“Pero de aquel día y hora nadie sabe, ni aun los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre.” Marcos 13:32.
Cuando Jesús pronunció estas palabras, el Padre no le había revelado el tiempo de su regreso. Pero esto no significa que Jesús nunca sabría.
Porque las Escrituras no nos dicen por qué el Padre no le reveló esto a Sus Hijo, podemos solo especular. La especulación sin un «así dice el Señor» bíblico; puede conducir a falsas conclusiones y errores en la doctrina. Por lo tanto, debemos conformarnos sabiendo que en el momento en que le preguntaron a Jesús acerca de su segunda venida, era solo que el Padre lo supiera.
Sin embargo, este evento sí prueba que, aunque Jesús y el Padre son uno en propósito, no son lo mismo en el conocimiento. Muestra que el Padre tiene conocimiento que el Hijo no tiene. Esto está en armonía con las escrituras de que las palabras que Jesús habló le fueron dadas por el Padre. Juan 17:7-8 (LBLA), “Ahora han llegado a saber que todo lo que me has dado proviene de ti; porque las palabras que me diste les he dado…”
Y aunque era hijo, ganó el puesto de gloria, honor e inmortalidad por probando su fidelidad. Hebreos 5:8-10 (NVI), “Aunque era el Hijo,aprendió la obediencia por lo que padeció. Después de que fue perfeccionado…” Apocalipsis 19:11-13, 16, “11 Entonces vi el cielo abierto, y he aquí un caballo blanco. Y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea. Sus ojos eran como llama de fuego, y sobre su cabeza muchas diademas…y su nombre es llamado La Palabra de Dios…y en su manto y en su muslo tiene escrito un nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES.”