El Espíritu Santo es la tercera persona de la Trinidad, junto al Padre y al Hijo. La enseñanza sobre la Trinidad es una doctrina central de la fe cristiana, que afirma que hay un solo Dios en tres personas coeternas y coiguales: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
En la Biblia, se encuentran diversas referencias a la Trinidad, aunque la palabra «Trinidad» no aparece explícitamente. Por ejemplo, en Mateo 28:19, Jesús ordena a sus discípulos: «Id, pues, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo». También se encuentra en 2 Corintios 13:14, donde se bendice en nombre de las tres personas de la Trinidad.
Cada persona de la Trinidad tiene un papel específico en la obra de la creación, la redención y la santificación. El Padre es el creador y sustentador del universo, el Hijo es el redentor y salvador del mundo, y el Espíritu Santo es quien obra la regeneración y santificación en la vida del cristiano.
La enseñanza sobre la Trinidad afirma que Dios existe en tres personas, y el Espíritu Santo es una de esas personas, junto al Padre y al Hijo. Cada persona de la Trinidad tiene un papel específico en la obra de la salvación, y la comprensión de la naturaleza y obra del Espíritu Santo es esencial para una comprensión completa de la fe cristiana.