Comentario de Génesis 6:1 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Aconteció que cuando los hombres comenzaron a multiplicarse sobre la faz de la tierra, les nacieron hijas.

Año 2448 a.C.

A multiplicarse. Gén 1:28.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

La maldad del mundo, que provocó a Dios, causa el diluvio, Gén 6:1-7.

Noé halla gracia, Gén 6:8.

Sus generaciones, Gén 6:9-13.

El orden, la forma, las dimensiones del arca; el arca es terminada, Gén 6:14-22.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Este es uno de los pasajes del AT. que más debates ocasiona. Existen tres interpretaciones principales:

(1) Los hijos de Dios, representa el linaje piadoso de Set y las hijas de los hombres, el de Caín; el matrimonio entre ellos llevó a la apostasía, al compromiso y al pecado.

(2) Los hijos de Dios eran poderosos reyes que practicaban la poligamia y tomaban mujeres de donde ellos desearan, lo que llevaba a otras malas prácticas.

(3) Los hijos de Dios eran ángeles caídos que cohabitaban con mujeres humanas (las hijas de los hombres) lo que produjo vástagos que fueron tiranos. Cualquiera de estos puntos de vista que sea el correcto, es importante notar también que este párrafo es un prólogo de la historia del diluvio. Explica la descripción general de la maldad mencionada en el v. Gén 6:5. La interpretación más probable es que los hijos de Dios eran ángeles caídos. Este es el punto de vista de los expertos judíos y el que mejor explica el texto. De todas maneras, existen dos argumentos principales que objetan esto.

(1) Los ángeles no se casan (Mat 22:30), de modo que todo lo dicho es imposible.

(2) Bíblicamente, la idea es aberrante, ya que rompe con toda analogía. Sin embargo, es posible que fueran ángeles que «abandonaron su propia morada» (Jud 1:6) y que su pecado los reservó para el juicio divino (2Pe 2:4). Puede ser que en este caso aislado los ángeles caídos tomaran formas humanas y se casaran con mujeres humanas, lo cual fue una violación tan grande en el orden de Dios que provocó el juicio de Dios contra el mundo por medio del diluvio.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

La palabra hijas, claramente se refiere a niñas mujeres nacidas de padres humanos. Simplemente, las hijas eran mujeres.

 PERSPECTIVA

El Diluvio a través de otros ojos

La destrucción divina del mundo a través de un diluvio, es conocida por las culturas de todo el mundo. La mayoría de estas historias parecen tener un origen bíblico (Gén 6:5-22; Gén 7:1-24; Gén 8:1-22; Gén 9:1-29). El antiguo Cercano Oriente cuenta con numerosos mitos sobre el gran diluvio, que son narraciones independientes. Las historias mesopotámicas del diluvio se encuentran escritas en lenguaje Sumerio en las primeras formas de literatura conocidas (tercer milenio a.C. Dos de las más famosas historias son la Épica de Gilgamesh y la historia de Atrahasis.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

6. El Diluvio.

La Corrupción Creciente de la Humanidad (1-4).
1 Cuando comenzaron a multiplicarse los hombres sobre la tierra y tuvieron hijas, 2 viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eran hermosas, tomaron de entre ellas por mujeres las que bien quisieron. 3 y dijo Yahvé: “No permanecerá por siempre mi espíritu en el hombre, porque no es más que carne. Ciento veinte años serán sus días.” 4 Había entonces gigantes en la tierra, y también después, cuando los hijos de Dios se unieron con las hijas de los hombres y les engendraron hijos; éstos son los héroes famosos muy de antiguo.

Sobre la expresión “hijos de Dios.” la mayor parte de los Padres se inclina por la opinión propuesta por Julio el Africano, según la cual los “hijos de Dios” serían los descendientes de Set, mientras que las “hijas de los hombres” serían las descendientes de Caín1. En este supuesto desaparecería la dificultad relativa a alusiones míticas de la opinión anterior. Pero en el texto bíblico no hay restricción alguna al hablar de las hijas de los hombres (v.1), y, por otra parte, el contexto favorece la interpretación de “hijas de la humanidad” en general, expresión paralela a la anterior, “cuando comenzaron a multiplicarse los hombres…,” sin restricción alguna. Nada en el contexto alude a una contraposición de setitas y cainitas, base de esta interpretación. Por eso nosotros suscribimos el juicio de A. Clamer: “La solución de la dificultad habrá de buscarse en el carácter de cita que presentan los primeros versículos del capítulo 6. Dan la impresión, en efecto, de no ser más que un relato mutilado, del que ciertos rasgos son por ello más o menos comprensibles, sobre todo los versículos 3 y 4. Se puede suponer que pertenecen a una tradición popular que representaba el diluvio como la aniquilación de una raza de gigantes brutales y orgullosos. A causa de su fuerza sobrehumana, la imaginación popular les atribuía un origen igualmente sobrehumano. No siendo, pues, la obra personal del autor del Génesis, son reproducidos por él tal como los ha encontrado, y la manera como los introduce en su texto deja entender que hay una cita implícita que responde a las condiciones para permitir el recurso a esta manera de interpretar.”2 Eusebio veía en este pasaje bíblico el origen de las leyendas griegas sobre los gigantes y titanes, los cuales provenían de las relaciones entre las divinidades y las mujeres3. El texto bíblico, en realidad, mantiene su superioridad religiosa y moral al presentar al Dios como Soberano, Señor de la historia humana, y que no quiere transigir con las aberraciones sexuales reinantes: No permanecerá por siempre mi espíritu en el hombre, porque no es más que carne (v.3)4. En Gen 2:7 se dice que Yahvé infundió sobre el rostro de Adán su soplo o espíritu y le infundió aliento de vida. Ahora Dios, enojado por tanta prevaricación, anuncia que ese su espíritu o aliento de vida no permanecerá en el hombre más de “ciento veinte años,” la extrema longevidad a que después del diluvio llegaron algunos patriarcas5. Algunos autores creen que aquí la cifra se refiere al lapso de tiempo que ha de transcurrir hasta el desencadenamiento del diluvio6. La palabra carne tiene aquí el sentido de fragilidad y aun de sensualidad: el hombre, bajo el pecado, se ha ido separando de Dios, entregándose a las exigencias carnales de su cuerpo y olvidándose de sus valores espirituales. Por eso Dios va a enviar el diluvio devastador.7

Yahvé Decreta el Diluvio (5-8).
5 Viendo Yahvé cuánto había crecido la maldad del hombre sobre la tierra y cómo todos sus pensamientos y deseos de su corazón sólo y siempre tendían al mal, 6 se arrepintió de haber hecho al hombre en la tierra, doliéndose grandemente en su corazón, 7 y dijo: “Voy a exterminar al hombre que creé de sobre la haz de la tierra, al hombre, a los animales, a los reptiles y hasta las aves del cielo, pues me pesa de haberlos hecho.” 8 Pero Noé halló gracia a los ojos de Yahvé.

El sentido de estos versículos es claro, y asimismo el entronque literario con los capítulos 2-4, por el modo tan humano que tiene al hablar de Dios, presentándole antropomórficamente arrepentido de haber creado al hombre. Notemos aquí, de una parte, la justicia de Yahvé, tan severa en castigar la maldad humana; pero, a la vez, la grandeza de su bondad y misericordia al hacer gracia a Noé para salvar a la raza humana. Como los animales habían sido creados para el hombre, por eso ahora aparecen condenados a perecer con él; pero también serán parcialmente salvados por amor al mismo hombre, que tiene de ellos necesidad. Este es el sentido teológico-profético de la narración. La concepción es ingenua. La humanidad había entrado por el camino de la maldad. En los capítulos anteriores, el autor sagrado se hizo eco de los primeros derramamientos de sangre y de la envidia y egoísmo de gran parte de la humanidad. Ahora reconoce que los pensamientos y deseos (del hombre) tendían al mal… (v.5)8. No quedaba sino el exterminio de casi toda la humanidad para ver si las nuevas generaciones eran mejores que las pasadas. De Noé habría de salir el retoño de bendición que habría de ser la salvación de la humanidad. No debemos perder de vista la perspectiva teológico-profética del hagiógrafo, que ahora nos narra la prehistoria del pueblo elegido, cuyos orígenes históricos comienzan con un descendiente de Sem, hijo de Noé.

Instrucciones de Dios a Noé (9-22).
9 Esta es la descendencia de Noé: Noé era varón justo y perfecto entre sus contemporáneos, y siempre anduvo con Dios. 10 Engendró tres hijos: Sem, Cam y Jafet. 11 La tierra estaba corrompida ante Dios y llena toda de violencias. 12 Viendo, pues, Dios que toda la tierra era corrupción, pues toda carne había corrompido su camino sobre la tierra, 13 dijo a Noé: “Veo venir el fin de todos, pues la tierra está llena toda de sus violencias y voy a exterminarlos con la tierra. 14 Hazte un arca de maderas resinosas, divídela en compartimientos y la calafateas con pez por dentro y por fuera. 15 Hazla así: trescientos codos de largo, cincuenta de ancho y treinta de alto; 16 harás en ella un tragaluz, y a un codo sobre éste acabarás el arca por arriba; la puerta la haces a un costado; harás en ella un primero, un segundo y un tercer piso, 17 pues voy a arrojar sobre la tierra un diluvio de aguas que exterminará cuanto abajo el cielo tiene hálito de vida. Cuanto hay en la tierra perecerá, 18 Pero contigo haré yo mi alianza, y entrarás en el arca tú y tus hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos contigo. 19 De todos los animales meterás en el arca parejas para que vivan contigo: 20 de las aves, de las bestias y de todo reptil de la tierra, dos de cada clase vendrán a ti para conservarles la vida. 21 Recoge alimentos de toda clase, para que a ti y a ellos os sirvan de comida.” 22 Hizo, pues, Noé en todo como Dios se lo mandó.

El autor hace la presentación de Noé como justo, ejemplar para sus contemporáneos, pues siempre anduvo con Dios (v.9). La frase se aplica al que en su conducta se amolda a las exigencias de la voluntad divina. El nombre de Noé es relacionado en 5:29 con la idea de consuelo. Es una etimología popular. 9
Los nombres de los tres hijos de Noé parecen relacionarse también con explicaciones populares: Sem (lit. nombre) parece aludir al carácter renombrado de la raza privilegiada semita, de la que había de salir el pueblo elegido; Cam parece aludir al color de la piel de los camitas (jam = calentado por el sol)10; Jafet parece aludir a la belleza de los componentes de la raza aria (yafet = hermoso).
De nuevo el autor sagrado insiste en la corrupción general de la tierra, que por metonimia simboliza a los hombres pecadores. Quiere dejar bien sentado que el diluvio es un castigo por los pecados de la humanidad depravada: toda carne había corrompido su camino (v.12). La palabra carne aquí tiene el sentido general de ser humano, como aparece en el v. 13: “el fin de toda carne ha llegado ante mí.”
Después se determinan las medidas y distribución del arca, en la que se han de salvar Noé y su familia11. Será de maderas resinosas o confieras12, con diversos compartimientos. Las dimensiones son: 300 codos de largo, 50 de ancho y 30 de alto, lo que nos da una nave de 150 metros de largo, 25 de ancho y 15 de alto13. El arca debe tener tres pisos de cinco metros de altura cada uno. Después se da la razón de haber mandado construir el arca: va a enviar el diluvio, y Dios ha hecho alianza con Noé (v.18) para liberarle de la catástrofe con su familia. Es la primera vez que en la Biblia se habla de una alianza de Dios con los hombres. En 9:9 se vuelve a hablar de esta alianza. Una vez anunciada esta alianza de salvación, Dios ordena a Noé que introduzca en el arca parejas de todos los animales (v.20), sin duda para salvar las especies del reino animal. Además, debe proveer de alimentos para su familia y para los animales. Noé cumplió puntualmente todo lo que se le había ordenado. El autor sagrado narra estos hechos con la mayor naturalidad, sin parar mientes en los problemas que había que resolver: una nave de las proporciones de un transatlántico moderno, jamás lograda por la ingeniería naval. Por otra parte está el insoluble problema de reclutar una pareja de las distintas especies de animales, hacerles convivir en el arca y después buscarles comida para todos. únicamente si se restringe la concentración de animales a los domésticos es verosímil el relato. Pero el hagiógrafo describe con naturalidad los mayores milagros, que ciertamente para la omnipotencia divina son muy fáciles, pero no los suele multiplicar con facilidad. Y, por otra parte, hemos de tener en cuenta que el relato se sitúa en plena prehistoria, cuando aún no se conocía el uso de los metales. ¿Cómo hacer una nave tan grande sin instrumentos metálicos? El hagiógrafo, como en otros relatos, traslada modos de vida de su tiempo a las edades prehistóricas. El sentido de precisión histórica no suele ser característica de los escritores antiguos.

1 Es la opinión de San Crisóstomo, Hom. 22 in Gén. 2:3: PG 53,187.190; Agustín de Hipona le sigue: Quaest. 3 m Gén.: PL 34,349; San Cirilo Alej., Glaph. in Gén. 1:2: PG 69,54-55; 76,953. San Jerónimo duda, Haebr. Quaest., 6,2: PL 23,996. – 2 A. Clamer, o.c., p.176. – 3 Euseb., Praeparat. Evang. 5,4. Algunos autores traen a colación ciertas creencias popu-ires aún existentes entre los beduinos sobre las posibles relaciones sexuales entre los djin o genios demoníacos y las mujeres; cf. J. A. Jaussen, Coutumes Palestinienncs I (Naplouse) p.230-234; J. Chaine, o.c., p.103. – 4 Así siguiendo a los LXX. El sentido del v. dun es enigmático. La Bib. de Jér. traduce: “que mi espíritu no sea definitivamente humillado…,” relacionándolo con el árabe daña. – 5 Como excepción, se dice de Sem que vivió seiscientos dos años, y Sarug doscientos treinta anos. Gen 11:11; Gen 11:25. – 6 San Jerónimo, Quaest. In Gen 6:2 : PL 23,997. Es La Opinión De Bea, Heinisch, Vaccari, Ceuppens. – 7 Sobre La Interpretación De Esta Perícopa Pueden Verse Los Estudios Siguientes: J. B. Bauer, Videntes Filii Dei Filias Hominis (Gen 6:1-4): VD 31 (1953) 95-100; J. Goleran, The Sons Of God In Gen 5:2 : “Theolog. Studies,” 2 (1941) 488-510; K. Frühstorfer, Die Pe-Rikope Von Den Ehen Der Gottesohne Kein Mythus: “Theolog. – Prakt. Quartalschrift,” 84 (1931) 64-72; P. Joüon, Les Unions Entre Les “Fus De Dieu” Et Les “Filies Des Hommes” (Gen 6:1-4) : “Re-Cherches De Science Religieuse,” 29 (1939) 107-112: H. Junker, Zur Erkldrung Von Gén 6:1-4 : “Bíblica,” 16 (1935) 205-212; A. Lods, La Chute Des Anges: “Rev. D’histoire Et De Phil. Reí.,” 7 (1927) 295-315; G. Perrella, I Figli Di Dio E Lefiglie Dell’uomo (Gen 6:2-4): “Divus Thomas” (Piac.), 36 (1933) 435-450; Ch. Robert, Lesfils De Dieu Et Les Fiilles Des Hommes: RB 4 (1895) 34O-373; J- Enciso, Los Hijos De Dios En Gen 6:1-4 : Estbib 3 (1944) 190; Id., Los Gigantes De La Narración Del Diluvio: Estbib 1 (1941) 544-557-647-666; I. Goma Civit, La Causa Del Diluvio En Los Libros Apócrifos Judíos: Estbib 3 (1944) 25-54; F. Ceuppens, O.C., 242-265. – 8 La Bibl de Jér.: “su corazón no hacía sino formar malos designios a lo largo de la jornada.” Cantera: “y toda la traza de los pensamientos que formaba su corazón no era sino mala continuamente.” – 9 En heb. nuaj significa descanso. – 10 Cf. Jos 9:12. – 11 La palabra heb. tebah, que nosotros traducimos por arca (en gr. es Κιβοτων), y es traducida por muchos por nave, conforme al tebítu asirio, que significa nave. – 12 En heb. gofer, que parece ser el giparu asiro-babilónico: el ciprés. – 13 El codo viene a ser medio metro más o menos. Cf. A. Barrois, La métrologie dans la Bible: RB 40 (1931) 185-213.

Fuente: Biblia Comentada

Unas vidas tan longevas como las que se indican en el capítulo cinco llevaron a un enorme aumento en la población de la tierra.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

El relato que sigue registra un acto degradante que revela el punto final de la paciencia de Dios.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

las generaciones de Adán. Se mencionan diez familias específicas. Lo más probable, en conformidad con otras genealogías bíblicas, es que esta lista sea representativa en lugar de exhaustiva (cp. Rut 4:18-22).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

Matrimonios hombre-espíritu y sus consecuencias

En el mundo antiguo se contaban con frecuencia historias de relaciones sexuales entre los dioses y seres humanos; y se sostenía que la descendencia semidivina resultante poseía una energía anormal y otros poderes. En Mesopotamia y en Canaán, el matrimonio divino-humano era celebrado en los ritos sagrados del matrimonio que se realizaban en los templos. Estos ritos, se suponía, aseguraban la fertilidad del suelo y de los matrimonios comunes. Involucraban padres dedicando sus hijas solteras para el servicio en el templo. En la práctica, estas muchachas servían como prostitutas sagradas dando placer a los sacerdotes y a los adoradores ricos.

Los vv. 1, 2 y 4 describen estas prácticas. Los hijos de Dios es una expresión que se refiere a seres espirituales (traducido como “ángeles” en Job 1:6; 2:1, aun cuando no son benévolos ni aquí ni en Job). En ocasiones en el AT, Israel (Deut. 14:1) o los reyes (2 Sam. 7:14) son llamados “hijos de Dios”; sin embargo, aquí no se aplica ninguno de estos significados. Las hijas de los hombres se refiere al género femenino de los seres humanos. Los nefilim son los antiguos gigantes, supuestos descendientes de estas uniones. Algunos nefilim estaban en Canaán cuando Israel la invadió (Núm. 13:33).

Esta práctica de prostitución sagrada es, según Gén., por un lado innecesaria (los hombres ya se estaban multiplicando, v. 1) y por otro lado es una abominación para Dios (5). Consecuentemente, el período normal de vida fue reducido a 120 años (3) y el Señor anunció un plan para terminar con la humanidad y las otras criaturas vivientes (7).

La prostitución sagrada es vista aquí como el pecado que culmina una serie que comenzó con Adán comiendo del fruto prohibido y continuó con el asesinato de Abel en manos de su hermano Caín y la desenfrenada venganza de Lamec. Al ver a los seres humanos Dios concluyó que eran incorregiblemente perversos y que cada pensamiento humano de continuo se inclinaba hacia el mal. El v. 5 declara la doctrina de la depravación humana con espantosa franqueza, pero conceptos similares fueron expresados por los salmistas, los profetas, Jesús y Pablo (Sal. 51:3-6; Jer. 17:9, 10; Mar. 7:15; Rom. 1:18-3:20). Más aun, la pecaminosidad humana provoca una furiosa reacción en Dios, una amarga indignación (y le dolió en su corazón) similar a lo que sintieron los hermanos por la violación de su hermana (Gén. 34:7), o el dolor sentido por el padre al saber que su hijo había muerto en la batalla (2 Sam. 19:2) Por eso, Dios tomó la decisión de destruir su creación. No obstante, así como en los anteriores decretos de juicio (3:15; 4:15), hubo una luz de esperanza: Noé halló gracia ante los ojos de Jehovah (8).

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

6.1-4 Algunos piensan que «los hijos de Dios» eran ángeles caídos, pero es poco probable porque estos no se pueden casar ni reproducir (Mat 22:30; Mar 12:25). Algunos expertos creen que esta frase se refiere al matrimonio mixto entre los descendientes santos de Set y los descendientes inicuos de Caín («las hijas de los hombres»). Esto pudo haber debilitado la línea santa e incrementado la depravación moral en el mundo. La resultante explosión demográfica trajo consigo la explosión del mal.6.3 «Mas serán sus días ciento veinte años» significa que Dios concedería a la gente de los días de Noé ciento veinte años para dejar sus caminos pecaminosos. Si bien ciento veinte años pueden parecer mucho tiempo, el plazo se acabó un día y las aguas barrieron la tierra. Puede ser que su plazo también se esté acabando. Vuélvase a Dios para que perdone sus pecados. Usted no puede ver el reloj de la paciencia de Dios, y no habrá regateos en cuanto a alargar el tiempo.6.4 Los gigantes que se mencionan aquí eran gente que medía entre tres y tres metros y medio de altura. El término hebreo que se traduce «gigante» es el mismo de Num 13:33. Goliat, un hombre de alrededor de tres metros de altura, aparece en 1 Samuel 17. Aprovechaba sus ventajas físicas para oprimir a la gente que los rodeaba.6.6, 7 ¿Quiere decir que Dios se arrepintió de crear a la humanidad en el sentido de reconocer que había cometido un error? No, Dios no cambia de parecer (1Sa 15:29). Más bien esto expresa la tristeza de Dios por lo que la gente se había buscado, el mismo sentimiento de un padre ante un hijo rebelde. Dios estaba muy triste porque la gente había elegido el pecado y la muerte en lugar de tener relación con El.6.6-8 El pecado de aquella gente entristeció a Dios. Nuestro pecado también lo entristece hoy día. Sin embargo, Noé agradó a Dios. Aun cuando estamos lejos de ser perfectos, podemos seguir el ejemplo de Noé y agradar a Dios en medio del pecado que nos rodea.6.9 Decir que Noé era varón justo y perfecto no significa que nunca pecó (la Biblia registra uno de sus pecados en 9.20ss). Más bien significa que amó y obedeció a Dios sinceramente. Por toda una vida caminó por la fe, y fue un ejemplo vivo a su generación. Como Noé, vivimos en un mundo repleto de maldad. ¿Estamos influenciando o nos dejamos influenciar por otros?6.14 La brea era una sustancia para impermeabilizar el arca.6.15 ¡La barca que Noé construyó no era una canoa! Imagínese construir un barco de la longitud de un campo y medio de fútbol y tan alto como un edificio de cuatro pisos. El «arca» (como se le conoce) era exactamente seis veces más larga que ancha, la misma proporción que utilizan los constructores de buques. Este enorme barco fue construido probablemente a varios kilómetros del agua y por solo unos pocos hombres fieles que creyeron en la promesa de Dios y obedecieron sus mandatos.6.18 Un pacto es una promesa. Este es un tema común en las Escrituras. Dios pacta con el hombre. Cuán reconfortante es saber que el pacto de Dios con nosotros es firme. El sigue siendo nuestra salvación y nosotros estamos amparados por nuestra relación con El. Si desea leer más sobre el pacto, véanse 9.8-17; 12.1-3 y 15.17-20.CAINA pesar de las preocupaciones y esfuerzos de los padres, parecen ser inevitables los conflictos que surgen entre los hijos en una familia. Las relaciones entre hermanos estimulan la competencia y la cooperación. En la mayoría de los casos la mezcla de amor y competencia a la larga origina un lazo fuerte entre los hermanos. Sin embargo, no es poco usual escuchar a los padres decir: «Pelean tanto que espero que no se maten antes de llegar a adultos». En el caso de Caín, el potencial de incomodidad se convirtió en tragedia. Y aun cuando no conocemos muchos detalles de la vida de este primogénito, su historia todavía puede enseñarnos algo.Caín se enojó. Estaba furioso. Tanto él como su hermano Abel presentaron sacrificios a Dios, y el suyo había sido rechazado. La reacción de Caín parece indicar que desde el principio tuvo una mala actitud. Caín tenía que tomar una decisión: podía corregir su actitud acerca de su ofrenda a Dios, o podía descargar su ira en su hermano. Su decisión es un recordatorio claro de cuán a menudo estamos conscientes de que enfrentamos opciones contrarias, y aun así elegimos el mal como lo hizo Caín. Quizá no tengamos la intención de matar, pero intencionalmente elegimos mal.Los sentimientos que motivan nuestro comportamiento siempre se pueden cambiar por medio de la fuerza de pensamiento. Pero en esto podemos comenzar a experimentar la disposición de Dios a ayudarnos. El pedirle ayuda para hacer lo que es correcto puede evitar que hagamos cosas de las que más tarde nos lamentaremos.Puntos fuertes y logros :– Primer niño– Primero en seguir la profesión de su padre: granjeroDebilidades y errores :– Cuando se desilusionaba, reaccionaba con ira– Elegía la opción negativa aun cuando se le presentara una posibilidad positiva– Fue el primer asesinoLecciones de su vida :– El enojo no necesariamente es pecado, pero las acciones motivadas por el enojo pueden ser pecaminosas. El enojo debe movernos a una acción correcta, no a una mala– Lo que ofrecemos a Dios debe brotar del corazón: lo mejor que seamos y tengamos– Las consecuencias del pecado algunas veces son permanentesDatos generales :– Dónde: Cerca del Edén, posiblemente en la región que hoy ocupan Irán o Irak– Familiares: Padres: Adán y Eva. Hermanos: Abel y Set, y otros no mencionados por nombre– Ocupación: granjero, después nómadaVersículo clave :»Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él» (Gen 4:7).La historia de Caín se relata en Gen 4:1-17. También se menciona en Heb 11:4; 1Jo 3:12; Jud 1:11. 6.22 Noé puso manos a la obra tan pronto como Dios le dijo que construyera el arca. A las demás gentes se avisó del inminente desastre (1Pe 3:20), pero aparentemente no esperaban que sucediera. Las cosas no han cambiado mucho. Cada día a cientos de personas se les advierte del juicio inevitable de Dios, y aún así la mayoría no cree que esto pueda suceder. No espere que la gente acepte de buen grado el mensaje de que el Señor vendrá a castigar el pecado. Los que no creen en Dios dirán que es imposible, y tratarán de que usted niegue a Dios. Pero recuerde que Dios le prometió a Noé protegerlo. Esto puede animarnos a confiar en que Dios nos librará del juicio que ciertamente vendrá.

Fuente: Comentarios de la Biblia del Diario Vivir

REFERENCIAS CRUZADAS

a 212 Gén 1:28

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

La población de la tierra creció rápidamente debido a la longevidad de los hombres.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

[=] *Sal 29:1 *Job 1:6

Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana

[2] Por hijos de Dios entienden los santos padres los hijos de Set, que siguieron la piedad de su padre; y por hijas de los hombres las que descendían de Caín, perversas como el padre.[3] Pasados éstos, enviaré el diluvio sobre la tierra.[5] Gen 8, 21; Mat 15, 19.[6] En Dios, que todo lo tiene presente y ante cuya vista está cuanto pasó y ha de venir, no cabe arrepentimiento. Estas y otras expresiones, que usa la Escritura, acomodándose a nuestro modo de hablar, sirven para demostrar la enorme gravedad de las injurias hechas a Dios, significando que el Señor resolvió quitar al hombre los dones y gracias de que se hacía indigno con su ingratitud.[9] Eclo 44, 17.[15] El arca tendría aproximadamente 150 metros de largo, 25 de ancho y 15 de alto; capacidad suficiente para el fin propuesto por Dios.

Fuente: Notas Torres Amat