Comentario de Hechos 8:4 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Entonces, los que fueron esparcidos anduvieron anunciando la palabra.

Hch 11:19; Hch 14:2-7; Mat 10:23; 1Ts 2:2.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

por todas partes anunciando el evangelio: La Iglesia crecería, sin lugar a dudas, si más creyentes hicieran esto en la actualidad.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

iban por todas partes. Esta palabra griega se emplea con frecuencia en Hechos para referirse a las campañas misioneras (v. Hch 8:40; Hch 9:32; Hch 13:6; Hch 14:24; Hch 15:3; Hch 15:41; Hch 16:6; Hch 18:23; Hch 19:1; Hch 19:21; Hch 20:2).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

EN SAMARIA

Hechos 8:4-13

Los que se dispersaron fueron anunciando la Buena Noticia por todo el país. Felipe bajó a un pueblo de Samaria, y les anunció al Mesías. La gente prestaba atención ansiosamente como un solo hombre a lo que les decía Felipe, escuchando sus palabras y viendo las manifestaciones del poder de Dios que realizaba; porque los espíritus inmundos salían dando chillidos de muchos a los que habían tenido dominados, y muchos que estaban paralíticos o cojos se curaban. Había una alegría extraordinaria en aquella población.
También estaba allí uno que se llamaba Simón, que tenía alucinados a todos los de Samaria con sus trucos de magia antes de que Felipe viniera, y pretendía ser una persona importante. La gente de todas las edades y clases sociales le tomaba muy en serio, y decía de él: «Este hombre es el mismísimo poder de Dios que se puede llamar Grande.
«a Y le hacían mucho caso, porque hacía mucho tiempo que los tenía embaucados con su magia.

Tanto hombres como mujeres se bautizaban cuando tomában la decisión de creer la Buena Noticia que les daba Felipe acerca del Reino de Dios y del Señor Jesucristo. El mismo Simón hizo su decisión de creer y, después de bautizarse, estaba siempre con Felipe, y se maravillaba de ver las cosas que sucedían, que eran señales inequívocas del poder de Dios en acción.

Cuando los cristianos se diseminaron, Felipe, que había sido elegido como uno de los Siete, llegó a Samaria y se puso a predicar el Evangelio. Este acontecimiento es especialmente sorprendente porque era un hecho que los judíos no se trataban con los samaritanos (Jn 4:9 ).

La desavenencia entre los judíos y los samaritanos era una antigua cuestión histórica. En el siglo VIII a C., los asirios conquistaron el Reino del Norte, cuya capital era Samaria. Siguiendo la costumbre que ellos mismos habían implantado, deportaron a la mayor parte de la población e importaron allí a otros de otras naciones. En el siglo VI a C., los babilonios conquistaron el Reino del Sur, cuya capital era Jerusalén, y deportaron a la mayor parte de sus habitantes a Babilonia; éstos se propusieron no perder su identidad, y siguieron siendo judíos a machamartillo. En el siglo V a C. se les permitió volver con Esdras y Nehemías, y reconstruir su capital arruinada. Mientras tanto, los del Reino del Norte que se habían quedado en Palestina se habían mezclado con los extranjeros que los asirios habían traído de otros lugares y razas. Cuando los del Sur volvieron y se pusieron a reconstruir Jerusalén, los de Samaria les ofrecieron ayuda; pero aquellos la rechazaron despectivamente, considerando que los samaritanos no eran ya israelitas puros. Desde aquel momento siempre ha existido una rotura y aun un odio implacable entre judíos y samaritanos.
El hecho de que Felipe predicara el Evangelio de Jesucristo en Samaria es una prueba de que la Iglesia estaba dando uno de los pasos más importantes de su historia, tal vez inconscientemente, y descubriendo que Jesús es el Salvador de todo el mundo. Sabemos muy poco de Felipe; pero él fue uno de los artífices de la Iglesia Cristiana.
Debemos fijarnos en lo que el Cristianismo aportó a aquella gente: (i) Le trajo la historia de Jesús, el mensaje del amor de Dios revelado en Jesucristo. (ii) Les trajo sanidad. El Cristianismo no ha sido nunca algo exclusivamente de palabras. (iii) Les trajo, como una consecuencia natural, una alegría que los samaritanos no habían experimentado nunca antes. Es un cristianismo descafeinado el que produce una atmósfera lúgubre; el Evangelio irradia alegría.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

Felipe en Samaria

4 La persecución, más que una política planificada, fue la razón para el primer impulso misionero real en la iglesia: los que fueron esparcidos anduvieron anunciando la palabra. 5 Felipe predicó en Samaria, porque por casualidad estaba allí. Como nos dice el Evangelio de Juan en un paréntesis, los judíos no tenían trato con los samaritanos (Juan 4:9). Tanto los de Judea como los de Galilea los consideraban semijudíos herejes; los que ocupaban esa zona al norte de Judea creían en los libros de Moisés, pero no en el resto de las Escrituras judías, así como creían que Dios debía ser adorado en el monte Gerizim más bien que en Jerusalén.

6-13 Felipe es presentado a los lectores con la mención de las señales que hacía, incluyendo el exorcismo de los espíritus inmundos y curaciones. Como resultado de estas obras el pueblo escuchaba atentamente lo que él tenía que decir. Al respecto, era similar a Simón, un hombre que practicaba la brujería y a quien todo el pueblo, de alta o baja categoría, estimaba a causa de su magia.

Se nos dice que las obras y el mensaje de Felipe eran superiores a los de Simón, pero la diferencia debe haber sido significativa, porque ellos, incluso Simón, creyeron … se bautizaban. Aquel “obrador de milagros” estaba atónito cuando veía las señales y grandes maravillas que se hacían (ver 5:12-16).

14 Quizá por el hecho de que la misión a los samaritanos no había sido planeada antes, las noticias al respecto parecieron tomar de sorpresa a los apóstoles que estaban en Jerusalén y mandaron a Pedro y Juan para investigar. Del mismo modo, Bernabé fue enviado a investigar a los convertidos gentiles en Antioquía (11:22) e inmediatamente antes que eso, Pedro fue entrevistado sobre la conversión del gentil Cornelio (11:1-18). 15-17 Probablemente el último pasaje nos ayuda a explicar por qué el don del Espíritu Santo llegó mucho después del bautismo de los samaritanos. A la luz de 2:38, 10:48 y 19:5, es sumamente improbable que el bautismo en el nombre de Jesús fuera considerado inferior al bautismo en los tres nombres de la Trinidad. Tampoco es probable que la imposición de manos por los apóstoles fuera necesaria para la recepción del Espíritu Santo (ver p. ej. 10:44-48; 16:30-34 y 13:3 donde fue la congregación la que impuso las manos sobre los apóstoles en señal de la unidad que produce el Espíritu Santo).

En 11:15-17, sin embargo, Pedro entendió que la venida del Espíritu Santo sobre Cornelio y los suyos era la señal divina de que los gentiles eran aceptados como miembros plenos de la comunidad cristiana (ver sobre 11:1-18). Del mismo modo, el derramamiento del Espíritu Santo sobre aquellos primeros samaritanos convertidos era prueba de su igualdad con los creyentes de Jerusalén y podemos agregar que fue una prueba tanto para los apóstoles de Jerusalén como para los samaritanos. Por supuesto, es grato que Juan, que en un caso quiso pedir fuego de juicio sobre una aldea samaritana (Luc. 9:54), fue uno de los que ahora pedía para ellos el Espíritu Santo.

18, 19 Simón creyó que el cristianismo era esencialmente lo mismo que su magia, aunque más poderoso. 20-23 La respuesta de Pedro implica que captó algo de la actitud de Simón. Su aguda condenación fue atemperada por el llamado al arrepentimiento para que el Señor lo perdonara. 24 A pesar del pedido aparentemente genuino que hizo a Pedro de que orara para que aquello no le ocurriera, Simón llegó a ser conocido luego en la tradición cristiana como el hereje arquetípico y enemigo del cristianismo.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

REFERENCIAS CRUZADAS

g 427 Isa 52:7; Hch 11:19

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

4 super (1) Por la soberanía de Dios los creyentes fueron dispersados desde Jerusalén hacia otras localidades mediante la persecución, y así se llevó a cabo la propagación del evangelio a fin de que se cumpliera lo dicho por el Señor en 1:8 (11:19).

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

iban por todas partes. Véase Hch 11:19 para más detalles.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

M162 Μὲν οὖν tiene un sentido de resumen o transición (la frase οἱ μὲν οὖν se usa como un pronombre demostrativo -R695): entonces los que fueron esparcidos.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

O, anunciando las buenas nuevas de

Fuente: La Biblia de las Américas

Lit. fueron.

Fuente: La Biblia Textual III Edición