Todos los que están bajo el yugo de la esclavitud tengan a sus propios amos como dignos de toda honra, para que no sea desacreditado el nombre de Dios, ni la doctrina.
6:1 — El evangelio es para todo hombre. 6:1,2 se dirige a los esclavos que habían obedecido al evangelio. Aunque el evangelio no regula las instituciones sociales, sí regula la conducta de las personas halladas en ellas. — Todos los que están bajo el yugo de esclavitud — Literalmente dice el texto griego: «Cuantos están bajo yugo esclavos». Nótense las Ver. 1977 y B.A.. Dicen: «Todos los que están bajo el yugo como esclavos». La frase «bajo el yugo» indica que estos esclavos estaban completamente dominados.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
bajo el yugo de esclavitud. Deu 28:48; Isa 47:6; Isa 58:6; Mat 11:9, Mat 11:30; Hch 15:10; 1Co 7:21, 1Co 7:22; Gál 5:1.
tengan a sus amos. Gén 16:9; Gén 24:2, Gén 24:12, Gén 24:27, Gén 24:35; 2Re 5:2, 2Re 5:3, 2Re 5:13; Mal 1:6; Hch 10:7, Hch 10:22; Efe 6:5-8; Col 3:22-25; Tit 2:9; 1Pe 2:17-20.
no sea blasfemado el nombre del Señor. 1Ti 5:14; Gén 13:7, Gén 13:8; 2Sa 12:14; Neh 9:5; Isa 52:5; Eze 36:20, Eze 36:23; Luc 17:1; Rom 2:24; 1Co 10:32; Tit 2:5, Tit 2:8, Tit 2:10; 1Pe 2:12; 1Pe 3:16.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El deber de los siervos, 1Ti 6:1, 1Ti 6:2.
No tener comunión con maestros novedosos, 1Ti 6:3-5.
La piedad es gran ganancia, 1Ti 6:6-9;
y el amor al dinero la raiz de todos los males, 1Ti 6:10.
De lo que Timoteo debe huir y lo que debe seguir, 1Ti 6:11-16.
Como amonestar al rico, 1Ti 6:17-19.
Mantener la pureza de la verdadera doctrina y evitar las pláticas profanas, 1Ti 6:20, 1Ti 6:21.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Todos los que están bajo el yugo de esclavitud se refiere a los creyentes que son esclavos. Los esclavos creyentes deben tener a sus amos por dignos de todo honor o respeto. La vida y las acciones de un esclavo cristiano debían representar la fe cristiana y a Cristo mismo. De la misma manera nosotros debemos observar como actuamos. Esto es extremadamente importante, porque nuestras acciones testifican acerca de la realidad del poder de Cristo en nuestra vida.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
BAJO EL YUGO DE ESCLAVITUD. Véase Col 3:22, nota.
Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena
Los siervos, 6:1-2.
I Los siervos que están bajo el yugo de la servidumbre, tengan a sus amos por acreedores a todo honor, para que no sea deshonrado el nombre de Dios ni su doctrina. 2 Los que tengan amos fieles no los desprecien por ser hermanos; antes sírvanles mejor, porque son fieles y amados los que reciben sus servicios. Esto es lo que debes enseñar e inculcar.
Este tema de los siervos lo ha tocado ya San Pablo en varias ocasiones (cf. 1Co 7:21-23; Efe 6:5-9; Col 3:22-4:1). Aquí insiste en la idea de que los siervos deben cumplir fielmente sus deberes para con los amos, sean éstos paganos (v.1) o cristianos (v.2).
La razón alegada, al referirse a los amos paganos, es clara: “para que no sea deshonrado el nombre de Dios ni su doctrina.” Es decir, para que la mala conducta de los siervos cristianos no sea ocasión de que sufra daño ante los infieles el honor de Dios y de la religión cristiana. No es ya tan clara la razón alegada al referirse a los amos cristianos: “por cuanto son fieles y amados los que reciben el beneficio” (oí τηβ ευεργεσίας αντιλαμβανόμενοι ). Probablemente el Apóstol se refiere a que el hecho de que los amos sean cristianos, y, por tanto, “hermanos” en Cristo de sus siervos, no debe ser motivo para que éstos les tengan menos respeto que si fuesen paganos; al contrario, precisamente por ser cristianos y amados de Dios los que reciben “el beneficio” (= buenos servicios que prestan los siervos), deben esforzarse por servirles mejor. De la conducta de los amos para con los siervos, es decir, del otro aspecto de la cuestión, aquí no habla San Pablo.
Nueva puesta en guardia contra los falsos doctores, 6:3-19.
3 Si alguno enseña de otra manera y no presta atención a las saludables palabras de nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que se ajusta a la piedad, 4 es un orgulloso que nada sabe, que desvaría en disputas y vanidades, de donde nacen envidias, contiendas, blasfemias, suspicacias, 5 porfías de hombres de inteligencia corrompida y privados de la verdad, que tienen la piedad por materia de lucro. 6 Es, sí, gran lucro la piedad para el que se contente con lo que basta. 7 Nada trajimos al mundo y nada podemos llevarnos de él. 8 En teniendo con qué alimentarnos y con qué cubrirnos, estemos con eso contentos. 9 Los que quieren enriquecerse caen en tentaciones, en lazos y en muchas codicias locas y perniciosas, que hunden a los hombres en la perdición y en la ruina, 10 porque la raíz de todos los males es la avaricia, y muchos, por dejarse llevar de ella, se extravían en la fe y a sí mismos se atormentan con muchos dolores. 11 Pero tú, hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, la caridad, la paciencia, la mansedumbre. 12 Combate los buenos combates de la fe, asegúrate la vida eterna, para la cual fuiste llamado y de la cual hiciste bella profesión de fe delante de muchos testigos. 13 Te mando ante Dios, que da vida a todas las cosas, y ante Cristo Jesús, que hizo su bella confesión en presencia de Poncio Pilato, 14 que te conserves sin tacha ni culpa en el mandato hasta la manifestación de nuestro Señor Jesucristo, 15 a quien hará aparecer a su tiempo el bienaventurado y solo Monarca, Rey de reyes y Señor de los señores, ló el único inmortal, que habita una luz inaccesible, a quien ningún hombre vio ni puede ver, al cual el honor y el imperio eterno. Amén. 17 A los ricos de este mundo encárgales que no sean altivos ni pongan su confianza en la incertidumbre de las riquezas, sino en Dios, que abundantemente nos provee de todo, para que lo disfrutemos, 18 practicando el bien, enriqueciéndose de buenas obras, siendo liberales y dadivosos 19 y atesorando para lo futuro con que alcanzar la verdadera vida.
Vuelve San Pablo a tocar el tema de los falsos doctores, de que ya anteriormente (cf. 1:3-4; 41-3)·Hace hincapié en que están labrando su propia ruina con ociosas disputas y especulaciones, cíe que surgen gran cantidad de males, convirtiendo la religión en materia de lucro (v.3-5; cf. 1Te 2:5; Tit 1:11).
Las expresiones “saludables palabras., doctrina., piedad” (v.3) son características de las Pastorales (cf. 1:10; 4:7-8), y están refiriéndose al mensaje cristiano (cf. 1Co 1:18; 1Te 1:2; 2Te 3:1).
Para contrarrestar su acción, el Apóstol hace resaltar la necesidad de proceder con espíritu desinteresado, evitando la avaricia, “raíz” de todos los males, por cuanto ese apego al dinero ahoga en el alma cualquier anhelo de cosas más altas (v.6-10). Las ideas sobre los bienes terrenos aquí expuestas por San Pablo son recordadas frecuentemente en la Biblia (cf. Job 1:21; Ecl 5:14; Sal 49:18; Luc 12:15), e incluso eran frecuentes en el mundo intelectual grecorromano de entonces, particularmente entre los estoicos. Entre éstos era muy ensalzada la virtud de la “autarquía,” término que también usa Pablo (cf. 2Co 9:8; Flp 4:11), designando aquella disposición de ánimo que hace sepamos contentarnos con lo que tenemos, sea una u otra nuestra situación.
En los v.1 1-16 se dirige en forma directa a Timoteo, exhortándole a una vida santa y valiente (v.11-12), teniendo ante la vista el ejemplo de Cristo (v.13), y pensando en la gloria que nos espera (v.14-ió). Listas de virtudes, semejantes a la que aquí presenta a Timoteo, encontramos también en otros lugares (cf. 2Ti 2:22; Tit 2:2; Gal 5:22; 1Te 1:3). No es claro a qué circunstancia de la vida de Timoteo se aluda en el v.12 al recordarle el Apóstol su “bella profesión de fe delante de muchos testigos.” Es probable que sea una alusión a la confesión fundamental cristiana hecha en el bautismo, proclamando que Jesús es Señor (cf. Hec 8:37; Rom 10:9), con que el ser humano responde a la llamada de Dios y entra a participar de la vida divina en Cristo (cf. Rom 1:6; 1Co 1:24-26; Efe 1:18; 2 Tes i,n). Por lo demás, también es posible que esa profesión de fe se repitiera solemnemente en la ordenación sacerdotal-episcopal, que Timoteo ciertamente tenía (cf. 4:14). Tipo de esta profesión de fe cristiana es la que hizo Jesucristo ante Pilato, proclamando su realeza mesiánica y su oficio de revelador de la Verdad (v.13; cf. Jua 18:36-37). Las frases de la doxología (v. 15-16) son de gran majestad literaria, y es posible que sean cita de alguna composición litúrgica primitiva (cf. 1:17; 3:16). Las expresiones están profundamente enraizadas en el Antiguo Testamento, y nada se opone a que pueda ser un himno de origen judío, como suponen algunos autores, adaptado luego por los cristianos.
Con un nuevo toque de alerta sobre las riquezas termina San Pablo esta narración: (v.17-19).
Epílogo: “¡Guarda el depósito!” 6:20-21.
20 ¡Oh Timoteo!, guarda el depósito a ti confiado, evitando las vanidades impías y las contradicciones de la falsa ciencia, 21 que algunos profesan extraviándose de la fe.
La gracia sea con vosotros.
Breve conclusión de la carta y también resumen de sus principales ideas. Pablo supone que la Iglesia está ya constituida. A Timoteo, y lo mismo vale para los demás ministros del Evangelio, toca guardar “el depósito” (παρα ήκην ), luchando para que falsos predicadores no lo alteren. El término “depósito” no puede ser más expresivo: algo recibido de otros y destinado a ser fielmente transmitido a otros. Tal es, y ha sido siempre, la divisa de la tradición católica. Esta “tradición” (cf. 1Co 11:23; 1Co 15:1-3; Gal 1:9; 2Te 2:15) tiene su punto de partida en Cristo, culminación de la revelación divina (cf. Heb 1:1-3). Lo cual ha de entenderse, más que como referencia al conjunto de verdades y doctrinas que El enseñó, como referencia al conjunto todo de su persona y de su obra, tal como fue interpretada por los Apóstoles, bajo la luz del Espíritu Santo. Pablo mismo se halla dentro de esta corriente de tradición 356.
La bendición final, augurando “la gracia” sobre los destinatarios, es particularmente breve y va dirigida a toda la comunidad, lo que da a entender que la carta, no obstante estar dirigida a Timoteo, es de carácter público.
339 Cf. Hist. eccl 3:4. – 340 L. Gerfaux, art. gnose: Dict. Bibl.-SuppL, col. 659-701. – 341 Cf. J. Daniélou, La communauté de Qumran et l’organization de l’église ancienne: La Bible et l’Orient (París 1955) p.noss; J. colson, Les fonctions ecclésiales aux deux pre-miers siecles (París 1956); P. benoit, Les origines de l’épiscopat dans le N.T.: Exégese et théologie, II, (París 1961) p.23? 46; J. Dauvil Ier, Les temps apostoliques. i.er siécle: Hist. du Droit et des Institutions de l’église en Occident, II (París 1970); A. Lemaire, Les minis-téres aux orí gines de l’église (París 1971); A. Descamps, Aux origines du ministére. La pen-sée de Jesús: Rev. theol. de Louv. 2 (1971) 3-45 y (1972) 121-159. – 342 Sobre el uso de estos títulos: apóstoles-profetas-doctores-evangelistas, cf. L. Turrado, Carisma y ministerio en San Pablo: Salmant. 19 (1972) 336-340. Es de notar que en las Pastorales no aparecen estos títulos, sino de modo muy indirecto (cf. 1Ti 1:3; 1Ti 2:7; 2 Tim 11; 1Ti 4:5); quizás se deba a que esas categorías ministeriales comenzaban ya a desaparecer. Además, tengamos en cuenta que en gran parte esas funciones son las asignadas a Tito y Timoteo, posiblemente incluidas terminológicamente en alguna o varias de dichas categorías. – 343 Cf. Ign. Ant., Eph. 6:1; Magn. 2; 6:1; Trall 1:1; Philard. 4. – 344 Cf. A. Javierre, Orientación en la doctrina clasica sobre la sucesión apostólica: Concil. (1968), II, p.18-30. – 345 Gf. Vatic. II, Const. Lumen gentium, n.° 20. – 346 Creemos muy acertado lo que escribe S. Dix: “Es evidente que el episcopado, tal como es conocido en el siglo n, es un ministerio de origen complejo, cuyas funciones derivan de más de una fuente del primer siglo, y el apostolado es una de ellas. Tito en Creta y Timoteo en Asia Menor, llámense apóstoles ρ no, realizan ciertas funciones específicamente apostólicas. Su autoridad cuasi-monárquica, lo mismo que el territorio delimitado en el cual ellos la ejercen, anuncian ya al obispo del siglo u” (G. Dix, Le ministére dans l’Eglise ancienne [París 1955] p.20 y 73). – 347 Si Pablo habla de “reyes” en plural, ello no significa que suponga reinando entonces en Roma varios emperadores asociados; pues, más que de personas concretas, habla de categorías. Además, el término “reyes” puede también designar otros personajes fuera del emperador; v.gr., todos aquellos monarcas que, estando sujetos al emperador, ejercían un poder real en las provincias. – 348.Cf. J. Murphy O’connor, La “verité” chez S. Paul et Qumran: Rev. Bibl. 72 (1965) 29-76. – 349 La frase paulina “Dios quiere que todos los hombres se salven” (v.4) es el texto, como con razón se ha escrito, más claramente anticalvinista de todo el Nuevo Testamento. A nadie absolutamente se excluye, sin que haya lugar para esa predestinación al infierno, anteriormente a la previsión de los deméritos, de que hablaba Calvino. – 350 El término que hemos traducido por “rescate” es en griego άντίλυτρον , y sólo se encuentra en este pasaje del Nuevo Testamento. La idea es prácticamente la misma que la de “redención” (άπολτύρωσιβ ), y ya la explicamos ampliamente al comentar Rom 3:24. – 351 Cf. Tertul., De orat. 14 y 17. – 352 Comentando este pasaje, dice San Juan Crisóstomo: “Ella (la mujer) enseñó una vez al hombre, y todo se perdió. Por esto Dios la sujetó, porque había usado mal de su autoridad, o por mejor decir, de su igualdad” (Hom. 9:1: PG 62:542). – 353 El texto griego no tiene “permaneciere,” en singular (v. 15), sino “permanecieren” (μεί -νωσιν ), por lo que algunos autores ponen como sujeto a los “hijos,” de cuya conducta dependería la salvación de la madre. Sin embargo, no parece probable esa interpretación, condicionando la salvación de la madre a la perseverancia de los hijos. Lo más sencillo es considerar como colectivo el nombre “mujer,” con lo que no ofrece ya dificultad alguna el verbo en plural, – 353* Hay autores, como C. Lattey y S. Lyonnet, que interpretan de modo distinto la frase marido de una sola mujer. Pablo no estaría refiriéndose a las segundas nupcias, sino más bien a que el “obispo,” y lo mismo los “diáconos,” deben vivir castamente en el matrimonio, evitando todo lo que pueda manchar la vida conyugal. De hecho, las otras cualidades exigidas por Pablo al “obispo” no sobrepasan el nivel medio de la moral común, ¿a qué vendría, pues, esa condición que no exige al resto de los fieles? La interpretación tradicional, más que tener en cuenta las condiciones de vida de las comunidades cristianas del siglo i, estaría influenciada por la legislación eclesiástica posterior. Así piensa Lyonnet (cf. S. lyonnet, Uniux uxoris vir: Verb. Dom. 45, 1967, p.3-10). Sin embargo, sigo creyendo más fundada la interpretación tradicional. Si a lo que en realidad apuntaba Pablo era a la infidelidad conyugal o al divorcio ¿por qué no emplea pa labras más claras, como vemos que hace en otras ocasiones al tocar estos temas? Y en cuanto a la legislación eclesiástica, ¿no será más bien al revés, es decir, que la legislación eclesiástica está influenciada por los textos y pensamiento de Pablo? – 354 Seguimos aquí la interpretación más generalizada entre los exegetas. Hay algunos autores, capitaneados por el P. Galtier, que interpretan esa “imposición de manos” del v.22, no con referencia a la ordenación de presbíteros, sino con referencia a la reconciliación de pecadores arrepentidos. A estos pecadores en general, no ya precisamente a los presbíteros’, aludiría San Pablo a partir ya del v.20. Creemos, sin embargo, que está más en conformidad con todo el contexto la interpretación tradicional, pedida también por el paralelismo con 3:10 y 5:9. Además, en el resto de las pastorales, el rito de la “imposición de manos,” que ciertamente puede tener otros sentidos (cf. Mat 19:15; Hec 8:17; Hec 13:3), va siempre ligado al sacramento del orden (cf. 1Ti 4:14; 2Ti 1:6). – 355 Cf. Hipocr., Vet. medie. 13. – 356 Cf. S. Cipriani, La dottrina del “deposifum” nelle lettere pastorali: Stud. Paulin. Congr. Intern. (Roma 1963) p. 127-142.
Fuente: Biblia Comentada
-2 Es posible que los creyentes en Éfeso tuvieran dificultades para mantener una ética bíblica de trabajo en el mundo de la esclavitud, así que estos versículos constituyen la instrucción de Pablo sobre el asunto. En esencia, los esclavos del primer siglo se asemejaban a los sirvientes domésticos del período colonial en Norteamérica. En muchos casos, los esclavos gozaban mejores condiciones de vida que los obreros libres porque sus amos les suministraban casi todo su vestuario, alimentación y vivienda. El sistema de esclavitud sirvió como la estructura económica básica del mundo romano, y la relación entre amos y esclavos podría compararse con la relación entre jefes y empleados en el siglo veinte. Para más información sobre los esclavos, vea la Introducción a Filemón: Contexto histórico.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
los que … esclavitud. Los «siervos» o «esclavos» son personas que están en sumisión a otro. El término no tiene una connotación negativa y con frecuencia es positivo al usarse en conexión con el Señor en su servicio al Padre (Flp 2:7), los creyentes en su servicio a Dios (1Pe 2:16), al Señor (Rom 1:1; Gál 1:10; 2Ti 2:24; Stg 1:1), a los no cristianos (1Co 9:19) y a otros creyentes (Gál 5:13). bajo el yugo. Una expresión coloquial que describe el servicio sumiso bajo la autoridad de otro y no siempre una relación de maltrato (cp. Mat 11:28-30). amos. La palabra griega que se traduce «amo» es la misma que da origen al término «déspota», pero en el original no tiene una connotación negativa. Más bien se refiere a alguien que tiene autoridad absoluta y sin restricciones. todo honor. Esto equivale en el presente a una labor diligente y fiel para beneficio del empleador. Vea las notas sobre Efe 6:5-9; Col 3:22-25. la doctrina. La revelación de Dios resumida en el evangelio. La manera como los creyentes actúan mientras están bajo la autoridad de otro afecta la manera como otras personas ven el mensaje de salvación que los cristianos proclaman (vea las notas sobre Tit 2:5-14). Si despliega una actitud adecuada de sumisión y respeto, y si realiza un trabajo de calidad, cada creyente contribuye a la credibilidad del evangelio (Mat 5:48).
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
6:1 — El evangelio es para todo hombre. 6:1,2 se dirige a los esclavos que habían obedecido al evangelio. Aunque el evangelio no regula las instituciones sociales, sí regula la conducta de las personas halladas en ellas.
— Todos los que están bajo el yugo de esclavitud — Literalmente dice el texto griego: «Cuantos están bajo yugo esclavos». Nótense las Ver. 1977 y B.A.. Dicen: «Todos los que están bajo el yugo como esclavos». La frase «bajo el yugo» indica que estos esclavos estaban completamente dominados.
La palabra «yugo» aquí apunta a la esclavitud, pero en Hch 15:10 y Gál 5:1 se refiere al dominio de la ley de Moisés. Se emplea en Mat 11:29 para referirse a la dirección absoluta de Cristo sobre el cristiano.
— tengan a sus amos — El verbo griego para decir aquí «tengan» en Flp 2:3; Flp 2:6 según nuestra versión se traduce «estimar». La Ver. B.A. dice: «consideren».
En lugar de «a sus amos», el texto griego dice «a sus propios amos», como lo expresan las Ver. ASV., Mod. y 1977. En Tit 2:9 aparece la misma forma griega: «propios amos». Nuestra versión en 1Co 7:7 reconoce que la palabra griega está en el texto, diciendo «propio (don)».
La palabra griega aquí para decir «amo» es despotes (y no kurios, señor). Aparece en Tit 2:9; 1Pe 2:18; 2Pe 2:1. (kurios aparece en Efe 6:8; Col 3:22; Col 4:1). Aquí inserto de mis comentarios en Notas Sobre 2 Pedro, 2:1, sobre la palabra «amo» —
“Jesucristo es el SEñOR . La palabra común para decir ‘Señor’ es kurios. Aquí es despotes (de donde por transliteración viene la palabra ‘déspota’). Esta palabra significa uno con autoridad absoluta y sin restricción. Véase 1Pe 2:18, comentarios. Se emplea en Apo 6:10 con referencia a Cristo. (Hoy en día la palabra por transliteración se usa solamente en sentido malo)». La palabra griega despotes también se aplica a Dios en Luc 2:29; Hch 4:24 (pero en el 4:29 aparece kurios).
En este versículo la referencia probable es a los amos inconversos, como en el ver. 2 es a los amos cristianos. La conducta del esclavo cristiano debe ser igual en los dos casos.
— por dignos de todo honor — Rom 13:7 enseña que se pague a todos lo que se deba. Al que se debe honor, que se le pague honor («al que honra, honra»). Pablo acabó de enseñar sobre el honor debido a la viudas en verdad (5:3) y al anciano que gobierna bien (5:17). Ahora toca el debido honor al amo del esclavo. El esclavo ya convertido en cristiano, en lugar de disminuir su respeto hacia el amo, ahora debe sentir más que nunca su responsabilidad de honrar al amo.
— para que no sea blasfemado el nombre de Dios y la doctrina — Aquí se expresa negativamente un buen propósito. El privilegio de ser cristiano podría ser ahora interpretado por el esclavo como derecho a rebelarse contra el amo, o de sentirse superior al amo no cristiano. Esto causaría blasfemia de parte del amo hacia el Dios y la religión del esclavo cristiano. (Blasfemar quiere decir denigrar, vituperar, maldecir o usar lenguaje abusivo respecto a otro). La palabra en forma de sustantivo aparece en el ver. 4). Compárense Rom 14:16; 1Co 10:30.
La frase «nombre de Dios» no se refiere a ningún modo de llamar al Ser Supremo en particular, sino a la revelación de Sí mismo al hombre.
La doctrina aquí referida es la que Dios ha revelado en el evangelio, la doctrina que hizo cristiano al esclavo. La falta de honor debido de parte del esclavo cristiano hacia su amo causaría que el amo hablara mal de Dios y del evangelio. Véase Tit 2:5; Tit 2:10.
— Notas Adicionales Sobre El Ver. 1 —
1. La Biblia se dirige a toda cuestión en la vida del hombre. Se dirige a la de la esclavitud. Esta carta da un ejemplo del trato cristiano entre amo y esclavo, conforme a pasajes sobre el particular en otras epístolas novotestamentarias (Efe 6:5-9; Colossians 3:22–4:1; 1Ti 6:1-2; Tit 2:9-10; 1Pe 2:18-20). Las Escrituras no abogan por la esclavitud; tampoco promueven la prohibición de ella como cosa inherentemente mala. (Desde luego el robo de personas es malo, porque es malo el robar). En tiempos bíblicos había mucha esclavitud por sujeción voluntaria. Pero el evangelio no aprueba en nada la «desobediencia civil» como es promovida hoy en día para cambiar supuestas o verdaderas injusticias de hombres contra hombres. En los EE.UU. en las últimas décadas se están metiendo muchas iglesias denominacionales, en medida exagerada, en la política, usando el púlpito para promover alborotos y demostraciones públicas. Se están volviendo candidatos políticos muchos «reverendos» con el fin de combatir injusticias sociales. Estos son modernistas, que han dejado por completo el respeto que antes tenían hacia las Sagradas Escrituras. La solución del problema, como está propuesta aquí en esta carta a Filemón, no les atrae en nada. Para ellos, ¡mejor es la solución según la sabiduría humana!
En Cristo delante de Dios toda persona es igual (Gál 3:28). En la vida social, muchas veces hay distinciones, clases y rangos, aunque en un sentido toda persona es esclava (Rom 6:16-18; es cuestión de ¡cambiar de amos!). Llegar el esclavo a ser cristiano no le obligaba a buscar la libertad civil (1Co 7:17-24), como tampoco los esposos cristianos ya debían dejar a sus esposos inconversos (ver. 12-16). La Ley de Cristo no sirve de ocasión ni de justificación para sublevaciones y disturbios sociales. El evangelio no obliga al esclavo a llegar a ser libre, ni al gentil a circuncidarse, ni al judío a dejar de ser circuncidado. No sirve de promoción de una supuesta «utopía» en este mundo, sino para salvar al pecador y prepararle para la vida eterna. Para el mundano, la esclavitud significa ser propiedad de otro; pero delante de Dios lo que importa eternamente no es estar socialmente libre, sino ser heredero de la vida eterna por medio de la conversión a Cristo.
El evangelio es el único poder para hacer cambios deseables permanentes, porque cambia el corazón del hombre. La legislación humana puede modificar y hasta cierto grado limitar las injusticias del hombre, pero el papel del gobierno es principalmente castigar a malhechores (Rom 13:1-7). Cristo y Sus apóstoles, y los demás discípulos no promovieron demostraciones y desfiles públicos ante sedes de gobiernos para procurar quitar injusticias sociales o para establecer justicias. El evangelio cambia el corazón del hombre, y luego con conciencia según la mente de Cristo, ese hombre legisla y gobierna con moralidad y justicia. (Tomado de Notas Sobre Filemón, Introducción III).
2. Considérese la influencia para bien de la muchacha esclava, y de los siervos de Naamán (2Re 5:1-27). Por ellos Naamán logró la sanidad de su lepra.
3. Todo servicio hecho por el cristiano es hecho para el Señor (Col 3:22-24; Efe 6:6-7; Mat 25:40). Por eso no importan las circunstancias de vida en que el servicio tenga que hacerse.
Fuente: Notas Reeves-Partain
CÓMO SER ESCLAVO Y CRISTIANO
1 Timoteo 6:1-2
Que todos los que se encuentran sometidos al yugo de la esclavitud consideren a sus amos dignos de todo respeto para que nadie tenga ocasión de hablar mal del nombre de Dios y de la enseñanza cristiana. Si tienen amos que son creyentes, que no traten de aprovecharse de ellos porque son hermanos, sino más bien que les presten mejor servicio, porque los que tienen derecho a ese servicio son creyentes y amados.
Por debajo de la superficie de este pasaje hay ciertos principios cristianos supremamente importantes para la vida y el trabajo diarios.
El esclavo cristiano se encontraba en una situación especialmente difícil. Si era esclavo de un amo pagano, podría fácilmente dejar bien claro que consideraba a su amo abocado a la perdición y a sí mismo como heredero de la salvación. Su cristianismo le podría producir un sentimiento de superioridad intolerante que crearía una situación imposible. Por otra parte, si su amo era cristiano, el esclavo podría estar tentado a sacar ventajas de la relación usándola como una excusa para producir un trabajo ineficaz con la esperanza de librarse del castigo. Podría ser que creyera que el hecho de que los dos, él y su amo, eran cristianos le permitía esperar una consideración especial. Ahí había un verdadero problema. Debemos fijarnos en dos cosas generales.
(i) En aquellos días la Iglesia no surgió como el posible destructor de la esclavitud por medios violentos y rápidos. Y fue sabia. Había algo así como 60 millones de esclavos en el Imperio Romano. Simplemente por su número se los consideraba siempre como enemigos en potencia. Si se producía alguna vez una revuelta de esclavos, se la liquidaba por la fuerza bruta, porque el Imperio Romano no se podía permitir consentir que los esclavos se rebelaran. Si un esclavo se escapaba y le cogían, o bien le ejecutaban o le marcaban en la frente con un hierro candente una letra F, que representaba la palabra fugitivus, que quiere decir escapado. Había hasta una ley romana que estipulaba que si un amo era asesinado todos sus esclavos podían ser interrogados bajo tortura, y hasta se los podía matar a todos como a un solo cuerpo. E. K. Simpson escribe sabiamente: «Una campaña espiritual del Cristianismo habría sido fatalmente comprometida por inflamar el rescoldo de la lucha de clases o por ofrecer un refugio en su seno a esclavos fugitivos.»
Para la Iglesia el haber animado a los esclavos a rebelarse contra sus amos habría sido fatal. Habría provocado sencillamente una guerra civil, un asesinato en masa, y su propio descrédito. Lo que sucedió fue que en el transcurso de los siglos el Cristianismo penetró de tal manera en la civilización que al final los esclavos fueron libertados voluntariamente y no por la fuerza. Aquí tenemos una lección tremenda. Es la prueba de que ni los hombres ni el mundo ni la sociedad se pueden reformar por la fuerza ni por decreto. La reforma debe venir por medio de una lenta penetración del espíritu de Cristo en la situación humana. Las cosas tienen que suceder en el tiempo de Dios, no en el nuestro. A fin de cuentas el camino lento es el único seguro, y el camino de la violencia siempre se derrota a sí mismo.
(ii) Aquí encontramos la verdad adicional de que «la igualdad espiritual no borra las diferencias civiles.» Es un peligro constante el que una persona pueda mirar inconscientemente su cristianismo como una disculpa para la flojera y la ineficacia. Porque él y su jefe son ambos cristianos, puede esperar que le trate con una consideración especial. Pero el hecho de que tanto el jefe como el hombre sean cristianos no exime al empleado de cumplir con su trabajo diario y ganarse su salario. El cristiano no está menos obligado a someterse a la disciplina de la vida y a ganarse el sueldo que cualquier otro ciudadano.
(iii) ¿Cuál es entonces el deber del esclavo cristiano según las Pastorales? Es el ser un buen esclavo. Si no lo es, si es perezoso y descuidado, si es desobediente y insolente, sencillamente provee al mundo de municiones para criticar la Iglesia. El obrero cristiano debe recomendar su Cristianismo siendo mejor obrero que los otros. En particular, su trabajo tiene que ser hecho en un espíritu nuevo. Ya no pensará en sí mismo como obligado a trabajar contra su voluntad; considerará que está prestándole un servicio a su jefe, a Dios y a sus semejantes. Su objetivo será, no a hacer lo menos que le obliguen a uno, sino lo más que se pueda, voluntariamente.
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
CAPÍTULO 6
5. Los ESCLAVOS (6/01-02).
Pablo concluye sus instrucciones sobre la recta gestión de los cargos con breves palabras sobre los esclavos. Junto a las viudas (5,3-16), ellos son los más pobres de la comunidad cristiana, y es significativo el hecho de que el Apóstol dé instrucciones concretas sobre ellos a su representante. Sabemos por los escritos del Nuevo Testamento que la solicitud por los esclavos, muy numerosos entonces, tenía un importante lugar en las primeras comunidades cristianas78.
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78.Cf. Efe 6:5-8; Col 3:22-25; 1Pe 2:18-25; 1Co 7:21 s; Tit 2:9 s.
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1 Los que están sometidos al yugo de la esclavitud deben considerar a sus amos dignos de todo respeto, para que no se desacrediten el nombre de Dios y nuestra doctrina.
El Apóstol está al corriente de la triste suerte de los esclavos y llama a su existencia «estar sometido al yugo». Igual que un animal de carga está bajo el yugo y debe arrastrar a la fuerza su pesada carga, estos hombres están oprimidos por su esclavitud y arrastran, como esclavos, la pesada carga de su vida. Están privados del poder de decidir libremente y sometidos siempre a la voluntad de su señor. De ahí deriva para el esclavo cristiano una tarea especialmente difícil. Si el señor es un pagano, el esclavo cristiano, a pesar de ser liberto en Cristo (1Co 7:22), a pesar de ser plenamente consciente de su alta dignidad como cristiano, no puede rebelarse contra su señor. No puede rehusarle el respeto. Pablo ve el gran peligro que amenaza al cristianismo naciente si no se hace así. El pagano hablaría despectivamente de Dios y de la doctrina cristiana, haría a la fe cristiana responsable de la rebeldía del esclavo e injuriaría a esta fe. El pagano juzga la fe cristiana por la vida de los cristianos. El cristiano esclavo debe dar testimonio de la buena nueva del cristianismo con su conducta respetuosa, con su fidelidad y con el cumplimiento concienzudo de su deber. Una vida cristiana auténtica, que brota de una fe sincera y auténtica y que sirve a los demás hombres cumpliendo fielmente sus obligaciones, es siempre la mejor defensa del cristianismo.
2 Los que tengan amos creyentes, no deben tenerlos en menos porque son sus hermanos; todo lo contrario, ejerzan su esclavitud precisamente porque los que se benefician de sus servicios son creyentes y hermanos queridos. Así deben ser tus enseñanzas y exhortaciones.
Pablo considera aún otro caso: que el señor del esclavo cristiano sea un cristiano. Entonces, el hecho de que el esclavo y el señor ocupen la misma posición ante Dios no debe ser motivo para que el esclavo tenga en menos a su señor. No puede confundir la igualdad religiosa con la social, pues aunque ante Dios él y su señor cristiano estén a la misma altura, no asciende por eso sólo en el escalafón social. Mas bien, debe poner doble celo en su servicio, porque ambos son hermanos en Cristo, porque el amor de Dios les abarca a ambos, esclavo y señor, de igual forma. Es claro que también el señor cristiano tiene obligaciones especiales frente a su esclavo cristiano: mostrarle el amor fraterno y tratarle bien. En pleno acuerdo con otros pasajes del Nuevo Testamento, Pablo no anula la relación jurídica entonces existente entre señor y esclavo79; no intenta ninguna reforma social. Pero prepara desde dentro, con la predicación de la fe cristiana y del amor auténtico, una reforma del orden social que conducirá, finalmente, a la liberación de los esclavos. Donde reinan la fe cristiana y el auténtico amor cristiano está asegurada la libertad de los individuos, el hombre está realmente libre de la esclavitud.
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79.Cf. Col 3:22-25; Efe 6:5-8; 1Pe 2:18-25; Tit 2:9 s; Flm.
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Parte quinta
VUELVE A TRATAR DE LOS FALSOS MAESTROS 6,3-19
Pablo, al final de su carta, advierte por tercera vez del extravío de los falsos maestros (6,3-10). Insta a Timoteo a permanecer firme en la fe, a vivir sin mancha y a servir fielmente (6,11-16). Por último, exhorta a los ricos a usar bien de su haber (6,17-19).
1. SOBERBIA Y AMBICIÓN DE LOS FALSOS MAESTROS (6/03-10).
Por tercera vez, el Apóstol previene contra los falsos maestros (cf. 1,3-20; 4,1-11). Debieron haber constituido una seria amenaza para la comunidad cristiana. La imagen que aquí da de ellos es muy obscura: usa varias veces las mismas ideas, e incluso a menudo las mismas expresiones, que ha usado ya en sus advertencias anteriores (cf. 1,3.7.10).
3 Los que propagan otras enseñanzas y no prestan atención a las saludables palabras de nuestro señor Jesucristo, y a la doctrina conforme con la piedad…
La razón más profunda de que estos hombres se distingan y separen de la comunidad está en el hecho de que no se atienen a las saludables palabras de nuestro Señor Jesucristo. Han abandonado la revelación del Señor. Sólo ella es saludable, porque está libre de todo germen de enfermedad espiritual y moral, y puede, por tanto, conservar a los hombres interiormente sanos. También se han separado esos hombres de la «doctrina conforme con la piedad», de la doctrina de la Iglesia. Conscientemente pone el Apóstol la doctrina de la Iglesia junto a las palabras del Señor. La doctrina de la Iglesia no difiere de la doctrina del Señor, porque éste, una vez en su gloria, permanece con su Iglesia todos los días, hasta el fin del mundo (Mat 28:20). Le ha enviado el Espíritu Santo, para que le enseñe y recuerde todo lo que el Señor ha dicho (Jua 14:26). Separarse de la doctrina de Cristo, separarse de la doctrina de la Iglesia, conduce siempre a error y a doctrina falsa. Sólo la fe inquebrantable en la palabra del Señor, tal como la enseña la Iglesia, sólo la firmeza en ella, pueden preservar del extravío y del error.
4a …son gente fatua que no saben nada, sino que se dedican morbosamente a disquisiciones y juegos de palabras…
Esta desviación de la revelación de Cristo y de la doctrina de la Iglesia no descansa en una inteligencia más elevada de la verdad revelada, sino en envanecimiento y fatuidad, en presunción orgullosa. El afán de los falsos maestros de lucirse con sutilezas y agudezas es signo de corrupción y enfermedad interna. Los falsos maestros apelan continuamente a su visión más elevada, a su sabiduría más excelente. Pero no hay ninguna visión humana ni ninguna sabiduría humana que aventaje a las palabras de Jesús, a la doctrina de la Iglesia, porque ellas son la verdad única de Dios.
4b…que a su vez dan lugar a envidia, riñas, insultos, falsas suposiciones, 5 y altercados propios de gentes de inteligencia atrofiada, desprovistas de la verdad, que tienen la piedad por un medio de lucro.
A esta actitud orgullosa se deben también las malas consecuencias, los malos frutos que brotan de ese suelo y de esa semilla. Se destruye el amor fraterno cristiano y la comunidad de los fieles se desgarra. Brota la envidia hacia aquel que en las discusiones se muestra elocuente y bien dotado, que está más alto en la estimación de la multitud. La contienda se alimenta continuamente con nuevas sutilezas. Cuando faltan bases razonables se echa mano de injurias y sospechas. La disensión y la intranquilidad cunden, así se destruye la comunión del amor, que «no busca lo suyo, todo lo cree, todo lo espera, todo lo sufre» (cf. 1Co 13:7), por obra de aquellos cuya mente está ofuscada por la supravaloración de sí mismos y por el orgullo.
Tal actitud tiene necesariamente como consecuencia la pérdida de la verdad eterna de Dios. Con especial severidad señaIa el Apóstol que los falsos maestros hacen de la piedad un medio de lucro, transforman la religión en un negocio. Probablemente se hacían pagar caras las visiones, aparentemente elevadas, que desplegaban ante los oyentes en las asambleas y en la instrucción, y sacaban así los cuartos a sus seguidores. O aprovechaban la afluencia de oyentes a sus asambleas y la impresión que producían su vida piadosa y su predicación, para enriquecerse ellos.
6 Sí, un excelente medio de lucro es la piedad, pero con la condición de que cada cual se contente con lo que tiene. 7 Porque, al venir a este mundo, no trajimos nada con nosotros, y nada podremos sacar de él. 8 Así que, teniendo alimento y casa, con esto nos contentaremos.
Frente a esta inversión de valores pone Pablo la posición cristiana. Ya antes había dicho: «La piedad es útil para todo, ya que trae consigo la promesa de una vida aquí y en el más allá» (1Co 4:8). A ella le ha sido prometida la «vida» aquí, en este mundo, la vida verdadera, eterna, ya aquí, en la tierra, pero sobre todo para la eternidad. La religión aporta una buena ganancia para el tiempo y para la eternidad. Pero debe ir unida a la sobriedad cristiana, debe estar libre de ambición económica y contentarse con lo que Dios nos ha dado. Para valorar y explicar la posesión de bienes terrenos, enuncia Pablo una idea que ya está contenida en el Antiguo Testamento80 y en otros lugares del Nuevo81, y que estaba también muy extendida en la filosofía de la época: desnudos y sin nada entramos los hombres a este mundo y desnudos y sin nada lo abandonamos, sin llevar con nosotros nada de lo que aquí poseíamos. Los bienes terrenos tienen valor sólo para el corto espacio que dura la vida en la tierra. Por eso el hombre posee ya bastantes bienes si tiene con qué alimentarse y con qué vestirse. Pero si amontona riquezas y quiere así, sentirse seguro, Dios le dice: «¡Insensato! Esta misma noche se te va a reclamar tu alma; y todo lo que has acaparado, ¿para quién va a ser?» (Luc 12:20).
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80. Job 1:21.
81. Cf. Luc 12:16-21.
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9 Los que quieren enriquecerse caen, por ello mismo, en la tentación, en el lazo, en múltiples afanes locos y nocivos, que hunden a los hombres en la ruina y en la perdición. 10 Porque la raíz de todos los males es la codicia y, por haberse entregado a ella, muchos se alejaron de la fe y atormentaron su alma con incontables sufrimientos.
Su rica experiencia ha hecho a Pablo tener un conocimiento demasiado exacto de la codicia. Por eso condena a aquellos hombres que, obsesionados por el deseo de riquezas, se entregan a ellas sin tasa. Ese deseo de adquirir y amontonar posesiones, esa sed de dinero, tiene funestas consecuencias para los hombres y los precipita, finalmente, a la perdición eterna. Esa codicia hace al hombre capaz de todo. Lo rebaja, convirtiéndolo en esclavo de su pasión y lo lleva a la ruina temporal y eterna de su alma. Pablo ha pasado por la experiencia de ver que también algunos cristianos, aprisionados por la codicia del mundo, se han alejado de Cristo y han desertado de la fe. Por culpa de sus bienes terrenos sufren ahora terribles tormentos de conciencia. Para los cristianos no hay más que una decisión clara: «No podéis servir a Dios y a Mamón» (Mat 6:24). Por eso es imposible compaginar la codicia con la fe y la piedad cristiana.
2. EXHORTACIÓN A LUCHAR EN EL BUEN COMBATE (6/11-16).
11 Pero tú, hombre de Dios, huye de todo esto, y busca la justicia, la piedad, la fe, la caridad, la paciencia y la mansedumbre.
El Apóstol se dirige a Timoteo como hombre de Dios, no sólo porque, como cristiano, es siervo de Dios y está, por tanto, al lado de Dios, sino porque, como los profetas del Antiguo Testamento82, mantiene una relación especialmente estrecha con Dios, a quien por su vocación y por su cargo ha consagrado toda su vida. No puede servir a dos señores y por eso debe huir del vicio de este mundo: la codicia. Como en una competición, debe tender a otra meta, a aquellas virtudes que ordenan y regulan su relación con Dios («piedad») y con los demás hombres («justicia»), a las virtudes fundamentales cristianas: la fe, la caridad, la paciencia y mansedumbre, que, con amor dispuesto a perdonar, soportan los pecados y las deficiencias de los hermanos. Esta es, pues, la meta que Timoteo debe alcanzar: la plenitud del hombre interior en todas las virtudes humanas y cristianas.
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82. Cf. 1Re 13:1.4.6s; Deu 33:1; Sal 90(89)1; 2Cr 8:14; Jos 14:6.
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12 Lucha en el buen combate de la fe, conquista la vida eterna, a la que fuiste convocado y cuya profesión hiciste en una hermosa confesión hecha ante muchos testigos.
La verdadera vida cristiana es un glorioso combate, que se lleva adelante con la virtud de la fe83. El premio de este combate es la vida eterna. Dios mismo, en su gran benevolencia, ha llamado a Timoteo a este combate, y Timoteo ha respondido a la llamada, haciendo una hermosa confesión de fe ante muchos testigos. No podemos determinar exactamente cuándo hizo esa profesión de fe. Tal vez fue el día de su bautismo, día en que, ya en los primeros tiempos, se hacía solemnemente una profesión de fe en la que el bautizado profesaba la vida eterna, o tal vez el día de su consagración y constitución en el cargo de presbítero, cuando Timoteo hizo profesión, públicamente, de la doctrina de Cristo 84. Todo cristiano debe responder a la llamada de Dios, haciendo profesión de fe.
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83. Cf. 1Co 9:26 s; Flp 1:30; 1Ti 1:18; 2Ti 2:5.
84. Cf. 4,14; 2Ti 2:2.
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13 Te encargo ante Dios, que da vida a todos los seres, y ante Cristo Jesús, que proclamó su hermosa confesión ante Pilato, 14 que, sin mancha, irreprensible, guardes el mandamiento hasta el advenimiento de nuestro señor Jesucristo.
En forma muy solemne, que suena como un conjuro, Pablo se dirige de nuevo a su representante. Pone como testigos a Dios, el Señor, que como creador y salvador da la vida natural y sobrenatural, y a Jesucristo, que debajo del poder de Poncio Pilato, con su sufrimiento y con su entrega a la muerte de cruz, dio testimonio glorioso de que era el Mesías e Hijo de Dios. Con una vida sin mancha y santa, Timoteo debe guardar el mandamiento, la fe cristiana, hasta la llegada de Jesucristo en el juicio final. La segunda venida de Cristo se describe como advenimiento, como aparición regia, súbita y próxima de Jesús, que sale de su escondite a la luz pública y revela así su reinado eterno. Pablo quiere grabar profundamente en el corazón de su representante aquello que constituye el gran deseo de su corazón: guardar la fe cristiana pura y sin falsificaciones hasta el día del juicio final, a pesar de todas las insidias de los falsos maestros. La primera tarea, y la más importante, de la vida de los cristianos debe ser guardar la fe, viviendo una vida sin mancha en medio de todas las amenazas.
15 Advenimiento que a su debido tiempo mostrará el bienaventurado y único soberano, el rey de los reyes y el señor de los señores, 16 el único poseedor de la inmortalidad, que habita en la región inaccesible de la luz, a quien ningún hombre ha visto ni puede ver: a él honor e imperio eterno. Amén.
Los hombres no sabemos cuándo se producirá este «advenimiento de nuestro señor Jesucristo». Sólo Dios conoce el momento, el «debido tiempo», en que sucederá. Los cristianos debemos esperarlo con plena disponibilidad.
La exhortación del Apóstol termina con una oración gloriosa, íntima, con una alabanza hímnica a Dios. Dios, que tiene la plenitud del poder y que es señor de todo, está por encima de todo lo caduco. El poder de los reyes y de los señores no se le puede comparar, porque, aunque en el culto al emperador se intenta divinizarlo, sigue estando sometido a la caducidad de las cosas de este mundo. Sólo Dios, por la plenitud misma de su esencias posee inmortalidad y vive en la región inaccesible de la luz. Por eso es inalcanzable e inaccesible a todo conocimiento humano, si la gracia de Dios no eleva al hombre a la luz. La oración concluye con una alabanza en la que se ensalza el poder eterno e ilimitado de Dios. También aquí, como sucede tan a menudo en sus cartas, el pensamiento del Apóstol descansa sólo en la adoración a Dios. El corazón del Apóstol está intranquilo hasta que vuelve a encontrar de nuevo su reposo en Dios.
3. BUEN USO DE LA RIQUEZA (6/17-19).
Se podría esperar que nuestra carta terminara con la alabanza de Dios (6,15S). Pero Pablo añade aún un apéndice en el que da a Timoteo algunas instrucciones para los ricos de su comunidad.
17 A los ricos de este mundo recomiéndales que no sean altivos, y que no pongan su esperanza en una cosa tan insegura como la riqueza, sino en Dios, que nos provee de todo espléndidamente y a satisfacción.
El Apóstol acaba de prevenirnos (6,9s) contra el afán apasionado de riquezas. Ahora da instrucciones sobre la forma en que los ricos de la comunidad cristiana, que ha sido confiada a los cuidados pastorales de Timoteo, deben usar rectamente de su riqueza. También la riqueza adquirida de modo moralmente irreprensible puede estar llena de peligros para su posesor. Pablo les advierte que no deben poner su esperanza en «una cosa tan insegura como la riqueza»; les insta a que pongan toda su confianza en Dios. La riqueza y las posesiones no son más que bienes de este mundo, que pasan, que se le quitan al hombre de repente, como Jesús explica claramente en la parábola del insensato rico (Luc 12:16-21). El hombre rico corre el peligro de hacerse orgulloso y soberbio, y de poner toda su confianza en una cosa tan insegura como el poder de las riquezas y las posesiones. El cristiano debe poner toda su esperanza y su confianza en la bondad paterna de Dios, que, en su amor, dará a sus hijos todo lo que necesiten. El cristiano debe tener en cuenta la advertencia del Señor en el sermón de la montaña: «No os afanéis por vuestra vida: qué vais a comer, ni por vuestro cuerpo: cómo lo vais a vestir… que por todas estas cosas se afanan los gentiles; porque bien sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todas ellas» (Mat 6:25.32).
18 Que se dediquen a obras buenas y se enriquezcan con ellas; que sean generosos y dadivosos; 19 y atesoren así un buen capital para el futuro, hasta alcanzar la vida auténtica.
El Apóstol advierte de otro peligro de las riquezas: el rico no debe cerrarse egoístamente a las necesidades de los demás hombres, sino poner en práctica el mandamiento cristiano de amor. La verdadera riqueza del cristiano ha de ser las buenas obras. Si el cristiano obra de acuerdo con estas instrucciones del Apóstol, atesorará, con su amor operante, un «buen capital», un tesoro invisible en el cielo, que le servirá para entrar en la vida eterna, que es la única vida «auténtica». Sólo obrando así será el cristiano «rico ante Dios» (Luc 12:21), amontonará «tesoros en el cielo» (Mat 6:20) y el Padre, «que ve en lo secreto», se lo pagará (Mat 6:4). Debe seguir siendo siempre consciente de que «la auténtica vida», la salvación eterna, es un regalo de la gracia de Dios, que el hombre no puede conseguir por sí mismo, pues todas sus obras de amor son, en último término, obras de Dios, que le infundió en el corazón su propio amor.
CONCLUSIÓN DE LA CARTA 6/20-21
1. ULTIMO AVISO SOBRE LOS FALSOS MAESTROS (Mat 6:20-21a).
20 Timoteo, guarda lo que se te ha confiado, evita las palabras vacías y profanas, y las objeciones de la pretendida ciencia. 21 Algunos que la han profesado se han desviado de la fe.
En estos dos versículos finales resume Pablo de nuevo las dos ideas más importantes de su carta: guardar la fe cristiana y rechazar con energía la falsa doctrina. El Apóstol ha confiado la fe cristiana a su representante como un depósito valioso que hay que guardar con cuidado. Su tarea más importante, la propia de su cargo, es conservarla pura y sin falsificaciones, proteger y transmitir este legado valioso. Este depósito contiene las doctrinas cristianas de fe, que deben ser el hilo conductor de la vida cristiana. Para conservar y proteger este patrimonio de la fe, Timoteo debe evitar la doctrina falsa. Debe limitarse a rechazarla, sin enredarse en discusiones con ella. Esa falsa doctrina no es más que una serie de «palabras vacías y profanas»; pretende el nombre de «ciencia», pero no lo merece, porque se opone a la verdad única, que es la verdad revelada. Con apariencia de profundidad, esta «ciencia oculta» pretende dar a los hombres nuevos conocimientos sobre Dios y sobre el mundo, pero abandona el suelo sólido y seguro de la fe y cae en el error. Su propia experiencia permite a Pablo señalar las funestas consecuencias de esta falsa doctrina: algunos miembros de la comunidad cristiana han seguido ya estas «palabras vacías» y han desertado de la fe cristiana ¡He aquí una severa advertencia para Timoteo y para toda la comunidad!
2. BENDICIÓN (Mat 2:21b).
21b La gracia sea con vosotros.
El saludo final va dirigido a Timoteo y a toda la comunidad, en la que Pablo piensa continuamente al redactar su carta. El Apóstol les desea lo mejor que los cristianos pueden desearse: la gracia, la gracia de Dios, por la que hemos sido salvados, que aparecerá en toda su riqueza en los «siglos venideros» (Cf. Efe 2:5-7).
Fuente: El Nuevo Testamento y su Mensaje
— esclavitud: Ver nota a Efe 6:9 e Introducción a la carta a Filemón.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Efe 6:5-8; Col 3:22-25; Tit 2:9-10; 1Pe 2:18; (ver 1Co 7:21-22; Gál 3:28; Flm 1:10-17).
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Acerca de esclavos y amos
En la temprana historia de la iglesia primitiva hubo muchos cristianos esclavos y algunos cristianos que tenían esclavos en las comunidades, y era esencial que mantuvieran relaciones correctas donde tanto esclavos como amos estuviesen en igualdad dentro del compañerismo cristiano. Por un lado, algunos esclavos cristianos continuaron sirviendo bajo amos no cristianos, y se exigía que estos tratasen a aquellos amos como dignos de toda honra. Como tan a menudo en esta carta, el interés está en mantener tanto el honor del nombre de Dios como el de la doctrina cristiana. En estos tiempos tempranos cualquier acción o actitud que pudiera causar que otros menospreciaran el testimonio de la iglesia tendría que ser evitada.
Era quizás aun más difícil para los esclavos cristianos con amos cristianos mantener el balance correcto, ya que ellos eran también hermanos y hermanas. Pero Pablo sugiere que en tales casos los esclavos deberían dar mejor servicio porque un hermano en Cristo recibiría el beneficio de ello. Por otro lado, era posible que los esclavos mismos también se beneficiarían. Esto no es negar que el sistema debería haber sido desafiado, pero en aquellos días no era inmediatamente práctico cambiarlo.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
6.1, 2 En la cultura de Pablo había una gran brecha social y legal que separaba a los amos de los esclavos. Pero como cristianos, los amos y los esclavos llegaron a ser espiritualmente iguales, hermanos y hermanas en Cristo Jesús (Gal 3:28). Pablo no habló contra la esclavitud, pero dio pautas para los esclavos cristianos y los amos cristianos. Su consejo para la relación amo/esclavo puede ser aplicado a la relación empleador/empleado de hoy en día. Los empleados deben trabajar con ahinco, mostrando respeto por sus empleadores. A su vez, los empleadores deben ser justos (Eph 6:5-9; Col 3:22-25). Nuestro trabajo debe reflejar nuestra fidelidad y amor a Cristo.6.3-5 Pablo le dijo a Timoteo que se apartara de aquellos que predicaban solo para hacer dinero, y de aquellos que se desviaban de las sanas enseñanzas del evangelio y se involucraban en discusiones que causaban disensión en la iglesia. El conocimiento de una persona acerca de detalles en materia teológica no debería convertirse en la base para enseñorearse sobre otros o para hacer dinero. Manténgase alejado de las personas que sólo quieren discutir.6.6 Esta afirmación es la clave para el crecimiento espiritual y la satisfacción personal. Debemos honrar a Dios y centrar nuestros deseos en El («piedad», véase Mat 6:33), y debemos contentarnos con lo que Dios está haciendo en nuestras vidas (véase Phi 4:11-13).6.6-10 A pesar de la abrumadora evidencia en sentido contrario, la mayoría de la gente todavía cree que el dinero trae la felicidad. Gente rica que ansía ser más rica puede ser atrapada en un ciclo sin fin que sólo termina en ruina y destrucción. ¿Cómo puede usted mantenerse alejado del amor al dinero? Pablo nos da algunas instrucciones: (1) Tome conciencia que un día todas las riquezas desaparecerán (6.7, 17); (2) conténtese con lo que tiene (6.8); (3) cuídese con lo que esté pensando hacer para tener más dinero (6.9, 10); (4) ame a la gente más que al dinero (6.11); (5) ame la obra de Dios más que al dinero (6.11); (6) comparta libremente con otros lo que tiene (6.18). (Véase Pro 30:7-9 para más información de cómo evitar el amor al dinero.)6.8 Con frecuencia ayuda distinguir entre necesidades y deseos. Puede que tengamos todo lo que necesitamos para vivir, pero nos volvemos ansiosos y desconformes por lo que simplemente deseamos. Como Pablo, podemos decidir estar contentos sin tener todo lo que deseamos. La única alternativa es ser esclavos de nuestros deseos.6.10 La avaricia conduce a toda clase de maldad: problemas matrimoniales, robo, disputa entre socios. Para gobernar la avaricia debe controlarla en sus raíces. Despójese del deseo de ser rico.6.11, 12 Pablo utiliza verbos activos y enérgicos para describir la vida cristiana: huir, perseguir, pelear, echar mano. Algunos piensan que el Cristianismo es una religión pasiva que prefiere esperar hasta que Dios actúe. Pero debemos tener una fe activa, obedeciendo a Dios con valor y hacer lo que sabemos que es correcto. ¿Es tiempo de que entre en acción? ¡No espere, actúe!6.13 El juicio de Jesús ante Pilato se registra en los Evangelios: Mat 27:11-26; Mar 15:1-15; Luk 23:1-25; Juan 18.28-19.16.6.13-16 Pablo concluye exhortando a Timoteo a que guarde «el mandamiento», refiriéndose a los mandamientos que Cristo ha dado a su iglesia, o quizás a la promesa de Timoteo de servir a Cristo. La propia confesión de fe de Timoteo es comparada a la de Cristo ante Pilato.6.17-19 Efeso era una ciudad opulenta y la iglesia allí probablemente tenía muchos miembros ricos. Pablo aconseja a Timoteo tratar con cualquier problema potencial enseñando que la posesión de riquezas involucra una gran responsabilidad. Los que tienen dinero deben ser generosos, pero no deben ser arrogantes solo porque tienen mucho que dar. Deben tener cuidado en no poner, para su seguridad, su esperanza en el dinero, sino en el Dios viviente. Aun si no tenemos riqueza material, podemos ser ricos en buenas obras. No importa cuán pobres seamos, siempre tenemos algo para compartir con alguien.6.21 El libro de 1 Timoteo provee instrucciones para las iglesias locales, incluyendo normas para la adoración pública y requisitos para los supervisores (ancianos y pastores), diáconos y obreros especiales de la iglesia (viudas). Pablo dice a los líderes de la iglesia que deben corregir doctrinas erróneas y que deben tratar a todos con justicia y amor. La iglesia no ha sido organizada para el beneficio de la organización, sino para que Cristo sea honrado y glorificado en medio de ella. Mientras estudia estas directrices, no pase por alto los aspectos más importantes en la vida de la iglesia: conocer a Dios, trabajar juntos en armonía fraterna y llevar las buenas nuevas de Dios al mundo.
Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir
REFERENCIAS CRUZADAS
a 236 Rom 13:7; Efe 6:5; Col 3:22
b 237 Rom 2:24; Tit 2:5; 1Pe 2:13
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
Dios…no sean blasfemados. A menos que el esclavo cristiano honre a su amo, el amo verá en su insubordinación motivo para rechazar el evangelio.
Fuente: La Biblia de las Américas
1 (1) Difamado, vituperado.
1 (2) Lit., la enseñanza; se refiere a la enseñanza de los apóstoles ( Hch_2:42).
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Los problemas de la relación entre amos y siervos o esclavos se discuten en 1Co 7:21; Efe 6:5-9; Col 3:22-25; Col 4:1; Tit 2:9-10; Flm 1:10-17. Los escritores del NT no se plantean la cuestión de la institución de la esclavitud, sino que tratan de mitigarla mediante mejores actitudes tanto de los amos como de los esclavos. En la iglesia, se reúnen a base de igualdad como miembros de una misma comunidad, aunque pudo haber casos en que los esclavos eran ancianos y, así, en la iglesia estaban sobre sus amos, a quienes servían durante toda la semana.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
(F) Los esclavos (6,1-2). Para la perspectiva general, véase Tit. 2,9-10. 1. para que no se blasfeme el nombre de Dios: Referencia a Is 52,5 tal como se cita en Rom 2,24; el autor ha añadido la expresión «y de la doctrina». 2. Aunque en la experiencia de las pastorales la mayoría de los amos de esclavos eran no cristianos (v. 1), había algunos cristianos más ricos que poseían esclavos (véase el comentario a Tit. 2,9). esto debes enseñar y recomendar: Se retoma el lenguaje de 4,11, y así concluye esta unidad de pensamiento.
40 (VI) Resumen (6,3-16).
(A) La situación de los falsos maestros (6,3-10). Gran parte del lenguaje de esta sección, esp. la acusación de avaricia, son invectivas corrientes sacadas de los ataques lanzados por los filósofos contra sus adversarios. Como en los diálogos platónicos, dichos adversarios suelen ser presentados como «sofistas» que enseñan por dinero y prefieren complacer antes que exponer la verdad. 3. Varias palabras recuerdan 1,3-4. las sanas palabras: Sobre la aplicación de las imágenes de salud/enfermedad -nótese también el v. 4a la enseñanza, véanse Tit. 1,13; 2,1. conforme a la piedad: Véase el comentario a Tit. 1,1. 4. no sabe nada: En la tradición filosófica, epistémé es la forma más alta de conocimiento, conocimiento de la verdad misma. Los falsos maestros carecen totalmente de tal cosa. Cf. Tit. 1,1. envidias… discusiones: Estado de cosas diametralmente opuesto a la caridad producida por el «mandato» al que se aludía en 1,5. 6. es un gran negocio la piedad, con tal de que se contente con lo que tiene: Los falsos maestros de corte sofista, dice el autor, enseñan una supuesta piedad para conseguir beneficios monetarios. Carecen de la virtud filosófica de la autarkeia, «autosuficiencia», esto es, del contentamiento con los bienes que se tienen (véase el v. 8), y por eso no obtienen verdadero beneficio (a saber, espiritual). 7. Este sentir aparece en muchas fuentes antiguas (cf. Job 1,21; Filón, De spec. leg. 1.294-95; Anth. Pal. 10.58; Séneca, Ep. 102.25). 8. contentos: 2 Tim 4,13 presenta a Pablo como ejemplo de sencillez en sus necesidades de vestido. 10. la raíz de todos los males es el afán de dinero: Sentencia tópica de la antigüedad.
41 (B) Cómo ha de actuar Timoteo (6,11-16). El verdadero dirigente eclesial actuará de manera muy diferente de la del falso maestro. 11. hombre de Dios: El uso de un apelativo aplicado con frecuencia en el AT a los profetas (p.ej., Dt 33,1; 1 Sm 2,27) llama la atención sobre el poder espiritual poseído por el dirigente eclesial. 12. el buen combate: La propia vida de Pablo ejemplificaba cómo se debía llevar a cabo este combate (2 Tim 4,7). solemne profesión: Probablemente se trata de una referencia a la profesión de fe hecha en el bautismo, y no a la ordenación, como piensan algunos. 13. testimonio: La propia conducta de Jesús al afrontar su pasión y muerte siendo Pilato gobernador ejemplifica la verdadera fidelidad. 14. el mandato: La palabra gr. entolé no se refiere en este caso, a diferencia de lo que suele ocurrir, a un «mandamiento» concreto de Dios, sino al entero «mandato» divino dado a Timoteo, hasta la manifestación: Véase Tit. 2,11.13. 15-16. Doxología en alabanza de Dios que muestra cierto paralelo con la encontrada en 1,17. Es de inspiración judío-helenística y hace hincapié en la trascendencia de Dios y en su superioridad respecto a todos los soberanos terrenos.
42 (VII) Reflexión suplementaria sobre el rico (6,17-19). El planteamiento del tema del dinero en 6,6-10 tal vez llevara a incluir esta digresión parenética dirigida a los miembros más prósperos de la comunidad, que al parecer no constituyen un grupo insignificante (véanse 2,9; 6,2; Tit. 2,9-10). 17. en Dios, que nos provee espléndidamente de todo para que lo disfrutemos: Siguiendo el pensamiento de 4,3-5, el dinero se incluye entre los dones creados de Dios. 18-19. El dinero ofrece incluso oportunidades espirituales a sus poseedores, si se utiliza correctamente. La creciente prosperidad de los cristianos estimulaba la aparición de tales opiniones.
43 (VIII) Exhortación final a Timoteo (6,20-21a). 20. guarda lo que se te ha confiado: La palabra gr. parathéke puede referirse a un «depósito», p.ej. de dinero, que una persona ha de devolver exactamente como lo recibió (véase el comentario a 1,18). Dado el modo dinámico en que las pastorales tratan la tradición paulina, en este caso se hace hincapié en el «mantenimiento de una responsabilidad», el supuesto conocimiento: Al parecer, los falsos maestros llamaban a su enseñanza «conocimiento» (gnosis), nombre que puede conectarlos con un gnosticismo en ciernes (→ 10 supra). Para el autor de las pastorales, el verdadero cristianismo es, por contraste, «conocimiento pleno» (epignósis; cf. Tit. 1,1; 1 Tim. 2,4; 2 Tim. 2,25; 3,7).
(IX) Bendición conclusiva para la comunidad (6,21b). Bendición para un grupo más amplio de lectores; se habla a un «vosotros» (lo mismo que en Tit. 3,15 y 2 Tim. 4,22).
Fuente: Nuevo Comentario Biblico San Jeronimo
[5] El perseguir el dinero, en lugar de permitir que YHWH provea de acuerdo a obligación de pacto, es el primer paso a una negación de la fe, como seguido ocurre cuando mammon tumba a YHWH del trono en el corazón de un creyente.
[1] Huir de la ganancia injusta y del amor al dinero.
[2] Sólo YHWH y Yahshua son inmortales.
[1] Cuando los gentiles vean lo mal que sirven sus criados cristianos.
Fuente: Escrituras del Nombre Verdadero
Fuente: Notas Torres Amat