Invisible, tal vez, pero real. El Espíritu Santo es probablemente la persona menos comprendida de la Trinidad. Entre los mitos y los conceptos erróneos que se comparten, se le ha descrito como una fuerza, un fantasma y un dios de segunda clase o reemplazo. Se le confunde con las propias manifestaciones, e incluso se le ha presentado como una figura incidental que aparece momentáneamente. Nada mas lejos de la verdad. Es vital que la iglesia conozca al Espíritu, aprenda a relacionarse con Él y comprenda cómo Él se manifiesta.
Echemos un vistazo a quién es el Espíritu Santo.
Para más estudio, obtenga su copia GRATUITA de El Poder del Espíritu Santo: Una Escritura y Guía de Oración AQUÍ. Descargue e imprima este libro electrónico para descubrir las obras y el poder del Espíritu Santo en su propia vida.
1. El Espíritu Santo es una persona.
1. Siendo una persona, el Espíritu Santo tiene sentimientos. Puede entristecerse o enojarse, y otros pueden insultarlo y blasfemar contra Él (Is 63:10; Mt 12:31; Hch 7:51; Ef 4:30; Heb 10:29).
Sin embargo, ellos se rebelaron y entristecieron a su Espíritu Santo. Así que se volvió y se convirtió en su enemigo y él mismo peleó contra ellos. – Isaías 63:10
Y así os digo, toda clase de pecado y calumnia puede ser perdonada, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada. – Mateo 12:31
“¡Gente dura de cerviz! Vuestros corazones y vuestros oídos aún no están circuncidados. Sois como vuestros antepasados: ¡siempre resistís al Espíritu Santo! – Hechos 7:51
Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. – Efesios 4:30
¿Cuánto más severamente pensáis que merece ser castigado el que ha pisoteado al Hijo de Dios, el que ha tratado como cosa profana la sangre del pacto que los santificó, y el que ha ultrajado el Espíritu de gracia? – Hebreos 10:29
2. Tiene intenciones, muestra voluntad y discreción, ama, comunica, testifica, enseña y ora (Neh 9:20; Jn 15:26; Hch 13:2; Rm 8:26,27; 15:30; 1 Corintios 12:11). Estas son cualidades que lo distinguen como persona.
Diste tu buen Espíritu para instruirlos. No les quitaste el maná de la boca, y les diste agua para su sed. – Nehemías 9:20
Cuando venga el Abogado, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad que procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí. . – Juan 15:26
Mientras adoraban al Señor y ayunaban, el Espíritu Santo dijo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. – Hechos 13:2
Así también el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad. No sabemos por qué debemos orar, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos mudos. Y el que escudriña nuestros corazones conoce la mente del Espíritu, porque el Espíritu intercede por el pueblo de Dios de acuerdo con la voluntad de Dios. – Romanos 8: 26-27
Os exhorto, hermanos y hermanas, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, a uniros a mí en mi lucha orando a Dios por mí. – Romanos 15:30
Todo esto es obra de uno y el mismo Espíritu, y él las reparte a cada uno como él determina. – 1 Corintios 12: 11