Porque los que desean enriquecerse caen en tentación y trampa, y en muchas pasiones insensatas y dañinas que hunden a los hombres en ruina y perdición.
6:9 — Porque — La palabra griega de aquí a mi parecer se traduce mejor, «Pero». Así dicen varias versiones buenas. Se presenta una comparación con las personas piadosas y contentas. — los que quieren enriquecerse — Lo que hace caer en tentación y lazo, etcétera, no son las riquezas, sino ¡el deseo de enriquecerse! Véanse Pro 28:20; Sal 62:10. Compárese Mar 10:24 (confiar en las riquezas). El pecado consiste en tener las riquezas como el objeto o el propósito principal en la vida terrenal.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
los que quieren enriquecerse. Gén 13:10-13; Núm 22:17-19; Jos 7:11; 2Re 5:20-27; Pro 15:27; Pro 20:21; Pro 21:6; Pro 22:16; Pro 28:20-22; Isa 5:8; Ose 12:7, Ose 12:8; Amó 8:4-6; Zac 11:5; Mat 13:22; Mat 19:22; Mat 26:15; Stg 5:1-4; 2Pe 2:15, 2Pe 2:16; Jud 1:11.
caen en tentación y lazo. 1Ti 3:7; Deu 7:25; Sal 11:6; Pro 1:17-19; Luc 21:35; 2Ti 2:26.
y en muchas codicias. Mar 4:19; Efe 4:22; 1Jn 2:15-17.
en destrucción y perdición. 1Ti 1:9; Núm 31:8; Jos 7:24-26; Mat 27:3-5; Hch 5:4, Hch 5:5; Hch 8:20; 2Pe 2:3.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Se describen dos tipos de personas en relación a las riquezas (v. 1Ti 6:17). El primer tipo de persona es aquella que desea enriquecerse. Una carencia interna de piedad y contentamiento deja un vacío colmado de avaricia. Esta avaricia lleva a la gente a la tentación y a codicias necias y dañosas.
Hunden literalmente quiere decir arrastrar al fondo. Pablo describía una imagen con palabras gráficas de una persona avara sofocada bajo el peso tremendo de los deseos materiales.
destrucción y perdición son sinónimos de ruina e inevitable pérdida. Esta pérdida podría experimentarse en esta vida, a través de un propósito errado para vivir, o podría experimentarse después de la vida si los deseos materiales guían a una persona lejos de Cristo (1Ti 1:16; 1Ti 2:4; Luc 16:1-14).
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
LOS QUE QUIEREN ENRIQUECERSE CAEN EN TENTACIÓN. Véase el ARTÍCULO LAS RIQUEZAS Y LA POBREZA, P. 1428. [Luc 18:24-25].
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
los que quieren enriquecerse caen en tentación. «Quieren» se refiere a un deseo consciente y racional que describe con claridad la motivación de los que son culpables de avaricia. La forma del verbo griego que se traduce «caen» indica que quienes tienen esa clase de deseo caen todo el tiempo en tentación. Los codiciosos son compulsivos, siempre caen en las trampas del pecado por el deseo que los consume de adquirir más y más. destrucción y perdición. Tal codicia puede conducir estas personas a sufrir el fin trágico de la destrucción y el infierno. Estos términos se refieren al castigo eterno de los malvados.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
6:9 – Porque — La palabra griega de aquí a mi parecer se traduce mejor, «Pero». Así dicen varias versiones buenas. Se presenta una comparación con las personas piadosas y contentas.
— los que quieren enriquecerse — Lo que hace caer en tentación y lazo, etcétera, no son las riquezas, sino ¡el deseo de enriquecerse! Véanse Pro 28:20; Sal 62:10. Compárese Mar 10:24 (confiar en las riquezas). El pecado consiste en tener las riquezas como el objeto o el propósito principal en la vida terrenal.
— caen en tentación y lazo — La gramática griega hace que el verbo aquí, «caen», dé a entender la idea de que «siguen cayendo». Es un proceso de caída continua.
Sobre «tentación», véanse Mat 6:13; Stg 1:14. El diablo es quien induce a la persona a buscar las riquezas para que las «adore» (Col 3:5, la avaricia es idolatría).
Sobre «lazo», véase 3:7, comentarios. El deseo de enriquecerse conduce al enredo o a quedar hecho un lío. Así el diablo logra atrapar a la persona y hacerle perderse. Para esta misma figura de construcción, compárese Job 18:8-10.
Es interesante notar que la preposición griega aquí empleada, traducida por nuestra versión «en», es eis. En griego hay la preposición en, en. Pero eis quiere decir «en», «a», «para». Denota moción hacia adelante. Literalmente, la persona «cae a la tentación y al lazo». Notemos Mat 12:11, donde aparecen las dos preposiciones griegas, en y eis. Nuestra versión allí dice «en» y «en»: «…y si ésta cayere en un hoyo en día de reposo…». Mejor, «y si ésta cayere a un hoyo en día de reposo». Dice la Ver. NVI.: «a un pozo en día de sábado».
— y en muchas codicias necias y dañosas — La palabra griega para decir «codicias» aparece también en Gál 3:1; Gál 3:3 (insensatos, necios). Esta palabra griega significa «sin entendimiento», «sin prevención», «irracionales». Estas codicias producen grandes daños a la persona.
— que hunden a los hombres — El verbo griego aquí se emplea en Luc 5:7. La figura es muy expresiva de los resultados de la avaricia. Compárese Pro 28:22.
— en destrucción y perdición — Otra vez aparece la preposición eis. Véanse arriba los comentarios sobre ella.
Las dos palabras griegas para decir «destrucción y perdición», olethros y apoleia significan «ruina» y «destrucción». Véase la primera palabra en 1Ts 5:3 (destrucción); 2Ts 1:9 (perdición); 1Co 5:5 (destrucción). La segunda aparece en Flp 1:28 (perdición); 3:19 (perdición); Mar 14:4 (desperdicio); Hch 8:20 (perezca).
El deseo de hacerse rico hunde a la persona en ruina, y en destrucción. La destrucción (apoleia) no quiere decir «aniquilación», según enseñan los Testigos de Jehová, sino la pérdida de bienestar, o sea el castigo eterno en el infierno. Es destruido el bienestar, pero no es aniquilado el individuo.
Los deseos engañosos (Efe 4:22) terminan en la muerte eterna (Stg 1:15).
La cuestión aquí no tiene que ver con la abundancia o cantidad de bienes que la persona posea, sino con la manera de haberlos conseguido y de estarlos usando; o sea, con la actitud de corazón hacia ellos. Tiene que ver con la actitud de corazón hacia las riquezas de esta vida. Pensemos en Judas (Jua 12:6; Mat 26:14-16), en Ananías y Safira (Hch 5:1-9), y en el rico de Luc 16:19-31. Para el hombre carnal «el dinero habla» (Mat 28:12; Luc 22:5; Hch 24:26).
La prosperidad de la nación siempre la lleva para abajo, pues engaña a la gente y ella se olvida de Dios.
Es que las riquezas son muy buenas como siervas, pero como amas son muy crueles y despóticas.
Fuente: Notas Reeves-Partain
EL PELIGRO DEL AMOR AL DINÉRO
1 Timoteo 6:9-10
Los que quieren hacerse ricos caen en tentación y en red, y en muchos deseos insensatos y peligrosos de cosas prohibidas, deseos que sumergen a las personas en un mar de ruina y pérdida total tanto en el tiempo como en la eternidad. Porque el amor al dinero es la raíz de la que brotan todos los males; y algunas personas, en su afán por poseerlo, han sido tristemente descarriadas, y se han visto atravesadas por innumerables dolores.
Aquí tenemos uno de los dichos de la Biblia que se citan mal más corrientemente. La escritura no dice que el dinero sea la raíz de todos los males; dice que el amor al dinero es la raíz de todos los males. Ésta es una verdad de la que los gran des pensadores clásicos eran tan conscientes como los maestros cristianos. » El amor al dinero decía Demócrito- es la metrópoli de todos los males.» Séneca habla del «deseo de lo que no nos pertenece, del cual brota todo el mal de nuestra mente.» «El amor al dinero decía Focílides- es la madre de todos los males.» Filón hablaba del «amor al dinero que es el punto de salida de las mayores transgresiones de la ley.» Ateneo cita un dicho: «El placer del vientre es el principio y la raíz de todos los males.»
El dinero no es en sí mismo ni bueno ni malo; pero el amor al dinero puede c®nducir al mal. Con el dinero puede que un hombre sirva egoístamente sus propios deseos; con él puede responder a la petición de ayuda de su prójimo necesitado. Con él puede facilitar el camino a las malas acciones; con él puede hacerle más fácil a otros el vivir como Dios quiere que vivan. El dinero no es en sí mismo un mal, pero sí es una gran responsabilidad. Es poderoso para el bien y poderoso para el mal. Entonces, ¿cuáles son los peligros especiales que conlleva el amor al dinero?
(i) El deseo de dinero tiende a convertirse en una sed insaciable. Había un proverbio latino que decía que la riqueza es como el agua del mar; lejos de calmar la sed, la intensifica. Cuanta más se obtiene, más se quiere.
(ii) El deseo de riqueza se basa en una ilusión. Se basa en el deseo de seguridad; pero la riqueza no puede comprar la seguridad. No puede comprar la salud, ni el verdadero amor; y no puede librar del dolor ni de la muerte. La seguridad que se basa en cosas materiales está condenada anticipadamente a fracasar.
(iii) El deseo de dinero tiende a hacer a una persona egoísta. Si lo que le mueve es el deseo de riqueza, no le importará el que otros tengan que perder para que él gane. El deseo de riqueza fija los pensamientos de una persona en sí misma, y los demás se convierten en meros medios u obstáculos en el camino de su propio enriquecimiento. Es verdad que eso no tiene por qué pasar; pero pasa.
(iv) Aunque el deseo de riqueza se basa en el deseo de seguridad no conduce más que a la ansiedad. Cuanto más tenga una persona que guardar, más tendrá que perder; y tenderá a estar obsesionado por el riesgo de perder. Hay una vieja fábula acerca de un campesino que le prestó al rey un gran servicio, por lo que le recompensó con mucho dinero. Durante algún tiempo el hombre estuvo encantado; pero llegó un día cuando fue al rey y le suplicó que le quitara todo lo que le había dado, porque se había introducido en su vida una antes desconocida ansiedad de perder todo lo que tenía.
(v) El amor al dinero es fácil que conduzca a una persona a malas maneras de conseguirlo; y por tanto, al final acabe en dolor y remordimiento. Eso es cierto incluso físicamente. Puede forzar su cuerpo tanto en su pasión por obtener que arruina su salud. Puede que descubra demasiado tarde el daño que ha causado a otros su deseo y se vea abrumado de remordimientos.
El tratar de ser independiente y de proveer prudentemente para el futuro es un deber cristiano; pero el hacer del amor al dinero el motor de la vida no puede ser más que el más peligroso de los pecados.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
Pro 23:4; Pro 28:22.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
REFERENCIAS CRUZADAS
w 259 Mat 13:22; Stg 5:1
x 260 Pro 20:21; Col 3:5; Tit 1:7
y 261 Pro 28:20; Pro 28:22
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
9 super (1) Tener un fuerte deseo de ser rico. Es el amor a las riquezas, y no la posesión de las mismas, lo que lleva a los avaros a la tentación. Algunos ya son ricos; otros desean serlo. Este deseo maligno los arruina y los destruye.
9 super (2) Deseos lascivos, lujurias.
9 super (3) O, ahogan, sumergen.
9 super (4) Destrucción implica ruina, y la ruina implica perdición temporal y eterna.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
O, destrucción