El primer ser viviente es semejante a un león, y el segundo ser viviente es semejante a un becerro, y el tercer ser viviente tiene cara como de hombre, y el cuarto ser viviente es semejante a un águila volando.
4:7 — El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando — Su descripción sugiere las cualidades de fuerza y nobleza (el león), servicio (el becerro), inteligencia (el hombre) y rapidez (el águila).Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
el primer … a un león. Apo 4:6; Gén 49:9; Núm 23:24; Núm 24:9; Pro 28:2; Eze 1:10; Eze 10:14, Eze 10:21.
semejante a un becerro. Eze 1:10; 1Co 9:9, 1Co 9:10.
a un águila volando. Deu 28:49; 2Sa 1:23; Isa 40:31; Eze 1:8, Eze 1:10; Eze 10:14; Dan 7:4; Abd 1:4.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
El león, el becerro, el hombre y el águila se han interpretado como refiriéndose a los cuatro Evangelios con sus retratos distintivos de Cristo. Sin embargo, la descripción nos recuerda a los cuatro querubines de Eze 1:4-10 y, por lo tanto, las cuatro figuras representan cuatro ángeles diferentes (Eze 10:4). Parece que estos seres vivientes, o ángeles, se asocian con la creación y su máxima redención.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
primer … semejante a un león. En algo que por razones obvias solo puede considerarse como lenguaje simbólico, Juan compara estos cuatro seres con cuatro de las criaturas terrenales de Dios. Ezequiel indica que cada querubín tiene estos cuatro atributos. La similitud a un león representa su fortaleza y poder. segundo … semejante a un becerro. La imagen de un becerro demuestra que estos seres rinden un servicio humilde a Dios. tercero … rostro como de hombre. Su semejanza humana muestra que son seres racionales. cuarto … semejante a un águila volando. Los querubines cumplen su servicio a Dios con la rapidez semejante a la de estas aves.
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
4:7 — El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando –
Su descripción sugiere las cualidades de fuerza y nobleza (el león), servicio (el becerro), inteligencia (el hombre) y rapidez (el águila).
Fuente: Notas Reeves-Partain
LOS CUATRO SERES VIVIENTES (1)
Apocalipsis 4:6b-8
Y entre el trono y los ancianos, en un círculo alrededor del trono, había cuatro seres vivientes, llenos de ojos por delante y por detrás. El primer ser viviente era como un león; el segundo, como un buey; el tercero tenía lo que parecía ser un rostro humano, y el cuarto era como un águila volando. Cada uno de los seres vivientes tenía seis alas; y todo alrededor y por dentro estaban llenos de ojos. Noche y día no dejaban de decir:
-¡Santo; Santo, Santo es el Señor, el Todopoderoso, el Que era, y el Que es, y el Que ha de venir!
Aquí llegamos a otro de los problemas simbólicos del Apocalipsis. Los cuatro seres vivientes aparecen con frecuencia en la escala celestial; así es que empecemos por reunir lo que Apocalipsis dice acerca de ellos. Se encuentran siempre cerca del trono de Dios y del Cordero (4:6; 5.6; 14:4). Tienen seis alas y están llenos de ojos (4:6,8). Se dedican a pleno tiempo a alabar y adorar a Dios (4:8; 5:9,14; 7:11; 19:4). Tienen ciertas tareas. Invitan a aparecer en escena a las terribles manifestaciones de la ira de Dios (6:1,7). Uno de ellos entrega a los siete ángeles las siete copas de oro llenas de la ira de Dios (15:7).
Aunque hay ciertas diferencias innegables, no cabe la menor duda de que encontramos a los antepasados de estos cuatro seres vivientes en las visiones de Ezequiel. En la visión de Ezequiel cada uno de los cuatro seres vivientes tenía cuatro caras -las de hombre, león, buey y águila; y sostenían el firmamento (Ez_1:6; Ez_1:10; Ez_1:22; Ez_1:26 ); las llantas de las ruedas estaban llenas de ojos (Ez 1:18 ). En Ezequiel tenemos todos los detalles de las figuras del Apocalipsis, aunque se distribuyen y asignan de manera diferente. A pesar de las diferencias es obvio el parecido de familia.
En Ezequiel los cuatro seres vivientes se identifican claramente como querubines. Esta identificación se hace en Ez 10:20; Ez 10:22 ). Los querubines formaban parte de la decoración del templo de Salomón en el lugar de la oración y en las paredes (1R 6:23-30 ; 2Ch 3:7 ). Estaban representados en el velo colgante que aislaba el Lugar Santísimo del Lugar Santb (Ex 26:31 ). Había dos querubines en la tapa del arca, llamada el propiciatorio; y estaban colocados el uno frente al otro, extendiendo las alas a manera de dosel sobre el propiciatorio (Ex 25:18-21 ). Una de las más frecuentes representaciones de Dios es sentado entre los querubines, y así es como se Le menciona en las oraciones (2R 19:25 ; Sal 80:1 ; Sal 99:1 ; Isa 37:16 ). A Dios se Le representa volando sobre los querubines y sobre las alas del viento (Sal 18:10 ). Eran los querubines los que guardaban el acceso al Huerto del Edén cuando Adán y Eva fueron expulsados de él Ge 3:24 ). En libros posteriores escritos entre los dos Testamentos, tales como Henoc, los querubines están en guardia junto al trono de Dios (Henoc 71:7).
De todo esto surge claramente una cosa: los querubines son seres angélicos que están cerca de Dios y son los guardianes de Su trono.
LOS CUATRO SERES VIVIENTES (2)
Apocalipsis 4:6b-8 (continuación)
¿Qué simbolizan estos cuatro seres vivientes?
(i) Es obvio que forman parte dé la escenografía del Cielo; y que no son figuras que el autor del Apocalipsis creara, sino que las heredó de descripciones previas. Puede que tuvieran su origen en fuentes babilónicas, o que representaran a los cuatro signos del zodíaco o a los cuatro vientos que vienen de las cuatro esquinas de los cielos. Pero el Juan que escribió el Apocalipsis no era consciente de eso, y los usaba sencillamente como parte de la escenografía del Cielo al que había sido introducido.
(ii) ¿Cómo veía el mismo Juan el simbolismo de estos seres vivientes? Creemos que Swete ofrece la explicación correcta. Los cuatro seres vivientes representan todo lo más noble, fuerte, sabio y veloz de la Naturaleza. Cada uno tiene la preeminencia en su propia esfera particular: el león es supremo entre las fieras; el buey, entre el ganado; el águila, entre las aves, y el hombre entre todas las criaturas. Los animales representan toda la grandeza y la fuerza y la belleza de la Naturaleza, a la que vemos aquí sirviendo y alabando á Dios. En los versículos que siguen vemos a los veinticuatro ancianos alabando a Dios; y cuando unimos los dos cuadros obtenemos el de la Naturaleza y la Humanidad aplicadas en una adoración constante a Dios. «La incesante actividad de la Naturaleza bajo la mano de Dios es un incesante tributo de alabanza.»
La idea de la Naturaleza alabando a Dios aparece más de una vez en el Antiguo Testamento. «Los cielos cuentan la gloria de Dios y el firmamento anuncia la obra de Sus manos» (Salmo 19:Is). «¡Bendecid al Señor, vosotras todas Sus obras, en todos los lugares de Su señorío!» (Sal 103:22 ). El Salmo 148 es una cita imponente a toda la Naturaleza a que se una a la alabanza de Dios.
Hay aquí una tremenda verdad. La idea básica tras todo esto es que todo lo que está cumpliendo la misión para la que fue creado está alabando a Dios. Una de las concepciones básicas del estoicismo era que en todos los seres hay una chispa divina, scintilla. «Dios -decía Séneca- está cerca de ti, contigo, en ti; un espíritu santo se asienta en nuestro interior.» Como señala Gilbert Murray, los escépticos se reían de esto, y se burlaban de toda esta idea. «¿Qué? decía el escéptico- ¿Está Dios en los gusanos? ¿Y en los escarabajos peloteros?» «¿Y por qué no?» contestaban los estoicos.
¿Es que un gusano no puede servir a Dios? Acordaos del del Libro de Jonás, 4: 7 ¿Es que sólo puede ser un buen soldado el general? ¿No puede el soldado raso pelear lo mejor posible? ¡Dichoso tú si estás sirviendo a Dios y cumpliendo Su propósito tan fielmente como un gusano! Lo que quiera que cumpla la función para la que fue creado está así adorando a Dios.
Este es un pensamiento que despliega el panorama más magnífico. La actividad más humilde e ignorada del mundo puede ser un acto de verdadero culto a Dios. El trabajo y el culto se convierten literalmente en una sola cosa. El fin principal del hombre es glorificar a Dios y gozar de Él para siempre; y el hombre cumple su cometido cuando hace lo que Dios le envió a hacer en el mundo. Un trabajo bien hecho se eleva al Cielo como un himno de alabanza a Dios.
Esto quiere decir que el médico en su consulta, el hombre de ciencia en su laboratorio, el profesor en su aula, el músico en su concierto, el pintor en su estudio, el dependiente tras su mostrador, el mecanógrafo a su máquina, el ama de casa en sus quehaceres -todos los que están haciendo el trabajo del mundo como Dios manda participan en un acto de culto cósmico.
EL SIMBOLISMO DE LOS SERES VIVIENTES
Apocalipsis 4:6b-8 (continuación)
No pasó mucho tiempo antes de que la Iglesia primitiva encontrara ciertos simbolismos en los cuatro seres vivientes, en particular el de los cuatro evangelistas -una representación que se suele encontrar en las vidrieras de colores de las iglesias.
La primera y la más completa identificación la hizo Ireneo hacia el año 170 d C. Mantenía que los cuatro seres vivientes representaban cuatro aspectos de la obra de Jesucristo, que a su vez están representados en los cuatro evangelios.
El león representa la Obra poderosa y efectiva del Hijo de Dios, Su señorío y poder soberano. El buey representa la proyección sacerdotal de Su Obra, porque es el animal del sacrificio. El hombre representa Su Encarnación. El águila representa el don del Espíritu Santo, con Sus alas desplegadas sobre la Iglesia. Juan representa «la generación original, efectiva y gloriosa del Hijo desde el Padre,» y nos dice que todas las cosas fueron hechas por Él; y por tanto está simbolizado en el león. Lucas empieza con la escena del sacerdote Zacarías, y nos cuenta la historia del ternero cebado que mataron para celebrar haber encontrado al hijo menor; y por tanto está representado en el buey. Mateo empieza dándonos la ascendencia humana de Jesús y «el carácter de un hombre manso y humilde se mantiene a lo largo de todo este evangelio;» y está simbolizado por el hombre. Marcos empieza con una referencia ‘al Espíritu de la profecía descendiendo de lo Alto sobre los hombres, lo que «apunta al carácter alado de este evangelio;» y por tanto está simbolizado en el águila.
Ireneo sigue diciendo que los cuatro seres vivientes representan los cuatro pactos principales que hizo Dios con la raza humana. El primero lo hizo con Adán, antes del diluvio. El segundo, con Noé, después del diluvio. El tercero, al dar la Ley a Moisés. El cuarto es el que renueva al hombre en Cristo «resucitando y llevando a los hombres en Sus alas al Reino celestial.»
Pero, como ya hemos dicho, había una variedad de identificaciones diferentes.
El esquema de Atanasio era:
Mateo = el hombre
Marcos = el buey
Lucas = el león
Juan = el águila
El esquema de Victorino era:
Mateo = el hombre
Marcos = el león
Lucas = el buey
Juan = el águila
El esquema de Agustín era:
Mateo = el león
Marcos = el hombre
Lucas = el buey
Juan = el águila
Se puede decir que, en conjunto, la identificación de Agustín llegó a aceptarse generalmente, porque responde mejor a los Hechos. Mateo está mejor representado por el león, porque presenta a Jesús como el León de la tribu de Judá, Aquel en Quien se cumplieron las expectaciones de los profetas. Marcos está mejor representado por el hombre, porque es el que más se parece a un reportaje de la vida humana de Jesús. Lucas está mejor representado por el buey, porque nos presenta a Jesús como el sacrificio por todas las clases y condiciones de hombres y mujeres en todas partes. Juan está mejor representado por el águila, porque es el ave que vuela más alto, y se dice que es la única criatura viviente que puede mirar al Sol sin deslumbrarse; y Juan es el evangelio que se remonta más a las alturas.
EL HIMNO DE ALABANZA
Apocalipsis 4:6b-8 (conclusión)
Noche y día, los seres vivientes no dejaban nunca de entonar su doxología de alabanza:
¡Santo, Santo, Santo es el Señor, el Todopoderoso, Que era, y Que es, y Que ha de venir!
Aquí se nos presenta la incesante alabanza de la Naturaleza. » El hombre descansa el domingo, y cuando duerme, y cuando llega a su final con la muerte; pero el ciclo de la Naturaleza es ininterrumpido e incesante en su alabanza.» No hay nunca ningún tiempo en que el mundo que Dios ha hecho no Le esté alabando.
La doxología recoge tres atributos de Dios.
(i) Le alaba por Su santidad (cp. Isa 6:3 ). Ya hemos visto repetidas veces que la idea básica de la santidad es la diferencia. Eso es supremamente cierto de Dios. Él es diferente de los seres humanos. Precisamente por eso somos movidos a adorarle. Si no fuera más que una persona humana glorificada, no Le podríamos alabar. Como expresaba un poeta: «¿Cómo podría alabar, si tal cual soy pudiera comprender?» El mismo misterio de Dios nos mueve a la reverente admiración en Su presencia y a un alucinado amor, el que esa grandeza se rebajara hasta ese punto por nosotros y para salvarnos.
Le alaba por Su omnipotencia. Dios es omnipotente. Las personas a las que iba dirigido el Apocalipsis vivían bajo la amenaza de Imperio Romano, un poder que ninguna persona ni nación podía desafiar impunemente. Figuraos lo que significaría para los cristianos estar seguros de que con ellos estaba el Todopoderoso. El mismo hecho de darle ese título a Dios afirma la certeza de la seguridad del cristiano; no una seguridad que quisiera decir liberación de los problemas, sino que hacía que uno se sintiera seguro así en la vida como en la muerte.
(iii) Le alaba por Su eternidad. Los imperios surgen y desaparecen; aun los cielos y la tierra perecerán; pero Dios es siempre el Mismo, y Sus años no se acabarán. Por lo cual Sus siervos habitarán seguros (Sal 102:25-28 ).
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
REFERENCIAS CRUZADAS
u 237 2Sa 17:10; Pro 28:1; Isa 31:4
v 238 1Re 7:25; Rev 6:3
w 239 Rev 6:5
x 240 Rev 6:7
y 241 Job 39:29; Eze 1:10
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
7 (1) En apariencia, los cuatro seres vivientes se asemejan a los querubines mencionados en Eze_1:5-10 y Eze_10:14-15 . Por tener seis alas (v.8), se parecen a los serafines mencionados en Isa_6:2 . (Los querubines mencionados en Éxo_25:20 y en 1Re_6:27 tienen dos alas, y los querubines de Eze_1:6 tienen cuatro alas.) Tal vez sean una combinación de querubín y serafín. Los serafines están relacionados con la santidad de Dios ( Isa_6:3), que es la naturaleza de Dios, y los querubines están relacionados con la gloria de Dios ( Eze_10:18-19 ; Heb_9:5), que es la expresión de Dios.
Por lo tanto, estos seres vivientes representan la naturaleza y la expresión de Dios.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
Muchos ven una similaridad entre los cuatro seres vivientes y la cuádruple forma en que Cristo es descrito en los evangelios. En Mateo, aparece como el León de la tribu de Judá; en Marcos, como el Siervo que fue el sacrificio por el pecado (el becerro era un animal sacrificial, Heb 9:12; Heb 9:19); el énfasis de Lucas es sobre el Hijo del Hombre; y el águila volando lo conecta con el ciclo, como hace el Evangelio de Juan.
Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie
Se inserta es, en las dos oportunidades en que aparece, para suplir elipsis del original; tiene… Lit. teniendo.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
R201 El participio masculino ἔχων aparece en los vv. 7 y sigs., aunque el sustantivo es neutro (ζῷον; el masculino se usa para indicar un sentido personal).
Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego
rtf1fbidisansiansicpg1252deff0fonttblf0fromanfprq2fcharset2 Wingdings 3; . era.
4.7 Lit. teniendo.
4.7 g Eze 1:5-10; Eze 10:14.