Mientras viajaba recientemente, escuché a otros dos oradores hablar sobre una iglesia cercana en la ciudad donde se llevó a cabo la conferencia. Condescendientemente se rieron y bromearon sobre algunas de las cosas que estaba haciendo esta iglesia. Hablaron abierta e intelectualmente sobre la superficialidad de esta iglesia en su enfoque. «¿Puedes creerlo?» compartieron.
Irónicamente, tenemos un Dios cuya Palabra es clara acerca de reconocer a los orgullosos de lejos. Un Dios que no quiere tener nada que ver con la élite religiosa que se cree «profunda» y tiene todo resuelto. Un Dios que no está impresionado con «míranos» en lugar de «ellos».
En su profundidad educada, estos oradores de alguna manera no pudieron ver el corazón de Dios, y en este momento estaban profundamente superficiales.
Educados, pero tontos.
Cristianos experimentados, pero niños.
La verdad es que yo mismo he dicho cosas similares.
Con razón los seguidores de Jesús a menudo rechazan este mundo.
Señor, evita que nos hagamos fariseos.
Dos cosas específicas con esto:
#1 Uno de los oradores acababa de dar una de las charlas más brillantes y elocuentes que he escuchado. ¡Alguna vez! Después de escuchar la conversación, olvidé la mayor parte de lo que se dijo tan bellamente.
#2 La mayor parte de su conversación fue sobre el estilo de adoración en esta iglesia cercana. A sus ojos, el culto tradicional tenía más sustancia en comparación con la iglesia más nueva y menos profunda de la ciudad. Escuché exactamente lo mismo que dijo la nueva iglesia en la ciudad hablando de la iglesia tradicional y sus rituales vacíos. El corazón importa. El estilo de adoración no.
(Agregado #3. Solo para ser claros, la adoración y nuestros estilos de adoración sí importan y son importantes. Pero no importan (en absoluto) si nuestro corazón está en el lugar equivocado. Ej.: Salmo 50:13-15, Oseas 6:6, Isaías 1:11.)
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