Pasé la mayor parte del día en una reunión de fideicomisarios de Des Plaines Charitable Trust. Me encantan nuestras reuniones porque todo lo que hacemos es dar subvenciones. ¿Hay algo más divertido que regalar dinero? Y sé que nuestras subvenciones son milagros para quienes las reciben. Y ese capital inicial puede producir frutos notables.
Esta es una de las tensiones que siento al considerar las subvenciones: necesidades frente a potencial. Hay una tendencia natural a dar en función de la necesidad, pero a veces la mejor inversión no la dicta la necesidad. Está dictado por el potencial. Quiere invertir donde haya el mayor retorno de la inversión. Y esa no es siempre la mayor necesidad. Esa es una tensión difícil de manejar, pero una distinción importante a tener en cuenta. Creo que también sentimos la misma tensión cuando se trata de nuestras ofrendas misioneras para la Iglesia de la Comunidad Nacional. Sinceramente, creo que se da tanto a las necesidades como al potencial, pero con demasiada frecuencia estamos ciegos al potencial porque estamos muy centrados en las necesidades.