“Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre? y en tu nombre echamos fuera demonios? y en tu nombre he hecho muchas maravillas? Y entonces les declararé:Nunca os conocí: apartaos de mí, obradores de iniquidad”. Mateo 7:22-23
A lo largo de los siglos se han hecho muchos males por ignorancia en nombre del cristianismo. Los hombres carecían de conocimiento acerca de los tiempos y las estaciones de Dios. Sin el conocimiento adecuado, no podemos actuar como colaboradores con Dios para cooperar en Su plan dependiente del tiempo. En el pasado y aún hoy, por falta de comprensión, muchos cristianos luchan inútilmente para convertir y salvar al mundo. Los que se dedican a tal tarea no se dan cuenta de que la obra de la conversión del mundo está reservada para una dispensación futura. Debido a que muchos no han entendido el tiempo de Dios, las páginas de la historia están llenas de cruzadas sangrientas, inquisiciones y actos crueles. Todos estos horrores fueron hechos por “cristianos” quienes pensaban que estaban sirviendo a Dios. (Juan 16: 2)
Debido a una similar falta de discernimiento de los tiempos, la mayor parte de la nación de Israel se perdió en el día de la visitación de su Mesías tan esperado. (Lucas 19:44) A su llegada, el Mesías recogió el trigo de esa nación. El resto de Israel, la paja, en el año 70 dC fue derrotado y dispersado por el ejército romano. (Lucas 3:17)
Así será al final de esta era evangélica. Muchos que se creen pueblo de Dios no sabrán el tiempo de la segunda visitación (la presencia de Cristo). Y así como Jesús fue el segador de la cosecha al final de la era judía, Él será el segador al final de esta era evangélica. Él separará el trigo de la cizaña y recogerá el trigo en Su granero (Mateo 13:40). A través del estudio de la Biblia, el trigo entenderá las profecías y verdades bíblicas y reconocerá el tiempo del regreso de Jesús. Pero la cizaña dirá: “¿Dónde está su regreso prometido? Porque desde que murieron nuestros antepasados, todas las cosas permanecen como estaban desde el principio de la creación.” 2 Pedro 3:4.
Sin el conocimiento de las dispensaciones, no podemos proclamar correctamente el verdadero evangelio (buenas nuevas). La sangre de Jesús ha redimido a toda la humanidad de la condenación que viene por la transgresión de Adán. Es en una dispensación futura que todos oirán la voz de Cristo y saldrán de la tumba. Cada persona será probada en justicia y se le dará la oportunidad de caminar por el camino de la santidad. (l Corintios 15:21-22; Juan 5:28; Isaías 35:8)
Hagamos caso al consejo del Apóstol Pablo: “Estudia para mostrarte a ti mismo aprobado a Dios, obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad”. (2 Timoteo 2:15)