Pero tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la perseverancia, la mansedumbre.
6:11 — Ahora los pecados y sus consecuencias de los ver. 4-10 son contrastados con las virtudes del hombre de Dios, ver. 11. — Mas tú, oh hombre de Dios — El contraste que debemos ver es el que se hace entre «alguno» (ver. 3) y «los» (ver. 9) por una parte, y ahora «tú» por otra parte. Ellos hacen de esa manera; tú haz de esta otra manera.Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain
Mas tú. 2Ti 2:22.
oh hombre de Dios. 1Ti 6:20; Deu 33:1; 1Sa 2:27; 1Sa 9:6; 1Re 13:1, 1Re 13:26; 1Re 17:18, 1Re 17:24; 1Re 20:28; 2Re 1:9, 2Re 1:13; 2Re 5:20; 2Re 23:17; 1Cr 23:14; 2Cr 8:14; Neh 12:24, Neh 12:36; Jer 35:4; 2Ti 3:17.
huye de estas cosas. 1Co 6:18; 1Co 10:14; 2Ti 2:22.
y sigue la justicia. 1Ti 5:10; Deu 16:20; Sal 34:14; Sal 38:20; Isa 51:1; Rom 14:19; 1Co 14:1; 2Ti 2:22; Heb 12:14; 1Pe 3:11.
el amor. 1Ti 4:12; Gál 5:22, Gál 5:23; Flp 4:8, Flp 4:9; Tit 2:11, Tit 2:12; 2Pe 1:5-7.
Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico
Pablo entrega una poderosa advertencia contra el materialismo.
huye es una orden fuerte.
sigue es una orden a ir tras algún objetivo. La justicia, la piedad y la fe son cualidades del carácter. El amor, la paciencia y la mansedumbre son frutos del Espíritu que controlan la vida (Gál 5:22). Los hombres y mujeres de Dios deberían seguir la piedad, no el materialismo, con todo su ser.
Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe
oh hombre de Dios. Cp. 2Ti 3:17. Es un término que solo se usa en el NT con referencia a Timoteo. Como término técnico se emplea unas setenta veces en el AT, siempre para aludir a un hombre que actuaba como portavoz oficial de Dios (vea la nota sobre Deu 33:1). Esto, junto a 1Ti 1:2 y 1Ti 2:1, confirma que la carta iba dirigida en primera instancia a Timoteo y que su propósito era exhortarlo a ser fiel y fuerte en medio de persecución y dificultades, en particular porque la muerte de Pablo estaba próxima a suceder (vea la Introducción a Segunda Timoteo: Contexto histórico). El hombre de Dios es conocido por las siguientes cosas: 1) de qué huye (v. 1Ti 6:11), 2) qué persigue (v. 1Ti 6:11), 3) por qué pelea (v. 1Ti 6:12) y 4) a qué es fiel (vv. 1Ti 6:13-14). La clave de su éxito en todas estas actividades es la perfección producida en él por las Escrituras (2Ti 3:16-17). estas cosas. El amor al dinero y todo lo que lo acompaña (vv. 1Ti 6:6-10), así como las demás obsesiones orgullosas de los falsos maestros (vv. 1Ti 6:3-5). la justicia, la piedad. «Justicia» significa hacer lo que es recto, tanto en relación con Dios como con el hombre, y se manifiesta por encima de todo en la conducta diaria. «Piedad» (vea la nota sobre 1Ti 2:2) se refiere a la reverencia a Dios y podría traducirse «semejanza a Dios».
Fuente: Biblia de Estudio MacArthur
6:11 — Ahora los pecados y sus consecuencias de los ver. 4-10 son contrastados con las virtudes del hombre de Dios, ver. 11.
— Mas tú, oh hombre de Dios — El contraste que debemos ver es el que se hace entre «alguno» (ver. 3) y «los» (ver. 9) por una parte, y ahora «tú» por otra parte. Ellos hacen de esa manera; tú haz de esta otra manera.
En el Antiguo Testamento con esta frase se hacía referencia a los profetas. Ahora la expresión se aplica a todo cristiano (2Ti 2:17), pues todo cristiano es propiedad del Señor (1Co 6:19-20).
Los que querían enriquecerse eran «hombres del dinero» (que apreciaban excesivamente al dinero); Timoteo (y todo cristiano) es «hombre de Dios». Dios es las riquezas del cristiano. Compárense Gén 15:1; Sal 16:5.
La palabra «hombre» en este pasaje significa, no exclusivamente varón, sino persona o ser humano. Hay otra palabra griega para decir «hombre» en el sentido de perteneciente al género masculino.
— huye de estas cosas — Compárese 2Ti 2:22. La gramática griega indica esto: «que sigas huyendo continuamente». Esta es la única actitud correcta hacia lo pecaminoso. No piense ni el más espiritual que tales cosas no le pueden tentar (1Co 10:12). Tiene que «aborrecer lo malo» (Rom 12:9), y no «proveer para los deseos de la carne» (13:14). Compárese Stg 4:7. El buen ejemplo de «huir de estas cosas» lo hallamos en José (Gén 39:12).
La frase «estas cosas» se refiere en general a las cosas de los ver. 4-10, y en particular al amor al dinero. Son las cosas del pecado y sus consecuencias. Todo el énfasis debe ser puesto, no en dichas cosas, sino en las que siguen.
— y sigue — Como con el verbo «huye», ahora con éste: «que estés siguiendo continuamente». El cristiano tiene que ocuparse constantemente en las dos cosas: en huir y en seguir. En el momento que deje de huir de esas cosas, deja de seguir a estas otras. Estas otras deben ser el objeto principal de su vida al cual sigue de continuo. Dice Rom 12:9, «seguid lo bueno».
— la justicia — Es la cualidad de ser justo para con el vecino, y esto delante de Dios; es la conducta piadosa o rectitud moral. Es uno de los «frutos» del Espíritu (Efe 5:9).
— la piedad — se dirige hacia Dios. Sobre el significado de la palabra, véase 2:2, comentarios.
— la fe — subjetiva; o sea, de la persona. Por ella la persona cristiana vive de día en día (2Co 5:7; Heb 11:1; Heb 11:6), como lo hizo «el fiel Abraham» (Gál 3:9, Ver. P.B.). En cuanto a esta fe, considérese 1Pe 1:5-9.
— el amor — El amor es esa actitud de corazón que hace que la persona busque el bienestar del amado. Véase Rom 13:8-10.
— la paciencia — es la perseverancia de la persona bajo oposición o persecución. No se mueve de sus propósitos de vida en Cristo. La palabra griega para decir «paciencia» es compuesta de estas dos palabras: «bajo» y «permanecer».
— la mansedumbre — Cuando el manso confronta oposiciones, él controla sus sentimientos. Véanse Tit 3:2; Rom 12:18-21; Mat 5:5. Jesús es el gran ejemplo de mansedumbre (Mat 11:29). Considérese también el ejemplo de Moisés (Núm 12:3).
Algunas de las cosas que van en esta lista aparecen también en un pasaje algo paralelo, Gál 5:22-23. Las tres virtudes, la fe, el amor, y la paciencia, se presentan juntas en Tit 2:2, en 2Ti 3:10, y en 1Ts 1:3.
Fuente: Notas Reeves-Partain
DESAFÍO A TIMOTEO
1 Timoteo 6:11-16
Pero tú, hombre de Dios, huye de estas cosas. Proponte la integridad, la bondad, la fe, el amor, la paciencia, la amabilidad. Pelea la buena pelea de la fe; aférrate ala vida eterna, a la que eres llamado ahora que has testificado una noble profesión de tu fe en presencia de muchos testigos. Te encargo a la vista de Dios, que hace vivir todas las cosas, y a la vista de Jesucristo, que en los días de Poncio Pilato testificó su noble profesión, que guardes el mandamiento, que te mantengas sin mancha ni vergüenza hasta el día en que aparezca nuestro Señor Jesucristo, cuya aparición mostrará en su propio buen tiempo el bendito y único Soberano, el Rey de reyes y el Señor de señores, el único que posee la inmortalidad, que mora en luz inaccesible, a Quien ninguna persona ha visto ni puede ver nunca, a Quien sea honor y poder eterno. Amén.
La carta termina con un tremendo desafío a Timoteo, un desafío tanto más grande por la deliberada nobleza de las palabras en que está vestido.
Desde el mismo principio se pone a Timoteo en su categoría. Pablo se le dirige como hombre de Dios. Ese es uno de los grandes títulos del Antiguo Testamento. Es un título que se le da a Moisés. Dt 33:1 habla de «Moisés, varón de Dios.» El título del Salmo 90 es «una oración de Moisés, varón de Dios.» Es el título de los profetas y de los mensajeros de Dios. El mensajero de Dios que fue enviado a Elí era un hombre de Dios (1S 2:27 ). Samuel se describe como hombre de Dios (1S 9:6 ). Semaías, el mensajero de Dios a Roboam, es un hombre de Dios (1R 12:22 ). Juan Bunyan en El peregrino llama a Gran-Gracia «campeón de Dios.»
Aquí tenemos un título de honor. Cuando se le encarga la comisión a Timoteo, no se le recuerda su propia debilidad y pecado, que podrían haberle reducido a una desesperación pesimista; más bien se le desafía por el honor que es suyo de ser un hombre de Dios. Es la manera característicamente cristiana, no el deprimir a una persona definiéndola como pecadora perdida, sino más bien elevarla convocándola a ser lo que tiene en sí ser. La manera característicamente cristiana no consiste en. arrojarle a uno su pasado humillante a la cara, sino presentarle el esplendor de su futuro potencial. El mismo hecho de que se dirija a Timoteo como «hombre de Dios» le haría cuadrar los hombros y levantar la cabeza a uno que ha recibido su comisión del Rey.
Las virtudes y cualidades nobles que se colocan delante de Timoteo no se han reunido casualmente. Hay un orden entre ellas. La primera que viene es la integridad, dikaiosyné. Esta se define como «darle tanto a los hombres como a Dios lo que les es debido.» Es la más general de las virtudes; un hombre íntegro es el que cumple con su deber para con Dios y para con sus semejantes.
En segundo lugar viene un grupo de tres virtudes que se orientan hacia Dios. Piedad, eusébeia, es la reverencia del que nunca deja de darse cuenta de que toda la vida transcurre en la presencia de Dios. La fe, pistis, aquí quiere decir fidelidad, y es la virtud de quien, a través de todos los azares y avatares de la vida, aun hasta las mismas puertas de la muerte, es leal a Dios. El amor, agapé, es la virtud de quien, aun si es probado, no podría olvidar lo que Dios ha hecho por él ni el amor de Dios a los hombres.
En tercer lugar viene la virtud que se orienta a la conducta de la vida. Es hypomoné. La Reina-Valera traduce esta palabra por paciencia, pero hypomoné nunca quiere decir el espíritu que se sienta con los brazos cruzados y simplemente soporta las cosas dejando que las experiencias de la vida fluyan sobre él como una marea. Es una perseverancia victoriosa. «Es una constancia firme en la fe y en la piedad a pesar de la adversidad y el sufrimiento.» Es la virtud que más que aceptar las experiencias de la vida las conquista.
En cuarto lugar aparece la virtud que se dirige a los hombres. La palabra griega es praypathía. Se traduce por amabilidad, pero es realmente intraducible. Describe el espíritu que nunca se inflama de ira por las ofensas que recibe pero que puede ser devastadoramente airado por las ofensas que reciben otros. Describe el espíritu que sabe perdonar y que sin embargo sabe librar la batalla de la integridad. Describe el espíritu que camina al mismo tiempo en la humildad y en la dignidad de su sublime llamada de Dios. Describe la virtud por la cual en todo tiempo una persona es capacitada para tratar rectamente a sus semejantes y para considerarse rectamente a sí misma.
RECUERDOS QUE INSPIRAN
1 Timoteo 6:11-16 (conclusión)
Con el desafío de las tareas para el futuro recibe Timoteo la inspiración de las memorias del pasado.
(i) Ha de recordar su bautismo y los votos que hizo entonces. En las circunstancias de la Iglesia Primitiva el bautismo era inevitablemente de adultos, para personas que venían directamente del paganismo a Cristo. Era la confesión de fe y el testimonio a todos los hombres de que la persona bautizada había tomado a Jesucristo como Salvador, Maestro y Señor. La más temprana de todas las confesiones cristianas era el sencillo credo: «Jesucristo es Señor» (Rm 10:9 ; Fil 2:11 ). Pero se ha sugerido que detrás de estas palabras a Timoteo se esconde una confesión de fe que decía: «Creo en Dios Todopoderoso, Creador del cielo y de la Tierra, y en Jesucristo, que sufrió bajo Poncio Pilato y volverá a juzgar; creo en la resurrección de los muertos y en la vida inmortal.» Bien puede haber sido un credo así el que usó Timoteo para confesar su fe. Así que, en primer lugar, se le recuerda que es un hombre que se ha comprometido. El cristiano es por encima de todo una persona que se ha comprometido con Jesucristo.
(ii) Se le recuerda que ha hecho la misma confesión de su fe que hizo Jesús. Cuando Jesús se encontró ante Pilato, Pilato le preguntó: «¿Eres tú el Rey de los judíos?» Y Jesús contestó: «Tú lo has dicho» (Lc 23:3 ). Jesús había testificado que Él era un Rey; y Timoteo siempre había testificado el señorío de Cristo. Cuando el cristiano confiesa su fe, hace lo que ya hizo su Maestro; cuando sufre por su fe, pasa por lo que pasó su Maestro. Cuando estamos comprometidos en alguna gran empresa, podemos decir: «Hermanos, estamos recorriendo el camino que anduvieron los santos,» pero cuando confesamos nuestra fe delante de los hombres, podemos decir aun más; podemos decir: «Estoy con Cristo;» y esto debe elevar nuestros corazones e inspirar nuestras vidas.
(iii) Ha de recordar que Cristo viene otra vez. Ha de recordar que su vida y obra han de ser dignas de que Él las contemple. El cristiano no trabaja para satisfacer a los hombres; trabaja para satisfacer a Cristo. La pregunta que debe hacerse siempre no es: » ¿Es esto suficientemente bueno para recibir el aprobado de los hombres?» Sino: » ¿Es esto bastante bueno para recibir la aprobación de Cristo?»
(iv) Por encima de todo ha de recordar a Dios. ¡Y qué recuerdo es este! Ha de tener presente al Que es Rey de todos los reyes y Señor de todos los señores; el único que posee el don de la vida eterna para dárselo a los hombres; el único Cuya santidad y majestad son tales que ninguna persona puede nunca osar mirarlas. El cristiano debe recordar siempre a Dios y decir: «Si Dios por nosotros, ¿quién contra nosotros?»
Fuente: Comentario al Nuevo Testamento
2Ts 1:3-4; 2Ti 2:22; Tit 2:2.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
— hombre de Dios: En el AT se aplica este apelativo a Moisés (Deu 33:1), a un profeta anónimo del tiempo de Jeroboán I (1Re 13:1-29), al profeta Elías (1Re 17:24; 2Re 1:9-13) y al profeta Eliseo (2Re 4:9-27; 2Re 5:8; 2Re 5:14-15; 2Re 6:9-10; 2Re 7:2; 2Re 17:19; 2Re 8:2; 2Re 4:7-11; 2Re 13:19). En el NT, se aplica en este pasaje a Timoteo y en 2Ti 3:17 al creyente en general.
— rectitud: Este es el sentido más apropiado que tiene aquí el término griego dikaiosine, de rico y complejo significado. Ver nota a Efe 4:24.
Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana
Acerca de la búsqueda de las cosas justas
Aquí está el encargo solemne de Pablo a Timoteo mismo. Hay tanto un lado negativo como uno positivo (v. 11). El huir de estas cosas, aunque primariamente referido a la búsqueda de las riquezas, probablemente incluye todos los consejos previos acerca de lo que hay que evitar. El lado positivo está expresado en términos espirituales. Las seis virtudes del v. 11 resumen el carácter del cristiano del cual Timoteo tiene que ser un ejemplo. Pablo agrega a esto otra apelación positiva: la vida cristiana involucra una lucha (v. 12). Cuando Pablo insta a Timoteo a echar mano de la vida eterna, a la cual fuiste llamado, está pensando más en el goce final de esa vida eterna que en de su aceptación inicial.
Es quizás sorprendente encontrar una referencia a Poncio Pilato en el v. 13, pero el evento histórico del juicio de Jesús provee el mejor ejemplo de la clase de buena confesión que Pablo quiere ver en Timoteo. El hecho de que da un encargo muestra cuán seriamente considera el asunto de la conducta de Timoteo. El mandamiento ha proporcionado varias sugerencias. Algunos lo ven como una refe rencia a alguna clase de encargo en relación con el bautismo o la ordenación, pero esto no encaja en el contexto. Puede referirse al consejo de los vv. 11, 12 o a todo el consejo de Pablo a Timoteo en esta carta. La referencia aquí a la aparición de nuestro Señor Jesucristo (v. 14) da un aspecto futuro a la declaración anterior. La idea de sin mancha ni reproche, hasta la aparición tiene paralelos en otras de las cartas de Pablo (cf. 1 Cor. 1:8; Fil. 2:15, 16; 1 Tes. 3:13; 5:23).
La inserción de una doxología en este punto (vv. 15, 16) es típico de Pablo. Pero hay características aquí que son poco comunes. El uso de la palabra Bienaventurado no se encuentra en otro lugar en las cartas de Pablo fuera de las pastorales. Verdaderamente, la totalidad de la doxología tiene la apariencia de un himno cristiano que Pablo está citando. La descripción de Dios como solo Poderoso es inesperada puesto que este término usualmente se refiere a un príncipe antes que a un rey, pero aquí claramente lleva un significado especial como la palabra solo lo muestra. Ya que Rey de reyes y Señor de señores aparece en Apoc. 17:14 y 19:16, pudo haber sido una bien conocida expresión cristiana. Hay paralelos en el AT (cf. Deut. 10:17, Sal. 136:3). El uso de la palabra inmortalidad en relación con Dios ya apareció en 1:17. ¿Está Pablo implicando que nadie más tiene inmortalidad? El parece querer decir que sólo Dios es inherentemente inmortal, y por lo tanto toda otra inmortalidad se deriva de él. La idea de Dios que habita en luz inaccesible se deriva probablemente del Sal. 104:2, pero Pablo pudo haber tenido en mente la vívida descripción de la gloria de Dios en Exo. 33:17-23, ya que a Moisés se le informó que no podía ver a Dios. La combinación de honra y dominio (“poder”) en una doxología también se encuentra en Apoc. 5:13.
Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno
NOTAS
(1) “Devoción piadosa”, AVgSyp; J7,8: “temor a Jehová”.
REFERENCIAS CRUZADAS
d 266 2Ti 2:22
e 267 Pro 15:1; Mat 5:5; Gál 5:22; Col 3:12; 1Pe 3:15
Fuente: Traducción del Nuevo Mundo
11 (1) Uno que participa de la vida y naturaleza de Dios ( Jua_1:13 ; 2Pe_1:4) , siendo así uno con Dios en Su vida y en Su naturaleza ( 1Co_6:17) y expresándolo. Esto corresponde al misterio de la piedad, que es Dios manifestado en la carne (3:16).
11 (2) Estar bien con la gente delante de Dios de acuerdo con Sus requisitos justos y estrictos.
11 (3) Vivir una vida diaria que manifieste a Dios. Véase la nota 16 (2) del cap.3.
11 (4) Creer en Dios y en Su palabra y confiar en El y en Su palabra.
11 (5) Amar a otros por el amor de Dios ( 1Jn_4:7-8 , 1Jn_4:19-21).
11 (6) Soportar los sufrimientos y las persecuciones.
11 (7) Una actitud apropiada al hacer frente a la oposición. Véase la nota 5 (1) de Mt 5.
Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro
ver nota 1Ti 6:7-8
Fuente: Biblia Textual IV Edición
sigue tras… Lit. persigue.
Fuente: Biblia Textual IV Edición
Lit. persigue.