciudad.

Fue fundada con un propósito especial. Estaba situada en la confluencia de las fronteras de Misia, Lidia y Frigia. Pero no fue para ser una ciudad guarnición para lo que fue fundada, porque no había muchos peligros en la zona, sino con la intención deliberada de que fuera misionera de la cultura y lengua griega hacia Lidia y Frigia; y tan bien cumplió su misión que hacia el año 19 d C. los lidios ya habían olvidado su propio lenguaje y les faltaba poco para ser griegos. Ramsay dice que Filadelfia era «el centro de difusión de la lengua y de las letras griegas en una tierra pacífica y por medios pacíficos.» Eso es lo que el Cristo Resucitado quiere decir cuando habla de la puerta abierta que les presenta a los cristianos filadelfos. Tres siglos antes se le había dado a Filadelfia una puerta abierta para que extendiera las ideas griegas en las tierras de más allá, y ahora se le presentaba otra oportunidad misionera todavía más gloriosa: la de llevar el Mensaje del amor de Jesucristo a los que no lo conocían.
Filadelfia tenía una característica que ha dejado su impronta en la carta. Estaba al borde de una gran llanura que se llamaba la Katakekaumené, que quiere decir la Tierra Quemada. La Katakekaumené era una gran llanura volcánica en la que quedaban las señales de la lava y de las cenizas de los volcanes ya extintos. Tal tierra era fértil; y Filadelfia era el centro de una gran área vitícola y de producción de vinos. Pero tal situación tenía sus peligros, que también habían dejado sus señales en Filadelfia más profundamente que en ninguna otra ciudad. El año 17 d C. se produjo un gran terremoto que destruyó Sardes y otras diez ciudades. En Filadelfia se siguieron produciendo temblores de tierra durante otros muchos años; Estrabón la describe como cuna ciudad propensa a los terremotos.»

Sucede a menudo que cuando se produce un gran terremoto la gente lo asume con coraje y dominio propio, pero el que se sucedan temblores de tierra menores causa un verdadero pánico. Eso era lo que sucedía en Filadelfia. Estrabón describe la escena. Los temblores se habían convertido en un suceso cotidiano. Aparecían grietas amenazadoras en las paredes de las casas. Un día aparecía en ruinas una parte de la ciudad, y otro otra. La mayor parte de la población vivía fuera de la ciudad, en chalés, y tenía miedo de ir al centro por si se le caía encima una pared. Se tenía por locos a los que seguían viviendo en la ciudad; se pasaban la vida apuntalando los edificios que bradizos, y huyendo de cuando en cuando a los espacios abiertos para ponerse a salvo. Estos día terribles no se olvidaban nunca en Filadelfia, y sus habitantes siempre estaban esperando inconscientemente los terribles temblores del suelo, dispuestos a salir corriendo para salvar la vida. Los vecinos de Filadelfia sabían muy bien que su seguridad dependía de la promesa de que «ya no tendrían que salir más.»
Pero aún hay más reflejos de la historia de Filadelfia en esta carta. Cuando el gran terremoto la devastó, Tiberio fue tan generoso con Filadelfia como lo había sido con Sardes. En agradecimiento cambió su nombre por el de Neocesarea -la nueva ciudad del César. En tiempos de Vespasiano Filadelfia mostró su agradecimiento otra vez cambiándose de nombre por el de Flavia, porque el patronímico del emperador era Flavio. Es verdad que ninguno de estos nuevos nombres duró gran cosa, y se le restauró el de «Filadelfia». Pero los de Filadelfia sabían muy bien lo que era recibir «un nombre nuevo.»
De todas las ciudades, Filadelfia es la que recibe más alabanzas, lo cual es señal de que se las merecía.

En días posteriores llegó a ser una ciudad muy importante. Cuando los turcos y el mahometismo inundaron Asia Menor y todas las demás ciudades habían caído, Filadelfia se mantuvo en pie. Durante siglos fue la única ciudad cristiana libre en medio de una tierra no cristiana. Fue el último baluarte del cristianismo asiático. No cayó hasta mediado el siglo XIV; y hasta este día hay un obispo y un millar de cristianos en ella. Con la excepción de Esmirna, las otras iglesias están en ruinas; pero Filadelfia sigue enarbolando la bandera de la fe cristiana.

FILADELFIA
TÍTULOS Y DERECHOS

Apocalipsis 3:7-13 (continuación)

En la introducción de esta carta el Cristo Resucitado Se identifica con tres títulos, cada uno de los cuales implica un tremendo derecho.
(i) Es el Que es santo. Santo es una descripción de Dios mismo. » Santo, Santo, Santo es el Señor de los Ejércitos,» era el himno de los serafines que oyó Isaías (Isa 6:3 ). «¿A qué, pues, Me haréis semejante o Me compararéis?, dice el Santo» (Isa 40:25 ). «Yo soy el Señor, vuestro Santo, el Creador de Israel, vuestro Rey» (Isa 43:15 ). En todo el Antiguo Testamento, Dios es el Santo; y aquí se Le da ese título al Cristo Resucitado. Debemos recordar que santo (háguios) quiere decir diferente, separado. Dios es santo porque es diferente de los hombres; tiene esa cualidad de ser que Le pertenece exclusivamente a Él. Decir que Jesucristo es santo es decir que Él participa del ser de Dios.

(ii) Es el Que es verdadero. En griego hay dos palabras que se traducen por verdadero: aléthés, en el sentido en que una afirmación verdadera es diferente de una afirmación falsa; y aléthinós, que quiere decir real en contraposición a lo que es irreal. Es la segunda de estas dos palabras la que se usa aquí. En Jesús se encuentra la realidad. Cuando nos encontramos cara a cara con Él, no nos encontramos ante un bosquejo confuso de la verdad, sino. con la verdad misma.

(iii) Es el Que tiene la llave de David, el Que abre de manera que nadie puede cerrar, y cierra de manera que nadie puede abrir. Notemos en primer lugar que la llave es el símbolo de la autoridad. Aquí tenemos la descripción de Jesucristo como el Que tiene la autoridad definitiva que nadie puede poner en duda.

Tras esto se encuentra una historia del Antiguo Testamento. Ezequías tenía un mayordomo fiel que se llamaba Eliaquim, que estaba a cargo de toda su casa, y que era el único que podía dar acceso a la presencia del rey. Isaías oyó decir a Dios acerca de este mayordomo fiel: » Y pondré la llave de la casa de David sobre su hombro: él abrirá y nadie cerrará, cerrará y nadie abrirá» (Isa 22:22 ). Esto era lo que Juan tenía en mente. Jesús es el único que tiene autoridad para admitir a la nueva Jerusalén, la nueva Ciudad de David. Como dice el Te Deum: «Tú abriste el Reino del Cielo a todos los creyentes.» Él es el único camino nuevo y vivo a la presencia de Dios.

FILADELFIA,
LA PUERTA ABIERTA

Apocalipsis 3:7-13 (continuación)

En los versículos 8 y 9 hay un problema de puntuación. En los manuscritos griegos más antiguos no había ninguna puntuación. El problema consiste en que las palabras «porque tienes un poco de fuerza, y porque has guardado Mi Palabra, y no has negado Mi Nombre,» van igualmente bien con lo que las precede o con lo que las sigue. Pueden expresar, o la razón por la que los cristianos de Filadelfia tienen una puerta abierta, o la razón por la que se les entregarán los que pertenecen a la sinagoga de Satanás. Las tomamos con lo que las precede. . Es la gran promesa del Cristo Resucitado que Él ha puesto delante de los cristianos de Filadelfia una puerta abierta que nadie puede cerrar. ¿Qué significa aquí eso de una puerta abierta?

(i) Puede que sea la puerta de la oportunidad misionera. Escribiéndoles a los corintios acerca del trabajo que tenía por delante, Pablo les dice: » Porque se me ha abierto una puerta grande para una obra eficaz» (1Co 16:9 ). Cuando llegó a Tróade, el Señor le abrió una puerta (2Co 2:12 ). Les pide a los Colosenses que oren para que se le abra una puerta para la Palabra (Col 4:3 ). Cuando volvió a Antioquía de su primer viaje misionepro contó cómo Dios les había abierta la puerta de la fe a los gentiles (Hch 14:27 ).

El sentido es especialmente apropiado para Filadelfia. Ya hemos visto que era una ciudad fronteriza, situada en la confluencia de Lidia, Misia y Frigia, y había sido fundada para que fuera misionera de la lengua y cultura griega hacia los pueblos bárbaros de más allá. Estaba en la carretera del correo imperial, que salía de la costa en Tróade, llegaba a Filadelfia vía Pérgamo, Tiatira y Sardes, y se unía con la gran carretera que iba hacia Frigia. Los ejércitos del césar iban por esa carretera; las caravanas comerciales también; y ahora se les abría a los misioneros cristianos.
Dos cosas surgen de aquí. (a) Hay una puerta de oportunidad misionera delante de cualquier cristiano sin necesidad de ir a ultramar a buscarla. En el hogar, en el círculo en que nos movemos, en la parroquia en que residimos, hay almas que ganar para Cristo. El usar la puerta de la oportunidad es al mismo tiempo nuestro privilegio y nuestra responsabilidad. (b) En el camino de Cristo la recompensa de un trabajo bien hecho es más trabajo para hacer. Filadelfia había dado pruebas de su fidelidad a Cristo, y su recompensa fue más oportunidades para demostrarla.

(ii) Se ha sugerido que la puerta que se le abría a Filadelfia no era otra que Jesucristo mismo. «Yo soy la puerta,» dijo Jesús (Jn 10:7; Jn 10:9 ).

(iii) Se ha sugerido que la puerta es la de la comunidad mesiánica. Con Jesucristo se inauguró el nuevo Reino de David; y, exactamente como en el antiguo reino Eliaquim tenía las llaves para admitir a la presencia del rey, así Jesús es la puerta de acceso al Reino de Dios.
(iv) Aparte de todas estas cosas, para cualquier persona la puerta de la oración siempre está abierta. Esa es una puerta que nadie nos puede cerrar, y que Jesús abrió cuando nos aseguró que el amor de nuestro Padre Dios siempre nos espera.

FILADELFIA,
HEREDEROS DE LA PROMESA

Apocalipsis 3:7-13 (continuación)

En el versículo 9 la promesa del Cristo Resucitado es que algún día los judíos que calumnian a los cristianos se arrodillarán a sus pies. Este es un eco de la esperanza de los judíos que se expresa con frecuencia en el Antiguo Testamento.
Esperaban que en la nueva era todas las naciones ofrecerían un homenaje humilde a los judíos. Esta promesa aparece una y otra vez en Isaías. «Y vendrán a ti humillados los hijos de los que te afligieron, y a las plantas de tus pies se encorvarán» Isa 60:14 ). «Las labores de Egipto, las mercancías de Etiopía, y los sabeos, hombres de elevada estatura, se pasarán a ti y serán tuyos, irán en pos de ti, pasarán encadenados, y te harán reverencias» Isa 45:14 ). «Reyes serán tus ayos, y sus reinas, tus nodrizas; con el rostro inclinado a tierra se postrarán ante ti y lamerán el polvo de tus pies» Isa 49:23 ). Zacarías tiene una visión del día en que todos los hombres de todas las naciones y lenguas se dirigirán a Jerusalén, «y se agarrarán al manto de un judío, y le dirán: «Iremos con vosotros, porque hemos oído que Dios está con vosotros»» Zac 8:22 s).

Los cristianos creían que la nación judía había perdido su lugar en el plan de Dios, y que su posición había pasado a la Iglesia. Un judío, en el sentido de Dios de ese término, no era el que pretendiera ser descendiente directo de Abraham, sino el que, de cualquier nación que fuera, había hecho la misma decisión de fe que hizo Abraham Rm 9:6-9 ). La Iglesia era el Israel de Dios Gal 6:16 ). Era por tanto cierto que todas las promesas que se le habían hecho a Israel las había heredado la Iglesia. Era a ella a la que se humillarían algún día todos los hombres en señal de sumisión. Esta promesa es el reverso de todo lo que los judíos habían esperado, que era que las naciones se arrodillarían ante ellos; pero el día había de venir cuando ellos, entre todas las naciones, se arrodillarían ante Cristo.

Eso era lo que la iglesia filadelfia habría de ver, al menos en sus principios, si sus miembros eran fieles. Hasta ese momento lo habían sido. En una frase: «Has guardado Mi Palabra, y no has negado Mi Nombre,» ambos verbos están en el aoristo, que describe una acción determinada en el pasado; lo que implica que había habido un tiempo de prueba del que la iglesia filadelfia había salido realmente victoriosa. Puede que tuvieran sólo un poco de fuerza; sus recursos puede que fueran reducidos; pero, si son fieles, verán el albor del triunfo de Cristo.

Aunque pocos, pequeños y débiles seáis, sed fuertes en la fuerza de vuestro Capitán, lanzaos a la conquista de las regiones todas: ¡todas Suyas serán!

Lo que tiene que mantener fiel a un cristiano es la visión de un mundo para Cristo, porque tal gloriosa perspectiva depende de la fidelidad del cristiano individual.

FILADELFIA,
LOS QUE GUARDAN SON GUARDADOS

Apocalipsis 3:7-13 (continuación)

La promesa del Cristo Resucitado es que todos los que guardan serán guardados. » Tú has guardado Mis mandamientos -dice-, y por tanto Yo te guardaré.» Esto nos recuerda un dicho español que suele enunciarse así: «Dice Dios: «Guárdate, y te guardaré.»» No sabemos dónde ni cuándo dijo Dios eso; pero está de acuerdo con Su Palabra. La lealtad tiene una recompensa segura. En el versículo 10, en griego, la frase Mi mandamiento de resistir es sumamente comprimida. Literalmente se traduciría la palabra de Mi resistencia (Cp. R-V: la palabra de mi paciencia). El sentido real es que la promesa es para los que han practicado la misma clase de resistencia que desplegó Jesús en Su vida terrenal.

Cuando somos llamados a desplegar resistencia, la resistencia de Jesucristo nos suple de tres cosas. Primera, nos provee un ejemplo. Segunda, nos aporta una inspiración. Debemos caminar mirándole a Él, Que por el gozo que Le fue propuesto soportó la Cruz despreciando la vergüenza (He 12:1 s). Tercera, la resistencia de Jesucristo es la garantía de Su simpatía hacia nosotros cuando se nos llama a resistir. «Porque, por cuanto Él mismo padeció el ser tentado, puede siempre socorrer a los que son tentados» (He 2:18 ).

En el versículo 10 nos encontramos de nuevo con creencias típicamente judías. Como ya hemos visto a menudo, los judíos dividían el tiempo en dos edades: la presente, que es totalmente mala, y la por venir, que es totalmente buena, entre las cuales hay un tiempo de destrucción cuando caiga el juicio sobre el mundo. A ese tiempo se refiere aquí Juan. Hasta cuando el tiempo llegue a su fin, y el mundo, tal como lo conocemos, deje de existir, el que sea fiel a Cristo estará a salvo bajo Su protección.

FILADELFIA,
PROMESA Y ADVERTENCIA

Apocalipsis 3:7-13 (continuación)

En el versículo 11 se combinan la advertencia y la promesa. El Cristo Resucitado les dice que está para venir pronto. Se ha dicho que en el Nuevo Testamento la Segunda Venida de Cristo se presenta con dos propósitos.
(i) Como una advertencia para los descuidados. Jesús mismo habla del siervo malvado, que se aprovechó de la ausencia de su amo para comportarse malvadamente, y cuyo amo volvió repentinamente sometiéndole a juicio (Mt 24:48-51 ). Pablo advierte a los tesalonicenses del terrible castigo que les espera a los desobedientes e incrédulos cuando Jesucristo sea revelado desde el Cielo y obtenga una victoria rápida y definitiva sobre Sus enemigos 2Ts 1:79 ). Pedro advierte a los suyos que tendrán que dar cuenta de sus acciones al Que viene a juzgar a los vivos y a los muertos (1Pe 4:5 ).

(ii) Se utiliza como un consuelo para los oprimidos. Santiago exhorta a la resistencia paciente a sus fieles porque la Venida del Señor se aproxima (Stg 5:8 ); pronto llegará el final de sus angustias. El autor de Hebreos exhorta a la paciencia, porque muy pronto vendrá el Que ha de venir (He 10:37 ).

En el Nuevo Testamento se usaba la idea de la Segunda Venida como una advertencia a los descuidados y como un consuelo para los oprimidos. Es absolutamente cierto que, literalmente, Jesucristo no volvió cuando Le esperaban aquellos a los que se les advirtió y exhortó; pero nadie sabe cuándo la eternidad invadirá el tiempo y Dios le llamará a levantarse e ir; y que se debe advertir a los descuidados para que estén preparados para salir al encuentro de su Dios, y animar a los oprimidos con la perspectiva de la gloria que está por venir al alma fiel.
Hay aquí otra advertencia. El Cristo Resucitado manda a los filadelfios que retengan lo que tienen, para que nadie les prive de su corona (versículo 11). No se trata de que nadie les robe la corona que les pertenece, sino de que Dios se la retire y se la dé a algún otro porque no sean dignos de llevarla. Trench hace una lista de personas de la Biblia que tuvieron que cederle su lugar a otros porque habían dado muestras de que no eran aptos para ocuparlo. Esaú perdió su posición ante Jacob (Ge 25:34 ; Ge 27:36 ); Rubén, inestable como el agua, ante Judá (Ge 49:4; Ge 49:8 ); Saúl, ante David (1S 16:1; 1S 16:13 ); Sebna, ante Eliaquim (Isa 22:15-25 ); Joab y Abiatar perdieron sus puestos ante Benaía y Sadoc (1R 2:25; 1R 2:35 ); Judas, ante Matías (Hch 1:25 s); y los judíos perdieron su posición ante los cristianos gentiles (Rm 11:11 ).

Aquí hay una tragedia. A veces sucede que se le da a alguien una tarea a realizar que él emprende con la mayor esperanza; pero se empieza a ver que es demasiado pequeño ante la tarea y se le descalifica, dándosele esta a otro. Eso también sucede con la obra del Señor. Dios tiene una tarea para cada persona; pero si esta resulta incapaz de realizarla, se le dará a otra.

Es benditamente cierto que uno se puede redimir hasta de un fracaso -pero sólo si se rinde incondicionalmente a la gracia de Jesucristo.

FILADELFIA,
MUCHAS PROMESAS

Apocalipsis 3:7-13 (conclusión)

En el versículo 12 encontramos las promesas del Cristo Resucitado a los que Le son fieles. Son muchas, y la mayor parte de ellas resultarían perfectamente claras y reales para los creyentes de Filadelfia.

(i) El cristiano fiel será un pilar en el Templo de Dios. Un pilar de la Iglesia es un soporte grande y honorable. Se nos dice que Pedro, Santiago y Juan eran los pilares de la Iglesia original de Jerusalén (Gal 2:9 ). Abraham decían los rabinos judíos que era el pilar del mundo.

(ii) El cristiano fiel no tendrá que salir más. Esto puede que tenga dos sentidos.

(a) Puede que sea una promesa de seguridad. Ya hemos visto que Filadelfia vivió durante años aterrada ante la perspectiva de terremotos recurrentes, y que cuando llegaban esos momentos sus ciudadanos salían huyendo a espacios abiertos para salvar la vida, y volvían aquejados de inseguridad cuando los terremotos pasaban. Se vivía en una atmósfera de inseguridad. Se da la promesa al fiel cristiano de una estabilidad serena en la paz que Jesucristo provee.

(b) Algunos investigadores creen que lo que se promete aquí es la firmeza de un carácter moral. En esta vida, hasta los mejores entre nosotros somos malos a veces; pero el que es fiel a Jesucristo llegará un tiempo en que sea como un pilar puesto en el Templo de Dios y la bondad será la atmósfera constante de su vida. Si este es el sentido, esta frase describe la vida de bondad inalterable que se vive cuando, después de las batallas de la tierra, alcanzamos la presencia de Dios.

(iii) El Cristo Resucitado escribirá en el cristiano fiel el nombre de Su Dios. Aquí puede haber tres referencias.

(a) En las ciudades de Asia Menor, y en Filadelfia, cuando moría un sacerdote después de una larga vida de fidelidad, se le honraba erigiendo un nuevo pilar en el templo en que hubiera servido e inscribiendo su nombre y el de su padre en él. Así es que esto podría referirse al honor permanente que confiere Cristo a Sus fieles servidores.

(b) También es posible que haga referencia a la costumbre de marcar con hierro candente a los esclavos con las iniciales de su amo para mostrar a quién pertenecían. De la misma manera Dios pondrá Su marca en Sus fieles servidores. Cualquiera que sea la figura aquí, el sentido es que los fieles llevarán la señal inconfundible de pertenecer a Dios.

(c) Es posible que esto se refiera al Antiguo Testamento. Cuando Dios le dijo a Moisés la bendición que Aarón y los sacerdotes habían de pronunciar sobre el pueblo le dijo: «Y pondrán Mi Nombre sobre los hijos de Israel» (Nm 6:2226 , R-V hasta 1960). Es otra vez la misma idea; es como si la señal de pertenecer a Dios estuviera sobre Israel de tal manera que todos los hombres pudieran saber que era Su pueblo.

(iv) El nombre de la Nueva Jerusalén se escribiría sobre el fiel cristiano. Eso corresponde a la ciudadanía del fiel cristiano en la ciudad de Dios. Según Ezequiel, el nombre de la ciudad re-creada de Dios había de ser El Señor está allí Ez 48:35 ). Los fieles serán ciudadanos de la ciudad en la que habita la presencia de Dios.

(v) Cristo escribirá en Su fiel servidor Su propio nombre nuevo. Los habitantes de Filadelfia conocían eso de cambiar de nombre adquiriendo uno nuevo. Cuando el año 17 d C. un terrible terremoto devastó su ciudad, y el emperador Tiberio fue generoso con ellos eximiéndolos de los impuestos y contribuyendo generosamente a la reconstrucción, en agradecimiento ellos adoptaron el nombre de Neocaesarea, la Nueva Ciudad del César; y más tarde, cuando Vespasiano los trató con benevolencia, cambiaron de nuevo su nombre por el de Flavia, que era el de la familia de Vespasiano. Jesucristo marcará a Sus fieles servidores con Su nombre nuevo; acerca de cuál sería ese nombre no tenemos por qué especular, porque nadie lo sabe (Ap 19:12 ); pero en el tiempo por venir, cuando Cristo haya conquistado todo el Universo, Sus fieles servidores llevarán la señal que muestre que Le pertenecen a Él, y participarán de Su victoria.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Isa 22:2.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

La carta a la iglesia en Filadelfia

Como su vecina Sardis, Filadelfia sufrió por un terremoto y, si bien no fue tan afectada como aquella en el catastrófico sismo del año 17 d. de J.C., los experimentó con más frecuencia. Sobre este aspecto de la ciudad, Estrabón escribió: “Las paredes nunca dejaban de quebrarse y las diferentes partes de la ciudad están siempre sufriendo daño. Por eso, la ciudad ahora tiene pocos habitantes, pero la mayoría vive como campesinos en los alrededores, ya que allí tienen tierra fértil.” La inseguridad de la vida en Filadelfia se contrasta en el v. 12 con la promesa de un lugar permanente en la ciudad de Dios, y quienes vivan en ella no necesitarán buscar un lugar seguro fuera de las murallas. Toda la carta está dominada por la perspectiva segura y cierta de la vida en el reino de Dios.

7 El Señor resucitado es Santo y Verdadero, como el Padre (6:10), y así se le puede confiar para guardar su palabra. El tiene la llave de David. En 1:18, como el resucitado, Jesús tiene “las llaves de la muerte y del Hades”, y así puede abrir las puertas de la muerte que conducen a la vida eterna; aquí la expresión recuerda Isa. 22:22 donde la autoridad sobre la casa de David significa y se refiere a la autoridad indisputable del Mesías sobre la entrada al reino de Dios o la exclusión de él.

8, 9 El símbolo de la puerta abierta a menudo se interpreta a la luz del uso paulino en 1 Cor. 16:9 y 2 Cor. 2:12, o sea la apertura de una posibilidad evangelística. Sin embargo, en este contexto se refiere a la puerta del reino de Dios. Como en Esmirna, los judíos de esta ciudad son llamados sinagoga de Satanás; no sólo se habrían opuesto a los cristianos, sino que habrían afirmado que éstos no tenían lugar en el reino de Dios, puesto que sólo era para los judíos. Por lo contrario, el Señor del reino ya ha abierto la puerta a sus seguidores y, en el día de su revelación, hará que estos judíos apóstatas hagan lo que ellos esperaban que los gentiles hicieran por ellos: caerán delante de los cristianos que despreciaban y reconocerán que son los amados del Mesías (ver Isa. 60:14).

10 La hora de la prueba que ha de venir sobre todo el mundo habitado no indica el tiempo del reloj cuando los juicios mesiánicos se hagan sobre la tierra, sino los juicios mismos. Un uso comparable de hora se ve en la oración de Jesús en Getsemaní, donde representa los horrores de la crucifixión y todo lo que eso significaba para él (Mar. 14:35; Juan 12:27). La tribulación ha de probar a todo el mundo habitado. En el Apoc. esta frase se usa habitualmente para los incrédulos del mundo (ver 6:10; 8:13; 11:10; 13:8, 14; 17:8). La preservación de la iglesia de los efectos de estos juicios se presenta en varias figuras de los juicios de Dios a lo largo del libro (ver 7:1-8; 11:1; 12:6) y tiene un estrecho paralelo en Juan 17:15.

11 Ahora se introduce una nota de urgencia que vuelve a aparecer en 22:7; 12:20.

12 El conquistador ha de ser una columna en el templo de mi Dios. En 21:22 queda claro que no hay otro templo fuera de Dios y el Cordero en la ciudad de Dios. La promesa que se da aquí es de una seguridad de la unidad inseparable con Dios en su reino venidero. Escribiré sobre él el nombre de mi Dios continúa la metáfora de la columna, ya que la inscripción se menciona como estando sobre aquélla y no en la frente del vencedor. En 1 Mac. 14:25-27 se cuenta cómo los hechos de Simón Macabeo se escribieron en tabletas de bronce, que se ubicaron “en un lugar destacado en el precinto del santuario”, asegurando así un registro permanente de la grandeza de Simón. Sin embargo, la gloria del vencedor no está en sus hechos sino en que lleva el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios y el nombre nuevo de Cristo, o sea en el hecho de que pertenece a Dios y al Hijo de Dios en su gloria y es un ciudadano de la nueva Jerusalén, el reino eterno de Dios (21:2).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

w 171 Rev 2:1

x 172 Jua 6:69; Hch 3:14; Heb 7:26

y 173 Rev 3:14; Rev 19:11

z 174 Isa 22:22; Luc 1:32

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Filadelfia. Filadelfia significa « amor fraternal.» Fue fundada por Eumeno y su hermano Atalo II, en cuyo reconocimiento fue nombrada.

la llave de David. Esta referencia mesiánica es tomada de Is 22:22. Sólo Cristo tiene la autoridad de abrir o cerrar la puerta de salvación.

Fuente: La Biblia de las Américas

7 (1) La palabra griega significa amor fraternal. Como señal, la iglesia en Filadelfia prefigura la vida adecuada de iglesia recobrada por los hermanos que el Señor levantó en Inglaterra a principios del siglo diecinueve. Tal como la iglesia reformada, representada por la iglesia en Sardis, fue una reacción a la Iglesia Católica apóstata, representada por la iglesia en Tiatira, así también la iglesia de amor fraternal fue una reacción a la iglesia reformada muerta. Esta reacción continuará como testimonio contra el catolicismo apóstata y el protestantismo degradado hasta que el Señor regrese.

7 (2) Para la iglesia de amor fraternal, el Señor es el Santo, el Verdadero, por quien y con quien la iglesia recobrada puede ser santa, separada del mundo, y verdadera, fiel a Dios.

7 (3) Para la iglesia recobrada, el Señor es también Aquel que tiene la llave de David, la llave del reino, con autoridad para abrir y cerrar. El Señor usa esta llave para cuidar a la iglesia recobrada.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

Filadelfia. La palabra significa «amor fraternal». Es una ciudad más pequeña que las otras seis citadas en Apo 2:1-29 y Apo 3:1-22, y estaba situada a unos 61 km. al SE de Sardis. Su principal divinidad era Dionisio (el Baco de los romanos), dios del vino.

la llave de David. Cita de Isa 22:22, donde es símbolo de autoridad. Cp. las «llaves de la muerte y del Hades» (Apo 1:18) y las «llaves del reino» (Mat 16:19).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

la llave de David… Es decir, la llave del reino mesiánico; ninguno abre…Isa 22:22.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

O, cerrará

Fuente: La Biblia de las Américas

Es decir, las llaves del reino mesiánico.

g Isa 22:22.

Fuente: La Biblia Textual III Edición